Lucía
Martínez Moctezuma 
Instituto de Ciencias de la Educación. Universidad Autónoma
del Estado de Morelos
El
texto escolar constituye para el historiador que se interesa en el estudio
de la educación, en el desarrollo de las ciencias, en el de la
cultura o en el de las mentalidades, una fuente privilegiada sobre todo
cuando consideramos que durante mucho tiempo el libro de texto constituyó
la base principal de la práctica cotidiana de los profesores.
Los libros de textos se prestan al estudio serial donde el historiador
de la educación puede seguir, en la larga duración, los
títulos o las ediciones de un mismo libro, la aparición
y la evolución de una noción científica, de un método
pedagógico, de una técnica de impresión o el tratamiento
de un acontecimiento histórico o literario.

Durante el siglo XIX, el término libro (del latín liber,
libri) se refería a la reunión de muchas hojas de papel
vitela, ordinariamente impresas, cosidas o encuadernadas con cubierta
de papel, cartón, pergamino u otra piel, que formaba un volumen.
Las obras técnicas se clasificaban en libros de texto casi siempre
elementales y libros de consulta mas o menos extensos y dedicados a una
especialidad dentro de cualquier rama de conocimiento científico.
El libro de texto se definió exclusivamente como aquel que era
usado en las aulas para que en él estudiaran los escolares
.
A pesar de su uso corriente en el aula, el libro de texto no siempre gozó
de la aceptación de aquellos que intervenían en el proceso
escolar. A finales del siglo XIX, Carlos A.Carrillo, consideraba que los
maestros frecuentemente empleaban los libros de texto usando los antiguos
métodos, creyendo de buena fe que su uso era "compatible con
los procedimientos pedagógicos modernos"
.
Por ello invitaba a los maestros a servirse de la naturaleza y no de los
libros con el fin de imprimir a sus lecciones ese sello personal que se
reflejaba en las palabras de cada uno, con el fin de que el niño,
que ya conocía a sus maestros los entendiera y los comprendiera.
ENRIQUE C.REBSAMEN señalaba la importancia de contar con
un método de enseñanza mas saludable que acabara con la
antigua concepción de la educación: un libro, un maestro,
un discípulo. Sugería imponer el arte de las preguntas y
las respuestas, para el maestro propiciara el análisis profundo
y sagaz. En su opinión la verdadera concepción de la educación
era poner en contacto un pensamiento vivo con otro igual .
Esta posición se mantuvo hasta los debates pedagógicos de
1920, en los que se intentaba "enseñar para la vida"
como se muestra en el ejemplo del Estado de Tlaxcala, cuando el primer
Director de Educación reiteraba a sus maestros la consigna de no
leer directamente
a los niños sino de transmitir y explicar el conocimiento de manera
oral
.
A pesar de estas opiniones, el libro de texto logró imponerse.
Sin perder su espíritu éste ha conservado su definición
inicial aunque ha sufrido ciertas evoluciones .
Actualmente se le considera como una literatura compleja colocada y compilada
por varias partes interesadas (especialistas, autores, editores, autoridades)
con la intención de servir a un grupos de usuarios (maestros, estudiantes/alumnos),
padres de familia, etcétera 
El libro de texto forma parte de lo que hoy se denomina material didáctico
pues en la actualidad no representa el único instrumento al que
el profesor puede recurrir sino que forma parte de una serie con la que
puede ejercer su función docente textos manuscritos, textos
impresos, textos periódicos, documentos audiovisuales, educativos,
etc.
Los libros escolares son empleados en la enseñanza pero no están
ligados a una secuencia didáctica como los libros de textos que
son elaborados ex profeso para la enseñanza y de acuerdo con los
procesos didácticos específicos según la asignatura


Cualquier libro para niños es portador de ciertas implicaciones
sociales, políticas e ideológicas, desde los de historia
y civismo hasta los de ciencias naturales y matemáticas. Los libros
como objetos de valor, están inmersos en una compleja trama de
significaciones que van a impregnar de un determinado sentido al libro.
Por una parte, las condiciones sociales de producción las
relaciones entre el autor y el editor, las agencias de distribución,
las personas e instituciones a quienes está dirigido, el tipo de
consumo que se hace de ellos (una compra o un regalo). Por otra parte,
el conjunto de mensajes manifiestos y latentes que poseen, a través
del lenguaje, las imágenes, los temas, las alusiones, las omisiones,
las actitudes y las informaciones que promueven y el contexto en que las
ubican.
Así pues, el libro de texto, considerado como un elemento de comunicación
y de transmisión, es portador de una serie de representaciones
sociales encaminadas a modelar comportamientos y a orientar conductas
.
Concebido como un instrumento de poder, el Estado se ha visto forzado
a lo largo de su historia a controlarlo hasta poder orientar en su provecho
su concepción y su uso. México, al igual que países
como Algeria, China, Egipto, Irán, Marruecos, Siria, Túnez,
la Unión de Myanmar (exBirmania), Vietnam y otros, han adoptado
la edición de Estado y han ejercido un monopolio sobre su concepción,
su redacción, su edición, su impresión y su difusión
.
Es con esta visión, que un grupo de investigadores, orientados
en este campo de estudio, han recurrido al uso de los libros de texto
como fuente de sus inspiraciones. Desde el libro pionero de Josefina Vázquez
en los años 70, que abordó el tema del nacionalismo y la
educación en México y que motivó la elaboración
de algunas tesis de licenciatura; el seminario sobre la lectura de un
equipo de investigadores de El Colegio de México, que incluyó
también la lectura de revistas y periódicos en diferentes
épocas de la historia mexicana, hasta los seminarios y publicaciones
que han coordinado Carmen Castañeda y Luz Elena Galván
.
Actualmente el tema de los libros de texto sigue siendo una preocupación
de los historiadores mexicanos que han abierto su perspectiva hacia otros
caminos orientados al estudio de los libros de texto de diferentes disciplinas
como la historia, las matemáticas, la lectura, las lecciones de
cosas, el civismo, etc. o indirectamente a través del seguimiento
los empresarios editoriales .
Sin embargo, a pesar de la cantidad y calidad de estas investigaciones,
creemos que el tema del libro de texto no está del todo agotado
y aún posee muchas vetas por explorar. Como lo muestra la experiencia
en otros países como España y Canadá, cuyo interés
por el libro de texto ha llevado a los investigadores a establecer una
red que sostiene un proyecto a nivel internacional y a dar a conocer a
través del internet los fondos de una biblioteca al servicio del
investigador interesado en estos temas .
I.-LIBROS
DE TEXTO DURANTE EL SIGLO XIX EN MEXICO
Hasta después del movimiento de Independencia, la formación
elemental seguía siendo un importante transmisor de valores religiosos
donde el uso del Catecismo de Ripalda era el común denominador
y donde el alumno seguía manejando de memoria el alfabeto leído
y escrito y la tabla de aritmética. Ni antes ni después
se concibió que el maestro fuera quien transmitiera sus conocimientos
y mucho menos que estimulara cualquier proceso intelectual que no fuese
la recitación. La enseñanza formal seguía siendo
durante este período el mero aprendizaje textual de un libro o
trozo de él donde el maestro sólo se encargaba de ver que
la recitación se hiciera bien
.
