a) La conservación "in situ" del lobo mexicano. La Reserva de la Biósfera "La Michilía" forma parte del programa MAB (Man and the Biosphere), en la cual uno de sus objetivos es conservar el germoplasma en áreas representativas de ecosistemas naturales para asegurar la continuidad de la diversidad animal y vegetal (Halffter 1984). El proyecto del lobo mexicano, intenta llevar a cabo la filosofía de las Reservas de la Biósfera y del MAB, al conservar "in situ" una especie catalogada en peligro de extinción. 

   Se cuenta con un corral de 1.2 Ha. de superficie, cercado con malla ciclónica de 2.5 m de altura y enterrada 1 m, y un depósito para agua de 2x2x1 m, para el alojamiento de un grupo de lobos. Este corral se localiza en un bosque de Pino-encino a 1 km de distancia de la Estación Biológica "La Piedra Herrada" de la Reserva de la Biósfera "La Michilía", en el Estado de Durango. 

   Se ha observado que la alimentación y el tipo de presa que se les aporte a los lobos determinará su desarrollo social como "lobos en su medio natural". Para lo cual es muy importante que se tengan fondos para la adquisición de ungulados viejos, que serán puestos como alimento. También son necesarias instalaciones para la crianza de conejos, los cuales durante algún período del año se les aportará como alimento preferentemente. Con esta variación en el aporte del tamaño de presa se podrán obtener mejores datos y argumentos para determinar el tamaño de grupo óptimo en el lobo en México en base a la disponibilidad y accesibilidad de presas. 

   b) Implementar un plan de intercambio de ejemplares. Es necesario organizar a los encierros que actualmente tienen lobos mexicanos y fomentar un programa conjunto de reproducción donde exista un real y eficaz programa de intercambio de machos y hembras para evitar los posibles "daños genéticos" a la especie. Para esto se implementará un programa de registro (pedigree) de cada uno de los lobos que existan, nazcan y mueran en los encierros de México. Ya que el conocimiento del pedigree es muy importante para evitar los caracteres letales, y de esta manera tratar de disminuir los efectos de la endogamia (Soulé 1986). Esta es una técnica muy utilizada por los mejoradores de ganado y que podría ser exitosa en la reducida población de lobos mexicanos que se pretende manejar "in situ". Y si a esto le incorporamos nuevos ejemplares obtenidos de medio silvestre, la posibilidad de que características no deseables, la pérdida o disminución del acervo génico se reducirán significativamente. Es necesario por tanto obtener animales silvestre para involucrarlos en el plan de recuperación. 

   El intercambio de los ejemplares no se realizará al azar, se escogerán a los individuos reproductivos en base a sus características conductuales, rango social dentro de su grupo y características fenotípicas. También se pretende realizar un intercambio de cachorros y/o animales juveniles, que en el medio natural en esta edad se dispersarían, de ésta manera tratar de simular los factores que se presentan con las poblaciones silvestres (Mech 1987). 

   Aquí es necesario presupuesto para jaulas de traslado, transportación de los ejemplares a intercambiar y viáticos para las personas responsables del traslado. 

   c) Estudios biológicos y ecológicos. A través de métodos de observación, mediciones y pesajes periódicos, colectas de excretas, de muestras de sangre de los ejemplares en cautiverio, se pueden conocer una serie de características fisiológicas, que a la fecha no se saben del lobo mexicano. Para esta parte son necesarios el instrumental veterinario para el manejo, contención y profilaxis de los animales. 

   d) Estimaciones poblacionales. Se sugiere que los métodos y técnicas de censos para lobos mexicanos no deben ser los mismos a los utilizados en regiones boreales (U.S.A. y Canadá), debido principalmente a factores como:   

i) La topografía de la Sierra Madre Occidental, es muy accidentada, en contraste con las planicies de los bosques de Canadá donde habita el lobo, por lo que censos aéreos no aportarán resultados  satisfactorios, en función del costo monetario para invertirse y serían muy inseguros.  Los censos aéreos son los más usados en Canadá para estos carnívoros, sin embargo en nuestro país no es lo más aconsejable. A menos que ya sea una técnica confirmatoria.

ii) Los hábitos sociales del lobo en México, de reunirse en pequeños grupos o parejas, hace más difícil su percepción en el campo, por lo que la sola utilización de la técnica de aullidos (reclamos) no sería buena, al igual que la de estaciones olfativas.

   Encuestas. Estas se realizarán en las uniones ganaderas regionales como primer paso, posteriormente se trabajarán en las zonas donde exista información objetiva de la presencia de lobos. En las entrevistas con los rancheros se evidencía el conocimiento que éstos tienen sobre el animal, lo cual puede ser una medida de la veracidad del interrogado. Ya que se ha visto que donde aún hay lobos los lugareños conocen bien los hábitos  de éstos, que son muy diferentes a las fantasías e historias anecdóticas que son comunes para describir al lobo en nuestras regiones montañosas. 

   Estaciones Olfativas. En zonas donde las entrevistas aporten resultados positivos se trabajará con las estaciones olfativas, las cuales consisten en un círculo de 1 m de diámetro de arena fina tamizada, en cuyo centro se coloca un atrayente oloroso específico, ésta se deja activa durante una noche y al siguiente día se verifica la llegada de algún carnívoro por medio de las huellas que dejó. Esta técnica es muy utilizada en Norteamérica para determinar las abundancias relativas de carnívoros principalmente (Linhart y Knowlton 1975, Peters y Mech 1975, Servín 1985). 

   Estímulos Auditivos. Consiste en poner una grabación de aullidos de lobo durante un transecto previamente establecido, y esperar la respuesta de algún lobo que la escuche. Este método es utilizado para conocer la presencia y tamaño del grupo, y esta técnica tiene un gran potencial de uso en condiciones de difícil acceso como en la Sierra Madre Occidental (Fuller 1987, Harrington y Mech 1982, Servín 1986). 

   Presencia de Madrigueras Activas. Esta es una prueba confirmatoria de la presencia de animales adultos reproductivos, además que de las madrigueras se puede obtener una gran cantidad de información biológica adicional que son desconocidas para el lobo mexicano en estado silvestre, como es el número de cachorros presente, número de adultos, hábitos alimenticios etc.