Dra.
Luz Elena Galván Lafarga.
Investigadora
del CIESAS.
Introducción.
Lugar
común para el magisterio hoy en día, son las escuelas
normales.
De hecho, no se puede pensar en la formación de maestras y maestros,
sin relacionarla con alguna escuela normal. Sin embargo ¿sucedía
lo mismo en el pasado?, ¿cómo se formaban los maestros de
ayer?, ¿en qué momento surgieron las escuelas normales en
nuestro país?; éstas y otras dudas más son las que
han guiado el presente ensayo.
Para su realización, se han tomado en cuenta dos ejes: el del arte
de ser maestra y maestro y el de su profesionalización, los cuales
se inscriben en diversos espacios geográficos. De hecho, en cada
uno de estos espacios geográficos, se construyen las instituciones
educativas en diferentes tiempos y con sus propios ritmos.
En los primeros años del México Independiente, se crearon
algunos planteles escolares cuya finalidad era la de enseñar a
los niños y a algunas niñas, a leer, escribir y hacer
cuentas, como se decía coloquialmente. Sin embargo, poco
a poco, los gobiernos locales se dieron cuenta de que era necesario formar
a los futuros maestros y maestras con objeto de tener un control sobre
la instrucción pública que se impartía, de aquí
que se fundaran una serie de instituciones para cumplir con dicho objetivo.
Cabe recordar que no es sino hasta 1921 con la fundación de la
Secretaría de Educación Pública, que se crea una
instancia que se encargará de regir a la educación en todo
el país, o sea a nivel nacional. De aquí que, anteriormente
a esta fecha, cada estado manejara su sistema educativo de manera independiente
y de acuerdo con el presupuesto que tuviera. Esta aclaración permite
explicar por qué, los cien años que abarca este ensayo,
se inician en 1821 con la vida independiente de nuestro país, y
terminan en 1921 con la creación de la SEP, ya que los historiadores
de la educación han considerado a esta fecha como el final de una
época y el inicio de otra. Ahora bien, antes de iniciar este camino
a través de estos cien años de educación normal,
es importante detenerse un momento para realizar un breve balance sobre
lo que se ha escrito al respecto, en ningún momento se trata de
un estudio completo.
1.- Balance Historiográfico.
La historiografía de la educación ha privilegiado la zona
central de nuestro país, por lo que es en ésta en donde
se encuentra la mayor producción de estudios en derredor de la
historia de las escuelas normales.
Entre algunas de estas investigaciones se pueden mencionar las de Concepción
Jiménez Alarcón para la ciudad de México, al igual
que las de Alfonso Sánchez García, Elvia Montes de Oca,
Alberto Saladino y Margarita García Luna para el estado de México;
para el estado de Aguascalientes se cuenta con la investigación
de José Bonifacio Barba y Margarita Zorrilla. .
Una serie
de monografías, realizadas para conmemorar algún aniversario
de las escuelas normales en nuestro país, permiten ubicar la fundación
de estas instituciones. Entre otras, se encuentran la de María
Edmée Alvarez, estudio realizado para conmemorar las bodas de oro
de la escuela normal de Chihuahua; también para conmemorar el centenario
de la Escuela Normal de Durango, Nohemí Guzmán y Martha
Alba García publicaron una monografía; en lo que se refiere
a Zacatecas se puede mencionar la monografía de Salvador Vidal;
en la monografía de Teodomiro Manzano, se dedica un capítulo
a la fundación de la Escuela Normal de Hidalgo; también
se encuentra la de Francisco Hernández
Espinosa, quien dedica uno de los capítulos a la Escuela Normal
de Colima fundada en 1884; para el estado de Veracruz existen varias monografías
entre las que podemos mencionar la de Juan Zilli y la de José Jerónimo
Reyes, quienes se refieren a la Escuela Normal Veracruzana establecida
en Jalapa en el año de 1886; las monografías de Jesús
Romero Flores y de Raúl Arreola, nos acercan tanto a la fundación
de la Academia de Niñas, como a de la Escuela Normal para Profesoras
en Michoacán; para el estado de Jalisco nos encontramos con dos
monografías de Angélica Peregrina; para la ciudad de México
se puede mencionar la monografía de Cinosura Constantino Blancas;
para el estado de Oaxaca, contamos con dos monografías de Policarpo
T. Sánchez; por otro lado, Rubén García realizó
otra más para la Normal de Puebla; finalmente, se cuenta con la
de Raúl García, en donde el autor realizó un homenaje
a la Escuela Normal de Tamaulipas por su 75° aniversario. Gran
parte de estas monografías se encuentran dispersas en bibliotecas,
tanto del Estado de México, como del Distrito Federal.
Finalmente,
en obras generales sobre historia de la educación, se hacen referencias
a algunas de estas normales; como en las de Ernesto Meneses, Alberto Arnaut,
Mílada Bazant, Engracia Loyo, Guillermo Hernández, Luz María
Deloya et al., Josefina Vázquez, Moisés González
Navarro, Luz Elena Galván, y en la que recopilaron varios autores
sobre la educación en el estado de México.
2.- El
arte de ser Maestra y Maestro.
Las
Escuelas Normales Lancasterianas.
Dentro del
arte de ser maestra y maestro, se encuentran las Escuelas Normales de
la Compañía Lancasteriana.
Estas escuelas surgieron por iniciativa privada y eran gratuitas.
En la ciudad
de México en 1823, se fundó la primera Normal Lancasteriana. El propio
ministro, Lucas Alamán, se entusiasmó con un proyecto que le presentó
la Compañía Lancasteriana para fundar una escuela normal en el ex-convento
de Belén. Este sistema tenía la posibilidad de que, un solo maestro podría
enseñar a 1 386 alumnos, divididos en tres aulas; de primeras letras;
una "especie de secundaria" con clases de francés, latín, dibujo y matemáticas;
y la Escuela Normal con un cupo para 418 alumnos. Esta Normal abrió sus
puertas en la segunda mitad de 1823, desgraciadamente su vida fue muy
corta, debido a "la falta de estudiantes". En febrero de 1824 se decía
que la Compañía había advertido con dolor que "no se han presentado hasta
ahora sino cinco o seis". De aquí que exhortara de nuevo a los preceptores
para que aprendieran el método en tan sólo seis meses. Las clases fueron
impartidas en las noches durante cuatro meses, y dos más de práctica en
una escuela para adultos.