Las ideas centrales en torno a los conceptos de paz, orden y progreso,
provocaron que se dé en el terreno de los libros de texto, un enfrentamiento
entre las ideas liberales y las nuevas ideas surgidas durante el siglo
XIX. Aunque en el liberalismo ya se habla de ideas como el progreso, éste
se entiende como algo espiritual. Se intenta caracterizar el clima educativo
bajo los postulados de educación popular, laica, gratuita y obligatoria
pero éstos no se encuentran insertos dentro de una doctrina coherente
y sistematizada pues hay una gran diversidad de planes de estudio, de
programas, de sistemas y de métodos
.
Será hasta el 2º Congreso de Instrucción Pública(1890-1891)
que se tomarán resoluciones importantes en torno a los libros de
texto. Para la Comisión de Enseñanza Primaria Elemental
formada por ANTONIO GARCIA CUBAS, ENRIQUE C.REBSAMEN, ANDRES OSCOY
y JUSTO SIERRA, el libro de texto representaba el auxiliar más
fiel del maestro, su propia guía encargada de promover el desenvolvimiento
integral de los alumnos mediante las verdades conquistadas y depuradas
que atesoraba el texto. Para estos intelectuales, los libros de texto
debían ser escritos breves, claros, precisos y económicos,
elaborados por conocedores del tema que consagraran su cariño a
la niñez y que fueran escritos conforme a los programas vigentes
de cada disciplina y se adecuaran los conocimientos al grado de desenvolvimiento
de los alumnos .
Libros de texto de varias disciplinas circularon por todo el país.
A partir de 1905 el Ministerio de Instrucción Pública y
Bellas Artes sugirió los mejores textos para los cuatro años
de las escuelas de Instrucción Primaria Elemental del D.F. y Territorios
Federales
(Véase Anexo 1 ).
Gracias a algunos trabajos de corte regional ahora sabemos que muchos
libros heredados de la Colonia y otros, como los que se presentan en este
anexo efectivamente circularon en las escuelas elementales y tuvieron
larga vida hasta la llegada del libro de texto gratuito en los años
60
.
1.-Las
disciplinas escolares
El
gobierno provisional de Manuel María Lombardini decretó
el 31 de marzo de 1853 que se enseñara la doctrina cristiana en
el Catecismo del padre Ripalda, en la Historia Sagrada por Fleuri, en
las Obligaciones del Hombre por Escoíquiz, las reglas de urbanidad,
la lectura, la escritura, la enseñanza de la aritmética
las cuatro primeras operaciones en enteros, quebrados y denominados y
elementos de Gramática Castellana
Con
la separación entre la Iglesia y el Estado se establecieron los
principios de la educación laica, gratuita y obligatoria . En 1861
se suprimió por primera vez la enseñanza del catecismo en
las escuelas dependientes del erario. El gobierno liberal encabezado por
Benito Juárez decretó que la primaria incluiría el
aprendizaje de las siguientes disciplinas escolares: moral, lectura, lectura
de las leyes fundamentales, escritura, elementos de gramática castellana,
aritmética, sistema legal de pesas y medidas y canto; el sexo femenino
aprendería además costura y bordado

En 1864, el gobierno imperial de Maximiliano promovió y apoyó
la elaboración de textos nacionales, dandole importancia a aquellos
que rescataran y estimularan el conocimiento de las lenguas autóctonas,
fue así que dos ejemplares del Catecismo de la doctrina cristiana
en lengua zapoteca y mixe le fueron enviados por el director del Colegio
de Oaxaca
En 1867 la Ley Orgánica de Instrucción Pública para
el Distrito Federal y Territorios, determinó que los ramos para
la instrucción elemental se ampliaban y se agregaban rudimentos
de física, de artes, química y mecánica prácticas,
dibujo lineal, urbanidad, nociones de derecho constitucional además
de los rudimentos de historia y geografía, especialmente de México;
las niñas aprenderían además higiene en sus relaciones
con la moral y labores manuales con el conocimiento práctico de
la máquina de coser 
Hacia finales del siglo el programa de la escuela elemental se había
enriquecido pues comprendía la enseñanza de la Moral Práctica,
la Instrucción Cívica, la Historia de México; la
Lengua Nacional (lectura ,escritura y gramática); la Aritmética
y la Geometría, la Geografía y las Lecciones de Cosas, el
dibujo, el canto coral, los ejercicios gimnásticos y labores manuales
para las niñas
Un gran número de textos escolares que respondieron a estos programas
circularon durante el período. Algunos de carácter enciclopédico
fueron útiles cuando no se contaba con los libros de texto de las
otras disciplinas. Estos fueron escritos antes de las reformas educativas
propuestas durante los congresos pedagógicos de finales del siglo.
Las recomendaciones atendieron a la idea de que la educación en
la primaria laica, gratuita y obligatoria debía ser uniforme y
conforme al desarrollo de las facultades mentales de los niños
de acuerdo con su edad cronológica.
Los libros de texto modernos como en el caso de los de lectura e historia,
respondieron a la idea de que según el grado al que iban dirigidos
cambiaban el tamaño de su letra, la intensidad de la tinta, la
evolución gradual de los contenidos y la extensión de las
lecciones
.
Una propuesta de esta enseñanza gradual puede verse claramente
en la publicación de la Guía Metodológica para la
enseñanza de la historia (1891) de ENRIQUE C.REBSAMEN. En
el primero grado se introducía a los niños en la materia
a través de la vida de grandes personajes; en el segundo se hacían
relatos y conversaciones sobre dichos personajes; en el quinto año
se ampliarían los conocimientos anteriores y en el sexto se sustituiría
lo nacional por la Historia general
.
En el Amigo de los niños mexicanos, de Juan de la Torre,
el autor se dirigía a los lectores como pequeños "amigos"
para dirigir las actividades y en El lector moderno de García Purón,
el autor dedicaba un apartado de "advertencias a los que enseñan"
También circularon traducciones y libros especialmente adaptados
para los gustos de los niños hispanoamericanos. Por ejemplo, la
serie de lecturas de Sara Louis fue traducida por Fernández Junco.
Autores extranjeros como García Purón, Luis Mantilla y José
Trigo escribieron también para los americanos. El libro de gramática
de Herrera Quiroz adaptado para el Estado de México circuló
inicialmente en las escuelas primarias de la provincia de Matanzas, Cuba
desde 1870 
El Mosaico Literario epistolar para ejercitarse los niños en la
lectura de manuscritos, se publicó originalmente en España
en 1866 y diez años después circuló una versión
dedicada a los niños mexicanos. El objeto de este libro de texto
era que los niños aprendieran a leer distintos tipos de letra manuscrita
a través de diversos ejemplos en la correspondencia, en los textos
literarios cortos, en documentos comerciales y en descripciones geográficas
e históricas escritas por Joaquín Ribó, ANTONIO
GARCIA CUBAS o Roa Bárcenas .
