Los tiempos futuros
Introducción
Los años difíciles
Los primeros pasos
El despegue
Los nuevos retos
La mañana era fría en Sidney, la capital australiana, ese 24 de junio de 1994. En la colina, a las puertas de antigua universidad, del otro lado del mundo, Juan Francisco Ealy Ortiz, Presidente y Director General de EL UNIVERSAL conversaba con Carlos Salinas de Gortari, el Jefe del Ejecutivo Mexicano, quien realizaba entonces su novena gira internacional.

    Como invitado especial, el licenciado Ealy Ortiz acompañaba al Presidente de la República. En tal carácter, habia acudido a otras giras en otras partes del planeta con los presidentes Luis Echeverría, José López Portillo y Miguel de la Madrid. Con todos ellos la relación había sido sincera, respetuosa y digna, quedando claro siempre que "El Gran Diario de México" mantiene su independencia y tiene un sólo compromiso: con los más altos intereses de la nación.

    Y esa mañana, en la ciudad australiana, a las puertas de esa universidad, en ese diálogo, con su manera franca y directa de hablar, Juan Francisco Ealy Ortiz marcaría de hecho el inicio de una nueva etapa no sólo en la vida de EL UNIVERSAL sino en la del periodismo nacional y en la historia misma de las relaciones entre la prensa y el Estado mexicano.

    -Señor Presidente, quiero aprovechar para informarle que hemos decidido que en adelante, EL UNIVERSAL pague los gastos de sus empleados a las giras internacionales, es necesario este paso; la verdad, se gasta mucho en la transportación, el hospedaje y los alimentos de los reporteros y se hace con recursos públicos que deben destinarse a otros fines más necesarios.

    Complacido, entusiasmado, el presidente Salinas de Gortari recibió la noticia y felicitó al licenciado Ealy Ortiz; le dijo que esta medida era sana y que esperaba que fuera seguida por otros editores.

    Y lo fue. Pese a la resistencia de varios, contra los intereses y las inercias, la iniciativa fructificó y tiempo después la Presidencia de la República anunciaba que los enviados de los medios informativos a las giras internacionales del Jefe del Ejecutivo, deberían hacerlo con los gastos cubiertos por sus respectivas empresas.

    Juan Francisco Ealy Ortiz había logrado no sólo levantar a ese moribundo que era EL UNIVERSAL cuando llegó a la Dirección General, sino que coordinando un gran esfuerzo, con capacidad y sensibilidad para saber a qué personas, en qué puesto ubicar, y en qué momento, colocaba a "El Gran Diario de México" a la cabeza de los diarios nacionales, y con autoriadad profesional y moral buscaba abrir nuevas sendas para el periodismo.

    Y lo hacia de manera audaz, rompiendo moldes, afectando intereses, hablando de frente. Una iniciativa que unía a otras ya tomadas con anterioridad, como la certificación de la circulación, y a la que seguirían varias más.

    Nuevos tiempos para México, nuevos tiempos para EL UNIVERSAL, modernizado, solvente y dispuesto a la competencia. Más allá en la vanguardia en tecnología, de la salud en la admistración y en las relaciones con los trabajadores, se llevaba adelante la indispensable actualización en la práctica periodística y, por si fuera poco, en la relación de la prensa con el gobierno y la sociedad.

    Con sus propias palabras, el 1 de octubre de 1992, en el 76 Aniversario de "El Gran Diario de México" el licenciado Ealy Ortiz precisaría cuál era el papel, la ubicación y el compromiso de EL UNIVERSAL de los nuevos tiempos de México:

    Vamos hacia adelante con el país, vamos hacia un nuevo siglo y nos preparamos para la competencia internacional, pero sobre todo, para servir día tras día y cada vez mejor a nuestros lectores, a quienes respetamos por que nos respetamos a nosotros mismos y por eso mismo exigimos respeto a nuestra labor. Ese respeto es la base de nuestro trato con el Gobierno de la República. Respeto y dignidad ofrecemos, y hemos recibido un trato respetuoso del jefe de las instituciones nacionales. Acceso a las Instalaciones de El Universal.