En los estados,
también se fundaron escuelas normales lancasterianas, como en Zacatecas,
Veracruz y Chihuahua, en 1826; y en Tamaulipas, Jalisco, Michoacán y Chiapas,
en 1828. Posteriormente, se fundó la de Nuevo León en 1842. De este modo,
la primera institución que surgió en nuestro país para la formación de
los futuros preceptores (profesores) para la enseñanza elemental, partió
de la iniciativa privada, sin embargo contó con ayuda económica de los
gobiernos de los estados que, además, les facilitaron antiguos ex-conventos
y otros edificios para establecer dichas escuelas.
La Compañía
Lancasteriana cubrió un largo período, de 1822 a 1890. A
pesar de que en su última etapa ya no fue tan efectiva, es importante
reconocer su continuidad en medio de los problemas tanto políticos
como económicos, que vivió nuestro país durante el
siglo XIX. Fue en esas Normales y con el sistema de enseñanza
mutua,
que se formaron varios de los preceptores decimonónicos. Sobre
este sistema, José María Luis Mora comentaba que no había
logrado fundar ni sostener el número de escuelas que había
deseado, pero su avance había sido notable. Las escuelas
se multiplicaron, por lo que este mismo ideólogo afirmaba que,
durante los primeros años del México independiente, la
enseñanza primaria no se perfeccionó gran cosa, pero se
difundió asombrosamente por toda la República.
3.- En
camino hacia la profesionalización del Magisterio.
Al iniciarse la década de 1870, el magisterio mexicano llevaba
ya una larga trayectoria. Su formación se había realizado
por medio de las escuelas lancasterianas, o bien por medio de la práctica
con otros maestros. Era como un oficio, como un arte
de ser maestra y maestro. De aquí la importancia del inicio
de esta profesionalización del magisterio.
Dominique Julia se hace la siguiente pregunta en relación con la
profesionalización de los docentes: ¿cuáles son los
saberes y costumbres requeridos a un futuro enseñante?
Es esta inquietud la que guiará este inciso.
Ahora bien,
durante la República Restaurada y el Porfiriato, nos dice Arnaut, el magisterio
"se expandió y creció cualitativamente", además de que "dejó de ser una
profesión casi libre para convertirse en una profesión de estado".
Las escuelas normales, entonces, se preocuparon tanto por las "materias
pedagógicas", como por cómo enseñarlas. Este hecho llevó a una transformación
de su "identidad profesional".
De este modo, las normales fundadas a partir del porfiriato e, incluso,
algunas de ellas algunos años antes, se empeñaron en que uno de los principales
saberes debería de ser el de la pedagogía.
Durante
el régimen de Díaz y sobre todo después de los Congresos de Instrucción
Pública (1889 y 1890), se deseaba que fueran los cursos pedaógicos y,
en especial los de carácter práctico, el "eje que estructurara los programas
de estas
normales ".
En el Segundo
Congreso de Instrucción Pública (1890), se inició la discusión sobre el
currículum de las escuelas normales, sin embargo, como no hubo tiempo
para ponerse de acuerdo sobre su distribución, se propuso "dejar a las
escuelas normales la plena libertad de organizarse en consonancia con
las necesidades y costumbres de las regiones en que estén llamadas a ejercer
su acción fecunda". De hecho, se consideró que era de "absoluta necesidad
la difusión del normalismo", por ello se creó, en cada entidad federativa,
un centro que tenía la finalidad de propagar el magisterio. Los maestros
que fueran a trabajar en las primarias elementales (1° a 4° grado), cursarían
tres años en la Escuela Normal, y los de la primaria superior (5° y 6°
grado), tendrían que permanecer en ella cinco años. Se concluyó que, para
ingresar a la Normal, no era necesario haber cursado la preparatoria.
Además de preocuparse por la preparación del futuro maestro/a, en este
Congreso también se puso el acento en la conveniencia de que contaran
con un título.
Durante
el porfiriato, comenta González Navarro, el número de escuelas normales
aumentó de 12 en 1878, a 26 en 1907; tres de estas eran de mujeres y "se
cuadruplicaron tres décadas después". Aclara que no todos los estados
contaban con escuelas normales, ya que algunos tenían la carrera del magisterio
pero se seguía en los institutos o colegios. Se refiere también a otros
estados que, como Baja California, Tlaxcala, Hidalgo, Morelos y Quintana
Roo, "no dieron en ninguna forma esa enseñanza".
De hecho
la fundación de estas escuelas normales fue muy irregular, ya que cada
estado tenía sus propios tiempos y ritmos. De aquí que, en ocasiones se
formara a los docentes por medio de secundarias, escuelas superiores,
liceos o academias, Era frecuente que las escuelas normales formaran parte
de algún instituto literario, o bien de algún colegio de educación superior.
De aquí que todas estas instituciones en donde se formaba el magisterio,
se inscribieran dentro de este camino hacia la "profesión de estado".
En este apartado se darán algunos datos de su fundación, de acuerdo con
los datos obtenidos, lo cual no significa que no existieran en aquellos
estados que no se mencionarán. Hasta ahora se cuenta con información sobre
una escuela secundaria de niñas, un instituto de niñas, dos liceos uno
de varones y otro de niñas, tres academias, un colegio de estudios superiores,
tres institutos literarios, una escuela de artes y oficios, y quince escuelas
normales. A continuación se dará un breve panorama de cada una de estas
instituciones de acuerdo con los diferentes espacios y con los diversos
tiempos en que se fundaron.
3.a)
Escuela secundaria de niñas.