La Ley de junio de 1890 dividió los programas de estudio en tres
ramos: de idioma, que abarcaba la enseñanza de la lectura y la
escritura; de cálculo, que comprendía la aritmética
y la geometría; y el de deberes, que incluía higiene , moral,
urbanidad, así como constitución general. Además
se impartían las clases de cosmografía, geografía,
historia de México, lecciones de cosas, dibujo y canto coral. En
todas las escuelas era obligatoria la clase de gimnasia, las excursiones
mensuales al campo y para las niñas clase de costura.
Una
de las innovaciones pedagógicas del porfiriato fue retomar la premisa
central de que el conocimiento sólo es posible a través
de los sentidos, mediante la observación y la experiencia con el
uso de todos y cada uno de los sentidos, que le permitieran despertar
en el niño como lo señalaba REBSAMEN "una idea
clara de la realidad", donde la educación fuera un proceso
donde se desarrollara la capacidad física e intelectual del individuo
en forma equilibrada, es decir, no ejercitar la memoria en detrimento
de la imaginación, "al conocimiento verdadero nos conduce
tan solo la observación y la experiencia".
El método objetivo prevaleció desde entonces en la escuela
primaria. Pretendía llevar al conocimiento en general a través
de la observación de los objetos. Pedagogos como Manuel Guillé,
indicaba que de acuerdo con este método, los profesores de instrucción
primaria deberían escoger siempre aquellas ilustraciones del texto
que fueran "las más precisas y convenientes para palabras
normales" lo que demuestra que también tenía una aplicación
práctica tanto en la lectura como en la escritura .
Con esta idea se pensó que el libro de texto adoptaría un
papel secundario, sin embargo gracias a algunos trabajos de investigación
podemos matizar esta idea pues el método objetivo se aplicará
también en la edición sobre todo de los libros de texto
de historia, geografía y lecciones de cosas
.
De esta manera, los libros de texto modernos que circularon durante el
porfiriato estaban dirigidos al profesor a través de la indicación
de una serie de ejercicios didácticos de expresión oral,
de redacción, de descripción de imágenes, de tareas
de ortografía y prosodia, etc. y a los niños a través
de las imágenes. Una publicidad de las novedades de la Casa Editorial
de la Vda. de C.Bouret presentada en la Revista Pedagógica México
Intelectual señalaba sobre todo el valor de la cuarta edición
"corregida, aumentada e ilustrada con un gran número de grabados
(mas de 80) ...que ilustran los varios asuntos...representando héroes
o personajes políticos, vistas panorámicas o de edificios,
o cartas de la República en las diversas épocas de su historia"
A fines del siglo XIX a cada asignatura correspondía un libro de
texto. Esto no significaba que cada alumno los tuviera. En el caso del
Estado de México, el gobierno los repartía gratuitamente
a la escuela de tal forma que los alumnos se los turnaran porque nunca
fueron suficientes.
En las líneas que siguen señalaremos algunas características
de los libros de texto que se usaron en el salón de clases.
RAMO
DE IDIOMAS: LA LECTURA Y LA ESCRITURA
.
Libros para la enseñanza de la lectura y la escritura.
Desde el siglo XVI hasta la primera mitad del XIX, la enseñanza
de la lectura en México se llevó a cabo a través
de cartillas o silabarios, catecismos y catones. En los establecimientos
de la Amiga los alumnos aprendían primero a leer y años
o meses después pasaban a la escritura y la doctrina cristiana
con ayuda de la cartilla o silabario, el catón y el catecismo.
La cartilla o silabario era enseñado a través del método
individual que consistía en llamar a cada alumno y hacerlo pronunciar
una letra impresa. La primera página de la cartilla tenía
un grabado del niño Jesús, la maestra lo señalaba
y el alumno respondía "Jesús y Cruz y la que sigue
es...B" si indicaba una vocal o una consonante en la siguiente página.
Pronunciar la letras era el deletreo y le seguían los ejercicios
de sílabas y palabras.
Don Pedro de la Rosa en Puebla publicó una Cartilla que empezó
a imprimir desde 1783. Contenía el abecedario en letras mayúscula,
minúscula y sílabas, primero las combinaciones sencillas
de consonante con vocal por orden alfabético y después las
combinaciones de consonante más vocal más consonante y de
dos consonantes más vocal. La segunda parte del texto contenía
los conocimientos elementales de la doctrina cristiana. También
imprimió en octavo la Nueva Cartilla de Primeras Letras,
con advertencias y divisiones oportunas para la enseñanza, en 8
hojas sin foliar 
Esta cartilla databa del siglo XVI y el privilegio exclusivo de imprimirla
correspondía al Hospital de Indios, en 1641 pasó a la imprenta
de Paula Benavides, en 1741 al Hospital de Naturales y a partir de 1783
a la Imprenta de Pedro de la Rosa de Puebla. La Cartilla o Silabario para
uso de las escuelas costaba medio real (8reales= 1 peso). Sin tomar en
consideración los gastos de papel, tinta, distribución y
una ganancia adecuada, se calculaba que para cubrir el pago del privilegio
(aproximadamente 2 500 pesos anuales), el impresor De la Rosa tenía
que vender en 1783 por lo menos 40 000 cartillas anuales, lo que demuestra
que circularon muchos miles de estas cartillas.
Después de la cartilla o silabario, los alumnos empezaban a leer
el Catón Christiano o Catón español que explicaba
la doctrina cristiana con advertencias políticas y morales dirigidas
a los padres y a los maestros. Desde 1820 fue reemplazado por el Libro
Segundo de los niños, de la Real Academia Española
Además del silabario, los alumnos más avanzados estudiaron
la lectura en el Catecismo y exposición breve de la doctrina cristiana
por el P. y Maestro Gerónimo de Ripalda cuyo éxito fue enorme
gracias a su accesibilidad y bajo costo
. El texto del catecismo era breve pero con "profundidad teológica,
pureza de doctrina y lucidez". Pasó de padres a hijos durante
más de tres siglos como "el librito de oro que resume en sus
páginas las verdades de la fe y las principales obligaciones de
la Iglesia Católica impone a sus hijos". Un ejemplar localizado
de 1802 tenía en la portado un grabado de Jesús Sacrificado
y estaba dividido en cuatro partes: la primera contenía un calendario
religioso, la segunda una oración al santo del día, la tercera,
las declaraciones en forma de preguntas y respuestas de cada oración
y la cuarta un examen y devoción para acostarse y levantarse y
el acto de contricción
.
En marzo de 1853 se decretó que en todas las escuelas se enseñara
doctrina cristiana con el Catecismo del Padre Ripalda, rezándola
los niños todos los días, cuando menos media hora por la
mañana y media por la tarde sin que ninguno de los maestros pudiera
eximirse bajo la pena de cerrarles el establecimiento .
La cartilla o silabario que más circuló en México
en el siglo XIX fue la que imprimió en octavo Alejandro Valdés.
En la portada aparece un grabado de la Virgen de Guadalupe y al final
del texto la imagen de un maestro enseñando a leer a dos niños.
La cartilla presentaba 13 apartados con las vocales, los alfabetos y las
sílabas en diferentes combinaciones. También incluía
los diptongos y los números romanos, los signos de ortografía,
los triptongos, la forma de persignarse y un soneto dedicado a la Virgen
de la portada
.
