Siglo XIX y XX
Los libros de texto en el tiempo(parte II)


2.- Libros de texto y vida cotidiana en las escuelas elementales.

Durante la época colonial, para enseñar a leer a un niño, los maestros hacían que primero aprendiera las letras del alfabeto por sus nombres, después las combinaciones de las letras para formar sílabas con ayuda de las cartillas. Luego que los niños dominaban las letras y las sílabas en las cartillas continuaban el aprendizaje de la lectura en los silabarios donde leían sílabas sueltas y palabras divididas en sílabas. Cuando los niños conocían los silabarios, ejercitaban la lectura en las pequeñas frases de los catones. El maestro seguía el mismo método para enseñar a escribir: primero las letras, luego las sílabas y por último escribían palabras. Lo que más se empleaba en estos procesos era la memoria, ya fuera para aprender a leer, la doctrina cristiana o las tablas. Memorización y repetición fue el método que se usó aunque también se echó mano del sistema de enseñanza mutua, donde se valieron de los alumnos más avanzados. El libro de texto usado durante este largo período fue el Catecismo del Padre Jerónimo Ripalda aunque también se llevaba el del Padre Cayetano de San Juan Bautista, sacerdote de las escuelas pías.

En Guadalajara, por ejemplo, los niños que iban a las escuelas de primeras letras asistían a la escuela de lunes a sábado, tres horas por la mañana y dos y media por la tarde. El horario era de 8 a 11 de la mañana y de 2 a 4 y media de la tarde. Cada maestro distribuía su tiempo, podía comenzar con un ejercicio de escritura dando a los alumnos papel pautado ó con lecciones de lectura para los más avanzados. A las 9 y media iniciaba los ejercicios de aritmética y una hora después corregía las planas, revisaba las cuentas y tomaba la lección. Terminadas estas actividades, el maestro enseñaba en voz alta la doctrina cristiana leyéndoles el Catecismo de Ripalda para que quienes no tuvieran el texto lo aprendieran de memoria. Cuando regresaban a las 2 de la tarde, el maestro le distribuía a cada uno sus lecciones: escribir otra plana, lección en libros ó ejercicios de aritmética. A las 3 y media explicaba la doctrina cristiana que había leído en la mañana. Después leía las tablas de contar, recibía las lecciones, corregía planas y revisaba las cuentas. Al final del día llamaba por lista a los niños que enseñaba a leer y a escribir para saber el nombre de los ausentes. Los sábados les tomaba la parte del catecismo que habían aprendido en la semana y por la tarde les explicaba un ejemplo, rezaban el rosario y a las cuatro salían para sus casasnota640 .


Hacia 1841, los alumnos de la escuela de las Amigas aprendieron seis meses de cartilla (estudiar el abecedario, deletrear y decorar), seis meses de Catón Cristiano o de Libro Segundo, que a decir de Ignacio Manuel Altamirano se trataba de un conjunto de lecturas fastidiosas e inútiles, plenas de cuentos ridículos, de máximas y de doctrinas frailescas y grotescas. Para él, la doctrina cristiana era el más temible, el más odioso, el más inicuo tormento del niño. Los alumnos aprendían la doctrina con tedio, con desesperación, sufriendo horribles castigos "a cada página del repugnante catecismo". Primero aprendían las oraciones, después las declaraciones, que eran disertaciones, pequeñas y áridas, en base a preguntas y respuestas y muy propias para hacer concebir un horror profundo a los ejercicios de la memoria. Para terminar, Altamirano consideraba que los sábados eran días espantosos porque se les obligaba a hacer el repaso de lo que habían aprendido en el Ripalda, lo cual era un suplicio, pues los maestros contaban los puntos o faltas de memoria y castigaban cruelmente tan horrendo delito con palmetazos o azotesnota641 .


Este ritual no sufrió grandes cambios pues en las escuelas lancasterianas se enseñaba la clase de lectura después de la de escritura. Los niños estaban separados por grupos que formaban semicírculos, en el centro de éstos se colocaban los instructores –decuriones- quienes con un puntero señalaban las sílabas, palabras u oraciones según el grado de avance de cada grupo. Un cuarto de hora diaria en la escuela se dedicaba a la enseñanza de la doctrina cristiana con el uso del Catecismo del Padre Ripalda. Para este ejercicio, los instructores de cada grupo leían en voz alta una parte –dos preguntas, dos respuestas o una página entera- y la hacían repetir a los alumnos hasta que la aprendían de memoria obligándolos a preguntarse y responderse mutuamente. Los más avanzados leían el Libro Segundo de la Academia Española, Simón de Nantua, El amigo de los niños y Las obligaciones del hombre, que servían también para la enseñanza de la urbanidad y moralidad. Como hemos señalado, la doctrina cristiana se enseñaba memorizando primero el Catecismo de Ripalda y después el Catecismo del Abate Fleury, para ahondar en la explicación. Los niños debían leer dos o tres veces una pregunta sola del catecismo y luego repetirla cada niño empezando por la derecha, cuyas equivocaciones corregiría el siguiente y si no lo supiere, el siguiente. Luego de que el mayor número repitiera la pregunta sin equivocación se pasaba a la respuesta, dividiéndola si fuera larga. Le seguía la clase de aritmética donde se usaba la banca, el pizarrón o una pizarra para aprender la cuatro primeras reglas por enteros, quebrados y denominados y la regla de tres y sus
operacionesnota642 .


En las escuelas particulares, como la del Padre Velasco, en la segunda calle del Puente de la Aduana Vieja, se enseñaba además de la escritura, la lectura, la aritmética y la doctrina cristiana de las escuelas lancasterianas, la gramática castellana de Herranz y Quiroz, la aritmética y la urbanidad de Urcullo, algo de geografía y de dibujo.


En el colegio de los hermanos Luis Napoleón y Casimiro Robert, en la calle de la Joya, cada alumno tenía un pupitre donde podía guardar sus libros de texto que en su mayoría fueron escritos por autores extranjeros. En la clase de Geografía se llevaban los textos de Almonte, Letrone y Balbi y en las escuelas francesas los de Meissas y Michelot, que enseñaban poco a los alumnos no por deficiencias de las obras sino porque jamás se extendía el conocimiento más allá de las generalidades de Europa en detrimento de la geografía nacional para la que no había ni una carta mural nota643


Cuando comenzaron a circular otros libros de texto, uno de los más usados fue el Libro Segundo para uso de las escuelas de José Rosas Moreno. En 7 lecciones incluía varios temas, entre ellos, la sociedad, la patria y la igualdad ante la ley y el trabajo. Después de cada tema, el autor presentaba un cuestionario que los alumnos debían contestar, copiar y memorizar, esperando que el maestro o el monitor les tomara la lección. El éxito de este libro –en la edición número 25 en 1892- se debió a que podía ser usado por niñas y niños porque incluía materias y temas señalados en los planes de estudio, con excepción de la aritmética y de la geometría. Su estructura permitió que un solo ejemplar fuera usado por varios alumnos de manera alternada: uno podía estar ensayando su lectura oral en las primeras lecciones escritas en verso y otro más aventajado estudiar las lecciones de cosmografía, geografía física o la biografía de ciertos héroesnota644


El discurso pedagógico moderno de la época porfirista marcó el cambio en el uso del libro de texto pues recomendó hacer ejercicios de descripción de láminas siguiendo un proceso inductivo: el maestro mostraba un grabado, pedía a los alumnos que lo observaran y posteriormente hacía preguntas sobre los detalles hasta reconstruir la escena. Una vez descrita la imagen, el maestro leía el texto en voz alta cuidando la correcta pronunciación para que los alumnos siguieran su ejemplo. Con estas actividades se buscaba ya no la memorización sino la comprensión del texto que podía complementarse con un ejercicio de composición oral o escrita. Estas eran las sugerencias que había propuesto en su Guía metodológica para la enseñanza de la historia en las escuelas primarias elementales y superiores de la República Mexicana, ENRIQUE C.REBSAMEN y que JUSTO SIERRA llevó a la práctica en su Historia Patrianota645.