La Secundaria
de Niñas en la ciudad de México.- El hecho de que, en la ciudad de
México no hubiera escuelas normales, llevó a que se acostumbrara el obtener
licencia para ejercer el magisterio, mediante exámenes presentados ante
la Comisión de Instrucción del Ayuntamiento. Poco a poco, la profesión
del magisterio se convirtió en una opción de trabajo para la mujer. De
este modo, en la Ley Orgánica de Instrucción Pública de 1867, se incluía
la fundación de una escuela secundaria para el sexo femenino, que empezó
a funcionar en 1869. En 1878 cambió su nombre por el de Escuela Nacional
Secundaria de Niñas, su plan de estudios se aumentó en seis años en lugar
de cinco. Protasio Tagle incluyó en este nuevo plan de estudios, cursos
de ciencias físicas y naturales, higiene, medicina, economía doméstica,
repostería y pedagogía que impartía el doctor y pedagogo Manuel Flores.
En esta secundaria, además de formarse las futuras maestras, también se
habían incluido asignaturas que constituían "una especie de carreras terminales
independientes y diferentes de la del magisterio".
3.b)
Institutos para niñas.
Fundación
del Instituto de Niñas en Durango.- Este Instituto se fundó en 1870.
En él, se estudiaba para ser Profesora de Instrucción Primaria, también
se impartían estudios comerciales y de telegrafista. Las niñas que deseaban
llegar a ser profesoras, deberían tener una edad mínima de 11 años. Las
materias que se cursaban eran las siguientes: tejidos, bordados, flores
y música, todas estas materias las impartían varias maestras; y las de
gramática castellana, francés, aritmética y dibujo, impartidas por maestros.
Como se ve por las materias impartidas, hasta ese momento todavía no se
estudiaba la de pedagogía.
En
enero de 1876, el gobernador del estado, Lic. Juan Hernández y Marín,
expidió una Ley de Instrucción Pública en donde se establecía que la enseñanza
pública en ese estado se dividiría en: Primaria, Secundaria y Profesional.
También se decía que para la enseñanza profesional se establecerían las
siguientes escuelas especiales: Escuela Normal, Jurisprudencia, Ingenieros,
Medicina y Artes. Se especificaba que el objeto de la Escuela Normal era
el de la "formación de preceptores". Se decía que en ella se impartirían
cátedras para hombres y para mujeres. También existían preceptores
de primeras letras de 1ª, 2ª, y 3ª clase,
según la instrucción que para cada caso fijara la ley.
De aquí que el Instituto de Niñas siguiera funcionando, pero a partir
de ese momento se le otorgaba el carácter de Escuela Normal.
Es interesante
hacer notar que, cuando al Instituto de Niñas se le dio la categoría de
Escuela Normal, cambió su plan de estudios. Aparecieron dos materias importantes
que, de hecho sólo cursaban los maestros de 1ª y 2ª clase, que eran las
de conocer los métodos que se utilizaban en Europa y América y la de la
Enseñanza Objetiva.
Podemos decir que este es el inicio de las clases de pedagogía ya que
no hay que olvidar que el origen del desarrollo de la pedagogía en nuestro
país es europeo. Así el conocimiento de estos métodos, permitía que el
futuro maestro/a se fuera introduciendo en diversas teorías pedagógicas.
Una de ellas, que en ese momento estaba de moda en Europa era la que en
Alemania y Francia se conocía con el nombre de "lecciones de cosas", y
en Inglaterra y Estados Unidos, con el de "enseñanza objetiva".
De este modo, nos encontramos con otro momento dentro de la formación
del magisterio, en donde los maestros/as tenían que aprender un método
de enseñanza y, además, practicarlo. De aquí la importancia de las prácticas
pedagógicas que llevaban a cabo en algún momento de su carrera.
En 1891,
bajo el gobierno de Juan Manuel Flores, se expidió en Durango la Ley Orgánica
y Reglamentaria de Instrucción Pública en la que, en el art. 136 se decía
que los alumnos que desearan obtener el "Título de Profesor(a) de Instrucción
Primaria cursarán la clase de Pedagogía y Métodos de Enseñanza", al concluir
todos sus estudios, o al ser aprobados en el 4° año, "practicarán un año
en alguna escuela primaria cuando menos 2 horas diarias".
Al avanzar el porfiriato, se refuerza la idea de inculcar la pedagogía
en los futuros maestros/as y de que cumplieran con sus "prácticas".
Fue, en
el Instituto de Niñas en donde se fundó, en febrero de 1891, una escuela
anexa a la clase de pedagogía ya que se consideraba que "siendo este Instituto
de donde salían las preceptoras (profesoras) para casi todas las escuelas,
tanto oficiales como no oficiales, se sentía la necesidad de que los cursantes
de la clase de pedagogía tuvieran una escuela en donde pudieran practicar".
Su última directora fue la maestra Guadalupe Revilla, hasta el año de
1916.
El Instituto
de Niñas continuó funcionando con ese nombre hasta el año de 1915, en
que se le cambió por el de Instituto Juan Hernández y Marín, en recuerdo
del gobernador que lo fundó. Durante el movimiento revolucionario, varios
maestros y maestras formularon un proyecto para que este Instituto cambiara
de nuevo su nombre por el de "Escuela Normal del Estado", lo que finalmente
se logró en 1916.
De aquí
que, a veces exista confusión sobre la fecha de fundación de la primera
Escuela Normal en el estado de Durango.
De este modo aun cuando el Instituto de Niñas tenía el carácter de Escuela
Normal desde 1876, su nombre no cambió sino hasta 1916.
3.c)
Liceos para varones y para niñas.
El Liceo
de Varones en Colima.- Este Liceo, abrió sus puertas por primera vez
en 1874 y tuvo que clausurarse en 1884, después de una epidemia de fiebre
amarilla. Este Liceo fue una "Institución Superior Secundaria" que se
había fundado en lugar del "Colegio Civil" (1859). En este Liceo se preparaba
a los futuros maestros, quienes recibían el título de "Preceptores de
Primero, Segundo o Tercer Orden", de acuerdo con la "eficiencia de los
sustentantes". Aquí estudió GREGORIO TORRES QUINTERO, quien obtuvo
el título de "Preceptor de Primer Orden" en 1883. En el año de 1884, se
creo la Escuela Normal de Señoritas, en donde se preparaba a las preceptoras
y también se les asignaba el título de "Preceptora de Primero, Segundo
o Tercer Orden". En 1887 el Gobierno del estado suprimió esta escuela
normal, por lo que las Escuelas Elementales fueron las encargadas de preparar
a las alumnas en el arte de ser maestra, siempre y cuando cumplieran con
el programa de estudios que había regido en la Escuela Normal. Aquéllas
que no se titulaban eran las que trabajaban como maestras en las escuelas
rurales.
