MVZ. J. Arturo Rivera Rebolledo
MVZ. Gerardo López Islas
P.BIOL. Carmen Vázquez G.
Zoológico San Juan de Aragón. Sección
Veterinaria.
La propagación de especies raras y en peligro de extinción
es uno de los principales objetivos de los zoológicos modernos.
La presión ejercida sobre la vida silvestre por el crecimiento de
la población humana con la resultante destrucción de su hábitat
ha dado lugar a la necesidad de salvaguardar algunas especies en los zoológicos,
tal es el caso del lobo gris mexicano (Canis lupus baileyi)(1).
En el año de 1987 ingresaron a la colección
del Zoológico San Juan de Aragón (ZSJA), una pareja de lobo
gris mexicano (C. l. baileyi) de linaje registrado con el objetivo de iniciar,
a través de un proyecto internacional con el Servicio de Pesca y
Vida Silvestre de E.U. (USFWS), la reproducción en cautiverio de
esta especie.
La pareja inicial fue recibida el 30 de Octubre y alojada
en un albergue que consistía de: a)dos casetas intercomunicadas
con pisos y paredes de cemento, y b) área de exhibición
con pisos, paredes y fosos de cemento, sin ambientación. En
este albergue dicha pareja dio origen a cinco lobos en dos camadas sobreviviendo
cuatro de ellos, además de presentarse la tercera gestación.
Sin embargo, dado que el proyecto de reproducción
del lobo gris en cautiverio contempla la introducción de la pareja
inicial y su descendencia en un albergue con las características
que describiremos más adelante, y dadas las limitantes del albergue
inicial, es que se decidió la construcción de un nuevo albergue
en el ZSJA . Por esta razón, el objetivo del presente estudio, es
la evaluación del nuevo albergue del lobo gris mexicano, según
las recomendaciones del Equipo de Recuperación del Lobo Gris Mexicano
(MWRT), así como describir brevemente la conducta de esta subespecie
en el mismo.
En nuestra experiencia, un albergue funcional en un
Zoológico moderno, debe tener una triple función:
Alojamiento adecuado para la especie en cuestión.
Exhibición agradable para el público
y adecuada para que el ejemplar realice sus funciones vitales.
Seguridad para el manejo de los ejemplares y
de los técnicos encargado del mismo.
Es lógico pensar que estas tres funciones están
íntimamente relacionadas con las áreas que deben conformar
un albergue:
Área de exhibición.
Área de alojamiento, refugio de casetas.
Área de manejo.
Según el MWRT (3) con la finalidad de proveer
a los lobos mexicanos un albergue seguro, este debe poseer las siguientes
características:
1) Ser seguro de los intrusos.
2) Proveer suficiente privacía a los ejemplares para que sean
molestados lo menos posible.
3) Proveer suficiente espacio.
4) Proveer suficientes materiales naturales para realizar sus funciones
vitales básicas, como piso de tierra, troncos huecos, pilas de troncos
y rocas.
Además, el mismo equipo señala las siguientes
especificaciones para su construcción:
-
Un área mínima de 929 m2 para 2 adultos con crías.
Área de exhibición. Las áreas de sombra
natural son recomendables.
-
Los arbustos de diámetro reducido deben ser protegidos para evitar
que sean roídos por los lobos.
-
Los cercos deben ser de malla ciclónica de 2.5 m de alto, con
alambre calibre 9-11. con 60 cm de voladizo hacia el interior del albergue
y en un ángulo de 45°.
-
El enrejado debe tener una base de concreto que desciende verticalmente
1.2-1.5.
-
Debe poseer fosos secos o con agua.
Área de casetas. Debe ofrecer facilidades para el transporte
de los ejemplares de un lugar a otro.
-
Debe ser un área fácilmente accesible al área de
exhibición.
-
Debe estar separada de las áreas de exhibición y manejo.
-
No deben ser albergados en concreto excepto en el caso de necesitar
algún tratamiento por un período corto u otra emergencia.
Área de manejo. Debe localizarse en un espacio abierto
aunque techado para evitar escapes.
-
Debe estar separada de las otras áreas por una reja más
delgada, muros o reja doble. La separación visual es aconsejable.
Por su parte, el nuevo albergue para los lobos mexicanos
de linaje registrado del ZSJA comprende un área aproximada de 2095
m2, divididos en tres áreas.:
Área de exhibición. Comprende
un área aproximada de 1974 m2 con cobertura vegetal casi en su totalidad
compuesta por un estrato arbóreo de olmo, fresno y cedro principalmente,
y uno herbáceo de pasto. El resto está cubierto por
cemento y tierra. Presenta además dos montículos de
tierra de 7.4 m de largo x 85 cm de altura máxima: tres atisbaderos
de madera: un bebedero tipo canoa con drenaje propio y plancha circundante
de cemento. Esta área está rodeada por malla ciclónica
de 2.5 m de alto con alambre calibre 9 y 60 cm. de voladizo hacia el interior
del albergue en un ángulo de 45°. Las ventajas que proporciona
esta área es el poseer el suficiente espacio, contención
adecuada y aislamiento de las demás áreas, así como
el dar una ambientación agradable al público y a los lobos.