El método de lectura empleado era, primero la memorización
de las letras, luego de las sílabas en sus diferentes combinaciones
y después la práctica en frases. Cada escolar leía
y releía en voz alta su texto hasta que una vez interrogado diera
prueba de su capacidad para recitarlo todo de corrido
.
En Chihuahua se imprimieron alrededor de mil cartillas, mil catones y
mil catecismo de Ripalda aunque también circuló el Catecismo
de la república o elementos del gobierno republicano popular federal
de la nación Mexicana de Anselmo María Vargas, un texto
de difícil comprensión para los escolares pues en 28 páginas,
con letra pequeña y apretada, lenguaje denso y en ocasiones confuso,
resumía en 16 lecciones y 8 capítulos el conjunto de planteamientos
de la doctrina clásica republicana y federalista de Locke, Rousseau,
Bentham y Montesquieu
.
Debido a la escasez de libros en las escuelas y a la necesidad de enseñar
la doctrina cristiana también se usaron otros textos como el Catecismo
de los padres de las escuelas pías, el Compendio de José
Pintón, los Misterios de fe del padre Torrejoncillo y libros religiosos
de Francisco Amado Pouget, Cayetano de San Juan Bautista, Cayetano García
Navarro y Pedro Septién
Podemos comprobar el uso de estos textos a través del testimonio
de ANTONIO GARCIA CUBAS quien recuerda que en las escuelas
lancasterianas los textos escolares para la lectura corrida de las dos
últimas clases eran el Tratado de las obligaciones del hombre y
El Amigo de los Niños del Abad Sabatier traducido por Juan de Escóiquis,
el Libro Segundo de la Academia, el Simon de Nantua, premiado en Francia
en 1818 e introducido en México hacia 1824, el Mercader forastero,
el Catecismo histórico del Abad Claude Fleri y las Fábulas
de Samaniego y las de Iriarte
. Aunque en algunas escuelas también se usó el Libro de
la infancia, tarducido del francés por Miguel Copín
El Libro Segundo de los niños para uso de las escuelas por la Real
Academia de Primera Educación publicado hacia 1840. Era un libro
pequeño, fragmentado en unidades cortas y separadas que abordaban
lecciones como el sentido de la interrogación, el sentido de la
admiración, el sentido de la reconversión y de represión
y el sentido de la oración. Su contenido religioso marcaba la tónica
del texto cuya lectura debía hacerse a través de preguntas
y respuestas
.
La enseñanza de la lectura y de la escritura fueron actividades
separadas durante buena parte del siglo XIX. Dorothy Tanck (1988) afirma
que esto se debió mas a razones técnicas y económicas
que a razones de carácter pedagógico debido a que el papel
era importado y por tanto escaso y caro; la tinta negra podía arruinar
la ropa y el manejo de la pluma requería destreza y habilidad manual.
De ahí la razón para reservar la escritura a aquellos que
ya sabían leer. Este hecho provocó que muchos de los alumnos
que abandonaron la escuela en los primeros años no pudieron adiestrarse
en la escritura. Este fenómeno fue notorio sobre todo en el caso
de las niñas pues generalmente en las Amigas, se les enseñaba
a leer en el catecismo sin incluir la enseñanza de la escritura
.
Los métodos "antiguos" para enseñar a leer y después
a escribir seguían una marcha sintética con el deletreo
y el silabeo. Fue hasta 1883 que ENRIQUE LAUBSCHER introdujo en
la Escuela Modelo de Orizaba el método simultáneo de la
escritura y la lectura y de ahí se propagó a todo el país.
A partir de 1890 la enseñanza de ambas se llamó en el Estado
de México "idioma castellano" y a partir de la Ley de
1897, simultáneo para todo el país
.
Después del Congreso Pedagógico de 1889 se determinó
el uso obligatorio de un texto de lectura para cada grado escolar. Al
primero correspondía el aprendizaje de la lectura y la escritura
por medio del método analítico-sintético y breves
ejercicios de lectura mecánica. Los libros de segundo a cuarto
año contenían ejercicios para el aprendizaje de la lectura
mecánica, lógica y estética. En general, las lecturas
debían ser graduadas, con diversos temas de moral, instrucción
cívica, lengua nacional, lecciones de cosas, nociones de ciencias
físicas y naturales, historia y geografía, que les harían
más atractivos
.
En el Estado de México siguieron usándose durante todo el
siglo XIX, el Silabario Metódico de San Miguel de circulación
nacional y los de San Vicente, Oviedo aunque al mismo tiempo aparecieron
nuevos libros de texto de lectura que enseñaron a los niños
a leer y escribir de manera simultánea. Leticia Moreno(1999) los
ha clasificado como libros enciclopédicos y libros modernos graduados
y seriados. Al primer grupo corresponderían el Mantilla de Lectura
escrito por Luis F.Mantilla y El Amigo de los Niños Mexicanos adaptado
por el Dr.Juan de la Torre
.
Luis F.Mantilla fue maestro de lengua y literatura en la Habana, Cuba,
en la Universidad de Nueva York y miembro de la Real Academia Española.
Sus libros fueron pensados sobre todo para los pequeños de habla
hispana y en especial de Latinoamérica. Formado por tres libros
de lectura, el primero tenía como finalidad introducir a los pequeños
en el aprendizaje de la lengua a través de la enseñanza
de la lectura y la escritura. El segundo libro buscaba perfeccionar la
práctica de la lectura y la escritura siguiendo el método
explicativo con la comprensión de la lectura y el tercero ofrecía
una serie de ensayos, poemas, fábulas y otras obras de autores
españoles e hispanoamericanos para los alumnos de los grados superiores.
El Mantilla
como otros silabarios contenía además del método
para enseñar a leer y escribir, pequeñas lecturas con estampas,
con el objeto de atraer la atención del lector. Presentaba las
letras mayúsculas y minúsculas con el ejemplo de una palabra
escrita y una ilustración. Las lecturas eran variadas pues hablaban
del campo o la familia y tenían un carácter moral. La primera
edición de 1892 del primer libro fue editado por la Librería
de Ch.Bouret. En 128 páginas presentaba 95 lecciones, las palabras
para enseñar las letras estaban ilustradas con 147 grabados negros
y 4 cromolitografías a color que respetaban las indicaciones de
los congresos: caracteres claros, nítidos y en un papel apropiado
para una mejor visión. Los ejercicios del libro insistían
en el cuidado de la pronunciación correcta de las palabras y en
la división silábica que tenía como objetivo educar
el oído para aprender a escribir correctamente. Esta edición
había sido aumentada con lecciones de moral y urbanidad con el
fin de formar el carácter y la personalidad de los niños
ejemplificando formas de conducta socialmente aceptadas y poniendo en
el papel central de la escena a los propios niños
El Amigo de los Niños de Juan de la Torre, además de la
lectura proporcionaban conocimientos de astronomía, geografía,
historia, higiene, estaba formado por cuatro libros que correspondían
a cada uno de los años escolares. El cuarto se editó para
las escuelas mexiquenses en San Louis Missouri. En cortas lecciones, el
autor mostraba la importancia que tenía la observación,
la experimentación y el raciocinio para conocer las cosas y los
hechos. Su objetivo era mostrar que la cosas científicas tenían
una utilidad real, como en el ejemplo de las propiedades del agua. De
corte rousseauniano contenía lecciones que motivaban a los niños
a acercarse a la naturaleza, como fuente de trabajo y bienestar
.
