[...]
es más importante cada día el que la mujer se instruya
para no caer
en errores de la tradición, para rechazar algunas falsas ideas
que reinan
en los tiempos presentes, y para conocer todo aquello
que debe contribuir a la tranquilidad del hogar,
a la buena marcha de la casa, a proporcionar alimentación adecuada
y sana,
al mantenimiento de la salud y al desarrollo de la moral,
del gusto artístico y de cuanto contribuya al desenvolvimiento
intelectual de la familia.
Dr. Juan García Purón,
Economía e Higiene doméstica de Appleton 1888,1914.
Oresta
López
El Colegio de San Luis, A. C.
Introducción:
Para reconstruir las interacciones entre libros y lectoras durante
el porfiriato, es necesario localizar fuentes que den cuenta de los
libros que se escribían para mujeres o que se usaban en las escuelas
de niñas. Asimismo tienen mucha importancia los registros de
la población femenina que sabía leer y escribir y de las
que asistían a las escuelas de primeras letras y más aún
a las de educación secundaria y profesional. Un reconocimiento
físico de los libros antiguos y la lectura de aquellos que fueron
instrumentos educativos de las mujeres a finales del siglo XIX, proporcionan
al investigador un lazo de empatía fundamental del cual partir.
En los diferentes estados que comprende la República Mexicana,
se fundaron las primeras bibliotecas públicas a partir de la
segunda mitad del siglo XIX, sus primeros libros fueron los recuperados
de seminarios y conventos a partir de la desamortización de bienes
de la iglesia. En Morelia aún encontramos los fondos antiguos
de libros existentes en la Biblioteca Pública Universitaria
y en la del Colegio Primitivo y Nacional de San Nicolás.
Los datos sobre las lectoras los podemos identificar a partir
de documentos sobre las asociaciones literarias femeninas
, de los datos de la prensa periódica o bien de los colegios,
normales o liceos de niñas de educación primaria superior
o secundaria. Muy poco se sabe sobre la lectura en las llamadas escuelas
amigas,
porque eran establecimientos semi-informales.
Al identificar los libros de texto obligatorios para los cursos o los
libros de la biblioteca o las listas de libros de premiación
al final del año, estamos también ante la posibilidad
de identificar a autores locales de cartillas o textos.
En Morelia es posible identificar lo que leían las estudiantes
de la Academia de Niñas. Para ello se pueden revisar las listas
de libros de cursos escolares, de recreación y los seleccionados
para los rituales de premiación que se entregaban a las alumnas
destacadas durante cada año escolar. También se puede
hacer una aproximación a la prensa periódica local, secular
y católica, ya que ciertos diarios eran leídos en las
escuelas, por las familias y mujeres de la ciudad. La prensa y las revistas
son del tipo de fuentes que nos dan la oportunidad de pensar en la lectura
más allá de la escuela.
Otra fuente poco trabajada es la literatura de la época
de estudio, a través de cuentos, novelas, el teatro y la lírica
en general, aparecen descripciones de las mujeres en situaciones cotidianas
o excepcionales, abundando por fortuna, las escenas de las mujeres en
su relación con la escuela, los libros o la costura.
Este ensayo sería inconcebible sin tener como referencia
a un grupo particular de lectoras de Morelia, en este caso he localizado
a las mujeres de la Academia de Niñas de esta ciudad, institución
que fue formadora de niñas, jovencitas y profesoras en servicio
desde 1886 hasta 1915. Eran mujeres de clase media de Morelia y de otras
poblaciones importantes de Michoacán, en menor medida de comunidades
rurales o indígenas. En la Academia convivían mujeres
de edades diversas, desde 10 hasta 35 años. Considero este
colectivo como una muestra de lo que era ser mujer alfabetizada
en provincia.
En términos de Chartier (1996) el investigador reconstruye
una comunidad de interpretación, por ello me concentro en la
población escolar de mujeres que ya habían cursado las
primeras letras o la instrucción primaria y que o bien continuaron
con la secundaria o exploraban las nuevas carreras que se abrían
para ellas en la Academia de Niñas y que por ello tenían
la posibilidad de convertirse en lectoras más o menos expertas
o formadoras de nuevas lectoras.
Los
límites de la lectura de las mujeres
Si
bien la escuela no era el único sitio donde se aprendía
a leer, ésta imponía una forma de lectura, relectura y
memorización de ciertos libros. Los textos oficiales para niños
eran escritos o traducidos por el personal o los cuerpos directivos
de enseñanza. Los textos utilizados para la formación
de los maestros, también pasaban por este proceso de selección.
En la interrelación entre ambos tipos de libros (para alumnos
y para los maestros) se pueden identificar los discursos y representaciones
específicas que se expresan de la escuela y para la escuela:
[...] lo que esta reconoce del mundo en el que vive, lo que esta
intenta hacer para adaptarlo a sus usos o lo que ella se impone apara
adaptarse a los tiempos que cambian.
La lectura escolar tuvo un gran impulso en el último tercio
del siglo XIX, antes se enseñaba a leer para acercarse a la ciencia
de la salvación mediante el catecismo. La Iglesia consideraba
a la instrucción popular como un viático que
convenía suministrar a cada niño mientras no era suficientemente
grande para generar ingresos a la familia. Más que leer, se memorizaba,
cada escolar lee y relee en voz alta su texto hasta que una vez
interrogado dé prueba de su capacidad de recitarlo todo de un
tirón.
Es a finales del siglo XIX, cuando se expresa la preocupación
no sólo por las prácticas de lectura, sino principalmente
por seleccionar los libros de texto que se leían en la escuela.
La lectura fue un eje importante de los proyectos del estado liberal
por promover toda una aculturación y transformación de
las mentalidades, para desfanatizar a las masas y favorecer la adopción
de la ideología nacionalista del Estado. Se trataba de buscar
los buenos libros que permitieran la regeneración
moral y adoctrinamiento político de las masas. Ahora bien, la
lectura, como materia, aparece en la primaria. En los colegios y liceos
la lectura no se enuncia como una enseñanza particular, no aparece
en los programas como la continuidad de un aprendizaje básico,
quizá porque se consideraba que esta reafirmación y continuación
de la lectura correspondía a las familias y porque la lectura
ya se daba por aprendida. Más bien, los programas se concentraban
en perfeccionar la escritura, -no tanto como composición o escritura
autónoma- sino como imitación y traducción, como
sucedería con la retórica latina, la memorización
y práctica de normas gramaticales, o la forma en que se daba
el acercamiento a otros idiomas.
El control de la lectura de las mujeres no sólo se hacía
desde las bibliotecas escolares o familiares, que eran creadas bajo
la elección personal de profesoras y padres de familia, sino
que es necesario considerar otras circunstancias más estructurales,
ya que en la producción de libros se establece una orientación
hacia la creación de cierto tipo de corpus de obras y no hacia
otras.