Con la polémica que se mantuvo en los congresos pedagógicos, en torno al problema del uso y abuso del libro de texto, JUSTO SIERRA decidió incluir en su libro, una advertencia a los maestros: su texto debía ser considerado ante todo como un libro de lectura. Además les propuso una metodología: cuando el contenido estuviera bien releído y explicado y sobre todo bien entendido, entonces por medio del cuestionario había que dejar que el niño se esforzara en dar la respuesta,
corregírsela y encaminarlo a elaborar una mejor redacción. Con esta propuesta el maestro lograría que cada alumno se formara su propio texto que "fijara para siempre en su espíritu las enseñanzas de la Historia Nacional"nota646.


A pesar de la información que hemos reunido en torno a este aspecto, creemos que aún tenemos pocas pistas para conocer con detalle el uso del libro de texto en el salón de clases, sobre todo en lo que corresponde a la segunda mitad del siglo XIX. Aunque muchos trabajos de investigación han tomado como fuente la información que nos dan los inventarios de las escuelas, no ha sido suficiente pues sólo sabemos el título de los textos poseía cada escuela. Mílada Bazant (1999) ha tomado como fuente los informes de los inspectores y subinspectores, encargados de supervisar el funcionamiento de las escuelas para el caso del Estado de México, y ha encontrado que hicieron poca alusión en sus informes al empleo de los libros porque su preocupación estaba más orientada a delatar su escasez, pero sobretodo a señalar la ineptitud de los profesores con el uso de métodos anticuados o las sanciones a que se hacía acreedores cuando por falta de recursos, vendían los libros de texto que el gobierno distribuía gratuitamentenota647 .

3.- Elaboración de libros de texto
.Concursos


Para imprimir las cartillas, debía hacerse una solicitud de licencia al Arzobispado de México como "Patrono de su Hospital General de Indios o de los Naturales",. No hacerlo implicaba pagar una multa de dos mil pesos y la pérdida de los moldes. Sólo se rentó el privilegio en 1641 a Paula Benavides Vda. de Bernardo Calderón de la ciudad de México y en 1783 a Don Pedro de la Rosa de la ciudad de Puebla. Lo mismo sucedió con el Catecismo de Ripalda y el Catón Censorino que se reimprimían con privilegio realnota648 .


A raíz de la separación entre la Iglesia y el Estado se establecieron los principios de la educación, laica, gratuita y obligatoria. En 1861 se suprimió la enseñanza del catecismo y a partir de entonces se fueron conformando cambios. Uno de ellos giró en torno al libro de texto. Desde 1860, maestros mexicanos y otros académicos comenzaron a escribir libros adaptados a la nueva realidad del país. Un ejemplo fue el Catecismo Elemental de geografía universal de José María Roa Bárcenas, donde la geografía ocupó un espacio importante debido a la necesidad que existía de cobrar conciencia de la nacionalidad.


En 1867, el gobierno liberal elaboró la Ley Orgánica de Instrucción Pública que estableció una junta directiva de instrucción primaria y secundaria en el Distrito Federal comprometida con seleccionar los libros de texto que serían utilizados durante el año escolar. Se tomaron en cuenta tres principios: dar prioridad a los textos de autores mexicanos, a aquellos que tuvieran los métodos más prácticos y accesibles y a que tendieran a uniformar la enseñanza de las primeras letras en todas las escuelas.


De esta manera se otorgaron derechos de propiedad para ciertas obras como el Compendio de gramática de la lengua española, según se habla en verso, con explicaciones en prosa de Nicolás Pizarro Suárez, y en 1870 se aprobaron textos como El azteca instruidor y la Cartilla auxiliar de geografía universal del profesor Clemente Antonio Neve, el Método racional de lectura de Antonio de P.Castilla.
El Tratado de Aritmética de Vicente Alcaraz ganó el premio al mejor texto de aritmética elemental que convocaba la Academia de Ciencias y Literatura en 1873 y obtuvieron reconocimiento las Nociones de ortología castellana y el Catecismo democrático constitucional de José María Marroqui nota649.


En el caso del Distrito Federal, el gobernador nombró responsable en 1884 al ayuntamiento de la Ciudad de México para que abriera un certamen para la selección de los libros de texto. Se premió el Compendio de organización política de México y deberes y derechos del ciudadano de Juan de la Torre; Gramática por Aurelio M.Oviedo; Lectura por Luis E.Ruiz y el texto de aritmética de Manuel M.Contrerasnota6511 . Hacia 1888 se dispuso, a través de un decreto, que los libros de texto utilizados en las escuelas nacionales y municipales del D.F. y territorios serían escogidos por el Consejo de la Dirección de la Escuela Normal que en muchas ocasiones se adoptaron en todo el resto de la República Mexicana nota650.


En el Estado de México se nombró a la Academia Pedagógica de Toluca como la instancia oficial encargada de analizar y dictaminar los libros de texto que serían usados en toda la entidad. Se aprobaron las siguientes obras que también circularon por todo el país: Historia General de México de Rafael Aguirre Cinta, Ecos de mi lira de Luis G.Alvarez, Pequeños cuadros morales y Manual de urbanidad de José Rosas Moreno, Lecciones de moral universal de Francisco López, Historia Patria de JUSTO SIERRA, Compendio de Geografía de México de Juan de la Torre, Nociones de Higiene de Esteban Echeverría, Libros de Lectura de García Purón, Elementos de historia natural del Dr. Jesús Sánchez y Ensayo de fábulas de Mercedes Sanabria, única obra dictaminada favorablemente pero rechazada por la comisión nota651.


Un dato interesante en la entidad fue que los maestros locales, miembros de la administración escolar y profesionales de otras disciplinas elaboraron libros de texto. Por ejemplo, El Silabario de García de San Vicente, quien fue maestro de Tulancingo. Nociones Generales de Higiene (1898) y Compendio elemental de Geografía Universal (1892) de Santiago Enríquez de Rivera, inspector de instrucción pública y director del Boletín Pedagógico; Aritmética para niños de primero a tercer año y Nociones de geometría práctica (usado en las clases de dibujo de la Escuela de Artesanos de Toluca y adaptado para las escuelas elementales) de Anselmo Camacho, ingeniero egresado del Instituto Literario de Toluca, profesor del mismo y autor inquieto que además de su interés por la flora y la fauna del cauce del Río Lerma participó en el estudio de la red de drenaje y en el proyecto arquitectónico de varios jardines públicos de la ciudad de Tolucanota652 .


