Composición del aire.

      Aunque hemos dicho en el capítulo II, que la cantidad de oxígeno del aire disminuye con la altura, no disminuye con relación al ázoe en la proporción en que se encuentra en toda la atmósfera, pues tanto aquí como en cualquiera otra parte del mundo, siempre se ha encontrado que el aire es una mezcla de oxígeno y ázoe en la proporción de 0.21 del primero, y 0.79 del segundo. La cantidad de ácido carbónico contenida en el aire libre, tampoco varía en proporciones de importancia, de manera que las solas alteraciones en la composición del aire, se refieren á los cambios en el estado bajo en el cual existe el oxígeno, y á la presencia de las impurezas.

      El ozono es un estado alotrópico del oxígeno, cuya cantidad, según algunos autores, varía en los diferentes climas, y aun les imprime un aspecto característico. Se han ideado para la investigación y dosificación del ozono, diferentes reactivos; mas como todos ellos pueden ser influidos por otros agentes distintos del ozono, esta clase de investigaciones se halla en la actualidad casi abandonada, sobre todo después de la conclusión á que llegó el Congreso Meteorológico de Viena, que fué la siguiente: "Los métodos que existen para determinar la cantidad de ozono en la atmósfera, son insuficientes, y el Congreso, por lo tanto, recomienda que se hagan nuevas investigaciones para el descubrimiento de métodos mejores."

      Con respecto á las impurezas del aire, pueden provenir, las más importantes, del hombre y de los animales o del suelo. Como en la tercera parte, al tratar de las enfermedades, nos hemos de ocupar de está clase de impurezas, en este capítulo diremos algo de lo relativo á pantanos solamente, supuesto que el ser un lugar pantanoso ó no, se considera como una circunstancia del clima, y cuando se dice un clima saludable ó malsano, se habla en lo general de si el suelo no contiene ó contiene terrenos pantanosos, que son una de las causas que originan mayor mortalidad en ciertas regiones, produciendo las calenturas, diarreas, etc.

      Los Distritos de la República en que hay pantanos, se pueden dividir en dos clases: (véase la carta número 5) aquellos que tienen terrenos pantanosos en todas las Municipalidades, y los que los tienen solamente del 4 al 50 por ciento de las mismas. Los primeros son más abundantes en la tierra caliente, pues tenemos Mocorito, Cósala y Mazatlán, en Sinaloa; Santiago, Compostela y San Blas, en el Territorio de Tepic, Medellín en Colima; Coalcomán en Michoacán; Unión en Guerrero; 5° Distrito en Nuevo León; Tuxtla en Veracruz; Huimanguillo, Cunduacán y Tacotalpa, en Tabasco; todos los Distritos del Estado de Campeche; Hunucmá, Ticul y Tekax, del Estado de Yucatán. En la tierra templada tenemos noticia de la Barca y Sayula, del Estado de Jalisco; Zinapécuaro de Michoacán; Abasolo de Guerrero; Tetecala, Cuautla y Jonacatepec, de Morelos; Zacualtipán de Hidalgo, y Tolimán de Querétaro. En la tierra fría hay nada más los de Xochimilco y Tacubaya en el Distrito Federal, y el de Zaragoza en el Estado de Tlaxcala.

      Los Distritos moderadamente pantanosos abundan en los Estados del Golfo y del Pacífico, y son algo más raros en los Estados del Centro, exceptuando á Guanajuato y el Estado de México.