Es decir se establecen cánones, en el sentido de mantener un
determinado corpus de obras y de autores como modelo a seguir. Este
tipo de controles, antes y ahora, tienden a nutrir a una industria editorial
que incluso tendría que crear diversos atractivos para el lector,
a la par que reproducir los valores ideológicos, políticos
y culturales que forman parte del sistema de ideas de una época.
Es decir los cánones pueden ser suficientemente amplios en algunos
aspectos, como fijos en otros.
Los cánones seguidos para controlar la lectura femenina se advierten
en sus coincidencias para plantear un modelo de mujer. Otros aspectos
que aparecen en los libros para mujeres como un callado concierto entre
autores es el tipo de formatos discursivos que se emplea en la escritura
y diseño de los textos. Mismos que pueden cambiar por razones
de orden social y las preferencias de los lectores.
Así por ejemplo, hasta antes del siglo XIX se veía
a la mujer lectora como protectora de las costumbres, las tradiciones
y las maneras familiares. Biblias, catecismos, libros de santos y sermones
religiosos parecían ser los textos favorecidos. El aprendizaje
de la lectura se valoraba por ser un vehículo de salvación
del alma. Posteriormente se perciben cambios en las preferencias de
las lectoras: Las nuevas lectoras del siglo XIX, sin embargo,
daban pruebas de tener otros gustos, más seculares, y hubo que
diseñar nuevas formas de literatura para su consumo. Entre los
géneros destinados a este sector se encontraban los libros de
cocina, las revistas y, sobre todo, la novela popular barata.
Las mujeres estaban leyendo menos literatura para su salvación
y más textos para vivir la vida terrenal. En el lenguaje de la
época las referencias a la novela,
la ficción o lo novelesco
tenían un sentido peyorativo.El género más favorecido
para la lectura no escolar fueron las novelas y sin duda fue el más
controlado en las bibliotecas de liceos y el más condenado en
las cartas pastorales que hacían alusión a la lectura.
Para los escritores y controladores de lecturas femeninas, estas preferencias
coincidían con la idea estereotipada de que las mujeres eran
fantasiosas, emocionales, frívolas, poco reflexivas y víctimas
fáciles de los estímulos eróticos de las historias
románticas.
Los
libros autorizados para las niñas
La
lectura en la Academia de niñas -como todas las actividades de
la escuela-, estaba sometida a reglamento, se atendían los consejos
de Bruño en sus lecciones de lengua castellana, para orientar
la selección de libros y la forma de leer:
Cuidarse
de escoger y leer bien los libros [...]Nunca se deben leer libros
que extravíen el entendimiento, que corrompan el corazón,
que sean irreligiosos o inmorales.
Leer autores cuyo nombre es generalmente reconocido y respetado. [...]
La lectura es como el alimento, aprovecha no lo que se come sino lo
que se digiere. Sus principales cualidades: pausada, atenta,
reflexiva, [...]
Las lecturas eran seleccionadas y autorizadas por la directora y por
las autoridades educativas del Distrito de Morelia, para 1896 eran:
Album de la mujer
Madres de hombres célebres,
Galería histórica de mujeres célebres,
Un libro para las jóvenes,
La dama elegante,
Manual de la moda elegante,
De Madrid a Nápoles,
Eufemia o la mujer verdaderamente instruida,
Cartas sobre la educación del bello sexo, por una señora
americana.
Manual de urbanidad y buenas maneras, de Carreño
Obras poéticas de Campoamor
Rimas de Gustavo Adolfo Becquer
Mosáico literario epistolar
La Mujer, por Don Severo Catalina.
El Colegio se incorporó de inmediato a rituales similares
a los de varones del Colegio de San Nicolás, uno de ellos, el
más importante, era la entrega de premios de fin de año,
incluso se imprimía un libro con los nombres de los premiados
y los discursos de las autoridades. Los premios consistían en
medallas de oro, diplomas, material para dibujo y sobre todo libros.
Los libros entregados en las premiaciones de los años 1898 y
1899 fueron:
Libros
que se obsequiaron en la Academia de niñas
1897-1898
|
TITULO
|
AUTOR
|
El
Rey de las Montañas
|
E.
About. |
Mi
abuelito
|
J. Gerardin |
Geografia
Universal
|
Estévanes |
La
Tierra
|
Gerardin |
Dicc.
Francés-Español
|
Gildo |
Cuentos
de Grimm
|
Raynal |
Los
Náufragos
|
|
Dicc.
Inglés-español
|
|
La
heredera de Vauclain
|
Mm. Colomb. |
Atlás
Geográfico Universal
|
E.
Morieu |
Economía
doméstica
|
Appleton |
La
hija de Carilés
|
Mm.
de Colomb |
Los
pescadores de ballenas
|
Salgari |
Historia
Patria
|
Guillermo
Prieto |
Apuntes
Históricos
|
|
Viaje
por las cinco partes del mundo |
Campano |
Nuestras
verdaderas conquistas |
Lévy |
Artes
y Ciencias
|
Bustamante |
Historia
de la Música
|
Lavoix |
Teoría
de la Música
|
Tanhauser |
Album
de Schuman
|
|
Walses
de Wadteufel
|
|
Teoría
de la música y método para harmonium
|
|
Composiciones
para piano
|
Schubert |
Elementos
de perspectiva |
|
El
ama de casa
|
Sra.
Gutiérrez |
Almacenes
de Artes y Ciencias
|
|
Manual
del florista artificial
|
|
Tratado
de pintura
|
V.
Poleró |
Cocinero
práctico
|
|
Recreaciones
científicas |
Tissandie |
Relación
de títulos que se obsequiaron a las alumnas
de la Academia de niñas en 1898
|
TITULO
|
AUTOR |
Atlás
Geográfico Universal
|
Zerolo |
Los
pescadores de ballenas
|
Salgari |
Almacén
de las señoritas
|
|
Las
tardes de la granja
|
|
Dicc.
Francés-español español-frances
|
|
Pinturesque
Mexico
|
Marie
Robinson Wright |
El
ama de casa
|
Sra.
Gutiérrez |
Economía
e higiene doméstica
|
|
Los
náufragos
|
Raynal |
Viajes
a las cinco partes del mundo
|
Campano |
La
tierra
|
Gerardin |
Apuntes
históricos
|
|
Cuentos
de Grimm
|
|
Nuestras
verdaderas conquistas
|
Lévy |
A
la Aventura
|
Cordelia |
Manual
de armonía
|
Concone |
Historia
de la música
|
Lavoix |
Teoría
de la música
|
Danhaüser |
Estudios
y nocturnos para piano
|
Chopin |
Manual
del pintor
|
|
La
mujer
|
Sra.