En Veracruz , el gobierno estatal nombró una comisión de la Escuela Normal para someter a estudio los libros o el material didáctico propuestos, si cumplían con los requisistos pedagógicos eran aprobados para su uso en las escuelas primarias de la entidadnota553 .


Hacia 1908 se impuso como órgano consultivo a nivel nacional, a la Dirección General de Instrucción Primaria, para dictaminar las obras que se distribuyeron entre las escuelas elementales del país. Para ello se convocó a todas las personas que con el carácter de autores, editores o bajo cualquier otro concepto quisieran remitir dos ejemplares para su estudio. De esta manera el circuito que se seguía para aceptar un libro de texto era que un particular escribía un libro sobre cierta materia, se enviaba a la subsecretaría de instrucción pública solicitando que se admitiera como obra de texto en tal o cual asignatura, la subsecretaría la trasladaba a la secretaría del consejo y esta a su vez la traslada a la comisión respectivanota654

..Proceso de producción de los libros de texto

El objetivo de llegar a ser "una escuela modelo" repercutió en el hecho de que la escuela primaria anexa a la Normal efectivamente recibiera de manera regular cuantos útiles eran indispensables para su funcionamiento, contaba con gabinetes de Física y química, diversos ejemplares y múltiples láminas para la clase de Lecciones de Cosasnota655 . Sin embargo no fue el caso de todas las escuelas elementales del país pues proveer de textos a cada escuela del país resultó una tarea casi imposible de realizar. Gobernadores como Vicente Villada en el Estado de México diseñaron diferentes estrategias para dotar de material a las escuelas. Entre ellas encomendó a la junta de profesores la elaboración de textos hechos expresamente para los alumnos de la entidad con el fin de estimular la producción y editarlos no sólo de manera local sino en el extranjero.


De esta manera, los primeros textos que circularon en el Estado de México fueron editados de manera artesanal en los talleres de la Escuela de Artes y Oficios y en el Instituto Literario de la ciudad de Toluca. Elaborados con papel corriente, ilustraciones en blanco y negro, pastas blandas, más del tipo de cuadernillos que de verdaderos textos escolares contrastaron con aquellos que se mandaron editar o que fueron adquiridos a compañías norteamericanas como la Spanish American Educational Co. De San Luis Missouri, la Silver Burdett y Co., la Appleton Co. De Nueva York.nota656

4.- Mercado de libros de texto

Al empezar el siglo XIX, el mercado de lectores era amplio, lo formaban los niños de las escuelas, los estudiantes de los colegios, de los seminarios, de la universidad y el público en general. Para tener acceso a los libros de texto, los alumnos de las escuelas elementales debieron recorrer varios circuitos: el de las ferias, el de la escuela y el de los editores, impresores y libreros que ofrecieron todo género de libros, tanto europeos como nacionales. La oferta abarcaba desde pliegos sueltos hasta libros empastados o encuadernados en pergamino, desde pequeños formatos hasta los tamaños de a folio y desde obras pequeñas hasta las formadas por varios tomos.

Los primeros catecismos que circularon en nuestro país fueron adquiridos por particulares a través de diferentes formas. Una de ellas que resulta interesante señalar es la compra y venta de libros que se llevó a cabo durante las ferias. En 1804, don José María Berrueco, administrador de la librería de la calle de Escalerillas, en la Ciudad de México, llevó a vender a la feria anual de San Juan de los Lagos, 6 docenas del Catecismo del padre Ripalda (1802), otras tantas del Catecismo breve de lo que precisamente ha de saber el christiano del padre jesuíta Bartolomé Castaño(1803), el Catecismo histórico que contiene en compendio la Historia sagrada, La Doctrina Cristiana de Claude Fleury y las Fábulas en verso castellano para el uso del real Seminario Bascongado de Félix María de Samaniego, que vendió a 5 reales cada unonota657 .


Posteriormente fue el municipio el encargado de proporcionar los libros a cada niño, pero nunca fueron suficientes pues había 4 o 5 libros para todo un grupo por lo que debían conservarse en el establecimiento. Las escuelas hacían una solicitud al gobernador quien a su vez pedía a la Academia Pedagógica de la entidad, una lista oficial de los textos que habían examinado y que cubrían los requisitos para ser empleados en las aulas escolares. Una vez seleccionados se le hacían llegar al jefe político que era el encargado de la distribuciónnota658 .

Durante el siglo XIX, cuando las familias podían comprar los libros de texto se dirigían a las imprentas, los depósitos y en las librerías. Había imprentas como la de la calle del Aguila –especializada en textos para señoritas- o en la de Galván, conocida por sus libros para niños y sus famosos calendarios. Los Depósitos de Maillefert y Compañía, los de Rosa y Bouret ofrecían un extenso surtido de libros franceses, mientras que la Agencia Universal de libros distribuía las obras americanas. Las librerías también se encargaban de procurar los libros necesarios. Una de las primeras fue la Biblioteca Popular de Betlemitas, adjunta a una escuela nocturna para adultos dependiente de la Compañía Lancasteriana vendia libros de texto como los Carteles para Lectura de José Joaquín Morales, la Cartilla Lancasteriana para aptrender a leer y La Familia, obra que contenía los principios fundamentales de educaciónnota659 . Años después había veinte librerías distribuidas en la zona de los Portales y las calles céntricas de la Ciudad de México como La Antigua Librería de José María Andrade, La Librería Mexicana de Agustín Masse que distribuía gratuitamente el catálogo de la casa Rosa y Bouret de París y contaba con representantes en varios puntos del país, La Librería Española de Miguel Torner, La Librería de Blanquell, La Librería de Murguía y en Veracruz la Librería de Juan Carredano y en Puebla la de Narciso Bassols que eran de las más conocidas660


A mediados de siglo las librerías más famosas fueron la del Impresor Ignacio Cumplido, la Librería del Siglo XIX y la Librería Mexicana que publicaban catálogos con las novedades y los precios. Vendían una gran variedad de textos importados y traducidos de autores europeos661 . Y a finales de siglo la Librería de la Viuda de Bouret fue la más grande de México. Con sede en París publicaba dos catálogos: uno de Novelas (12 000 títulos) y otro de Obras de surtido (5 000 títulos) que estaba dividido temáticamente. Los libros de enseñanza alcanzaban los 1820 títulos, los de historia 360, los de literatura (moral, lógica, filosofía, psicología, metafísica, ciencias sociales, poesía, crítica, sociología) 2 520 y matemáticas 215662 .
Otras librería especializada en estos temas fue la Herrero Hnos. Sucs. cuyos precios fluctuaban entre 25 centavos y 6 pesos, aunque los había hasta de 100 pesos, lo que resulta excesivo si consideramos que una maestra ganaba de 30 a 100 pesos mensuales y un profesor de universidad 1200. Había otras como la de Aguilar e Hijos, la de Juan Buxó y la librería de Cambeses . Los libros de segunda mano se podían comprar regateando en los Portales y desde 1886 en el mercado de libros en la Plazuela del Seminario 663