El Liceo
de Niñas en Aguascalientes.- Este Liceo se fundó en 1878, ya que existía
una preocupación por formar a las maestras de la niñez que vivía en dicho
estado. Sin embargo se dice que el principal objetivo era el de "ofrecer
educación a las señoritas", de acuerdo con las influencias extranjeras
que llegaban de Inglaterra, Alemania, Francia y Estados Unidos. Esta institución
estaba inspirada por los ideales de "orden y progreso" e influida por
el pensamiento positivista de la época. Una de sus características era
que los maestros no devengaban un salario ya que su colaboración era gratuita.
Su dirección quedó en manos femeninas, se decía que debería de ser una
"señora de mayor edad, disfrutar de una reputación bien sentada y no tener
hijos pequeños", era nombrada por el gobernador ante quien la Junta de
Instrucción hacía sus propuestas. En 1888, se fundó la cátedra de telegrafía,
con objeto de que las alumnas que no terminaran sus estudios de normalistas,
tuvieran una preparación que les permitiera conseguir un empleo. Desde
su creación, recibió todo el apoyo del gobierno del estado. En el año
de 1915 se transformó en Escuela Normal del Estado, pero siguió formando
solamente a mujeres dentro del magisterio. En un principio se le presionó
para que se "descatolizara", sin embargo pronto se distanció de la ideología
revolucionaria para regresar a la "conservadora". Entre
algunos de los maestros que son oriundos de este estado, se puede mencionar
a EZEQUIEL A. CHAVEZ.
3.d)
Las Acemias.
Academias
en la ciudad de México. Las Academias jugaron un papel muy importante
tanto en la formación del magisterio, como posteriormente en su profesionalización,
sobre todo en aquéllas regiones en donde no se habían creado escuelas
normales.
Este fue
el caso de la ciudad de México en donde, desde los primeros años del México
independiente, existió esta clase de Academias. En 1827 se formó una Academia
de Primera Enseñanza organizada por Ignacio y Juan Espinosa de los Monteros
(padre e hijo), quienes se proponían "uniformar la enseñanza de la primera
edad". A su inauguración asistió el presidente Guadalupe Victoria. Posteriormente,
la Secretaría de Justicia e Instrucción Pública acordó, en septiembre
de 1879, la creación de las Academias de Instrucción Primaria, en las
cuales se actualizaría el magisterio. Por medio de ellas se trataba de
uniformarlos en métodos modernos de enseñanza, a través de clases de pedagogía
e intercambio de experiencias. Para ello, se reunirían dos veces al mes.
En 1882, la Comisión de Instrucción Pública estableció la Academia de
Pedagogía, formada por los profesores de las escuelas municipales mixtas
la cual se ocuparía del "estudio del sistema objetivo y oportunamente,
de los demás ramos que comprende". Las sesiones se llevaban a cabo todas
las tardes durante una hora y se alternaban un día las profesoras y, otro,
los profesores y su asistencia era obligatoria. Su presidente fue el pedagogo
Luis E. Ruiz. Su método consistía en designar a un profesor/a para que
disertara y pusiera a debate algún tema relacionado con la enseñanza objetiva.
Con ello se proponían combatir la memorización y la enseñanza de la lectura
y escritura con base en el deletreo, así como actualizar a los profesores
quienes, por falta de una escuela normal, carecían de una formación pedagógica.
La Academia
Normal de Veracruz.
En 1885,
se fundó una Academia Normal la cual se estableció en la llamada "Escuela
Modelo" de Orizaba, Veracruz. El profesor Enrique Laubscher tuvo a su
cargo la dirección práctica, además de que impartía las clases de aritmética,
geometría y dirigía la práctica escolar; y el profesor Enrique C. Rébsamen
tuvo a su cargo la dirección científica y teórica, además de que enseñaba
pedagogía, inglés y francés. De los 18 cantones, llegaron 22 estudiantes
que eran, "maestros empíricos ameritados". El curso duró 6 meses y, después,
regresaron a sus lugares de origen para dirigir las escuelas cantonales.
La Academia
de Toluca, En 1893, se estableció la Academia Pedagógica de la Municipalidad
de Toluca en el estado de México, con objeto de "facilitar la comunicación
de las ideas y principios pedagógicos entre los profesores de las escuelas
primarias", también se proponían discutir los "procedimientos metodológicos
y uniformar los "métodos de enseñanza de las escuelas primarias". En 1897,
la Ley de Instrucción Primaria estableció que en cada municipalidad debería
existir una Academia Pedagógica, integrada por todos los profesores/as,
que sesionaría todos los sábados.
3.e).-
Los Colegios.
El
Colegio Rosales y la Escuela Normal de Preceptores en Sinaloa.- A
manera de antecedente, se puede mencionar la fundación, en 1874, de las
academias adjuntas de varones y señoritas, cuyo plan de estudios contenía
las mismas asignaturas que la instrucción primaria de segunda clase. Posteriormente,
en el año de 1881, estas academias se transformaron en la Escuela Normal
de Preceptores al interior del Colegio Rosales. La carrera duraba dos
años, y para estudiarla no se necesitaba haber cursado la preparatoria.
Entre las materias que cursaban se menciona el curso de pedagogía.
3f).-
Los Institutos Literarios.
El Instituto
Literario de Toluca y la Escuela Normal Para Profesores.- En el estado
de México, la Escuela Normal para Profesores se fundó, provisionalmente,
en el Instituto Literario de Toluca en el año de 1882. Ahí se formaron
los preceptores que prestaban sus servicios en las escuelas de primera,
segunda y tercera clase. Esta Normal continuó anexa al Instituto hasta
febrero de 1903 en que, por decreto, se emancipó de él y se le otorgó
toda la "parte antigua del Instituto Literario", con una organización
independiente. Esta Normal tuvo su edificio propio hasta septiembre de
1910, el cual se construyó de acuerdo con los conceptos de la "Moderna
Pedagogía".