Jimeno de Flaquer |
Tratado
de corte y confección de vestidos
|
|
El
cocinero de las familias
|
|
Molienda
y panificación
|
León
Hendoux |
Jabonería
y perfumería
|
Alberto
Larbaletier |
Los
animales de corral
|
Alberto
Larbaletier |
Manipulación
de la leche
|
Alberto
Larbaletier |
El
cerdo, salchichería |
Valesser |
Año
de 1899
|
TITULO
|
AUTOR |
Modelos
de literatura castellana
|
|
La
hija de Cariles
|
Mma.
Colomb |
Dicc.
Francés-español
|
Gildo |
Viajes
por américa
|
Guerra |
Los
porqués de la señorita Susana
|
|
Dicc.
De la lengua castellana
|
|
Dicc.
Inglés-español
|
|
Viajes
por europa
|
Guerra |
Los
Náufragos
|
Reynal |
Almacén
de las señoritas
|
|
Economía
e higiene doméstica
|
Appleton |
Ciencias
físicas y naturales
|
|
Tratado
de aritmética
|
Leyssene |
Nuestras
verdaderas conquistas
|
Levy |
Tratado
de análisis gramatical y Lógico
|
Aguilar |
Atlás
geográfico universal
|
Cortambert |
Geografía
comparada
|
Sánchez
Casado |
Historia
patria
|
Guillermo
Prieto |
Leyendas
de las calles de la Cd. de México
|
Juan
de dios Peza |
Dirección
de las escuelas
|
Balduin |
Guía
del maestro
|
Zamora |
Teneduría
de libros
|
C.C.
Marsh |
Teoría
de la Música
|
|
Rossette
(legende hollandaise)
|
Burgmein |
Le
Roman de Pierrot et Pierretle
|
Burgmein |
Le
Livres des Histoires
|
Burgmein |
Impresiones
de route
|
Burgmein |
La
mujer
|
Sra.
Flaquer |
La
mujer en la sociedad moderna |
Sra.Acosta
de Samper |
El
cocinero práctico
|
|
Tratado
práctico de corte y confección
de vestidos
|
Dessault |
Economía
e higiene doméstica
|
Appleton |
Las
tardes de la granja
|
|
Los
pescadores de ballenas
|
Salgari |
Evangelios
de la mujer
|
|
Paisajes,
tradiciones y leyendas
|
Eduardo Ruiz |
Pinturesque
Mexico |
Sra. Wright |
|
|
La Sra. Josefa V. de Alvírez, Directora de la Academia,
consideraba necesario acompañar la entrega de libros con discursos
especiales a los padres de las niñas, señalando que la
función más importante de la Academia era:
[...]
conservar en su mayor pureza, la moralidad de las alumnas, inculcándoles
el conocimiento del deber, encaminando su inteligencia a la Verdad
eterna y su corazón al bien infinito; procurando que la instrucción
sea amplia y concienzuda, pero adecuada a su caracter, a sus tendencias;
en una palabra, adecuada a la naturaleza de su elevada misión.
Les
recordaba a los presentes que los padres y madres de familia son los
representantes de Dios en la tierra y los convocaba a colaborar en la
educación de las niñas a través del buen ejemplo:
[...]ayudádnos
con vuestros consejos y sobre todo con vuestro ejemplo, a hacer comprender
a vuestras hijas que la mujer virtuosa es el mas bello ornato de la
sociedad; que la ciencia sin virtud es acaso el mayor enemigo no sólo
del que la posee, sino de todos los demás, con relación
a su destino moral; y que el mérito del hombre más que
en lo que sabe consiste en lo que practica.
Con ello,
se reiteraba en los rituales de premiación que lo más
importante para las muchachas era la virtud y que la ciencia sólo
era para aderezar la obra de ornato social que deberían cumplir.
Los
cánones de la lectura escolar para mujeres:
A partir de los libros de recreación autorizados y controlados
por la Academia ,
podemos inferir los cánones que ponía en práctica
la escuela para la selección de títulos que se consideraban
adecuados para las mujeres. En una primera clasificación podemos
agruparlos por sus objetivos:
1. Libros para formar las nuevas maneras de urbanidad y conocer
las modas europeas y americanas modernas eran: La dama elegante; Manual
de urbanidad y buenas maneras, de Carreño.
; Un libro para las jóvenes y en género epistolar, las
Cartas sobre la educación del bello sexo, por una señora
americana.
2. Libros de viajes y de geografía: Para saber de Europa
se contaba con De Madrid a Nápoles. Libros de aventuras, de los
hermanos Grimm y otros de viajes y ficción al estilo de Julio
Verne y libros de geografía y atlas universales.
3. Libros de recreación literaria; Obras poéticas
de Campoamor; Rimas de Gustavo Adolfo Becquer y el Mosaico Literario
epistolar.
Además leían las revistas literarias y partes de la prensa
periódica que circulaban en Morelia, especialmente las dedicadas
a las mujeres. Un claro ejemplo era El Prisma, publicación local
dedicada al bello sexo que se conseguía en los portales
a muy bajo costo y contenía escritos de los poetas de la ciudad
y editoriales de personajes conocidos, incluso algunos eran catedráticos
de la Academia.
4. Los libros de vidas ejemplares de mujeres: El método
de usar lecturas de vidas ejemplares de mujeres para educar a las niñas
fue muy usado por la Iglesia, se leían historias ejemplares de
vírgenes, monjas y beatas, para desarrollar en las niñas
un modelo a seguir. Pero posteriormente se empieza a generar una nueva
literatura que muestra la participación de mujeres en acciones
patrióticas públicas, en la Academia se leían textos
como Las mugeres célebres en Francia (1789-1795) y su influjo
en la Revolución del abogado L. Lairtullier.
En ésta el autor se pregunta en el prólogo ¿cómo
es que entre tantos biógrafos haya tan pocos que se hayan ocupado
de mugeres? Para hacer justicia, ofrece en su obra las biografías
de veinte mujeres que participaron en la Revolución Francesa.
Esta es una lectura para reforzar el espíritu republicano.
En Mugeres Célebres de España y Portugal de Juan
de Dios de la Rada y Delgado, también se presentan biografías
de mujeres célebres de la península ibérica, en
dos elegantes tomos, con la intención de ofrecer ejemplos
que imitar a las mugeres de la presente edad... incluye datos
de mujeres patriotas, señoras de heróica virtud, sabias,
poetisas y escritoras, artistas, mártires y santas. En el prólogo
solicita la lectura de las mujeres y la comprensión de los hombres
porque De la muger creyente y de verdadera instrucción
depende la suerte de las naciones. No lo olviden los hombres de ciencia
y los corazones amantes del bien. Contribuyamos todos a engrandecer
a esa hermosa mitad del género humano.
Una estrategia comercial de los editores era incluir largas listas de
los nombres de los suscriptores a la obra. En este caso llama la atención
que se tratase de muchos hombres y contadas mujeres.