Una manera más de hacer llegar libros a manos de los niños fue a través de los rituales de premiación. Por ejemplo en 1897, los niños michoacanos recibieron libros de cuentos infantiles como los de los hermanos Grimm, de viajes y ficción como los de Julio Verne; libros de geografía y atlas, diccionarios, manuales de economía doméstica como el de Appleton, de historia como el de Guillermo Prieto, de música para piano y solfeo, de dibujo moderno, manuales de flores de lienzo, lana y libros de cocina . Un año después se agregaron manuales de pintura, de corte y confección de vestidos, de jabonería y perfumería, de trabajos agrícolas y agroindustriales (manejo de la leche, del cerdo, etc). En 1899 se ofrecieron además de los anteriores, guías y manuales de pedagogía moderna y teneduría de libros. También comenzaron a circular libros escritos por mujeres como el Picturesque Mexico de la Sra. Marie Robinson Wright, editado en Filadelfia y dedicado a Porfirio Díaz 664


Las distancias eran grandes y los medios de comunicación aún limitados en ciertas regiones, sin embargo, aquellos que estaban interesados en conocer las novedades editoriales pudieron estar al día gracias a las publicaciones periódicasy a las novedades que las casas editoriales anunciaban en las contraportadas de los libros. En 1871 las secciones de avisos de los periódicos ofrecían una amplia variedad de los temas de las publicaciones: El Federalista anunciaba los libros de texto de Rafael Roa Bárcena y los de señoritas como las Cartas a Josefina, sobre las armonías y bellezas del universo 665.


En el Estado de México, la sección de gacetilla de los periódicos oficiales La Ley (1867 a 1890) y La Gaceta de Gobierno (1890 a 1910), comunicó a los profesores la existencia de periódicos infantiles como La enseñanza objetiva y El correo de los niños, los títulos de algunos libros de texto y la metodología empleada por otros profesores del país 666.


También las revistas pedagógicas como La Enseñanza Normal o México Intelectual informaron a los profesores de las escuelas primarias sobre las novedades de las casas editoriales. En 1904, la Librería Editorial de la Vda. de C.Bouret anunció la aparición de la cuarta edición corregida e ilustrada de las Lecciones de Historia General de México del profesor Rafael Aguirre Cinta así como los materiales del departamento escolar de Mosler Bowen & Cook Sucr. que expedía pedidos express o paquetes postales a vuelta de correo en la calle de 5 de Mayo en la ciudad de México.


Una de las estrategias comerciales de las casas editoriales fue dirigirse directamente a los gobiernos de los estados. Al Estado de México se le informó directamente de la existencia de cuadros para la enseñanza, los cuadros murales de historia patria, las cartas de geografía, los cuadros sintéticos de moral, los cuadros de agricultura y las colecciones de mapas geográficos que apoyaban la información contenida en los textos667 . Otra estrategia fue anunciar sus novedades en las contraportadas de los libros proponiendo su compra como paquete postal a vuelta de correo. La misma estrategia fue empleada por los propios autores quienes ofrecieron además descuentos al mayoreo668 .


A pesar del gran esfuerzo por hacer circular la información sobre las novedades, algunos Estados no pudieron tener acceso a ellos. En Michoacán se ignoraban las lecciones de cosas, la gimnasia y el canto coral. Además se usaron libros tan deficientes como el de Juan de la Torre pues la gente que estuvo al frente de la instrucción no fue la adecuada. En Jalisco, sólo las escuelas primarias que dependieron del gobierno del Estado tuvieron acceso a útiles, libros y a la suscripción de un periódico escolar. Morelos, al contrario, fue el primer estado que declaró obligatoria la enseñanza de la lógica, en 1878 e hizo editar el libro de Pedro L.Llamas, inspirado en Balmes. Colima tenía como norma que la instrucción era "la vida y porvenir de los pueblos" por lo que desde 1894 sustituyó el Silabario de San Miguel por el libro de lectura de Claudio Matte y diez años después adoptó el método onomatopéyico sintético de Torres Quintero. El resultado fue que a fines del porfiriato desaparecieron los analfabetos entre los 12 y los 20 años de edad669


En el caso del Estado de México pudo constatarse que durante el período del gobernador Vicente Villada (1889-1894) circularon muchos libros de lectura aunque siguieron en uso los antiguos silabarios, y que para las otras disciplinas como la Aritmética, la Geografía, la Moral, la Higiene y las Lecciones de Cosas, casi no existieron libros específicos670 .Gracias a un inventario de 1894, sabemos que en la escuela primaria de la Hacienda de la Labor del municipio de San Felipe del Progreso, circularon 4 Silabarios nuevos y 3 de "medio uso" de Oviedo, 2 libros de lectura de Luis mantilla y un libro de moral de José Rosas671 . Lo mismo sucedió con el caso de la escuela primaria de la Hacienda de San Bartolomé Tepetates en donde los inventarios de 1897 y 1903 nos muestran que siguieron usándose 17 libros de texto de aritmética de Urcullo, 2 Fleuris y 8 Ripalda .672

2.-LOS LIBROS DE TEXTO EN EL SIGLO XX.

Durante el movimiento revolucionario de 1910 no hubo grandes cambios en los hábitos de lectura dentro del salón de clases. Será hasta la presidencia de Alvaro Obregón en 1921, que la tarea educativa se convirtió en prioritaria con la creación de la Secretaría de Educación Pública bajo la dirección de José Vasconcelos al frente. Su plan era mucho más amplio que una simple campaña de alfabetización, pues según el censo de 1920 afectaba a 6 973 855 habitantes del país mayores de 10 años, es decir, el 66.17%. Se trataba de todo un proyecto de cultura popular en el que la enseñanza de las primeras letras era sólo el paso inicial. La Gran Campaña Alfabetizadora inició con muchas limitaciones: no había locales ni material didáctico, los textos que continuaron circulando fueron los de REBSAMEN, Torres Quintero y el Mantilla . 673
Para llevar a cabo su propuesta, Vasconcelos propuso que la Secretaría de Educación Pública se dividiera en tres departamentos: el Escolar, el de Bellas Artes y el de Biblioteca y Archivo. En este último se gestó un gran cambio, pues para Vasconcelos, la biblioteca complementaba la escuela. Para ello dispuso que los Talleres Gráficos se destinaran a ejecutar los trabajos de imprenta de los distintos Departamentos del Gobierno, la edición de libros de texto de las escuelas oficiales y a editar obras de cultura general como La Ilíada y la Odisea, Las Tragedias de Esquilo y Sófocles, Platón, La Divina Comedia, El Quijote y otros. Esta política de dar los clásicos al pueblo fue duramente criticada. Se dieron casos de maestros rurales que no abrieron ni siquiera los paquetes que les enviaba la Secretaría, pues consideraban que esa lectura era inapropiada para sus alumnos y solicitaron a cambio silabarios y textos de lectura .674