    Precisamente por ello EL UNIVERSAL no sólo ha presentado iniciativas, las ha puesto en práctica para dignificar el ejercicio periodístico y para hacer transparente la relación de la prensa con el gobierno.

    Desde hace dos años planteamos una medida que ahora a sido acogida por el presidente Carlos Salinas de Gortari, me refiero a la decisión de que los medios de comunicación paguen los gastos generados por sus enviados a los viajes internacionales organizados por la Presidencia de la República.

    Este es un gran paso adelante en la modernización del periodismo mexicano y nosotros, congruentes con el hecho de haber sido promotores de tal idea, no sólo la apoyamos, como lo hemos hecho en forma abierta, sino que consideramos que debe llevarse más adelante.

    Es decir, que cada periódico y cada medio informativo cubra también sus propios gastos en las giras nacionales del Jefe de Poder Ejecutivo y aún en los viajes organizados en todas y cada una de las dependencias del Ejecutivo, y también a escala de los gobiernos estatales.

    Fotografía de el Lic. Juan Francisco Ealy Ortíz Hay críticos a esta iniciativa que dicen que estamos copiando lo que ya se aplica en otros países; o que es una decisión que pareciera que privilegiar a los medios con más potencialidad económica. Considero que ambos juicios críticos, aun no comprenden la trascendencia de la dignificación profesional periodistica y alcances de esta medida.

    Por mi parte, como promotor de esta nueva relación, me gustaría señalar que si el dinero es de los elementos que más suelen enturbiar las relaciones entre prensa y gobierno, conviene a todos que los manejos pecuniarios estén a plena luz, y que no haya dudas de lo que se recibe del gobierno y de la forma como se recibe. Esto último por que no nos olvidemos que lo que gasta la administración pública es dinero del pueblo, esto es, de todos y su manejo debe ser totalmente transparente.

En esa ocasión, en su mensaje con motivo del septuagésimo sexto aniversario de "El Gran Diario de México", ante trabajadores, reporteros, colaboradores, invitados especiales pero también ante la opinión pública y frente a los nuevos tiempos, el licenciado Ealy Ortiz agregaría que también es inaplazable la reglamentación de la publicidad que pagan las dependencias públicas a los medios informativos.

    Y en su estilo, sin rodeos, sentenciaba:

    Ya no es posible que los recursos públicos, los del pueblo, se utilicen para subsidiar, para dar vida artificial a publicaciones que no cumplen con ningun objetivo digno y honesto. Ya no es posible tampoco que esos recursos se utilicen para la promoción personal de funcionarios, sean quiénes sean.

Vista de la fachada del edificio.

Agregaría que EL UNIVERSAL está dispuesto a dar todos los pasos necesarios para que la dignificación, el saneamiento de las relaciones de la prensa con el gobierno, sea una realidad y no sólo declaraciones. "Así lo hemos hecho hasta ahora, así lo seguiremos haciendo", puntualizó.

    Producto de la revitalización de la Compañía Periodística Nacional, de su recobrada autoridad en el ámbito informativo, quedaba claro que de ningún modo la vida de EL UNIVERSAL depende de la publicidad de origen oficial, que insertada de manera claramente tipificada equivalía a no más del 5% del total de sus ingresos.

    El licenciado Ealy Ortiz se pronunciaba contra la fastuosa, laxa, lamentable celebración de el "Día de la Libertad de Prensa" que organizaban hasta entonces algunos editores y a la que año con año asistían el Presidente de la República, y todos los miembros de su gabinete, y pocos, muy pocos periodistas. Los banquetes continuaron, pero el Jefe del Ejecutivo ya no acudió más a ellos.

    En cambio, el 7 de junio de 1993, el Presidente Salinas de Gortari invitó a periodistas y directores de los medios a un desayuno en la residencia oficial de Los Pinos, reunión en la que campeó ya un ambiente distinto al de aquellas mal recordadas comidas.

    Por su parte, el licenciado Ealy Ortiz determinó que con motivo de la conmemoración del "Dia de la Libertad de Prensa" se reuniría, en la casa de EL UNIVERSAL, con los integrantes de la redacción, reunión en familia, encuentro para hablar, para reflexionar, para seguir marcando rutas.