Este libro estaba en la edición 19 en 1895 y se usaba en toda la
República Mexicana para la clase de lectura y la de lecciones de
cosas. En 250 lecturas se combinaban conocimientos científicos
con máximas, relatos y fábulas con un contenido moral
. El libro de texto recomendaba ciertas reglas para una buena lectura:
utilizar el tono adecuado, no descuidar las pausas de la puntuación,
etc. Las lecciones eran breves de media página- y abordaban
temas como la biografía de personajes ilustres mexicanos y del
mundo entero; documentos comerciales (letras de cambio, pagaré,
etc.), descripciones geográficas, composiciones en verso, etcétera.
Este libro se destinó únicamente al uso masculino pues existía
la versión femenina a cargo del mismo autor. El libro no tenía
ilustraciones que ayudaran a la comprensión pero sí se resaltaban
los títulos escritos en mayúscula
La particularidad de los libros modernos de lectura era que estaban seriados
y graduados según el año escolar, la edad de los niños,
sus intereses y su desarrollo intelectual
. Entre ellos encontramos
El Lector Mexicano de Torres Quintero y para el Estado de México
los de Sarah Louise Arnold que también contenían cuentos,
fábulas y máximas de moral, un texto que fue sustituido
por el del Profesor Ricardo Gómez de la Casa Editorial Herrero
Hnos. y El niño ilustrado de José Ma.Trigo.
La serie de Libros de Lectura 2º, 3º. Y 4º, escritos por Sara Louis Arnold
fue traducido del francés por Manuel Fernández Junco, especialmente
editado en Nueva York para uso de los niños mexiquenses, en 1897.
Con un carácter moral, las lecciones se estructuraban a través
de preguntas que tenían como finalidad didáctica comprobar
la comprensión del lector. Como su finalidad era el perfeccionamiento
de la lectura se cuidaba la expresión oral y la buena dicción.
Para ello se incluyó una lista de palabras que los lectores debían
pronunciar despacio para distinguir los fonemas. Para perfeccionar la
expresión oral se hacían ejercicios de descripción
de láminas en voz alta. Cabe señalar la calidad de sus imágenes.
El perfeccinamiento de la escritura se hacía a través
de la práctica con copias
.
El Lector Moderno. Libros 1º, 2º, 3º y 4º escritos por Juan García
Purón también fueron editados especialmente para el Estado
de México por la Appleton Co. De Nueva York. Se trataba de un libro
para el perfeccionamiento de la lectura, seriado y moderno porque de acuerdo
con un dictamen de la Academia Pedagógica de Toluca contaba con
diversos caracteres de letras y buenas ilustraciones que les ayudan a
los alumnos a desarrollar sus facultades inventivas, intuitivas y de observación
a través de una serie de ejercicios iconográficos que proponía
el autor. También se incluía la práctica de la escritura
con ejercicios de composición y copias en letra manuscrita
.
El Niño Ilustrado de José Trigo ofreció a los lectores
además de las lecciones morales, las de la naturaleza y las de
la ciencia. En 133 páginas presentaba 24 lecciones donde el autor
se planteaba como objetivo ilustrar a los niños con lecciones sobre
los fluidos, el vapor, el hielo, los átomos, el trabajo del hombre,
el movimiento de los cuerpos, etcétera. Las lecturas se presentaban
en forma de relato cuyo eje rector era el principio de causalidad donde
prevalecía una racionalidad científica positiva
.
Otro libro de lectura que circuló entre Guadalajara, León
y la Ciudad de México fue el Mosaico infantil. Arte de Lectura
u apólogos color de cielo. Nuevo libro de Lectura de José
Rosas Moreno, destinado a los alumnos que ya dominaban el arte de leer.
En él se abordaban las reglas del buen lector: dicción,
pronunciación y claridad, así como las diferentes entonaciones
y modulaciones adecuadas a un discurso, un poema o un guión de
teatro. Este tipo de contenidos confirma la importancia de la lectura
oral como una práctica frecuente
.
EL
RAMO DE CALCULO: LA ARITMETICA Y LA GEOMETRIA
.Libros
de aritmética
Hasta
1850 no hubo libros de texto de aritmética para los niños.
El maestro consultaba el Compendio matemático de Benito Bails o
el libro de Puig y Mora para enseñar los guarismos, las cuatro
reglas por enteros, quebrados y denominados, la regla de proporción,
la regla de tres y sus operaciones. También se usaba una obra de
Rafael Ximeno, Tabla para los niños que empiezan a contar
.
Durante el porfiriato, los libros de aritmética que circularon
en el Estado de México fueron: el Catecismo de Aritmética
de José Urcullu; El tratado elemental de aritmética de José
Joaquín Terrazas y Aritmética para los niños de Anselmo
Camacho.
El de Urcullu que se encontraba en la 42ª edición en 1887, era
un libro tradicional de aritmética que insistía en la repetición
y memorización de definiciones y reglas, la escritura de números,
cantidades y operaciones sin mayor explicación. Una alternativa
para los escolares fue el libro de Anselmo Camacho estructurado en tres
partes. La última en una edición rústica, de 78 páginas
no tenía ilustraciones y seguramente fue usado por los alumnos
mas avanzados de la clase pues manejaba temas como la regla de tres simple
y compuesta, el interés, el tanto por ciento, las raíces
y las potencias. En cada uno de estas lecciones había conceptos,
explicaciones, ejemplos y ejercicios. Un recurso didáctico interesante
al que se hacía referencia en este libro era la presentación
y solución de problemas con el fin de introducir a los lectores
en la comprensión de lo que se debía hacer ante una situación
determinada, lo que implicaba un acto de reflexión y no una resolución
mecánica de las operaciones
.
.Libros
de Geometría
Las
Nociones de Geometría Práctica del profesor del Instituto
Científico y Literario del Estado de México, el Ingeniero
Anselmo Camacho fue uno de los más populares en el Estado de México.
Su libro escrito para los alumnos de tercer año se centraba en
la resolución de problemas. Su objetivo era cumplir el programa
de estudios que contemplaba el aprendizaje del cálculo mental y
escrito de las fracciones comunes y decimales; el nuevo sistema legal
de pesas y medidas así como del moderno sistema métrico
decimal
. Se editó en la Escuela de Artes y Oficios en 1893 y en la tercera
parte del curso que tenía 78 páginas se trataban temas como
los números complejos, las cuatro operaciones básicas, razones
y proporciones, potencia, raíces, regla de tres simple y compuesta,
interés, tanto por ciento y al millar. Las explicaciones se hacía
en párrafos pequeños en donde se destacaban los conceptos,
después se presentaba una explicación gráfica con
la resolución de problemas y finalmente se proponía una
serie de ejercicios
.
