Aguas potables.

      La abundancia y la pureza del agua es una de las circunstancias más indispensables en toda población, supuesto que después del aire el agua es el alimento principal del hombre. Entrando como componente en todos los alimentos, la pureza de éstos deriva principalmente de la naturaleza del agua. Si las poblaciones estuvieran penetradas de la necesidad que tienen de proveerse de buena agua potable sacrificarían cualquiera otra mejora, no solamente útil sino hasta indispensable, por conseguir agua pura y abundante. En todas las ciudades donde se ha mejorado la calidad del agua, el resultado inmediato ha sido el mejoramiento de la salud de los habitantes y la disminución de la mortalidad.

      Las condiciones que debe reunir el agua para que se le considere como potable han sido perfectamente estudiadas por la Comisión de Aguas de Viena1 y las conclusiones a que llegó, aceptadas casi universalmente, serán las que nos sirvan de guía para el estudio de las aguas de la República, dicen así:

" 1° Una agua irreprochable, bajo todos aspectos, debe ser limpia, incolora é inodora.
"2° No debe contener sino una pequeña cantidad de materia sólida y ninguna materia organizada. " 3° No debe encerrar como tierra alcalina sino 18 centígramos, cuando más, de cal por litro.
" 4° Las sales solubles por sí mismas no deben formar sino una fracción mínima. Es necesario,
 
      sobre todo, que los nitratos y los sulfatos no figuren en cantidad notable.
"5° La composición, de la misma manera que la temperatura del agua, no deben variar en las
 
      diferentes estaciones sino en muy cortos límites.
"6° Se deben evitar los afluentes de cualquiera clase que puedan alterar la pureza del agua.
"7°
No pudiendo llenarse las condiciones precedentes sino por una agua delgada de manantial, sólo
 
      ésta es propia para emplearse como agua potable.
"8° La industria exige una agua que debe ser casi de la misma composición
"9° El agua de río, las veces que pueda obtenerse limpia, puede servir para las necesidades de la
 
      industria; pero no puede emplearse como agua potable porque no llena las condiciones        enunciadas en las conclusiones 5ª y 6ª,
"10° Para el riego y la limpieza de las calles, se puede emplear cualquiera clase de agua siempre
 
       que sea inodora y que no encierre muchas materias en descomposición."

 

      La cantidad de materia sólida que el agua pueda contener como máximum para que se le considere como potable, es de 50 á 60 centígramos, según el Congreso sanitario de Bruselas y los químicos del Laboratorio Municipal de París. La tierra alcalina, ó Io que es lo mismo, las cantidades de sulfato de cal y de magnesia, deben ser inferiores á 20 centígramos y no pasar nunca de 25. Los ácidos sulfúrico y nítrico, en una agua de buena calidad, no deben exceder, el primero de 63 milésimos y el segundo de 4 milésimos. La materia orgánica no debe ser mayor de 5 milígramos, según los químicos del Laboratorio Municipal de París y de 3 a 5 centígramos, según la Comisión de Aguas de Viena.

      Entre los caracteres fáciles de apreciar que presentan las aguas potables, uno de los principales es la observación de los seres que viven en el agua, pues como dice el Dr. Peñafiel: 2"Los peces señalan la uniformidad de temperatura y la pureza de los gases disueltos; los moluscos, la renovación frecuente de esas aguas y la presencia de las sales de cal con que fabrican sus pequeños caracoles; las plantas acuáticas, la trasparencia de las aguas que permite á la luz llegar hasta donde extienden su follaje en el interior de los manantiales. En Europa el berro fontinal es la más delicada de las plantas acuáticas y su presencia caracteriza las aguas excelentes; las nínfeas ó nenúfares pertenecen á las aguas medianas, el arundo phragmites, la más robusta de las plantas acuáticas, caracteriza las infectas; de los moluscos se encuentran la Physa fontinalis, en las aguas puras; en las potables comunes, la valvata piscinalis, la limnoea ovata y stagnalis, y el planorbis marginatus; el Cyclas cornea, la Cythinia impura y el planorbis corneus se hallan en las medianas: ningún molusco vive en las aguas infectas."

      A pesar de todo, es preciso convenir en que en muchas circunstancias, como veremos en la tercera parte, sólo la experiencia y la observación cuidadosa y sostenida, son capaces de poner de manifiesto la presencia de ciertas impurezas que originan trastornos graves en la salud.