Considero algunos de los libros de vidas de mujeres célebres,
no eran de lectura generalizada, sino para feministas hombres
o mujeres interesados en analizar con cierta profundidad la escasa historiografía
de las mujeres, que tuvieran elementos parainterpretar lo que enseñaban
vidas de mujeres geniales, talentosas y también polémicas.
Libros de este género, se podían consultar en la biblioteca
pública y como se trataba de libros ilustrados con elaboradas
imágenes su costo era alto costo, los suscriptores particulares
por lo general eran jefes de familia que apreciaban y podían
comprar libros caros, de impresores ansiosos por ampliar su clientela
lectora y por los colegios, en donde eran usados para la educación
de las mujeres. Por su estilo narrativo se prestaban a la lectura en
voz alta, por su formato, permitían la lectura selectiva de biografías
individuales
De esta naturaleza es la Historia Universal de las Mujeres, en
dos volúmenes, ilustrado con bellas y coloridas estampas y que
a diferencia de los anteriores se convierte en una cuidadosa selección
de biografías de mujeres célebres, santas y republicanas,
de las que ofrece además un resumido marco histórico.
Otros textos prescriptivos para la formación de las mujeres a
partir de vidas ejemplares eran: Album de la mujer; Madres de hombres
célebres y Galería histórica de mujeres célebres,
entre otros.
5. Los libros que trataban la cuestión femenina en el mundo de
habla hispana: tuvo un gran éxito La Mujer, de Severo Catalina,
que no faltaba en bibliotecas familiares y escolares, este es un ensayo
original e ingenioso que se autodenomina apuntes para un libro porque
será libro de oro aquel en que se trate fundamentalmente
de la mujer examinando todas sus condiciones físicas y morales
y su alta influencia social y lo que es, en fin la mujer, [...] ¿Gran
libro aquel en que leyese cada mitad del género humano lo que
puede y debe ofrecer a la otra mitad!
El texto es de lectura fácil y utiliza el buen humor y la ironía,
se caracteriza por la moderación en sus prescripciones para las
mujeres, quizá de ahí viene su éxito, por ejemplo
respecto a las mujeres y el estudio, señala que de las ciencias,
les va mejor las letras y sugiere:
En
nuestro actual sistema de educación, y aun de vida, es muy
difícil que broten mujeres de vocación directa hacia
los estudios serios; pero si brotan y se dan a conocer, serán
por extremo cobardes los críticos que las desalienten, y por
extremo egoistas los sabios que las menosprecien.
Severo
Catalina defiende la educación cristiana como la única
que puede hacer feliz y plenas a las mujeres. El prólogo de Campoamor
-escrito en tono humorístico pregunta y advierte a las mujeres
Este libro, ¿es una apología de la mujer, o un libelocontra
el sexo femenino?[...] no leáis este libro, pobres hijas de Eva,
si no queréis ser engañadas por la magia de su estilo
[...], en la nota biográfica del prólogo se advierte
que al parecer podía gustarle tanto a los hombres como a las
mujeres. Eufemia o la mujer verdaderamente instruida
6. Los manuales de moda y de economía doméstica: Entre
los manuales
favoritos de la Academia de Niñas se encuentra el Manual de moda
elegante
realmente se convirtió en el libro de texto obligatorio para
todas las clases de costura en los cursos iniciales y avanzados. El
plan de estudios para esta clase seguía la secuencia del libro,
empieza por costura, sigue por tapicería,
bordados, hasta llegar a la elaboración de flores. El texto aconseja
a sus lectoras que no le consulten sin tener a la mano los materiales
correspondientes a las labores que se propongan ejecutar; y de este
modo, uniendo la teoría a la práctica, y observando atentamente
los numerosos dibujos que aclaran el texto, podrán obtener un
resultado satisfactorio... .
El manual propone a las mujeres modernizarse y aprender a usar la máquina
de coser, particularmente recomienda la máquina americana de
coser, ribetear
y hacer ojales, muestra una figura, y previene también de los
peligros a la salud que le pueden ocasionar a las mujeres, pues es más
saludable coser a mano.
En
otro apartado enseña a elaborar el corsé,
pero también ofrece unas breves consideraciones sobre la acción
del corsé, el cual no debe servir para apretarse el talle, ya
que esta práctica resulta en malestares como síncopes
y otros más graves como la gastralgia,
la hepatitis, los ahogos, los vértigos y otros que sería
prolijo enumerar
sugiere a sus lectoras abandonar esa moda ridícula.
Ilustración del Manual de Economía doméstica de
Appleton
Este
manual se armó de las entregas periódicas del diario madrileño
La moda elegante ilustrada, se acompañaba de figurines, patrones,
grabados y dibujos para tapicería.
Los manuales con muchas láminas, instrucciones dibujadas
y modelos eran según Chartier la oportunidad de que los no alfabetizados
pudieran tener acceso parcial a la información de los libros,
bajo otras formas de leer. El manual de moda elegante en su volumen
anual ofrecía 3 300 grabados, 48 figurines grabados en acero
e iluminados en colores, 24 grandes patrones en tamaño natural
y más de 1000 modelos de trajes, túnicas, delantales y
abrigos. Obsequiaba además a sus lectoras, piezas de música
moderna escrita para canto y piano, de los más notables compositores
de España y el extranjero, así como de ejercicios de ingenio
como son saltos de caballo o jeroglíficos.
Poseer el libro según los editores era tanto para el gusto de
una aristocrática familia o de la menos acomodada señorita.
El
manual de Economía e higiene doméstica de
Appleton
fue un libro para mujeres usado en cursos, consultado en bibliotecas
y obsequiado en las premiaciones. Este libro fue editado en 1888 y tuvo
éxito hasta las primeras décadas del siglo XX, es una
obra arreglada para uso de la familia en general y para texto
en las escuelas y colegios de señoritas,
contiene una cuidadosa selección de materiales de economía
doméstica
de diversas editoriales y países, con el objeto de ofrecer una
obra actualizada y depurada de los conocimientos que competen al nuevo
concepto de economía doméstica como la ciencia del hogar.