Área de casetas. Es un área
de aproximadamente de 204 m2. Consta de tres casetas intercomunicadas
con paredes y piso de cemento. Estas casetas miden 4.8 m de largo
x 2.4-3.8 m de ancho c/u. Cada caseta posee tres puertas, una lateral
para la comunicación con la caseta de a lado: una interior para
la comunicación con el área de exhibición y una posterior
para su comunicación con el área de manejo: así
como una ventanilla que permite observar a los lobos en el interior de
las casetas. El piso de las casetas, con un declive hacia el desagüe,
esta totalmente cubierto por tarimas de madera con una elevación
aproximada de 5 cm. Cada caseta presenta a nivel del piso un bebedero.
Dentro de las ventajas que presenta esta área se encuentran el ser
casetas cómodas, suficientes en número, fáciles de
limpiar y espaciosas. Permiten el aislamiento temporal de los ejemplares
(parto, tratamientos, nuevo ingreso, etc.) así como el fácil
manejo de los mismos dentro de las casetas, de así requerirlo, o
el translado a la jaula de contención en el área de manejo.
Área de manejo. Consta de un patio
lateral y un pasillo posterior al área de las casetas. Aquí
se localiza el canal y registro del desagüe, las manijas para accionar
las puertas de las casetas, la instalación del agua de los bebederos
de las casetas y una puerta lateral que comunica con el área de
exhibición. El área está parcialmente techada
por el voladizo del techo de las casetas. Las ventajas que presenta
esta área son el aislamiento del público y de las demás
áreas del albergue, la preparación de algún manejo
evitando que el ejemplar se entere antes de tiempo, la fácil reintroducción
a las demás áreas de un animal suelto accidentalmente.
Patrones conductuales. El nuevo albergue
fue diseñado pensando en que se pudieran manifestar patrones conductuales
observados en estado silvestre, como el excavar una madriguera cerca de
una fuente de agua, el confundirse con el paisaje, el encontrar diferentes
fuentes de alimento, o el enterrar este para su posterior consumo, entre
otros (2).
El translado al nuevo albergue implicó el encierro
de los lobos en las casetas durante cuatro días. Al ser liberados
fue notable la unión de la manada, el desplazamiento en grupo, los
descansos juntos prefiriendo permanecer de un solo lado y en la periferia
del albergue entrando con cierto recelo en las casetas por temor a volver
ser encerrados. Se observaron sometimientos de padres a hijos, la
pareja dominante realizó marcajes y vocalizaciones, sobre todo por
parte del macho; el juego fue considerable, Con el tiempo se fueron
dispersando en el albergue: descansaron en sitios particulares juntos o
separados; se desplazaban por todo el albergue sin problemas. El macho
alfa realizaba recorridos periódicos llevando la cola levantada
con mayor frecuencia que en el albergue anterior. El juego fue disminuyendo
presentándose por lo menos dos sesiones al día, una después
de comer y otra en a tarde o anochecer. Se fueron presentando paulatinamente
mayores tiempos de persecución a mayor velocidad por todo el albergue,
con cambios de dirección. La hembra juvenil, ahora ya adulta, fue
participando cada vez más en las interacciones con sus hermanos,
ya sea como juego, comportamiento afectivo o agresión. Actualmente
al disponer de un bebedero más grande se bañan diariamente
y beben con mayor comodidad. Arrancan y mordisquean ramas, hojas,
pasto y corteza. Entierran la carne para comerla posteriormente,
realizando también excavaciones de tamaño considerable, iniciando
incluso la hembra alfa una posible madriguera para parir, antes de ser
apartada en una caseta. Acostumbran hacer exploraciones a distancia
en los puntos altos del albergue, montículos y atisbaderos, aunque
en éstos últimos, solo han sido vistos los lobos de un año
de edad. En varias ocasiones se ha observado asecho e intentos de
caza de ardillas y aves; habiéndose encontrado cadáveres
de estos con indicios de haber sido parcialmente ingeridos por los lobos.
En una ocasión se observó a uno de ellos con un gorrión
en el hocico, el cual procedió a enterrar. Contrario a esto,
en el antiguo albergue apenas prestaban atención a las aves que
bajaban a comer. La actividad exploratoria se ha incrementado notablemente
en el nuevo territorio, aún al descansar es considerable el movimiento
de la cabeza y orejas.
CONCLUSIONES
El cambio a un albergue con características que representan
a las observadas en el hábitat natural ha permitido que los lobos
mexicanos manifiesten patrones conductuales normales en el estado silvestre,
que en el antiguo albergue no podían realizar de manera adecuada
debido al espacio y sustrato con que contaban, o de presentarse eran con
menor frecuencia.
BIBLIOGRAFÍA
1. Fowler, M.E.: Zoo and Wild Life Animal Medicine, 2a. ed. W.B.
Saunders Co. Philadelphia, U.S.A. 1986.
2. Mech, D.L. The Wolf. The Ecology and Behaviour of Endangered Species.
The Natural History Press. New York, U.S.A. 1970.
3. United States of America Fish and Wildlife Service.: The Mexican
Wolf ecovery Plan. U.S.F.W.S. Albuquerque, New Mexico, 1982.
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