      Tenemos una idea menos que aproximada de la naturaleza de las aguas que se usan como potables en la República,, pues conocemos nada más sí provienen de manantial, río, pozo ó lluvia, y si son dulces ó saladas. De un modo general, tratándose de la República, no se puede decir que una agua sea potable ó no, porque provenga de manantial ó de río, supuesto que tenemos vastas extensiones de territorio casi despobladas; espacios de muchas leguas frecuentemente entre población y población; manantiales que aunque en su origen son de agua pura, ésta se vuelve impotable por los defectos de su conducción; en suma, ríos que se pueden considerar como manantiales en el momento que entran a una población,. porque sus aguas se han purificado por la suficiente oxigenación y los numerosos afluentes de agua pura, y manantiales que por los defectos de la conducción, como antes decíamos, se pueden considerar como ríos cuando pasan por las poblaciones.

      El agua de casi todos los pozos comunes de la República, sí se puede considerar como impropia para la alimentación, pues no tenemos todavía en ninguna parte un buen sistema de canalización para la salida de las aguas de desecho de los usos domésticos y de las materias excrementicias, y el suelo de las poblaciones está muy infestado con materia orgánica y organizada, la cual se infiltra en los pozos; si á esto se añade que éstos no están en muchos casos suficientemente lejanos de los comunes, se comprenderá que la infección del agua tiene que ser de aquellas que originan los más graves ataques á la salud.

      Para el estudio de la pureza de las aguas de la República, consideraremos: primero, impurezas que puedan provenir del origen del agua; segundo, impurezas añadidas durante el curso de las aguas en ríos, arroyos, canales, acueductos, etc.; tercero, impurezas agregadas en las fuentes ó depósitos de agua, públicos y particulares; cuarto, sustancias impuras mezcladas durante el trayecto ó trasporte de las aguas de las fuentes ó depósitos al interior de las casas.

       Impurezas que pueden provenir del origen del agua.

      La formación geológica de un Distrito influye necesariamente sobre la calidad del agua que en él se encuentre; mas como tenemos datos escasísimos sobre la naturaleza de los terrenos de la República, no podemos decir hasta qué grado pueden tener parte en la composición de las aguas. El que provenga una agua de manantial, río, pozo o lluvia, no da idea de su potabilidad, y menos observando dichas aguas en las habitaciones mismas, donde según la manera como ha llegado y la clase de recipientes que la contienen, puede haber variado muchísimo su composición; sin embargo, de una manera general que sufre muchas excepciones, se puede decir que es más pura el agua de manantial, luego la de río y después la de pozos poco profundos. El agua de lluvia es muy pura y agradable antes de ser guardada en los depósitos, los cuales por los defectos de su construcción pueden considerarse como unos verdaderos pozos generalmente. Los datos que poseemos sobre la naturaleza de las aguas de la República son demasiado incompletos, pero puede ser útil darlos á conocer, y por lo mismo veremos ahora lo más notable de la distribución geográfica de las aguas de manantial, río, pozo, lluvia, y del agua salada.

      Se puede ver en las cartas relativas á las aguas, que algunos Distritos figuran con el mismo color en dos ó tres de ellas; esto es debido á que consumen casi en la misma proporción de las diversas clases de agua.

      En la carta número 6 se pueden ver los Distritos que consumen agua de manantial. Se nota á primera vista que en todos los Estados se hace uso más ó menos cantidad de dicha agua, exceptuando los Estados de Sinaloa, Tabasco y Campeche, y una gran parte de los de Sonora, Durango, Nuevo León, Veracruz, Querétaro, Chiapas y Yucatán.

      La zona de la República en que es mayor el consumo de agua de manantial, es también aquella donde la población es más abundante, y está formada por los Estados de Jalisco, Michoacán, México, Distrito Federal, Hidalgo, Puebla, Tlaxcala y la parte central del Estado de Veracruz.

      Los Distritos que consumen agua de río se pueden ver en la carta número 7. Al examen de esta carta se notará que hay una extensión un poco mayor de territorio en la República, donde se consume agua de río, que aquella en la que se consume de manantial; mas la primera está muy escasamente poblada, y en la segunda es mayor la densidad de la población.

      De 0 metros á 1,000 metros de altura sobre el nivel del mar, ó lo que es lo mismo, en la tierra caliente, la mayor parte de las Municipalidades que forman los Distritos, consumen agua de río; de 1,000 metros para arriba, si exceptuamos el Estado de Durango y algunos Distritos en corto número de los otros Estados, la mayor parte de las Municipalidades consumen agua de río en corta cantidad, ó no la consumen del todo.