Entre los maestros que se distinguieron por su labor y que son oriundos
de este estado, se pueden mencionar a DANIEL DELGADILLO,y a NARCISO
BASSOLS.
El Instituto
Literario de Chihuahua y la formación del magisterio- En junio de
1885 se declaró "oficialmente establecida por el Gobierno la Cátedra de
Pedagogía en el Instituto Literario". En el año de 1886, la enseñanza
"objetiva" que había impulsado Rébsamen, se convirtió en la nueva metodología
que los maestros tenían que aprender y practicar. De aquí que, a partir
de este año a los maestros se les exigiera su asistencia a la clase de
pedagogía.
Hacia 1894,
la Normal estaba ya integrada al Instituto Científico y Literario y así
funcionó hasta su separación en 1937.
En el año de 1905 se reglamentó la creación de la Escuela Normal Mixta,
mediante la Ley de Enseñanza Normal del Estado y se expidió el Reglamento
de Conferencias Pedagógicas. En 1906 cuando abrió sus puertas esta escuela
normal, en el estado de Chihuahua había "45 maestros normalistas titulados,
30 con estudios terminados pero sin título y 310 sin estudios de normal."
Esta escuela inició sus trabajos como una parte del Instituto Científico
y Literario y, por lo tanto, en el mismo edificio que ocupaba dicho Instituto.
El Instituto
Científico y Literario de Tlaxcala y la formación del magisterio.-
Como antecedentes en la formación del magisterio, se pude mencionar el
establecimiento del Colegio Normal del Estado, en 1882. En él se preparaban,
por un lado, los maestros que prestaban sus servicios en escuelas urbanas,
ya que se les ofrecía "la pedagogía didáctica en toda su extensión". Por
otro lado, también acudían maestros rurales que se encontraban en servicio,
y que ahí podrían ampliar "los ramos de la primaria" además de que obtendrían
"elementos de pedagogía" y de solfeo. Hacia 1893, el gobernador Cahuantzi
ordenó que todos los directores de escuelas fueran a dicho Colegio con
objeto de que cursaran "materias pedagógicas" por un "tiempo conveniente".
Posteriormente,
el Instituto Científico y Literario fue el encargado de formar a los futuros
maestros. En cuanto a las maestras, se formaban en la Escuela Superior
de Niñas, ambas instituciones se fundaron en 1897. Contaban con un programa
de becas, por medio del cual se sostenían los estudios de primaria superior
de los becarios/as. Aquéllos/as que no pudieran continuar un año más los
estudios "pedagógicos", prestaban sus servicios en las primarias elementales
de la región. De hecho, al igual que el Colegio Normal, lo que se ofrecía
era un año posprimario de pedagogía, influencia que había recibido de
la Escuela Normal de Jalapa.
La "Ley
de Educación Popular" de 1917, ofrecía a los maestros en servicio, un
"Curso de Normal" con derecho a obtener un título después de tres años
de estudios. Este título tendía la "fuerza de un título Normalista". Sin
embargo, pocos eran los maestros que ejercían con título, como lo demuestra
una encuesta realizada a 214 maestros en 1918, de los cuales sólo 29 tenían
título de normalista.
3.g).-
Las escuelas de Artes y Oficios.
La Escuela
Normal de Artes y Oficios para Señoritas en el estado de México. Esta
escuela se fundó en 1891, como resultado del Asilo de Niñas y de la escuela
"José Vicente Villada". Tenía varias secciones: Párvulos, Primaria, Secundaria,
Maestra de Artes y Oficios y Profesora. Las alumnas que quisieran obtener
el titulo de Profesoras de Instrucción Primaria de primera Clase, deberían
estudiar durante cinco años. Llevaban cursos de pedagogía teórico práctica,
metodología y legislación de instrucción primaria en el Estado y, en el
cuarto año, realizaban sus prácticas pedagógicas en la sección primaria.
Para las profesoras de Instrucción Primaria de Segunda Clase, se les exigía
solamente tres años de estudios. Finalmente, el gobernador Villada dictó
una disposición con objeto de que, cada Distrito enviara a una alumna
indígena, para que estudiara durante dos años y recibiera el título de
Profesora de Instrucción Primaria de Tercera Clase. Uno de los requisitos
era el que las alumnas regresaran a sus lugares de origen para ejercer
el magisterio. Durante estos dos años, también recibían cursos de pedagogía
y realizaban sus prácticas pedagógicas.
3h).-
Las Escuelas Normales.
Escuelas Normales en San Luis Potosí.
La primera Escuela Normal para Varones, se fundó en el año
de 1848 y estuvo a cargo del
Señor Vallejo, quien era el director de la escuela lancasteriana
y, además tenía permiso para la enseñanza particular
en su casa. De aquí que el Señor Vallejo, animado
por los buenos resultados de los exámenes de sus alumnos,
decidiera proponerle al gobernador que era Don Julián de los Reyes,
la creación de una Escuela Normal en forma. El gobernador
lo apoyó en esta iniciativa. Los primeros alumnos normalistas potosinos
fueron cuatro jóvenes, que vivían en la ciudad de San Luis
Potosí y diez, que habían llegado de los pueblos vecinos.
En el reglamento de la Escuela Normal se establecía el compromiso
de los alumnos de corresponder a lo que el gobierno había invertido
en su educación. Por ello, deberían trabajar para las escuelas
públicas del estado, por lo menos durante cinco años, hasta
que por alguna causa el gobierno los relevara.En cuanto a
la creación de la Escuela Normal para Señoritas, ésta
se anunció al mismo tiempo que la de Varones, sin embargo no se
fundó sino hasta el año de 1868
Para
ingresar a la Escuela Normal de Varones, se necesitaba una recomendación
de los jefes políticos de los partidos foráneos, no tener
defectos físicos y edad de 17 a 25 años. A las mujeres que
deseaban ingresar a la Escuela Normal para Señoritas, el único
requisito con el que tenían que cumplir era el de tener entre 12
y 16 años. Los hombres deberían contar con conocimientos
de aritmética, gramática, moral y urbanidad, y las mujeres
sólo de gramática, moral y urbanidad. Al ingresar a la Escuela
Normal, las mujeres no cursaban gramática avanzada, ni geometría
ni dibujo lineal, materias que sí se impartían a los varones.