Define a la economía doméstica como el arte de manejar,
dirigir o gobernar la casa y la familia, sin perder o malgastar tiempo,
trabajo ni dinero
aconseja a las mujeres aprender matemáticas para llevar las cuentas
de gastos de la casa, geometría para trazar y cortar su ropa,
conocimientos de farmacia y medicina para atender emergencias y preparar
algunos remedios caseros y productos de limpieza para ropa y el hogar,
conocimientos sobre el funcionamiento del cuerpo para saber qué
tipo de alimentación y régimen de vida es el conveniente
para los miembros de la familia; conocimientos sobre la calidad del
agua y del aire, para mantener aereada la casa y cuidar las fuentes
de suministro de agua para tomar. Se trata de explicar las leyes físicas
de la vida y las nuevas reglas del buen gusto para decorar una casa
y elaborar vestidos para toda la familia, donde lo bonito debe quedar
antepuesto a lo útil y a lo cómodo. Siguiendo los consejos
de los higienistas,
se ilustra con dibujos los efectos dramáticos del uso de corsés
muy ajustados en las jóvenes y dice: Abrigamos la esperanza
de que con el progreso de la civilización, el desarrollo de la
educación en la mujer, y la propagación de los principios
fundamentales de la higiene entre las madres de familia, llegará
un día en que se destierren todas estas prácticas y costumbres
perjudiciales a la salud, adoptándose modas y vestidos en armonía
con los dictados de la sana razón y la experiencia. Si se pudiera
establecer como moda para las niñas, aún para las ya crecidas,
un vestido sin corsé ni cinturón apretado, sería
ya un gran paso en el buen camino. Es decir la belleza y la gracia
de las muchachas dependía de su salud y comodidad. En el capítulo
XII se refiere a la costura, reitera que las modernas máquinas
de coser se han extendido por todos lados y recomienda a las mujeres
no descuidar el arte de coser a mano, pues esto complementa la labor
de la máquina y explica e ilustra las principales puntadas. En
el siguiente capítulo dedicado a corte de prendas, les enseña
a las mujeres a medir, a calcular proporciones y al ejercicio de la
geometría plana: Para poner al alcance de las lectoras
de este libro nuestras explicaciones acerca del arte de cortar, ya que
con frecuencia tendremos que hablar de líneas rectas, curvas,
inclinadas, ángulos, etc., daremos aquí unas brevísismas
nociones de geometría plana.
El libro esta escrito de manera clara, amena y ofrece una gran
cantidad de ilustraciones. Lo moral tampoco queda olvidado, pues a lo
largo del texto se dan consejos y prescripciones de la conducta de las
mujeres y el resto de los miembros de la familia, sugiere que los muchachos
también deben hacer el trabajo doméstico y en el apartado
de buenas maneras es mucho más preciso sobre como tratar a invitados,
reprender a los hijos y a los criados. Se refiere a un modelo de mujer
inteligente que puede obrar con racionalidad y ternura en cada asunto
familiar, y para que la mujer pueda mantener su belleza, salud y tranquilidad,
recomienda hacer ejercicio diario y la fe en la Providencia.
La educación de los hijos será orientada por lecturas
de Heriberto (sic.) Spencer y las 16 proposiciones de la Academia de
Medicina de Paris, que incluyen entre otros temas, el amamantamiento
con leche materna, el proceso de alimentación de un bebé,
la aplicación de vacunas, etc. El texto reitera que una madre
instruida debe enseñar a sus hijos a leer y escribir, matemáticas,
biografía de hombres célebres, el uso adecuado del lenguaje,
el respeto, la disciplina y el dominio de la voluntad propia, entre
otras cosas.
La mujer es responsable también de las diversiones familiares
y deberes sociales, en la familia había que divertirse un poco
al oscurecer el día, ya terminados los deberes y para ello hay
que buscar los buenos libros, y es aquí desde la economía
doméstica- donde también se establecen los nuevos controles
sobre la lectura:
Debe
cultivarse el gusto por la lectura, y alimentar el amor a la literatura.
Esta abre una fuente inagotable de consuelo y bienestar, y con frecuencia
da valor y presta alivio a más de una mujer cansada y mortificada
por los quehaceres domésticos.[...] todo hogar puede tener
ciertos libros útiles y necesarios al principio, y después
pueden irse adquiriendo otros más... [...] Es un excelente
sistema regalar a los niños buenos libros en vez de dulces,
juguetes y otros artículos que no sean de un valor duradero.
Al comprarse libros, debe siempre tenerse gran cuidado de procurar
que sean obras de buena moral, variados, y de valor permanente. La
literatura extravagante y los libros de una moral dudosa, deben siempre
excluirse de una biblioteca de familia. Leer sin orden ni método,
pasar de una materia a otra sin fijarse en ninguna, son defectos que
deben evitarse cuidadosamente. Es conveniente a toda mujer que tenga
la oportunidad de hacerse familiar con distintos ramos de la buena
literatura, que aproveche bien la ocasión. Biografías,
historia, viajes, poesía, novelas bien escogidas, ensayos,
crítica literaria, obras sobre la naturaleza y sus maravillas,
obras científicas, todo esto puede ser muy útil a las
mujeres, y estos libros deben encontrar un puesto en la biblioteca
del hogar.
Además
da consejos sobre como elegir los libros por su aspecto material:
En la adquisición de libros se debe procurar aquellos
que en su parte material sean buenos, bien impresos, bien encuadernados
y de tipo claro. Además de ser duraderos, y por lo tanto más
económicos, son también un adorno en la casa y sirven
para cultivar el gusto por lo bueno, lo bello y lo artístico.
Lo contrario sucede con esas ediciones de mal gusto, pobres y capaces
de hacer un mal irreparable a la vista y al sentimiento estético.
Si
bien sabemos que el manual de Appleton se utilizaba en las escuelas
de niñas de Morelia, también encontramos otros manuales
similares en folletos adaptados e impresos en otras ciudades, por ejemplo
en Colima el Inspector general de Instrucción Pública,
don Manuel R. de la Vega publicó en 1888 su Exposición
sobre la importancia de la educación doméstica dedicada
al bello sexo colimense,
En éste, el autor destacó con sus propias ideas, la importancia
de la formación moral basada en los principios de la religión
católica, porque sin la religión no existe el sentimiento
de la dignidad personal, ni el deber, ni las altas virtudes morales
[...] reina el egoísmo y la sensualidad [...].
Para él, la educación doméstica debería
contener como ramo importante, la enseñanza de las maneras cultas
o dominio de las reglas de urbanidad y etiqueta social.
Las mujeres tendrían que aprender el origen, naturaleza, propiedades
y preparación de las sustancias alimenticias como el agua, los
granos de cereales y legumbres; las diferentes carnes y las principales
bebidas. Conocer las principales funciones del cuerpo según la
Fisiología, para comprender las condiciones esenciales de la
salud. Saber cuáles son los principales accidentes y como prevenirlos,
aprender acerca de la inoculación de la rabia y del veneno por
mordeduras de animales, así como a preparar remedios contra los
contagios, las hemorragias, fracturas y quemaduras. De la Vega incorpora
a la educación doméstica los conocimientos de correspondencia
epistolar y los de la recreación y ejercicio: Las recreaciones
deben ser inocentes, dando expansión al espíritu, ejercicio
a la memoria, descanso al cuerpo y un agradable bienestar a nuestro
ser
. Los ejercicios para las mujeres deben ser de preferencia calisténicos
por ser menos violentos que los gimnásticos, pues todo
esfuerzo violento será una violación de los requerimientos
de la naturaleza.