      Los Distritos que consumen agua de pozo se pueden ver en la carta número 8, donde se observa que hay seis puntos donde el consumo es muy notable, y son: toda la parte occidental del Estado de Sonora, la parte Sur de la Baja California, la parte N.E. del Estado de Durango y casi todos los Estados de Nuevo León, Tabasco, Campeche y Yucatán. Hacía el centro de la República se nota el Estado de Aguascalientes y los Distritos inmediatos á este Estado, correspondientes a los de Zacatecas, San Luis Potosí y Jalisco, donde el consumo de agua de pozo es casi general. Si exceptuamos algunos Distritos de los Estados de Guanajuato, México, Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Veracruz, en todos los demás Estados se consume muy poca agua de pozo.

      Los lugares de la República donde se consume agua de lluvia (véase la carta número 9), son excesivamente escasos, y no llaman la atención, sino tres zonas geográficas, á saber: la de los Distritos de Morelos en el Estado de México, de Alatriste en el Estado de Puebla, de Yautepec en el Estado de Morelos, y la mayor parte de los Estados de Tabasco, Campeche y Yucatán. En el resto de la República se hace muy poco uso del agita de lluvia.

      Las poblaciones en que se hace uso de agua salada son en un n muy corto, exceptuando la parte central del Estado de Zacatecas, la oriental del Territorio de Tepic y del Estado de Michoacán, la zona comprendida entre la parte Norte del Estado de México y la Sur del Estado de Hidalgo, la comprendida entre la parte Sur del Estado de Puebla y el Norte del Estado de Oaxaca, y los límites entre los Estados de Veracruz y Tabasco.

      En todos los otros Estados de la República hay algunas regiones, poco extensas, donde se consume el agua salada, exceptuando los Estados de Sonora y Aguascalientes y el Distrito Federal donde toda el agua que se consume es dulce.

       Impurezas añadidas durante el curso de las aguas en ríos ó arroyos, canales, acueductos, etc.

      Los conductos que llevan el agua á las poblaciones, cuando están abiertos y al nivel del suelo, pueden recibir una gran cantidad de materias orgánicas, tanto vegetales como animales, y entre éstas, en los puntos inmediatos á los lugares habitados, todas las aguas de desecho de usos domésticos y de las fábricas é industrias, y lo que es peor, materias excrementicias. Como los ríos están situados en las partes más bajas de las diversas comarcas, á ellos van á dar inevitablemente todas las impurezas de que acabamos de hablar. Hay muchas poblaciones situadas unas abajo de otras á la orilla de los mismos ríos, y haciendo uso de esa agua en mayor ó menor cantidad tienen que tomarla impura cuando se hallan á corta distancia unas de otras. Afortunadamente en la República no es muy común que se hallen a corta distancia lugares muy poblados situados uno á mayor altura que otro y que, hagan uso del mismo río. Estando, como de ordinario se hallan las ciudades muy pobladas á muchos kilómetros de distancia unas de otras, la oxidación de la materia orgánica á consecuencia de la aereación que sufre el agua por las caídas numerosas que tiene en su curso, visto lo accidentado de nuestros terrenos, lo mismo que los afluentes de agua pura que recibe el río en muchos casos, pueden disminuir la impotabilidad del agua ó aun purificarla, aunque raras veces, completamente.

      La polución de las aguas por los desechos de fábricas ó industrias se suele observar en muy corta escala en algunas poblaciones de la República, pues nuestra industria manufacturera se halla todavía al estado naciente. Lo que sí es común en varios Distritos mineros es la impurificación de las aguas por algunas sustancias minerales y en particular por diversos compuestos ferruginosos. Es tanto mas punible este des cuido cuanto que por la adición á las aguas de otras sustancias químicas se pueden precipitar todos los metales, dejando á dichas aguas completamente puras.

      No solamente los ríos sino también los manantiales se convierten a veces en verdaderos caños de aguas sucias por el imperdonable descuido de las poblaciones. En efecto, es muy común que los animales y las gentes se bañen en los acueductos, que se lave la ropa y toda clase de utensilios á orillas de los mismos, y en suma, que el agua de un manantial pura y cristalina en su nacimiento, llegue á las poblaciones llena de impurezas orgánicas é inorgánicas, de color amarillo de ocre, y de un sabor desagradable. Creemos que varias enfermedades, como veremos en la tercera parte, deben su causa principal á estas impurezas del agua.

      En las principales ciudades de la República tenemos acueductos de mampostería ó tubos de fierro ó de barro para la conducción de las aguas; pero en las poblaciones de corto vecindario llega el agua potable en caños abiertos en la tierra y con los inconvenientes que hemos señalado.