Vasconcelos decretó que no habría más libro de lectura que el de primer año con el que los niños aprendieran a leer y escribir. Editó El libro nacional de lectura, con un tiraje de 10 000 ejemplares. Posteriormente los niños tendrían acceso a la literatura general con las Lécturas clásicas para niños y las Lecturas para mujeres, compiladas por Gabriela Mistral, las obras de Torres Quintero, Adelante de Daniel Delgadillo, Rosas de la Infancia y Corazón. Entre los libros de texto que se reeditaron se encontraban dos de JUSTO SIERRA: Historia Universal e Historia Patria cuya edición llegó a los 30 000 ejemplares675 .Una contribución importante fue El Libro y el Pueblo, publicación periódica que informaba sobre la producción nacional y extranjera . 676
Durante el gobierno de Calles se consideró una imposición la elección de un libro de texto oficial y se limitó la producción de textos. De esta manera circularon además de los métodos para alfabetizar, El libro del campesino, y Corazón de Edmundo D'Amicis. Dos años después comenzaron a editarse libros destinados específicamente al medio rural. Libros como Vidas campesinas o El Sembrador, expresaron las experiencias, intereses y necesidades de los habitantes del campo, difundieron los beneficios de una vida sana e higiénica y exaltaron valores como la cooperación, la diligencia y la honestidad y denunciaron la explotación del campesino y su miseria, como en Fermín. Con estos libros se incluyó en la literatura oficial una cierta dosis de crítica social que aumentó en los siguientes años.677
El gobierno cardenista redobló el esfuerzo a favor de la lectura popular. El plan sexenal estipuló que la nueva escuela socialista debería estar al servicio del obrero y el campesino. Su objetivo fue continuar con el combate al analfabetismo que afectaba aún al 59.26 % de la población mayor de 10 años. La lucha estaba dirigida principalmente a los trabajadores y a sus hijos. El gobierno asumió la responsabilidad de editar millones de textos de lectura para ofrecerlos al bajo precio de 7 centavos678 . La Secretaría de Educación Pública (SEP) produjo dos series de libros que no tuvieron carácter de obligatorios: Simiente y la serie de la SEP.

La primera serie subrayaba las virtudes de la vida y el trabajo rural, además del estudio del clima, el suelo, los fenómenos meteorológicos, la flora y la fauna. En 1935 circulaba sobre todo en las escuelas del campo y su discurso favorecía al cooperativismo pues adoptándolo, los campesinos podían comprar máquinas en común, desaparecerían los intermediarios (comerciantes y acaparadores) y se otorgarían préstamos a los miembros. 679


La otra serie ponía énfasis en el valor del trabajo obrero y la necesidad de elevar la producción de la industria. El objetivo de ambas seguía siendo el la búsqueda de la unidad nacional y para ello se reforzaban los conceptos de familia, comunidad y nación. Su vigencia se restringió al período presidencial. De las prensas de la Comisión Editora popular creadas en 1936 salieron 5 000 ejemplares del Método para aprender a leer y escribir; 1 750 000 ejemplares de los 6 tomos de la serie SEP y 3 420 000 de Simiente.
Otros títulos fueron Libérate, Serie Vida, Madre Tierra y Simiente.680 Su publicación causó una airada respuesta entre los obispos que no aprobaban la educación socialista. Jorge Mora Forero ha mostrado que además de este tipo de protestas casi no hubo otras y fueron casi excepciones las de los padres de familia, como fue el caso del Frente Único Nacional de Padres de Familia de Tamaulipas, quienes consideraban indignante ponerlos entre las manos infantiles cuando despertaban un odio contra los llamados explotadores cuando todo aquello significaba únicamente una superioridad moral o económica. Esta situación hace suponer que los maestros usaron muy poco los libros de texto en el aula o que se emplearon en zonas que no eran polémicas681 .


A finales del sexenio, la SEP continuó publicando listas de libros autorizados para la educación primaria, pero como medida de control para evitar que los textos siguieran siendo fuente de lucro, se fundó la Comisión Revisora de Libros de Texto y Consulta (1940) encargada de examinar el contenido, las ilustraciones y su relación con los programas de estudio. A pesar del esfuerzo gubernamental, los libros de texto siguieron siendo inaccesibles y diferentes para la mayor parte de los niños mexicanos682 .


Entre los libros autorizados para la clase de historia se encontraban dos que aparecieron durante el porfiriato: La Patria Mexicana. Elementos de Historia Nacional, de Gregorio Torres Quintero (1915) y Elementos de Historia General y de Historia Patria, de Longines Cadena(13º Edición en 1937). Otros como la Historia Patria de Luis Chávez Orozco e Historia Patria de Jorge Castro Cancio aparecieron en este período. Como observamos en los títulos, la constante del término Patria, parece indicar la vigencia de la idea gestada durante el siglo XIX, la importancia de la historia nacional como elemento de identidad de la época Lo mismo se nota en las portadas donde se ilustran con elementos prehispánicos.


El libro de Luis Chávez Orozco estaba dedicado al tercer grado y tenía como propósito dar a los niños una explicación de los fenómenos sociales desde la óptica económica con el uso de términos como "propiedad de la tierra", "instrumentos de producción", "capitalistas y asalariados". El mismo lenguaje lo encontramos en el libro de texto de Jorge Castro Cancio: "explotadores y explotados" al hablar de los mineros, Morelos representaba a los "oprimidos y explotados" y los hacendados son "señores feudales"683 . Un lenguaje crítico que se transformó en los años siguientes.


Durante los años cincuenta, el crecimiento económico, la concentración del ingreso, la federalización de la educación y el nacionalismo manifiesto, sirvieron de marco para explicar el desarrollo educativo y la creación de los libros de texto gratuitos. La reforma educativa llevada a cabo por Adolfo López Mateos (1958-1964) con el Plan Nacional para el Desarrollo y el Mejoramiento de la enseñanza primaria (Plan de once años), buscaba garantizar a todos los niños del país la educación primaria obligatoria y gratuita. Para lograrlo se contempló la elaboración y entrega gratuita de los libros de texto 684.


Estos libros mantuvieron como objetivo principal, el servir de instrumento para hacer del hombre común un ciudadano. Como en el siglo XIX, en sus páginas se presentaban las virtudes y los valores que debía cultivar todo buen mexicano. Con el uso de un mismo leguaje y la transmisión de una misma realidad se buscaba la consolidación de la nación mexicana.