Un aspecto importante además del estudio del cálculo y las
nociones de aritmética y geometría, fue el conocimiento
del sistema métrico decimal y las tablas de equivalencia, ya que
desde 1884 se implantó un nuevo sistema. Silvano Pavón escribió
Apuntes sobre el sistema métrico decimal (1883), editado en la
ciudad de Toluca constaba de 55 páginas cuyo contenido giraba en
torno a las tablas de equivalencia de medidas lineales, agrarias, de superficie,
de volumen, de peso, de capacidad para granos, aceites, líquidos,
de pesas para manantiales y mercedes de agua. Resultaba interesante los
ejercicios de conversión y la presentación gráfica
de la información.Otros textos que circularon fueron los Elementos
de Geometría de Faustino Paluzie, la Geometría de Zamora
y los maestros se basaron en la Guía Metodológica para la
Enseñanza de la Geometría de LEOPOLDO KIEL
.
RAMO
DE DEBERES: HIGIENE, MORAL, URBANIDAD Y CIVISMO
.Libros
de Higiene
En
el Estado de México circularon las Nociones de Higiene del Dr.Juan
de la Peña editados por la Spanish American Educacional Co. Con
un lenguaje simple, elegante y adecuado para los niños, se consideraba
a la salud como un bien y como un saber escolar. En su libro se destacaba
la importancia de la higiene del individuo y de la humanidad en general.
Trataba 115 temas, entre ellos, el conocimiento de los meteoros, el aire,
la luz, el calor, las habitaciones, el vestido, el aseo personal, el baño,
los alimentos, el ejercicio y el descanso. Al final de cada tema se presentaba
un cuestionario para afirmar el aprendizaje con preguntas como, ¿qué
es la higiene?, ¿de qué idioma está formada la palabra
higiene?, ¿qué quiere decir?, etc. se confirma que lla enseñanza
catequística no estaba del todo desterrada
.
.Libros
para la educación cívica
Tal
vez la contribución más original de las Cortes de Cádiz
al contenido de la enseñanza fue la de incluir la instrucción
cívica entre las asignaturas de las escuelas de primeras letras
y hasta 1820, leer, escribir, contar y la doctrina cristiana, formaron
parte del plan de estudios de la escuela hasta que una real cédula
ordenó la enseñanza de la educación civil por medio
de la Constitución de 1812. La idea de incluir la enseñanza
a los niños de sus derechos y obligaciones con relación
al Gobierno, provenía de la Francia revolucionaria que publicó
un Catecismo republicano, condenado por la Inquisición española.
El proyecto educativo mexicano de 1823 también incluyó la
recomendación de crear un catecismo político para los educandos,
circuló entonces el texto de las Escuelas Pías de Castilla,
Catecismo de urbanidad civil y cristiana. En1833 con el gobierno de GOMEZ
FARIAS se incluye este requisito en las escuelas primarias y aparece la
Cartilla social o breve instrucción sobre los derechos y obligaciones
de la sociedad civil de José Gómez de la Cortina, que circula
en escuelas municipales y lancasterianas
.
Durante el porfiriato los libros de civismo más difundidos fueron
el de Juan de la Torre, Instrucción cívica y organización
política de México, el de E.castelar, Catecismo Democrático,
el de Miguel Macías, Derecho Político y la Carta Constitucional
de los derechos del hombre, el Cuadro de la Constitución de 1857
y la Constitución del Estado de México
El Manual de Enseñanza Moral de Esteban Echeverría fue escrito
originalmente para los niños argentinos pero se preparó
una edición especial para las escuelas del Estado de México,
porque la Academia Pedagógica de Toluca reconoció su valor
como obra de consulta pese a que por hábito los cursos de moral
eran dados de manera oral por el profesor. Su contenido abordaba el conocimiento
de la ley moral y la divina, los deberes para con el prójimo, la
familia, la patria y la humanidad. El autor buscaba con su texto formar
buenos ciudadanos puesto que la grandeza de los pueblos se fincaba en
"la prosperidad material, en la cultura y en la moralidad de sus
hijos"
.
OTRAS
DISCIPLINAS: HISTORIA, GEOGRAFIA, LECCIONES DE COSAS
.Libros
de Historia Patria
Al
asumir Porfirio Díaz la presidencia ya existen una serie de libros
de texto de historia destinados a la educación elemental como los
de J.M.Roa Bárcena, Catecismo Elemental de historia de Mexico desde
la fundación hasta mediados del siglo XIX y Compendio de la historia
de México para uso de los establecimientos de instrucción
pública en la República Mexicana de Manuel Payno, y circularán
en la primera etapa otros como las de FELIPE BUENROSTRO (1877)Compendio
de Historia Antigua de México, TIRSO CORDOBA (1881)Historia
elemental de México, JOSE ROSAS (1877 Nuevo Compendio de
historia de México escrito en verso y dedicado a la infancia mexicana
y un autor anónimo llamado E.R. (1885) Lecciones sencillas de historia
de México. En general en sus obras, la exaltación del sentimiento
patrio aparece de una manera aislada, donde el concepto de patria surge
como un elemento más del discurso pero no como un producto creado
a toda costa para despertar ideas de solidaridad nacional, libros de texto
donde la enseñanza de la historia se debate entre los terrenos
del cristianismo y de la poesía.
El patriotismo tenue de José Rosas, Tirso Córdoba y de Buenrostro
no se refiere ni a las hazañas ni a los héroes, no se exalta
desmedidamente a la patria; los autores toman los actos heroicos como
un punto más en su descripción lineal del pasado y se concretan
a narrar los acontecimientos en forma tal que los héroes son un
elemento más de una historia formada por batallas, fechas anécdotas,
etc. Héroes como Hidalgo y Morelos aparecen de una forma muy discreta
pues quienes escriben la historia no necesitan favorecer al régimen
JOSE ROSAS MORENO (1838-1883) escribió diversas publicaciones
que circularon sobre todo entre Lagos de Moreno, León y la Ciudad
de México dirigidas sobre todo a un público infantil: Hojas
de Rosa y Recuerdos de la Infancia (1864), fundó los periódicos
El tío Canillas, La madre Celestina, La Educación y Album
Literario (1864), La edad infantil (1873) Los chiquitines (1874) y su
libro más exitoso, el Libro Segundo para uso de las escuelas, que
se encontraba en la edición número 25 en 1892.
En sus textos articuló una propuesta con elementos neoclásicos
y románticos, donde la naturaleza se describe y se relaciona con
los sentimientos y las pasiones, se recrean paisajes y costumbres y se
buscan expresiones bellas, puras y diáfanas. Tres son sus preocupaciones
temáticas: Dios, patria y virtud. Dios como padre amoroso, dador
de dones y creador de las bellezas de la naturales; la patria, donde los
aciertos y errores de los héroes tienen la función de enseñar
virtudes y pasiones para evitar errores futuros, donde a través
de las analogías se exalta el amor filial que se le debe a la patria
y donde la moral implica un deber ser impostergable y diferenciado para
niños y niñas. Una imagen femenina delicada, hogareña,
sentimental y amorosa en contraposición a la moral del niño
orientada al mundo de lo público e instruido en temas relacionados
con la ciudadanía las leyes, el trabajo, las formas de gobierno
.