    Con motivo de dichos encuentros, tal conmemoración, esas convivencias en EL UNIVERSAL, primer periódico que las realizaba, el licenciado Ealy Ortiz hablaría en voz alta, y no sólo por la empresa que el dirige, sino por todo el gremio, por una actividad con libertad y por la libertad.

    Así, el 7 de junio de 1993, frente acusaciones que desde la PGR se habían lanzado, sin precisiones, pero en las que se hablaba de profesionales del gremio perodístico como supuestos indiciados por el delito de narcotráfico, publicamente Juan Francisco Ealy Ortiz expresó que era inquietante que desde el gobierno se acusara al periodismo en su conjunto sin puntualizar, "como debería hacerlo cualquier persona o entidad con el mínimo sentido de responsabilidad".

    Ello, dijo nos permite regresar la acusación. Y categórico, añadió:

    Se acusa por acusar, sin pruebas, por que a cuenta de unos o de algunos en los que se incluyen servidores públicos, se implica a todo un gremio por el que hoy doy la cara, como muchos otros directores de periódicos la daría concientes como estamos de que quienes sirven a la opinión pública desde los periódicos, son mayormente profesionales, honrados altamente confiables.

Y se refería a las medidas tomadas, a las propuestas que nacieron de EL UNIVERSAL. Dispuesto siempre a hablar con la verdad, denunciaba:

    Medios que viven de las dádivas oficiales y funcionarios que se sirven del dinero del pueblo para cultivar su idolatría, se han convertido en enemigos jurados de la tarea de limpia y desbrozamiento que reclama la nación.

Enérgico, añadía:

    Es por ello que denunciamos la persistente práctica de cubrir las apariencias, a fin de seguir inmersos en la absolescencia y la corrupción. Por desgracia, en este aspecto, la modernización ha servido para que el llamado embute cambie de forma y tal vez de nombre, pero no ha sido eliminado como muchos quisiéramos. Más aún, la evidencia de los apoyos por abajo del agua tiene plena vigencia, está en la supervivencia de medios de difusión que poco o nada difunden por carecer de una minima circulación aceptable.

 En EL UNIVERSAL, la modernización es continua, quiza diaria. Así, día a día, se apresta a la competencia y participa en ella. Pero al mismo tiempo, con renovada energía, Juan Francisco Ealy Ortiz sigue adelante, demanda y propone.

    En relación con los ordenamientos jurídicos que norman la actividad de la prensa, ha señalado que las reformas deben hacerse, con el concurso de toda la sociedad, con la decidida y compartida participación de todos los medios.

    De acuerdo con la necesidad de modernizar la legislación relativa a la prensa, Sala de Juntas de la Dirección General. el licenciado Ealy Ortiz se ha opuesto de manera firme a que con tal pretexto se pretenda controlar la libertad de expresión.

    Así, apenas iniciado el sexenio de Miguel de la Madrid, cuando el Jefe del Ejecutivo envió al Congreso de la Unión una iniciativa de reformas al Codigo Penal, que tipificaban el llamado "daño moral", iniciativa que de inmediato fue llamada "Ley Mordaza", Juan Francisco Ealy Ortiz manifestó su oposición, y desde las páginas de EL UNIVERSAL se llevó a cabo una lucha que logró que tal proyecto fracasara. A mediados de 1993 afirmó:

    Queremos, en suma, una legislación que preserve la libertad y cree las condiciones para que en todos los terrenos nos mantenga atentos a lo que demande la sociedad.

Sin embargo, una y otra vez aclararía que la legislación no lo conseguirá todo por sí misma, ya que cada periodista debe de luchar por una prensa cada vez más digna y profesional, y todo medio de comunicación que merezca tal nombre, ha de eregirse como un baluarte de la libertad de expresión. Más que un enunciado, un compromiso público:

    En EL UNIVERSAL así lo entendemos y no obstante las incomodidades que pudiera haber en los centros de poder económico y político, y pese a las presiones que pudieran intentarse contra nosotros, ténganse por cierto que nos mantendremos incólumes en el propósito de servir con la verdad a un pueblo consciente que, como el mejor juez, sabe distinguir a los impostores del periodismo de los verdaderos informadores.