Estos libros de texto se reeditaron sin cambios desde 1961 hasta 1971. La primera reforma a estos libros de texto gratuitos, así como a los planes y los programas de la enseñanza primaria en los que se apoyaba, se realizó bajo el gobierno del presidente Echeverría (1970-1976) a través de la Comisión Coordinadora de la Reforma Educativa685 . La tarea le fue confiada a un grupo de investigadores de dos centros de educación superior, el Centro de Investigaciones y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional y a El Colegio de México. La nueva propuesta fue reagrupar las materias de lengua nacional, aritmética, geometría, historia, geografía e instrucción cívica, en cuatro campos de conocimiento: Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Lenguaje y Matemáticas. El objetivo principal de los nuevos libros fue terminar con la enseñanza "verbalista, informativa y memorística, para enseñar a los niños a pensar, a utilizar los medios de información a su alcance y analizar(los) para resolver prácticamente los problemas" . Se trataba de hacer un libro ligado a la vida cotidiana y único para una infinidad de medios sociales. Una de las innovaciones más importantes que se introdujo, a partir del tercer año, fue el "libro de consulta", una pequeña enciclopedia destinada a reemplazar la biblioteca escolar e iniciar al niño en la búsqueda de documentos. 54 libros de texto fueron publicados: 30 para los alumnos y 24 para los profesores, más dos libros de Ciencias Sociales, uno para tercero y cuarto y otro para quinto y sexto686 . Durante el período echeverrista, la reforma adaptó las nuevas generaciones a la cultura científica y tecnológica así como al conocimiento de la realidad social. Sobre el plan de los valores ciertas cualidades fueron exaltadas: "respeto, libertad, responsabilidad, solidaridad, participación y sentido crítico". La lectura fue motivada con una mejor difusión de libros. Se introdujo la educación sexual en los textos y programas a pesar de la oposición de la Iglesia y de ciertos grupos de presiónnota687 .


En 1980 se efectúo una segunda reforma educativa. Los conocimientos en los primeros años se reunieron en un solo programa publicado en dos volúmenes con cuatro unidades de conocimiento y un libro recortable. Cambió el contenido, las ilustraciones y la portada hasta 1987 con diversas manifestaciones de la plástica mexican: Rafael Coronel, Leonora Carrington, José Chávez Morado y otros.
En 1989 hubo una nueva reforma conocida como Modernización Educativa (1988-1994) cuyo fin era reducir la deserción escolar, reafirmar la enseñanza de la lectura y escritura y elevar la calidad de la educación688

Actualmente México sigue siendo uno de los pocos países que proporciona a sus estudiantes del nivel primaria, libros de texto gratuitos durante todo el ciclo escolar. Este hecho ha permitido que todo alumno, independientemente de su condición socioeconómica pueda acceder a los materiales necesarios para el desarrollo de su proceso de aprendizaje. Hasta ahora los libros de texto gratuitos se han mantenido como el medio de comunicación utilizado por el profesor para guiar sus actividades en el salón de clases. Durante dos siglos los contenidos de los libros de texto se han abocado a transmitir los saberes que el Estado ha considerado como socialmente adecuados para cumplir con los objetivos educativos.


El libro de texto gratuito ha logrado mantenerse vigente hasta la fecha a pesar de las grandes protestas en las que se ha visto envuelto desde su aparición. En 1959, la Barra Nacional de Abogados declaró que la creación de la Comisión Nacional de Textos Gratuitos era "anticonstitucional, ilegal y contradictoria con las prácticas culturales vigentes en
México"689 . Los sectores conservadores de la sociedad mexicana también los han criticado, no por los contenidos de los libros, sino por su carácter laico y sobre todo obligatorio. También las imágenes y los contenidos han sido duramente cuestionados a causa de su fuerte peso genérico. Es de llamar la atención el porcentaje de imágenes donde las mujeres tienen un papel activo(16.6%), cuando lo hace es en roles tradicionales como el de madre, enfermera o maestra. En los libros de matemáticas, por ejemplo, siempre hay un niño frente al pizarrón y en los de ciencias naturales la niña se representa siempre como observadora o ayudante en el desarrollo de experimentos. Los calificativos usados para referirse a las niñas o mujeres refuerza las ideas de la belleza, la debilidad, la abnegación en contraste con los de audacia, virilidad, virilidad e inteligencia del sexo masculino 690

.
En pleno siglo XXI, el contenido de los libros de texto de historia han vuelto a causar polémica pues los historiadores han reclamado la inclusión de temas que han revolucionado al país como el movimiento estudiantil del 68, el cambio del 2 de julio, el levantamiento zapatista y otros, que los escolares sólo conocer a través de la televisión, dado que el contenido de los libros se detiene en los años cuarenta. Por otra parte, la Cámara de la Industria Editorial también se ha manifestado en contra de la política de exclusividad del Estado mexicano, aunque no resulta claro el costo que esto representaría a las familias ya que cada ejemplar tiene actualmente un precio de 9 pesos debido al gran volumen de producción, a saber, 3 millones de ejemplares por cada título .691


1.-EL NACIMIENTO DE LOS LIBROS DE TEXTO GRATUITOS.


Con la creación del libro de texto gratuito y obligatorio, el Estado mexicano buscó satisfacer un doble objetivo: responder a la creciente demanda de educación de la población, de ahí su carácter gratuito, que buscaba facilitar el acceso sobre todo de las clases populares a la escuela primaria y ejercer a través de ellos, la dirección cultural, moral y política de la sociedad. Aunque como los señala Lorenza Villar (1994), es innegable la enorme utilidad que los libros de texto han tenido para millones de familias mexicanas sobre todo para aquellas en las que esta publicación continúa siendo la única fuente de cultura escrita 692.


Adolfo López Mateos veía en este hecho el cumplimiento de su labor, "...al recibir gratuitamente sus textos –no como una gracia sino por mandato de la ley- se acentuará en los educandos el sentimiento de sus deberes hacia la patria, de la que algún día serán ciudadanos". El libro de texto había evolucionado desde el siglo XIX. Sin embargo las ideas de Carlos A.Carrillo se ponían nuevamente a discusión cuando se hablaba del espíritu que debían tener los nuevos libros de texto gratuitos :
"los libros como los maestros no han de decir todo al alumno, sino más bien provocar los pensamientos y reflexiones de éste...antiguamente el maestro explicaba y exponía por sí mismo las doctrinas; hoy con mejor acuerdo, sostiene casi siempre un diálogo con sus alumnos...otro tanto ha de hacer el libro, y si no llena tal requisito, deja mucho que desear"693 .