La difusión de estos conocimientos a través de los manuales
o complementadas con textos como las Lecciones de cosas,
adoptaban en las escuelas, formas memorísticas, sometiendo a
las estudiantes a rigurosos exámenes orales de preguntas preestablecidas
en los libros. Así, la enseñanza doméstica o la
ciencia de la vida como le llamaban, bien se podía convertir
en librezca.
También tenían éxito los manuales de artes, agroindustrias
y pedagogía: Tales como manuales de música para piano
y otros de solfeo; libros de dibujo moderno; manuales de flores de lienzo
y lana; libros de cocina y solo dos textos que tratan temas científicos
en forma recreativa. En 1898 además de continuar con los temas
referidos, se agregaron los manuales de pintura, de corte y confección
de vestidos; manuales de jabonería y perfumería; para
trabajos agrícolas y agroindustriales (manejo de la leche; el
cerdo, etc.). En 1899 se agregan a los anteriores, los libros para la
educación (guías y manuales de pedagogía moderna)
y teneduría de libros.
Los mensajes convocan a las mujeres a educarse, ilustrarse y manejar
conocimientos modernos y científicos, para mejorar la calidad
de vida en el seno familiar. Esta asignación social dada a las
mujeres las convierte en destinatarias de los más variados textos,
desde los que prescriben acerca de la estructura de la casa, hasta los
que se refieren a la formación de ciudadanos útiles a
la sociedad. En México, las lecturas de este género dedicadas
a la educación de la mujer presentan una continuidad a través
del tiempo, los cambios más apreciables radican en la disminución
progresiva de contenidos religiosos, pero el núcleo de orientaciones
domésticas tipo Appleton, se mantiene con pocas variaciones hasta
los años treinta del siglo XX.
Una característica afin de estos textos es la ambigüedad
en sus propuestas: así como dan las instrucciones precisas para
hacer diferentes tipos de corsé, también señalan
que es peligroso y hasta ridículo su uso. Invitan a las mujeres
a leer e ilustrarse pero sin exagerar el gusto por las actividades intelectuales,
porque se pueden masculinizar; les invitan a usar la moderna
máquina americana de coser, ribetear y hacer ojales, pero también
les previene de los peligros a la salud que pueden ocasionar y les indica
que es más saludable coser a mano.
8. La lectura de textos escritos por mujeres
En las premiaciones de 1899, empiezan a llegar también más
textos escritos por mujeres como: Picturesque Mexico de la Sra. Wright
editado en Philadelphia y dedicado a Porfirio Díaz; así
como los de la Sra. Flaquer, Sra. Gutiérrez y la Sra. Acosta
de Samper entre otras. El texto de Marie Robinson Wrigth dedicaba el
capítulo XXXVII a Michoacán y al igual que el conjunto
del texto está elaborado con materiales de buena calidad, fotografías
de Díaz y de todos los gobernadores, señalando lo pintoresco
de sus gentes, lugares y artesanías. Las niñas que leían
inglés estaban ante un claro ejemplo de visión positivista
de la historia, que mostraba a su país en la ruta del
progreso.
Los otros libros escritos por mujeres se refieren a dar consejos prácticos
para mejorar la vida doméstica. Incluso se introducía
un novedoso formato para este tipo de manuales, llevaban láminas
de aparatos domésticos y utilizaban un lenguaje técnico-científico
para explicar la necesidad práctica y racional de realizar las
tareas de la casa con eficacia y economía.
El desarrollo de las técnicas de edición y los discursos
sobre la lectura
Para comprender mejor las clasificaciones o cánones que
existían en las escuelas para dirigir la lectura de las mujeres,
es importante considerar los discursos del Estado y de la iglesia sobre
la lectura, así como el desarrollo que tuvo la industria editorial
en esta época.
A finales del XIX, con el desarrollo de las nuevas técnicas
de impresión se logró incrementar la cantidad de ejemplares
publicados y abaratar sus costos.
La diversificación de temas y títulos era enorme y se
orientaba a la conquista de nuevos sujetos lectores: las mujeres, los
trabajadores y los niños. La tendencia de las publicaciones seculares
para los nuevos lectores coincide en justificar los temas de conocimientos
útiles y prácticos que mejoraran la vida social y familiar.
No obstante las estrategias de comercialización de los editores
seguían una dinámica de incrementar sus ventas mezclando
géneros y formatos editoriales. Así, en la lista de publicaciones
de una casa editorial aparecían tanto los libros de texto para
las escuelas, como novelas románticas, libros de poesía,
recetarios, manuales de urbanidad, y muchos libros para dominar algún
conocimiento en particular.
Las mujeres fueron consideradas como las destinatarias más
receptivas de las novelas románticas, de ahí surgieron
un conjunto de renovadas prohibiciones hacia estas nuevas lectoras que
podían ser afectadas por los mensajes eróticos y fantasiosos
de las novelas.
Los discursos controladores de la lectura en general y en particular
de la femenina, provienen tanto de la Iglesia como de los hombres de
Estado y de letras, que anunciaban la perdición de las costumbres
familiares y el descuido de las tareas domésticas como efecto
de las lecturas ociosas.
Como medida alternativa se sugería la lectura de libros útiles
que posibilitaran una modernización de las costumbres, una mayor
racionalización del trabajo de la casa y la aplicación
de las nuevas prescripciones de higiene doméstica que beneficiarían
no sólo a la familia sino a la sociedad en general.
Los discursos de la Iglesia sobre la lectura fueron modificándose
a partir de 1880, así cambió la postura de que las mujeres
deberían ser lectoras sólo de asuntos religiosos, vidas
de santos y sermones vigilantes de la virtud y se incorporaban mensajes
de higiene, consejos prácticos y hasta algunas recetas para la
belleza y la moda femeninas.
No obstante, estos cambios fueron más profundos en Europa y Estados
Unidos, y esto se debía en gran parte en el crecimiento del número
de mujeres alfabetizadas. En México los datos sobre las mujeres
lectoras son muy escasos, si rastreamos los datos de alfabetización
encontramos que los censos comparados con los de Europa presentan diferencias
abismales, mientras en Francia en vísperas de la Revolución
ya leía el 80% de mujeres, en México para 1895 el 82.1
% de su población total eran analfabetas.
Las lectoras eran pocas y por ello partimos de buscar lectoras en la
escuela -como referencia- y ampliamos las fuentes hacia la prensa periódica,
pues para el caso mexicano sabemos que se leían y poseían
pocos libros, pues eran escasos y caros. Hombres y mujeres podían
tener mayor facilidad de leer la prensa que llegaba a las bibliotecas,
colegios y suscriptores particulares.