       Impurezas agregadas en los depósitos ó fuentes de agua públicos y particulares.

      En la ciudad de México ya se está siguiendo el ejemplo de otras ciudades de Europa y América al cambiar las fuentes de agua para usos alimenticios, por unos simples surtidores con llave; en efecto, son tan frecuentes las causas que mancillan el agua de las fuentes, que sería largo enumerarlas, y mencionaremos solamente las principales que son:

         El polvo y las basuras de toda clase.
      
Las suciedades de las bocas, manos y utensilios (hasta borcelanas) que sumergen en las              fuentes; y
       El agua sucia de las paredes y techos.

      En algunas casas se han evitado esos inconvenientes, poniendo a la fuente una tapa con su llave, pero todavía no se generaliza suficientemente esta precaución. Además, el lavado de las fuentes ó se hace muy de tarde en tarde ó no se hace del todo, y las diversas sustancias que el agua lleva en suspensión y que se han acumulado en el fondo de la fuente unidas á" diversas plantas acuáticas, van haciendo perder al agua poco a poco sus cualidades saludables.

      Lo dicho anteriormente pasa todavía en mayor escala en los depósitos o tinacos situados generalmente en las azoteas y a donde se sube el agua con las bombas antes de ser distribuida. Colocados en lugares que algunas veces son casi inaccesibles y siendo sumamente profundos, ni se intentan lavar jamas. Al vaciarse completamente quedan los asientos impuros que calentados por los rayos solares entran en putrefacción y se mezclan después al agua que sube de nuevo. Además, como estos depósitos están en comunicación con todas las dependencias de las casas, inclusive el común, suelen dar paso al aire infecto de éste cuando estén vacíos, y aun dadas ciertas circunstancias especiales como de un viento fuerte y otras, las materias fecales mismas tienen acceso. De aquí viene el precepto ahora exigido en Inglaterra y los Estados Unidos de que el depósito de agua del común sea distinto el principal de la casa, y sólo sirva para su objeto.

      En los pozos poco profundos se añaden al agua otras causas de insalubridad además de las enunciadas, como son las infiltraciones de aguas cargadas de materias orgánicas en putrefacción que provienen del suelo inmediato y entre éstas muy frecuentemente las de materias fecales.

      La extensión de terreno al que sirve de drenaje un pozo común, varía según la naturaleza del suelo; mas según las experiencias hechas en varios países es igual á cuatro veces la profundidad del pozo y aun es mayor muy frecuentemente. De aquí resulta que dada la situación de los pozos en las casas y la distancia que guardan del común, albañales y caños, se puede asegurar que ha de ser una excepción encontrar un pozo de agua saludable.

       Impurezas mezcladas durante el trayecto ó transporte de las aguas de las fuentes ó depósitos           al interior de las casas.

      Si el agua es distribuida a mano por medio de cubos, barriles ó chochocoles, como pasa en multitud de ciudades pequeñas de la República, hay una gran probabilidad de que sea mancillada. Y mientras se pueda sustituir en todas partes este sistema primitivo por el de cañerías cerradas, debería de haber la inspección de los recipientes y el examen aunque fuera superficial del agua que se acarrea.

      No es muy raro, en efecto, que los aguadores o mozos por evitarse dar unos pasos mas, lleven el agua de cualquiera acequia ó pozo que tenga el agua limpia en lugar de llevarla de la fuente de agua potable. Hace poco tiempo fui consultado en San Ángel, municipalidad del Distrito de Tlalpan, por una familia que se había enfermado en su totalidad de diarrea sin tener causa determinada á que atribuirla; hecho el análisis del agua resultó que contenía una gran cantidad de materia orgánica, y el criado confesó que la traía de una zanja inmediata en lugar de tomarla de la casa del Padre Capilla, que por aquellos rumbos tiene fama de ser de muy buena calidad.

      Pero aun en las cañerías mismas se puede contaminar el agua de materias nocivas por los descuidos de la inspección conveniente. Hecha una ruptura por pequeña que sea, cuando falta el agua de la cañería, entra el agua del suelo y los gases de la putrefacción que llevan consigo miasmas nocivos, y así se han podido explicar muchas veces los des arreglos en la salud que se han notado en varias personas.

 


 

1*Guide pour l'analyse de l'eau, par le Docteur E. Reichardt. -París, 1876.

2*Memoria sobre las aguas potables de la Capital de México.-México, 1884.