Una posición firme, una manera clara de decir las cosas, que ciertamente puede incomodar a muchos, precisamente a aquellos que denigran al periodismo y se autodenigran.

    Hombre atento al acontecer nacional e internacional, en la conmemoración del "Día de la Libertad de Prensa", el 7 de junio de 1994, con la fuerza del equipo que encabeza, pero también con el dolor y la indignación de un mexicano y de un hombre que perdió a un amigo, condenó el asesinato de Luis Donaldo Colosio.

    Cabe recordar que apenas unos días después del nefando sacrificio del joven político sonorense, EL UNIVERSAL estremeció al país, y tambien a la opinión pública internacional, al ser el primero que rompiera las versiones oficiales y señalara que el homicidio de Colosio fue producto de un complot y no de un asesino solitario.

    Entonces hubo presiones, molestia desde los altos niveles y hubo quienes intentaron parar esa y las informaciones siguientes. Juan Francisco Ealy Ortiz se mantuvo firme, y con ejemplar energía y determinación decidió seguir adelante.

    En esos negros días de marzo, sobreponiéndose al dolor, estuvo atento a todas y a cada una de las informaciones. Ordenóque varios reporteros se dedicaran al caso; dio todo su apoyo a los corresponsales en Tijuana, Dora Elena Cortés y Manuel Cordero, quienes habían sido los primeros en denunciar, con sus investigaciones periodísticas, la otra versión, la que incomodaba, la que molestaba; pero la que demandaba la nación que se esclareciera.

    Y justo el día 7 de junio, en que ambos corresponsales recibieron el Premio Nacional de Periodismo por haber informado ampliamente sobre el magnicidio en el encuentro en la casa de EL UNIVERSAL, el licenciado Ealy Ortiz dijo a sus colaboradores y reporteros:

    Hoy, tan urgente e imprescindible como preservar la estabilidad económica tan duramente conquistada, es resolver satisfactoria y creíblemente el caso del asesinato de ese mexicano joven, ansioso de servir a su patria, que fue nuestro admirado amigo Luis Donaldo Colosio.

Agregaba que a la muerte cruel, injusta, villana, dolorosa, se suma el amargo sabor de la impotencia ante el sentimiento de impunidad que nos agobia.

    Lo hemos visto morir arteramente asesinado, y no hemos sido capaces de castigar tan abominable crimen. La sociedad mira atónita cómo la investigación se enturbia y no avanza. Los mexicanos observan, entre estufectos y resignados, que el asesinato de un candidato presidencial puede tener el mismo fin impune que el de tantos mexicanos anónimos.

Posteriormente insistía que "El Gran Diario de México" seguiría adelante en su labor informativa, en particular este doloroso e indignante caso, y sobre todos los acontecimientos que afecten a la sociedad. Y una vez más reiteraba el compromiso público, puntualizaba cual es la tarea de los periodistas en EL UNIVERSAL:

    Debe ser un investigador, un descubridor, un esclarecedor. Y esclarecer, investigar, buscar la verdad ha sido la tarea de nuestros periódicos desde el mismo momento del infame asesinato.

Juan Francisco Ealy Ortiz manifestaría tambíen en esa ocasión que EL UNIVERSAL y los demás diarios de esta casa editorial, son el resultado de un esfuerzo de muchas generaciones de mexicanos y de periodistas.

    Añadía que por eso, a quienes laboran en estas publicaciones, los tracienden el privilegio histórico de trabajar en ellas y de ser responsables del cumplimiento de sus obligaciones periodísticas sociales y políticas.

    Nuestros diarios -dijo- han logrado pasar duras pruebas a lo largo de su historia y de ello proviene su carácter indómito, intransigente, a la hora de hacer periodismo, a la hora de poner en ejercicio la libertad de expresión, la libertad de prensa. En EL UNIVERSAL no sabemos de descansos, de recreos, de bajos tonos. Sólo sabemos sabemos trabajar haciendo periodismo. Y como enseña nuestra historia de esfuerzos, nuestra cultura de esfuerzo -como solía decir Luis Donaldo Colosio-, apreciamos plenamente cada tribuna periodistica.