La prensa periódica
La prensa periódica provinciana y nacional reproducía
íntegros o modificados, diferentes artículos que se habían
publicado en España, Francia, Londres o New York. La difusión
de impresos dirigidos a mujeres en libros o prensa periódica
nos muestran que las ideas modernas, la renovación de las costumbres
urbanas y las modas europeas, llegaron a diversos sectores de mujeres
mexicanas; que algunas familias acomodadas y sociedades literarias,
compraban libros, colecciones y suscripciones a diarios europeos y estadounidenses
dirigidos a mujeres y a la familia.
Las modernas ideas de higiene y economía doméstica fueron
ganando espacios en las ediciones para mujeres. En México, se
convirtió en materia escolar en los liceos para señoritas
y en algunos Estados se tomó como ideal para ampliar la formación
de las niñas desde la primaria, más allá de la
enseñanza obligatoria de la costura.
La
apropiación local de los textos:
Los impresores locales jugaron un importante papel como mediadores entre
los textos extranjeros y nacionales y lo que les llegaba a los lectores
a través de la prensa provinciana. Su labor de selección,
plagio y traducción, permitió que se socializaran un conjunto
de ideas y lecturas que anteriormente sólo podían leerse
en francés o inglés. Un claro ejemplo de esta actividad
lo encontramos en la publicación mensual La Mujer Mexicana
de Mariano de Jesús Torres, impresor moreliano, quien si bien
incluye algunos textos copiados de diferentes publicaciones, realizó
una obra propia, con un cuidadoso trabajo de indagación de biografías
de mujeres mexicanas y michoacanas; una gran cantidad de secretos, métodos,
contabilidad y recetas para la vida doméstica procurando que
sean acordes a las posibilidades y gustos de las mujeres provincianas;
un apartado de explicaciones sobre floricultura; composiciones en verso
de autores y escritoras mexicanas; una docena de recetas para preparar
platillos y postres con ingredientes de la región. Y algunos
cuadros de costumbres de mujeres trabajadoras de gran valor etnográfico.
Las lectoras podían aprender desde como matar las pulgas y chinches
con polvos insecticidas de crisantemo; cómo cuidar los geranios
y clavellinas; cómo curar a los canarios; una receta para eliminar
las pecas; el secreto americano para hacer cerveza, hasta ponerse al
día sobre el debate acerca de la guerra al corsé
que se libraba en Francia y Alemania, o sobre los logros artísticos,
intelectuales y deportivos de las mujeres en diferentes partes del mundo.
La prensa católica a la defensiva
Desde 1846 había circulado en el occidente de México la
Carta Pastoral del Obispo de Guadalajara Don Diego Aranda sobre: Lectura
de libros y escritos prohibidos, en que destaca el escandalosísimo
abuso de que se ha hecho de la imprenta. Señala que el siglo
XIX ha continuado al XVIII tan impío e irreligioso en un conjunto
de vicios:
"[
] el ateísmo en los principios, el sensualismo,
o más bien, el materialismo, en las costumbres: y bajo este último
aspecto, aún puede decirse que el siglo actual [XIX] aventaja
en perversidad a su padre [el siglo XVIII]."
Esos nuevos y audaces escritores del Romanticismo, -afirmaba el obispo-
están escribiendo otra moral difente a la del decálogo
del evangelio. Denuncia la falta de autoridad y decencia de estos escritores
y literatos para proponer nuevas pautas morales a los lectores.
"[
]
Multitud de romances y de dramas llegan todos los días hasta
nosotros del estrangero, y estos monstruosos abortos de una literatura
sin religión y sin moral, obtienen tal fortuna, que sobre agotarse
en un instante las remesas del estrangero, se reimprimen aquí
en los folletines de los periódicos, y se ponen al alcance
de todas las clases aún las más sencillas y menos acomodadas,
y si a esto se agregan los innumerables artículos impíos
e inmorales con que plumas mexicanas desnaturalizadas manchan a cada
paso las publicaciones periódicas de la República, tendréis
ya con solo esto, y sin recurrir a otra clase de libros detestables
que de más atrás se venden, retienen y leen con el más
escandaloso desprecio de la autoridad de la Iglesia que prohibe bajo
las más severas penas su lectura; tendréis, decimos,
un inmenso repertorio de todos los errores, de todos los crímenes
y de todas las locuras, azote de la Religión y de la moral,
y por consiguiente de la humanidad."
Para el
último tercio del XIX, la Iglesia continuaba su ofensiva contra
las lecturas modernas, pero pasó a la acción, entrando
al mundo de la publicidad moderna para ganar lectores de sus ideas,
a través de sus propias revistas y prensa periódica. La
iniciativa de sacerdotes y feligreses propagandistas de las ideas religiosas,
se encuentra en casi todo el país. Algunas revistas católicas
de principios de siglo XX, por ejemplo en La espiga de Oro
de Puebla, muestran su capacidad de adaptación a los nuevos tiempos.
Incluyen en su publicación una sección para las damas
en la que presentan grabados de la última moda de París
y descripciones de los trajes por Dolores Hernández. Esta sección
era el señuelo para llevar a la lectora a un apartado donde aparecían
regularmente críticas directas, caricaturas o humorísticas
a la vanidad de las mujeres, como en los siguientes consejos
de Fr. Clarín:
No
entiende la incauta ni.....ña
cuánto a si misma se enga....ña
con el artificio y ma....ña
de que usa cuando se ali....ña
que aunque más se rice y ti....ña
si la modestia desde...ña
eso que hermosura sue....ña
le será en el cuerpo ro...ña
en el corazón ponzo...ña
y en el purgatorio le...ña
La
Iglesia mexicana, no se quedó a la saga en la lucha por salvaguardar
a sus seguidores de los peligros de la modernidad y los avances de la
secularización, para ello utilizaba a través de la prensa
armas de ingenio y hasta algunas trampas publicistas para lectoras ingenuas,
amantes de las recetas, por ejemplo en la sección de anuncios
incorpora:
¡REMEDIOS
INFALIBLES Y BARATOS!
DESMANCHADOR
Para quitar las manchas... del pecado, el remedio más sencillo
y eficaz es el de una buena confesión, con arrepentimiento
y propósito de enmienda. Es infalible.
¿QUIERE USTED COMER CON BUEN APETITO Y DORMIR A PIERNA SUELTA?
Pues trabaje, sobre todo en trabajos corporales, y cuide de tener
la conciencia tranquila; que es cosa probada que la ociosidad hace
perder el apetito, y los temores y remordimientos de conciencia, ó
quitan el sueño ó no permiten dormir con tranquilidad.
En
cierto sentido la crítica de la Iglesia se orientaba a recuperar
la atención de las mujeres hacia sus deberes religiosos, pues
la proliferación de semanarios, almanaques, revistas de modas,
recetarios y manuales de economía doméstica, les ofrecían
una multitud de nuevas ocupaciones y cambios en las costumbres.