En cambio, cursaban economía doméstica, bordado y corte
de ropa interior. Tanto hombres como mujeres, podían optar por
ser maestros/as de primero, segundo o tercer orden.
Posteriormente,
en la Ley de Instrucción Primaria de 1885, se decía que
la carrera en ambas escuelas normales debería realizarse en seis
años, y entre las materias que estudiaban se encontraba la de pedagogía,
desde el primer año de estudios.
A finales del siglo XIX, en la Escuela Normal de Varones estudiaban 30
alumnos externos y 46 internos, y en la Normal para Señoritas,
había 77 externas y 10 internas. El estado de San Luis Potosí,
además, sostenía el internado femenino, destinado
exclusivamente a las mujeres huastecas. Hacia 1910 el número
de alumnas en la Escuela Normal para Señoritas, aumentó
a 217
Escuelas
Normales en Guanajuato.- En 1869, durante la
República Restaurada, el gobernador de Guanajuato, Florencio Antillón
decretó oficialmente la creación de dos Escuelas Normales;
una para Señoritas y otra para Varones, las cuales abrieron sus
puertas en 1871.
A partir de esa fecha, la formación del magisterio en estas normales
duraba dos años, en 1873 los estudios se ampliaron a tres y, para
1878 se deberían cursar cinco años. Además del número
de materias, también se aumentó un año más
de prácticas. Los cursos eran teórico-prácticos.
Entre algunos de ellos se pueden mencionar:
a) Ortología (el arte de saber leer) y caligrafía (el arte
de saber escribir.
b) Aritmética comercial y sistema métrico decimal.
c) Gramática castellana.
d) Derechos y deberes civiles.
e) Lecciones de moral, urbanización, sistema de enseñanza
mutua y construcción de útiles escolares.
En la Normal para Señoritas, además, se enseñaba
economía doméstica, corte de ropa blanca interior, corte
de vestidos para niños y señoras, y bordados
La dirección se ocupaba por medio de un concurso de oposición.
En la Normal para Señoritas, la primera directora fue la profesora
Francisca García (1871-1880) quien, en San Miguel de Allende, había
dirigido la Escuela Nacional de Niñas. En esta Normal se inscribieron,
en 1871, 16 alumnas y, en 1873, 12 de ellas recibieron sus títulos
Otra de las directoras fue la profesora Angelina Castelazo (1888-1912),
quien afirmaba que aunque eran pocas las materias, éstas
se estudiaban a conciencia. En cuanto a las prácticas, se
realizaban en las escuelas primera y segunda municipales.
Estas Normales contaron con becas para alumnos y alumnas pobres. De aquí
que en la documentación existan constancias en donde se acreditaba
la buena conducta y suma pobreza de las y los aspirantes a
obtener una beca para poder continuar con sus estudios. En las cartas
también se decía que se trataba de jóvenes que vivían
en las áreas rurales.
Con el tiempo, desapareció la Escuela Normal para Varones. Por
esta razón, la formación de maestros se impartía
en el Colegio del Estado.
. En 1885,
durante el régimen de Porfirio Díaz se fundó una
Normal Mixta.
.
Escuelas
Normales en Nuevo León.- En este estado, la primera Escuela Normal
fue la de Varones, fundada en 1870, posteriormente se fundó una Escuela
Normal Mixta en 1881 y una Academia de Señoritas en 1891. Sobre la Escuela
Normal Mixta, Moisés González Navarro comenta que "el éxito de esta escuela
era muy limitado: un solo alumno se había graduado en 1883, otro al año
siguiente y tres en 1885; además no se enseñaba en este plantel pedagogía..."
Continúa diciendo que "Por fortuna en 1886 se adicionaron las siguientes
materias: elementos de retórica, cosmografía, física del globo, caligrafía,
dibujo aplicado a la enseñanza, y nociones elementales de física, química
e historia natural". Sobre la Academia de Señoritas, comenta que ésta
se encontraba anexa a la Normal de Varones. La califica como "más próspera"
y comenta que "tres años después se transformó en la academia profesional
de señoritas para la enseñanza normal, de oficinas y telegrafía".
Puebla
y su Escuela Normal. En este estado, desde 1873, el profesor alemán
Gustavo P. Mahr, había fundado una Escuela Normal de la Academia de profesores,
en donde se impartía, entre otras, una cátedra de pedagogía. Posteriormente,
el Congreso del estado de Puebla aprobó la fundación de la Escuela Normal
para Señoritas, el 15 de septiembre de 1879. Su primera directora fue
la maestra y poetisa Paz Montaño, a quien el Ayuntamiento de la Ciudad
de México le había expedido su título de profesora. En cuanto a la Escuela
Normal para Varones, ésta se fundó el 4 de enero de 1880, y su primer
director fue Guillermo Prieto, a quien se le había encargado la formación
del proyecto de reglamento respectivo. Estas dos Normales se unieron el
16 de marzo de 1906, con el nombre de Instituto Normal del Estado. Su
primer director fue el doctor Francisco Bello. Entre una de las materias
que se ofrecían, se encontraba la de pedagogía didáctica.
La Escuela
Normal para Profesores en Oaxaca. En este estado se fundó, en 1883,
la Escuela Normal para Profesores. Hacia 1890 se estableció una primaria
anexa para la "observación y práctica" de los normalistas. En 1891, se
pusieron en práctica diversos recursos metodológicos amparados por la
experiencia de Rébsamen quien había llegado al estado de Oaxaca, invitado
por el gobernador, A partir de entonces, el plan de estudios de amplió
a 4 años para los de Enseñanza primaria elemental, en lugar de 3; y a
5 años para la primaria superior, en lugar de cuatro años.