Bien impreso y con la intención de satisfacer las necesidades de los niños mexicanos, Mi libro de Primer Año buscó atraer el interés del niño a través de sus dibujos y de sus colores, la nitidez y el tipo de la letra para aquellos que comenzaban al conocimiento del alfabeto. Se combinaba del método natural y el método onomaytopéyico para que el alumno pudiera captar la letra impresa y los dibujos correspondientes, o bien las sílabas y letras unidas también a los dibujos para que el maestro hiciera la enseñanza del idioma694 . Las primeras ediciones, para el 1º año escolar, tuvoieron un tiraje de 1 105 000 ejemplares. Mi libro de Primer Año constaba de 192 páginas de 18 por 25 cm de tamaño. Solo las carátulas ocuparon 62 mil hojas de cartulina y 500 toneladas de papel de Tuxtepec fueron empleadas en la edición. El cuaderno tenía 216 páginas de 22 por 27 cm y se necesitaron 552 toneladas de papel, en esta ocasión importado de Finlandia. Fueron repartidos con la colaboración de las unidades móviles del Ejército Mexicano y de todos los medios de locomoción para hacer llegar hasta las escuelas más apartadas de la República.
Una innovación interesante fue que cada uno de esos libros de texto estaba ligado a un cuaderno de trabajo, concebido éste para hacer activa y práctica la lectura del libro. Los cuadernos de trabajo desempeñan la delicada tarea de establecer un puente entre el libro, el programa de enseñanza y la obra personal de alumnos y maestros695


Cada año los estudiante recibieron una dotación de materiales y al término del ciclo escolar los podía conservar en su domicilio. En 1960 se distribuyeron 17 354 000 ejemplares con un costo de 2.09 para atender a los 4.5 millones de alumnos de primaria. La serie, libros de texto y cuadernos de trabajo para los 6 grados, y los manuales para los maestros, uno por grado, con 37 títulos se entregó hasta 1969.
Con la Reforma Educativa de 1972 se abandonó el concepto del cuaderno de trabajo y apareció el libro recortable para el texto de Español de primer grado. Un libro integrado para primero y segundo año con los temas adicionales de matemáticas y español696

.Las primeras ediciones lucieron portadas con imágenes de distintos héroes nacionales que fueron elaboradas por pintores de la talla de David Alfaro Siquieros, Roberto Montenegro, Alfredo Salce, Fernando Leal y Raúl Anguiano. En 1962 se decidió uniformar las portadas a fin de ahorrar recursos y dar una imagen que identificara los textos. Se eligió la Alegoría a la patria, que representaba la agricultura, la industria y la cultura de Jorge González Camarena.

Los libros de texto abordaron temas relacionados con los juegos, el medio ambiente, los hábitos de higiene, la exaltación del trabajo y de los vínculos familiares. Así como los grandes valores en torno del territorio, la independencia y la patria con el conocimiento de las biografías de Hidalgo, Juárez, Madero y los Niños Héroes, con el fin de crear una conciencia cívica.697
La convocatoria señaló que para presentar a concurso alguna propuesta era necesario que el autor fuera mexicano por nacimiento. La obra debía ser original aunque se podía incluir hasta un 20% de textos ajenos. Por cada obra aceptada, el autor recibió 75 000 pesos por el pago de sus derechos en el primer año lectivo y 37 500 pesos por los años lectivos en que la obra estuviera en vigor698 . En el primer equipo que armó Mi libro y cuaderno de Primer Año colaboraron las profesoras Carmen Domínguez Aguirre y Enriqueta León González, la cubierta fue hecha por David Alfaro Siqueiros. Ilustraciones y dibujos de Oswaldo Barra, Alberto Beltrán, Jorge Best, Angel Bracho, Antonio Cardoso, Enrique Carreón, Andrea Gómez, Rafael jarama, Juan Madrid,Manuel Salinas, Rosendo Soto, Raúl Velázquez y Mariana Yampolsky. Se imprimieron en los Talleres de Novaro Editores e Impresores S.A. al cuidado de la Comisión Nacional de Libros de Texto gratuitos, dependiente de la SEP.



.Los libros de lectura


El contenido de los libros llamados de Lengua Nacional de la época de López Mateos de cuarto, quinto y sexto año, manejaban una serie de temas como la patria, la familia, la escuela y el trabajo, que resultan interesantes de analizar. La representación que se hacía de la patria era la de una mujer, una madre generosa, dulce y protectora, que exigía a cambio, el cumplimiento del deber, el sacrificio y el trabajo. La familia se representaba como el cimiento de la sociedad desde el punto de vista afectivo y legislativo; los deberes y los derechos pautaban la conducta, pero el amor mantenía la unidad. El afecto y la legalidad se manifestaban en la aceptación y la sumisión de los hijos a los valores y enseñanzas de los padres. Los roles que jugaban eran tradicionales: el hombre, el papel dominante, activo, la norma y la autoridad, la mujer el secundario, el pasivo, el afecto y la protección. Los conflictos sociales no tienen lugar, pues las relaciones sociales forman parte de la naturaleza humana, de la familia y de la sociedad. La escuela era considerada la prolongación del hogar: un lugar rodeado de afecto, donde los maestros reemplazaban a los padres y se encargaban de inculcar normas. Gracias a la acción democratizadora y de movilidad social que posee la escuela, todos los individuos se encontraban en posibilidad de mejorar su nivel de vida, de acuerdo al grado de esfuerzo personal. La representación del trabajo se hallaba ligada al esfuerzo personal donde existía una igualdad de oportunidades


De esta manera los libros de lectura de esta época ofrecieron una representación funcionalista de la sociedad, en la que cada individuo tenía una tarea que cumplir. La suma de éstas era lo que hacía funcionar el sistema social. Desde esta perspectiva, la representación de la sociedad no contradecía el proyecto sociopolítico del grupo en el poder. Tampoco alteraba los valores que defendían la Iglesia, el PAN y los padres de familia 699.


Los textos de español de la época echeverrista (1970-1976) cambiaron radicalmente su forma de materializarse: su iconografía moderna, los símbolos, los ejemplos y el tipo de lenguaje resultaban novedosos y acordes con las corrientes literarias y linguisticas en boga. Además los textos sufren profundas transformaciones pedagógicas pues no siguieron los temas tradicionales, la temática se abrió para dar paso a una poesía y a una prosa cuya finalidad es sobre todo estética, lo importante era estimular el gusto por la lectura y facilitar el dominio de su técnica, se abandonó la representación del nacionalismo y a diferencia de los libros anteriores no tenían un hilo conductor entre las lecciones aunque se respetaron dos unidades temáticas: la naturaleza y el trabajo, un espacio donde se exalta la belleza del medio ambiente a través de la poesía y la división de funciones sin conflictos, es decir, la armonía y el equilibrio700 .
Como se ve en el cuadro no.1 hasta 1998 se han entregado cerca de 160 millones de libros de texto gratuitos y para el año escolar de 1998-1999 un total de 147, 3 millones de ejemplares lo que representa un gran esfuerzo estatal.
CUADRO 1

ANEXO 1[MCT 2](liga de regreso)
Cuadro 1.- Libros de texto seleccionados para cada disciplina (1905-1907)

Primer Año

Lectura Método REBSAMEN de Escritura y Lectura (para el D.F.)
    1907



Enseñanza simultánea de la lectura y la escritura por Claudio Matte (para escuelas de territorios en 1907)

      1907

Segundo Año

 

Lectura

Brena Luis de la,"El niño Mexicano"

Rodríguez C.Delfina, "El Angel del Hogar"

Para niños

 

Para niñas

 

1905

 

1905

 

 

  Torres Quintero Gregorio, "Lector infantil mexicano",
para niños, 1907
Para niños   1907

 