En Morelia, la prensa católica no utilizó el lenguaje
de humorismo, ironía y grabados para atrapar a las lectoras,
pero si las previene de esas flores venenosas, que son los malos libros,
especialmente las novelas.
En general, la prensa católica también se preocupaba
por combatir las ideas políticas, el anarquismo y aquellos libelos
que combatían al régimen de Díaz.
Desde finales del siglo XIX las mujeres fueron identificadas
como intermediarias del Estado para socializar las propuestas modernas
de higiene y economía doméstica, en la casa y en las escuelas.
Las lecturas fueron un vehículo fundamental para extender los
nuevos saberes. La diversidad de textos difusores de la nueva ciencia
de la vida, contenían no sólo prescripciones de salud
y de renovación de la vida familiar, también construyen
los nuevos estereotipos de las mujeres modernas.
No podemos dejar de advertir que la exaltación de las
virtudes domésticas de las mujeres siempre va acompañada
de un componente ideológico que simultáneamente desvaloriza
socialmente estas actividades y construye un nudo de roles y de división
del trabajo, que favorece la reproducción de la desigualdad genérica.
Los
cambios
En 1881, Gabino Barreda sugería a los profesores que impartían
estudios preparatorios que escribieran sus propios libros paraevitar
los altos costos de comprarlos en el extranjero y para desarrollar la
formación de autores nacionales. Ante este llamado, varios profesores
en Morelia respondieron con entusiasmo. El uso de libros como texto
para los cursos era elegido con sumo cuidado por los profesores y las
autoridades escolares. Y sólo algunos maestros con mayor experiencia
docente y reconocimiento social podían llegar a ser autorizados
para incorporar a sus cátedras materiales elaborados por ellos
mismos, como lecciones orales o cuadernos de reconocimiento.
Los reglamentos de bibliotecas de los liceos de niñas, tanto
en Guadalajara como en la Academia de Morelia, señalaban que
los libros no se podían sacar del establecimiento, además
no se permitía introducir libros, ni escritos o impresos que
no correspondieran a la enseñanza. El control y vigilancia sobre
los libros se confirmaba bajo el hecho de que la subdirectora era la
encargada de la biblioteca de la Academia.
Los cambios que hubo en el tipo de control sobre las lecturas y los
libros, fueron impulsados en gran parte bajo el influjo de la Revolución
Mexicana de 1910, no obstante esta es una de las cuestiones que aún
tenemos que confirmar en la investigación. Adelantamos aquí
una imagen testimonio de un ilustrado viajero que nos ofrece algunas
imágenes sobre los cambios que observaba en las mujeres y en
la lectura.
A principios de siglo, un viajero ilustrado que recorría
Celaya y Morelia, Daniel Cosio Villegas, se sorprendía de los
cambios que se podían encontrar en las oficinas:
Nada
ha cambiado tanto, sin embargo, como la teoría mecanográfica.
¿Cómo eran las mecanógrafas de antes? Pues en
primer lugar casi no eran. Luego, vestían de negro, usaban
espejuelos. Hoy, todas son jóvenes, alegres, escandalosas en
el reír y en el vestir. Y todo lo nuevo, lo último,
lo caprichoso, lo usan ellas, las sostenedoras de instituciones sociales
y económicas tan útiles: el baile, las ventas a crédito
el cinematógrafo, los teléfonos públicos. [Se
trata de] una invasión de muchachas, casi niñas, todas
con cejas perfectas, piel blanca, mejilla sonrosada, labios de coral
y negros y profundos ojos. [...] Hoy todo ha cambiado. El verde, el
rojo, el azul, se ven por todas partes. Las novelas existen en todos
los cajones de todos los escritorios, mesas o, es más, se dejan
encima, sin ninguna inquietud.
No sólo leían las muchachas de oficina, sino otro tipo
de empleadas, el viajero Cosio Villegas nos menciona su encantamiento
por la empleada de la nevería Las cumbres ubicada
en el jardín de los mártires en Morelia
Manuela, la chica que vende la nieve, es simpática. Sus
ojos, pequeños, negros, recorren con avidez las páginas
de libros gruesos y medio desencuadernados, cada vez que no hay clientes
que atender. Después, al primero que llega, le da a conocer
su juicio crítico sobre la última obra leída.
A mi me tocó escuchar el de Las Mil y Una noches.
-Me gusta muchísimo me dijo apasionadamente sólo
que... yo no creo en los encantamientos terminó con
decepción. Desde entonces he ido [...] todos los días.
Cada vez siento más placer en ocupar mi sitial de académico
afecto a la nieve.
La revolución
no aminoró el gusto por la lectura, por el contrario ya no era
sólo un asunto urbano sino que llegaba a todos los lugares incluso
los más apartados, como una opción de cultura y recreación.
Daniel Cosío relata que incluso un amigo de él, siendo
médico, se decidió a irse a vivir al medio rural y señalaba
con alivio que al fin tendrían mucho tiempo para leer: El
sembrará y montará a caballo; su mujer se dedicará
a la cría de gallinas y palomas. Todos sanos, contentos, sin
preocupaciones. En la noche leerán libros, muchos libros. -Nos
comeremos los libros, dice mi amigo.
Palabras finales:
El acceso que tuvieron las mujeres a la lectura desde la escuela
se sometía a una serie de controles modernos, en donde los textos
que se les ofrecían eran una serie de manuales de comportamiento
y libros para hacer cosas, con conocimientos útiles para la familia
y el trabajo doméstico. También tenían éxito
los libros para aprender de las vidas de mujeres ejemplares, la lectura
de cuentos infantiles y los libros de artes (música, pintura
y dibujo).
Es importante considerar que la circulación de libros para mujeres
adquiere un impulso particular en el último tercio del siglo
XIX y que una primera mirada a los contenidos de algunos de estos textos
nos muestran que existía una rigurosa selección del tipo
de conocimiento moderno que se podían hacer llegar a las mujeres.
Los controles sobre lo que debían leer éstas, estaba prescrito
desde los reglamentos escolares y de las bibliotecas, pero también
en los libros mismos. Un manual de economía doméstica
de la época, nos muestra tanto el conjunto de saberes científicos,
técnicos y útiles que debía saber la mujer moderna,
como las virtudes morales femeninas que debían acompañar
la realización de estas actividades. En estos libros y controles
encontramos las contradicciones y deseos de una sociedad que maneja
un discurso que reivindica la participación social de las mujeres
y que al mismo tiempo las confina bajo formas modernas al ámbito
doméstico. De lo que ya no hay duda es de que la lectura durante
el porfiriato ya había dejado de ser sólo un vehículo
para la salvación del alma, para acercarse a una vida espiritual
más profunda. Las mujeres también buscaban en la lectura
conocimientos prácticos para la vida cotidiana, para su salud,
su confort y sus fantasías, es decir para vivir en el mundo.