La Escuela Normal Mixta de Querétaro.- En la Ley de Instrucción
Pública que se expidió en Querétaro en 1877, se decía
que sedaba facultades al gobierno para establecer una escuela normal a
la mayor brevedad posible y bajo las bases que acuerde con la Junta
de Instrucción Pública. Sin embargo, como el gobierno
no contaba con los fondos suficientes para su creación, en 1886
se autorizó para que el profesor Andrés Balvanera, quien
era dueño del colegio San Luis Gonzaga, abriera con sus propios
fondos una Normal al interior de este colegio. Este maestro fue el director
de la Escuela Normal para Profesores de Ambos Sexos. En varias
ocasiones se le criticó debido a la convivencia de jóvenes
y señoritas en las mismas aulas, por lo que su director decidió
que se impartieran los cursos en cuartos separados, pero la
escuela continuó siendo mixta. Recibía un subsidio de $180
anuales para sufragar los gastos de la Normal, el cual aumentó
a $360, en 1889. Por estar subsidiada, recibía gratuitamente a
los estudiantes que acreditaran su notoria pobreza, quienes
al recibirse, deberían servir en el establecimiento que se les
designara
Entre los requisitos para ingresar, se solicitaba el haber terminado la
educación primaria y tener buena conducta moral. La carrera del
magisterio duraba cuatro años. Entre sus catedráticos se
encontraban maestros del Colegio Civil del Estado, institución
pública muy reconocida que ofrecía educación secundaria
y profesional
En 1892,
la Normal pasó a manos del gobierno y abandonó el anterior
edificio del colegio San Luis Gonzaga, sin embargo siguió bajo
la dirección del profesor Andrés Balvanera hasta el año
de 1901, en que se retiró por enfermedad. Lo sustituyó el
profesor Ignacio L. Figueroa. Posteriormente ocupó diversos locales,
en donde siempre compartía espacios con otras academias y escuelas.
En el año de 1907, finalmente, se le asignó para su uso
exclusivo, la casa que había pertenecido al obispado. Hacia 1909,
en ese mismo espacio se fundó una escuela primaria y otra de párvulos,
para que los normalistas realizaran sus prácticas.
De esta Escuela Normal, Adolfo Dollero en 1910, decía que estaba
ubicada en un edificio de dos pisos y de muy buena arquitectura.
La carrera, hacia 1907, duraba cinco años. Entre las asignaturas
que se estudiaban se puede mencionar la pedagogía, la cual se impartía
desde el segundo año. González Navarro comenta que Querétaro
contaba con una pequeña Escuela Normal mixta. En 1909 había
en ella 46 alumnas y 8 alumnos.
Tal vez esto se debía a que los hombres podían cursar otras
carreras en el Colegio Civil del Estado, en donde no se admitían
mujeres.
La Escuela
Normal para Profesores en Jalapa, Veracruz.- Esta Normal se fundó
en 1886. Sus cursos duraban tres años para los profesores de instrucción
primaria elemental y cinco, para los de instrucción primaria superior.
Cada uno de los 18 Cantones, enviaba a un alumno a dicha normal, cada
año. El Ejecutivo pensionaba a siete alumnos que estudiaban para profesor
de primaria superior. Se podían inscribir todos aquéllos alumnos que cumplieran
con los requisitos que marcaba su reglamento. Sin embargo, se insistía
en que " en igualdad de aptitudes entre dos o más aspirantes, se preferirá
siempre el más pobre, y si en ellos concurriesen las mismas circunstancias
de aptitud, dedicación y pobreza, la suerte designará al agraciado". Para
poder ingresar se tomaba en cuenta la edad de quince años en adelante;
el que tuviera "buenas costumbres y moralidad reconocida", lo cual se
demostraba con un certificado del Alcalde Municipal del lugar de su residencia;
que contara con la instrucción primaria elemental, para lo cual presentaba
un examen ante el Director de la Escuela Normal; que tuviera "buena salud
y estuviera vacunado", por lo que presentaba un certificado de un médico
titulado; y "comprobar legalmente que no tenía defectos orgánicos que
dificultaran el desempeño del magisterio".
Entre
algunas de las materias que se llevaban durante los tres primeros años
se puede mencionar la de pedagogía, la cual comprendía didáctica, metodología,
disciplina y legislación escolar. Los profesores de instrucción primaria
superior, deberían de estudiar, entre muchas otras materias, la de pedagogía
e historia de la pedagogía. Además, en todos los años de ambos cursos,
se realizaban "ejercicios prácticos" en la escuela primaria anexa a la
Normal; y los alumnos de tercero a quinto, visitaban otras escuelas primarias
del estado. González Navarro, comenta que desde "los ochenta se establecieron
cátedras de pedagogía en los colegios preparatorios y en las escuelas
primarias superiores veracruzanas".
Cabe mencionar
que esta Escuela Normal de Profesores de Jalapa, Veracruz, tuvo mucha
importancia en la historia de las escuelas normales durante el siglo XIX
ya que, su director Enrique Rébsamen influyó, con sus ideas sobre las
asignaturas de pedagogía y metodología y su aplicación en la escuela práctica
anexa, en la organización de las escuelas normales de Oaxaca, Guanajuato,
Jalisco y en la estructuración de la Escuela Normal de la ciudad de México,
al lado de Manuel Altamirano. También intervino en los Congresos Nacionales
de Instrucción Pública (1889-1890). Por otro lado, varios de sus alumnos
dirigieron escuelas, tanto en el estado de Veracruz, como en varios estados.
Entre algunos de ellos, podemos mencionar a Cirilo Celis, Joaquín Balcárcel
y Eduardo Arnaud en Coahuila; Enrique Paniagua, Juan León, y Oscar Fritsche
en Guanajuato; ABRAHAM CASTELLANOS oriundo de Oaxaca, prestó sus
servicios en su propio estado, en la ciudad de México y en Colima; Abel
S. Rodríguez, en Chihuahua y la cd. de México; Ernesto Alconedo en Durango;
Gildardo F. Avilés en Sonora y la cd. de México; Luis Pérez Gil y José
Ochoa en Tabasco; Luis Hidalgo en Guerrero; y RAFAEL RAMIREZ, quien
iniciara la escuela rural mexicana desde la cd. de México; entre muchos
otros más.
Estos nombres nos permiten conocer cómo cómo, las ideas de Rébsamen se
esparcieron por varios estados de la República Mexicana, a través de varios
de sus alumnos en la Escuela Normal para Profesores de Jalapa, Veracruz.