  Rosales María M., "Rafaelita" Para niñas   1907

Tercer Año

Lectura

Oscoy Andrés, "El Lector Mexicano". 2º libros

Brena Luis de la, El Niño Mexicano

Rodríguez C.Delfina"El Angel del Hogar"

Para niños



Para niños


Para niñas



1905

1907

 

1907


Geografía Barrosos José Juan, "El Distrito Federal de la República Mexicana"   1905 1907


Historia Patria Sierra Justo, Primer Año de Historia Patria Para niños y niñas 1905 1907

Cuarto Año

Lectura Nervo Amado, "Lecturas Mexicanas" no.1

Pineda C, "El Niño Fuerte"



Correa Zapata, Dolores, "La mujer en el hogar" 1er. libro

Torres Quintero Gregorio, "Lector Enciclopédico Mexicano"

no.3
Rodríguez C.Delfina, "La Perla de la Casa"

 

Para niños y niñas

Para niños
Para niñas


Para niños


 

Para niñas

1905


1905
1905


1907




1907


 

1907




1907


Geografía Chávez Esequiel, "Geografía Elemental. Simples lecturas" Para niños y niñas 1905 1907


Historia Patria Sierra Justo, "Segundo Año de Historia patria" Para niños y niñas 1905 1907


Aritmética Hernández Julio, "El cuarto año de Aritmética " Para niños y niñas 1905  

 

Instrucción Cívica

Chávez Ezequiel, "Nociones de instrucción Cívica"

Correa Zapata Dolores, "Nociones de Instrucción Cívica"

Pineda Celso, "El Niño Ciudadano"

Para niños

 


Para niñas

 



Para niños

1905



1905-1907


 

1907
Fuente: Boletín de Instrucción Pública. Órgano de la Secretaría del Ramo. México: Tipografía Económica. 1907.

ANEXO
.LIBROS DEL SIGLO XIX –
LECTURA
García Puron, El lector moderno.Libro no.1. Nueva York: Apleton y Co. 1918. Estado de México
Mantilla L. Libro de Lectura no.1. París: Librería de Bouret. 1892. Estado de México
(1840) Libro Segundo de los niños para uso de las escuelas por la Real Academia de Primera Educación. Megico, Librería de galván, Portal de Agustinos.
Mantilla F.Luis (1892) Libro de Lectura 1. México: Librería de la Vda. de Bouret. (Estado de México)
Rosas Moreno José (1878) Fábulas. México: Imprenta de la Vda. e Hijos de Murguía. 4ª.edición. (Guadalajara, León y la Ciudad de México)
_____(1864) Hojas de rosas. México. (Guadalajara, León y la Ciudad de México)
_____(1877) La ciencia de la dicha. Lecciones de moral en verso. México: Imprenta de la Vda. e Hijos de Murguía. 3ª.edición. (Guadalajara, León y la Ciudad de México)
_____(1872) Libro de la infancia. Pensamiento, cuentecillos, anécdotas, máximas, sentencias y consejos morales. México: Ed.Francisco Mendoza. Biblioteca de los niños. (Guadalajara, León y la Ciudad de México)
_____(1874) Libro de oro de las niñas.Nuevas lecciones de moral en verso. México:Imprenta y librería de los niños. (Guadalajara, León y la Ciudad de México)
_____(1877) Nuevo amigo de los niños. México: Antigua Imprenta de Murguía. 6ª.edición. (Guadalajara, León y la Ciudad de México)
_____( ? ) Nuevo devocionario poético de los niños. México: Antigua Imprenta de Murguía. 2ª.edición. (Guadalajara, León y la Ciudad de México)
_____( ? ) Nuevo manual de urbanidad y buenas maneras. Escrito en verso para la infancia. México:Antigua Imprenta de Murguía. (Guadalajara, León y la Ciudad de México)
_____(1873) Recreaciones infantiles. Escenas, cuentecillos y apólogos. México: Antigua Imprenta de Murguía. (Guadalajara, León y la Ciudad de México)
_____(1881) Un viajero de diez años. Relación curiosa e instructiva de una excursión infantil por diversos puntos de la República Mexicana. México:Imprenta de Aguilar e Hijos. (Guadalajara, León y la Ciudad de México)
_____(1889) Un libro para mis hijos : últimos pensamientos, máximas, consejos, fábulas y poesías. La moral verdadera al alcance de los niños. México: Librería de Murguía. 3ª.edición. (Guadalajara, León y la Ciudad de México)
Lecciones de Cosas
Trigo J. (1896) El niño ilustrado. Libro Cuarto de lectura o preparación para el estudio de las ciencias. San Luis Missouri: Spanish American Educational Co. : Libreros Editores. (Estado de México)
Aritmética
Camacho Anselmo.(1893) Aritmética para niños (3ª.parte). Toluca: Imprenta de la Escuela de Artes y Oficios.( Estado de México)
Camacho Anselmo(1887) Nociones de Geometría práctica. Toluca: Imprenta de la Escuela de Artes y Oficios.(Estado de México)
Urcullu José.(1887) Catecismo de Aritmética. México:Antigua Imprenta de Murguía. Estado de México
Geografía
Aviles Gildardo F. Nuestra Patria. Geografía Elemental de la República Mexicana. México: Librería de la Vda. de Bouret.
Aviles Gildardo F.Curso Elemental de Geografía. México: Librería de la Vda. de Bouret.
Aviles Gildardo F. Mi primer libro de Geografía .México: Librería de la Vda. de Bouret.
Chavez Ezequiel. La República Mexicana. México: Librería de la Vda. de Bouret.
De Rivera Enrique S.(1892) Compendio elemental de geografía universal y de México. Toluca: Imprenta de la Escuela de Artes y Oficios. 2ª.edición.(Estado de México)
De la Torre Juan (1896) Geografía de México. México:Imprenta de "El Siglo XIX". 8ª.edición (Estado de México)
García Cubas Antonio. Curso elemental de Geografía Universal. México: Antigua Imprenta de Murguía. 1890. 5ª.edición
Roa Bárcena J.M. Catecismo Elemental de Geografía Universal. México: Imprenta de Andrade y Escalante.1861.
Trigo J.Geografía Política. San Luis Missouri: Spanish American Educational Co. 1897 . Estado de México
Trigo J. Geografía Física Universal.San Luis Missouri: Spanish American Educational Co. 1897. Estado de México
Historia
Lainé Ramón (1890) Catecismo de Historia General de Méjico escrito para las escuelas elementales de la República Mejicana. Méjico:Tipografía "La Providencia" 9ª edición. (Estado de México)
Rivera Cambas (1893) Cartilla de Historia de México para uso de las escuelas de la República y dividida en tres cuadernos. México: Antigua Imprenta de Murguía. (Estado de México)
Sierra Justo (1912) Historia Patria. México: Vda. de Bouret (Estado de México)
Educación Femenina
Atjinson Florencia, García Purón Juan, Sellén Francisco y Molina Eduardo. Economía e higiene doméstica de Appleton. Nueva York: D.Appleton y Compañía. 1915. (Michoacan)
Wright Robinson Marie, Picturesque Mexico. Philadelphia. 1897 (Michoacan)

 

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