Y una vez más, para que quedara claro, sentenciaba:

    EL UNIVERSAL informa sin ataduras, sin otro interés que el supremo de la nación.

Creyente, practicamente de la libertad de expresión, de la libertad de prensa. Luchador por la dignificación del periodismo, Juan Francisco Ealy Ortiz ha manifestado que:

    La libertad de prensa, es algo más que una característica esencial de las naciones democráticas. Es el pan, es el agua, es la sal de la vida del periodista. Es lo único que justifica nuestro paso por la existencia. Sin la lucha por el ejercicio de la libertad de prensa, no hay periodismo, ni hay periodistas.

Y es que en 25 años, la transformación de "El Gran Diario de México" ha sido reconocida por voces de todos los sectores, empezando por las del propio escenario periodístico.

    Una transformación que va desde aquellos tiempos oscuros en los que poca credibilidad tenía, debido a la falta de presencia en el acontecer nacional o de su falta de nervio, de agilidad, de crítica, que parecían hacerlo dependiente de círculos oficialistas y de sus versiones sobre la realidad, y llega tal cambio al momento actual en el que se ha convertido en un diario de referencia, de obligada lectura, de categórica autoridad profesional.

En la sala de redacción, a la búsqueda de una nota exclusiva.     EL UNIVERSAL, hoy, en los nuevos tiempos, con la dirección de Juan Francisco Ealy Ortiz, con la sensible y a la vez firme coordinación que él hace de su equipo, es un medio de comunicación respetable y respetuoso, que no atiende a "ismos", que no se carga a extremo alguno ni oculta algo en su información.

    Informador cotidiano, veraz, confiable, EL UNIVERSAL es testigo y vocero, es conducto y es tribuna; atiende lo mismo la información cotidiana, que busca las exclusivas, presenta las noticias, las entrevistas, los reportajes, las crónicas y las columnas con responsabilidad, con equilibrio, ejerciendo un derecho, el de la libertad de expresión, y cumpliendo invariablemente una obligación: con la sociedad y con los intereses de la nación.

    EL UNIVERSAL, libre, practicamente y defensor de la libertad de prensa. Y de ella, de ese valor, de ese derecho, Ealy Ortiz señaló el 1 de octubre de 1992:

    La libertad de prensa se gana día a tras día; no se agradece, se ejerce. (...) nuestra posición al respecto es clara, es categorica, no tenemos ninguna atadura ni intenciones ocultas. No tenemos nada que esconder, vemos y hablamos de frente, con objetividad. En nuestras páginas, las criticas son de buena fe, razonadas; los reconocimientos justificados.

Un año más tarde, reiteraría:

En los tiempos que vive la nación, en los que la sensibilidad a la crítica se torna en hipersensibilidad, EL UNIVERSAL continuará adelante con su línea, convencido de que aquella es más útil que las lisonjas que solo ensoberbecen y enturbian el panorama.

Ese día, en 1993, manifestó:

La critica incómoda frecuentemente y hasta irrita en ocasiones. Sin embargo, es necesario hacerla, porque contribuye a esclarecer y a buscar mejores caminos de solución. La libertad de prensa, que es norma cotidiana en EL UNIVERSAL habrá, pues, de continuar; a plenitud y severidad si se quiere, pero respetuosa siempre.

Ejercicio y defensa de la libertad; cumplimiento de una obligación: informar, convicción del licenciado Ealy Ortiz que ha llevado a la práctica, también con audaces iniciativas.

    Las páginas editoriales de EL UNIVERSAL se abrieron a la oposición, dieron su espacio a la pluralidad con aquellas colaboraciones que Heberto Castillo enviara preso en Lecumberri, pero libre en su dignidad, y que nunca se cerraron. Pese a las presiones, la firmeza de Ealy Ortiz pudo más; y a poco, llegaron más colaboradores hasta que se logró que en las paginas editoriales convivieran y debatieran representantes de todas las tendencias ideológicas, de todas las militancias partidistas.

    La información también se pluralizó, también atendió a todas las voces, presentándolas sin manipulación, para que sea la opinión pública la que las escuche y determine.