En 1870, el Compendio de la Historia de México para el uso de los
establecimientos de instrucción pública de la República
Mexicana de Manuel Payno fue declarado útil para el uso de las
escuelas de la Compañía Lancasteriana. 1 600 ejemplares
circularon en este año por todo el país, cinco años
después se encontraba ya en la 4 edición. Se estructuraba
en cuatro partes que narraban desde el descubrimiento de América
hasta los acontecimientos de 1875. Presentado en forma de preguntas y
respuestas, el objetivo de la obra era presentar un compendio, [...]sin
comentarios ni apreciaciones para no herir las opiniones religiosas, ni
las ideas políticas de nadie[....]". Objetivo que cumplió
al pie de la letra pues cuando se refiere a la figura de Hidalgo, Manuel
Payno nos hace saber que, "nació el 8 de mayo de 1753, día
de la aparición de San Miguel Arcángel [...]era un hombre
de capacidad, sabía el francés[...]afecto e instruido en
agricultura y en varios ramos de la industria[...] y se hizo amar del
pueblo por su trato sencillo y afable[...]en vez de acobardarse o de ocultarse,
resuelve lanzarse a la revolución, y el 15 de septiembre a las
once de la noche, o en la madrugada, según otros historiadores,
dio la voz de Independencia y a este suceso se le llama en la historia
el Grito de Dolores" 
El Catecismo de Historia General de Méjico escrito para las escuelas
elementales de la República Mejicana de Ramón Lainé,
se encontraba en la novena edición en 1890. Sin márgenes,
en hojas delgadas y en 46 páginas estructuraba su información
en 7 capítulos donde los héroes tenían un papel muy
discreto. Para el autor, los niños debían saber que Hidalgo
solo se abocó a [...]proclamar la independencia la noche del 15
de septiembre de 1810, en el pueblo de Dolores[...]en vez de huir como
habría hecho otro de ánimo menos esforzado [...] 
En 1893, la Cartilla de Historia de México de Manuel Rivera Cambas
estaba en la octava edición. La obra formada por 3 tomos tenía
un promedio de 200 páginas cada uno y abordaba la historia antigua
y moderna. En el tercero que iba desde la Independencia hasta 1893, describía
al Cura Hidalgo como pródigo con su dinero, afecto a fomentar la
industria y cariñoso con los indígenas. Al describir el
movimiento de Independencia dice [...]la noche del 15 de septiembre de
1910, a las dos y media de la madrugada [...]siguióles toda la
gente del campo armados con palos, flechas, hondas e instrumentos de labor
[...] uniéndose en San Miguel el Grande el regimiento de la Reina[...]
La seriedad de sus informaciones nos llevó a encontrar un elemento
común que se observa en la necesidad de señalar claramente
que la fuente de sus informaciones estaba basada en la Gaceta de México,
el Despertador Mejicano y en las ideas de Lorenzo Boturini, Lucas Alamán,
el Padre Cavo y William Prescott 
Por su parte, las Lecciones de Historia General de México de Rafael
Aguirre Cinta aparece en 1907. Dividido en cuatro períodos con
un promedio de 27 lecciones numeradas y cuatro resúmenes, describía
la hazaña de Hidalgo como [...] el alma de la conspiración
[...] mientras todos tomaban chocolate, Aldama les refirió el peligro
que corrían a ser reducidos a prisión [...] Hidalgo abarcó
toda la extensión del peligro y después de deliberar con
sus dos amigos y correligionarios dijo "Caballeros, estamos perdidos"
no hay más recurso que ir a coger gachupines" [...] con mucha
razón y justicia lo llamamos Padre de nuestra independencia y su
memoria debe sernos sagrada[...]
Su descripción llena de emoción quizá marca una transición
entre los textos anteriores y el de Justo Sierra. Lo confirmamos en el
informe de la Academia Pedagógica de Toluca que lo había
aprobado considerándolo como útil en la realización
de las tareas escolares a diferencia de lo que opinaba del libro de Manuel
Payno, "plagado de inexactitudes", o del texto de Ramón
Lainé,"falto de método, de orden, de dicción
castiza y atractiva, a pesar del ínfimo precio en que se ofrecía"
.
Así, en los textos de Payno, Lainé y Rivera Cambas, la exaltación
del sentimiento patrio aparece de manera aislada. El concepto de patria
surge como un elemento más del discurso pero no como un producto
creado a toda costa para despertar ideas de solidaridad nacional. Su patriotismo
tenue no hace referencia ni a las hazañas ni a los héroes
que no son más que uno de los elementos de una historia formada
por batallas, fechas, anécdotas etcétera
La manera de aprender la historia cambiará con la lectura de la
Historia Patria de
Justo Sierra
. Antes de éste, los libros de texto centraban su atención
en periodos como la conquista, la Colonia y la Independencia, como generadores
de la nacionalidad. .
La obra de Sierra, se orientará siguiendo el modelo francés
del Profesor Lavisse, en torno al ejemplo dictado por el héroe,
presentado además de una manera atractiva para los escolares a
través de las imágenes del texto
.
De
acuerdo con la legislación en 1908, los libros de texto cubren
el aprendizaje del siguiente programa. En el primer año , simples
conversaciones relativas a Hidalgo, cantos y fiestas en su honor en los
días en que se conmemora la Independencia; en el segundo año,
conversaciones y narraciones referentes a Hidalgo y Juárez; en
el tercero, narraciones y conversaciones referentes a la historia de México
y lo más notable de la vida de Colon, Cuahutemoc, Cortés,
Josefa Ortíz de Domínguez, Hidalgo, Morelos, Mina, Guerrero,
los Niños Héroes durante la Guerra de 1847 y Zaragoza; en
el cuarto narraciones y conversaciones sobre Netzahualcoyotl, Moctezuma,
Cuitlahuac, Cortés, Fray Bartolomé de las Casas, Virrey
Mendoza, Iturrigaray, Lic.Verdad, Iturbide, Santa Anna, Ocampo, Zaragoza,
Juárez
Con esta enseñanza se esperaba desprender constantemente un intenso
sentimiento de amor patrio con el fin de que los alumnos prepararan su
vida y su conducta para defender las instituciones nacionales y contribuir
activamente a la unión de los mexicanos.
Encontraremos
entonces una forma de exacerbar el patriotismo en los libros de texto
que circulan en esta época y en la obra de autores que indirectamente
a través de sus suscripciones utilizarán la exaltación
de lo heroico para llegar a los mismos resultados, estas ideas regirán
los libros de JUSTO SIERRA, TEODORO BANDALA, ANTONIO GARCIA CUBAS,
NICOLAS LEON, ANDRES OSCOY, CARLOS PEREYRA, JAVIER SANTA MARIA Y GREGORIO
TORRES QUINTERO.
Como
hemos visto en el Anexo 1, en 1905 la Secretaría de Instrucción
Pública elaboró una lista de libros aprobados para las escuelas
oficiales de educación elemental en el D.F. y territorios Federales
y aprobó el libro de JUSTO SIERRA para el tercer y cuarto año,
aunque siguieron circulando 13 ejemplares de la Historia de México
de GARCIA CUBAS en la escuela elemental anexa a la Nacional de Maestros
.
Libros
de Geografía.