    Una nueva contienda electoral estaba por iniciarse. Era el año de 1982. Competian siete candidatos a la presidencia de la República. Entonces, fue EL UNIVERSAL el primer periodico que tuvo enviados especiales acompañando permanentemente a cada uno de los contendientes.

Cobertura en el proceso editorial de 1994     Y con cada uno de los candidatos, a invitación de éstos, que reconocieron su iniciativa, estuvo el licenciado Ealy Ortiz en diversas etapas de sus campañas.

    En 1988, otra vez, "El Gran Diario de Mexico" tuvo en sus páginas la información con enviados especiales en las campañas de los, entonces, cuatro candidatos a la Presidencia de la República, y también en esa ocasión fue invitado por ellos el licenciado Ealy Ortiz.

    El recuerdo y la tinta de esta reciente elección, la más comprometida de todas, la que culminó con los comicios del 21 de agosto, aún están frescos.

    Y una vez más, EL UNIVERSAL marchó a la vanguardia. Así, once reporteros siguieron día a día, todo el recorrido, todas las etapas de las campañas de los nueve candidatos a la presidencia de la República diariamente, letras e imágenes, la información de los candidatos en campaña, llegaron a los lectores.

    Ya en el mes de agosto, en la parte más candente de la contienda, por instrucciones de Juan Francisco Ealy Ortiz, EL UNIVERSAL publicó durante tres días consecutivos, entrevistas exclusivas con los tres principales aspirantes a la Presidencia de la República: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, del PRD; Diego Fernandez de Ceballos, del PAN; y Ernesto Zedillo Ponce de León, del PRI. Las tres entrevistas fueron publicadas a ocho columnas.

    Y el mismo día de la votación,director, coordinador de todo un esfuerzo compartido por cientos de personas, integrantes de la familia de EL UNIVERSAL, mientras el imponente rugido de las rotativas indicaba que estaba ya saliendo a la luz el testimonio, una página de la historia de México.

Mural alusivo a las artes gráficas.     El despliegue informativo continuó en los días siguientes. Con objetividad, sin distorsiones, EL UNIVERSAL presentó a sus lectores datos, cifras, opiniones y pronunciamientos de todos los protagonistas, labor reconocida en diversos círculos, como la misma tribuna de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, donde en un debate sobre el papel de los medios de comunicación, el senador Miguel Alemán reconoció el equilibrio de EL UNIVERSAL en la cobertura de los comisios, un pronunciamiento que no fue rebatido en modo alguno.

    EL UNIVERSAL sigue adelante, participando en una historia que no tiene epílogo, y dentro de ella, otra historia, la de una labor a lo largo de 25 años, los primeros 25 años de Juan Francisco Ealy Ortiz como guía de una empresa que, cual ave fénix, de las que parecían cenizas levantó el vuelo.

    Hoy en los nuevos tiempos, con una tecnología de punta, con sistemas administrativos modernizados, Ealy Ortiz ha logrado que EL UNIVERSAL, el diario decano de los que se publican en la ciudad más grande del mundo, tenga un equipo humano cada vez mejor capacitado.

    De esa redacción que él encontró hace ya un cuarto de siglo, permanecen las enseñanzas, los recuerdos; pero hoy la que corre es la sangre joven, la que vibra en el diario ejercicio de una libertad fundamental. En la planta de reporteros, el promedio de edad en inferior a los 30 años; hay una gran participación de la mujer, que no está ya cautiva en la sección de sociales, sino que participa en todas las fuentes. Una redacción renovada, donde el 80% cuenta con estudios profesionales.

    Pero sobre todo, un grupo de seres humanos que forma un equipo, que tiene espíritu de superación, que trabaja en armonía y que reconoce y sigue a quien más que su director es su compañero y su guía.

    EL UNIVERSAL, a lo largo de 25 años; Juan Francisco Ealy Ortiz y su primer cuarto de siglo al frente de una empresa en constante evolución; un hombre libre y un medio libre, una historia sin epílogo, que continuará escribiéndose día tras día, sin ataduras, sin nada que ocultar, de manera incesante, porque el seguir un ideal no admite descansos.

Los nuevos retos
Indice