Uno
de los primeros libros que se usaron hacia 1860 fue el Catecismo Elemental
de Geografía Universal de JOSE MARIA ROA BARCENA. Sus 145 páginas
abordaban nociones de geografía en general, la división
política y la geografía de México. El autor aseguraba
que este libro de texto resultaría atractivo a los lectores debido
a el método empleado de preguntas y respuestas, su corta extensión,
la claridad del contenido y su bajo precio. Una característica
de esta publicación era que señalaba las fuentes que habían
sido consultadas para su elaboración: el Catecismo de Geografía
Universal de Juan N.Almonte, el Curso Completo de Geografía Universal
de Balbi y el de Letronne (edición española de 1858), la
Nueva Geografía Metódica de Meissas y Michelot (edición
francesa de 1856) y para la parte relativa a la República Mexicana,
los artículos publicados en el Diccionario de historia y geografía
y El Cuadro Sinóptico de Miguel Lerdo de Tejada y el Atlas geográfico,
estadístico e histórico de la República Mexicana
de ANTONIO GARCIA CUBAS.
Con el objetivo de contar con un libro más acorde con la realidad
mexicana, ANTONIO GARCIA CUBAS escribió un Curso elemental
de Geografía Universal. El autor fue ingeniero topógrafo,
autor del Atlas geográfico, estadístico e histórico
de la República Mexicana, del curso de dibujo topográfico
y geográfico, socio de número de la Sociedad de Geografía
y Estadística y profesor de Geografía en la Escuela Nacional
secundaria de señoritas. Su libro se encontraba en la 5ª edición
en 1890. En sus mas de 400 páginas se definían nociones
de geometría, lecciones de cosmografía, geografía
física y geografía política y descriptiva, con el
objetivo de dar la idea exacta del planeta. Señalaba también
la fuente de sus conocimientos: las obras de Francoeur, Arago, Humboldt,
Secchi, Delaunay, Cortambert y Argüelles.
Otro libro de texto fue la Geografía de México de Alberto
Correa, quien fue diputado por Tabasco en el Segundo Congreso de Instrucción
Pública, miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y
Estadística, director de la Escuela Normal. Su libro en 118 páginas
enumeraba 603 informaciones que estaban destinadas a la memorización
y a presentar al público extranjero una visión del México
que esperaba de la inmigración para desarrollar sus riquezas. La
calidad de su trabajo le valió recibir una medalla de plata en
la Exposición Universal de París de 1889
.
En el Estado de México circularon 17 textos siendo los más
populares la Geografía Física Universal y la Geografía
Política Universal de José M.Trigo. La Geografía
Universal y de México (1892) del inspector de instrucción
pública Enríquez de Rivera describía el universo,
las plantas, la tierra, el país y sus estados, dando mayor importancia
al estudio de la entidad. También tuvo gran circulación
la Compendio de Geografía de México de Juan de la Torre
(1896) donde primero hacía conocer al niño lo que lo rodeaba
la aldea, pueblo o ciudad, el municipio, cantón y distrito-
y posteriormente a través de ejercicios al final de cada lección
los niños ubicaban los ríos o los puertos en un mapa. El
Compendio de Geografía de Juan de la Torre se encontraba en la
8º edición en 1896. Su éxito se basó de los 15 centavos
que costaba y del prestigio de su autor quien era miembro de la afamada
Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística .
Una innovación de los textos escolares de geografía fue
la aparición de imágenes, mapas y grabados. Podemos verlo
en las portadas de los libros o en la publicidad con la que se anunciaban
las novedades. Por ejemplo, la Librería de la Vda. de Bouret anunciaba
que había numerosos fotograbados, mapas y grabados a color intercalados
en los textos de Nuestra Patria. Geografía Elemental de la República
Mexicana Curso Elemental de Geografía y Mi primer libro de Geografía
de Gildardo Avilés, más los 500 grabados y 100 mapas que
contenía La República Mexicana en de EZEQUIEL CHAVEZ.
Libros
de Lecciones de Cosas
La
clase de lecciones de cosas apareció por primera vez en el Estado
de México en 1890. Para esta asignatura los alumnos llevaban El
Niño Ilustrado. Libro Cuarto de lectura o preparación para
el estudio de las ciencias de José M. Trigo que también
se usaba como libro de lectura. A partir de 1911, su contenido fue reafirmado
en las excursiones escolares donde se buscaba desarrollar las facultades
de observación de los niños .
En una publicación dedicada a orientar a los maestros a través
de la presentación de lecciones modelo sobre cualquier ramo, Gregorio
Torres Quintero se proponía la enseñanza de las Lecciones
de cosas a través de un ejemplo. A base de preguntas y respuestas
los niños conocían lo que era un libro:
Maestro.-
¿Qué podemos hacer con los libros?
Alumnos.- abrirlos y cerrarlos
Maestro.- cada cara de una hoja se llama página. ¿Pueden
decirme el número de páginas que tiene el libro? ¿Las
páginas no contienen más que letras?
Alumno.-no señor, hay también láminas
Maestro.- ¿Nada mas?
Alumno.- Hay también números
Maestro.-¿Para qué sirven los libros?
Alumno.- para aprender a leer
Maestro.-los niños que ya saben leer aprenden en los libros otras
cosas útiles. El que lee los libros se instruye y llega a ser
reputado por su saber
.
.Libros
para mujeres
Los
libros para mujeres adquieren especial importancia desde el ultimo tercio
del siglo XIX. El control sobre lo que debían leer estaba prescrito
en los reglamentos escolares y también en los contenidos de los
libros, a saber, un conjunto de saberes científicos, técnicos
y útiles que debía conocer la mujer moderna así como
las virtudes morales femeninas que debían acompañar la realización
de estas actividades . En estos libros encontramos las contradicciones
y deseos de una sociedad que manejaba un discurso que reivindicaba la
participación social de las mujeres y que al mismo tiempo las confinaba
bajo formas modernas al ámbito doméstico.
En 1899 comenzaron a circular en Michoacán, libros escritos por
mujeres como el Picturesque Mexico de la Sra. Marie Robinson Wright, editado
en Filadelfia y dedicado a Porfirio Díaz. Otros libros como los
de las señoras Flaquer, Gutiérrez y Acosta de Samper se
referían a dar consejos prácticos para mejorar la vida doméstica.
Para ello se introducía un novedoso formato que presentaba láminas
de aparatos domésticos y donde se usaba un lenguaje técnico-científico
para explicar la necesidad práctica y racional de realizar las
tareas de la casa con eficacia y economía.
Otro libro de texto dedicado a la formación femenina fue el de
los profesores Florencia Atjinson, el doctor Juan García Purón
y los señores Francisco Sellén y Eduardo Molina, Economía
e Higiene doméstica de Appleton. Editado desde 1888 tuvo gran éxito
hasta las primeras décadas del siglo XX. Contenía información
sobre economía doméstica "el arte de manejar,
dirigir o gobernar la casa y la familia, sin perder o malgastar tiempo,
trabajo ni dinero"- a través de ejercicios matemáticos,
de conocimientos de farmacia, de corte y confección y de preparación
de remedios caseros entre otros. El libro estaba escrito de manera clara,
amena y ofrecía una gran cantidad de ilustraciones. Este libro
fue usado en todos los colegios de niñas de Morelia, sus mensajes
invitaban a las mujeres a educarse a través del manejo de conocimientos
modernos y científicos con el fin de mejorar la calidad de vida
en el seno familiar .continua...
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