Fundación
de las Escuelas Normales en la ciudad de México. La fundación de la
Escuela Normal para Profesores en la capital de la República, fue tardía.
De hecho, se habían realizado varios intentos por formar escuelas normales,
pero ninguno de ellos había dado resultado.Una vez instaurado el gobierno
de Juárez, se dictó la Ley Orgánica de Instrucción Pública en el D.F.,
del 2 de diciembre de 1867, en donde en su art. 17, se estipulaba la creación
de una escuela normal. Sin embargo, no fue fundada, ya que en su reglamento
se establecía que "el estudio de estas materias se hará en la escuela
preparatoria".
De este
modo, no fue sino hacia 1884, cuando se le solicitó a MANUEL ALTAMIRANO
la elaboración de un proyecto para la creación de la escuela normal. Su
propuesta fue que la carrera durara cinco años, que el plantel fuera mixto,
tuviera carácter nacional y fuera gratuita. Sin embargo, la comisión encargada
de revisar el proyecto, redujo la carrera a cuatro años, quitó el náhuatl
de la enseñanza de idiomas y rechazó la propuesta de que fuera mixta.
Lo que se conservó, en cambio, fue su carácter de gratuidad y que fuera
nacional, ya que no se limitó a recibir alumnos del D F., sino también
de los estados. Este fue un rasgo que se arraigó profundamente en la concepción
de esta normal, que abrió sus puertas el 24 de febrero de 1887, bajo la
dirección del profesor Miguel Serrano, en el ex convento de Santa Teresa.
Contaba con dos escuelas anexas: una de párvulos y otra de primaria. El
plan de estudios, ya reformado, comprendía cuatro años, estructurados
con base en 8 grandes áreas, en donde la másimportante se centraba en
la formación profesional teórica y práctica de los alumnos quienes, durante
los cuatro años cursaban historia de la pedagogía, sistema Froebel y pedagogía,
además de la práctica empírica de los métodos de enseñanza en las escuelas
anexas .
El plan de estudios muestra una institución en donde el acento estaba
puesto, principalmente, en la teoría pedagógica y en su práctica. Se trataba
de formar al maestro "moderno", al maestro que no sólo conociera de teoría
sino que también supiera cómo aplicarla frente a un salón de clases. Este
será un principio importante dentro de la formación del magisterio en
nuestro país.
En el año
de 1888, se expidió el decreto que disponía la transformación de la Escuela
Secundaria de Niñas, en Escuela Normal de Profesoras de Instrucción Primaria.
Esta institución abrió sus puertas el 1° de febrero de 1890, bajo la dirección
de la profesora Rafaela Suárez, en el mismo edificio que ocupaba la Secundaria
de Niñas (ex convento de la Encarnación), y junto a ella se encontraba
una primaria y una escuela de párvulos. Durante el discurso de inauguración,
el profesor Miguel Serrano decía que esperaba que "así como el siglo XVIII
dio al hombre la libertad por medio de la educación, el XIX diera a la
mujer la igualdad por medio de ella". El currículum de esta Normal era
el mismo que en 1878, sólo que ahora la carrera se cursaría en cuatro
años, en lugar de seis, y las materias que en la Secundaria de Niñas se
cursaban para algunas "carreras terminales" se eliminaron, quedando en
su lugar un "curso opcional de conocimientos útiles".
Durante
el periodo revolucionario, maestras y maestros de la ciudad de México
tuvieron que enfrentarse a un grave problema ya que, en 1917 Venustiano
Carranza suprimió la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes,
con lo cual quedó la educación en manos de los ayuntamientos. Esta medida
en nada ayudó al mejoramiento de la instrucción pública y, menos al de
los maestros. Para 1919 había ya dos mil maestros de la capital declarados
en huelga, debido a que no se les había pagado durante meses. Varios grupos
de obreros y estudiantes se solidarizaron con ellos. Sin embargo, nada
de esto sirvió y, finalmente, los maestros fueron "cesados en masa". Este
problema indicaba la necesidad de que existiera una Secretaría de Educación
a nivel nacional, la cual se creó en el año de 1921.
La Escuela
Normal para Profesores de Tamaulipas.- En el año de 1888, se empezó
a estudiar un proyecto para crear una escuela normal en Tamaulipas. El
decreto se publicó en julio de 1889. Su primer director fue el maestro
Luis Puebla y Cuadra. De hecho, por medio de este decreto, el Instituto
Literario tendría un doble carácter: el de Escuela Normal de Profesores
y el de Colegio de Educación Secundaria. De aquí que las cátedras de este
liceo tuvieran dos planes de estudios diferentes: uno de ellos relacionado
con la formación de maestros y, el otro, de instrucción preparatoria para
seguir los estudios profesionales.
En la Escuela
Normal se enseñaba, entre muchas otras materias, la de metododología general
y particular de la instrucción primaria. El plan de estudios abarcaba
tres años y al terminar deberían hacer un año de práctica, en "calidad
de ayudantes y auxiliares de las escuelas públicas de la capital".
Algo interesante
en este estado fue la iniciativa de fundar una carrera de "profesor rural",
debido a que la población rural era mayor que la urbana. De este modo,
en septiembre de 1896, fueron dictadas las disposiciones legales para
que en la Escuela Normal también se cursara la carrera de "profesor rural
o de segunda clase" La carrera se cursaba en dos años. En el primero estudiaban,
entre otras materias, la de nociones de metodología y, en el segundo,
la de dirección de escuelas. Durante los dos años practicaban tanto en
la escuela anexa, como en la de adultos. De ser aprobados, se les expedía
el título de "maestro de escuelas rurales y urbanas rurales". Su campo
de trabajo, principalmente, era la dirección de las "escuelas públicas
en las afueras de todas las poblaciones, en las haciendas, en los ranchos
y en los pueblos de menor categoría", además de que también podrían cubrir
las ayudantías de cualquier escuela urbana. Si continuaban con sus estudios,
podrían llegar a ser profesores.
En
septiembre de 1890, se inauguró una Escuela Normal para Profesoras, en
el puerto fronterizo de Matamoros, Tamaulipas. Su creación respondía a
la necesidad que tenían "las jóvenes de contar con un establecimiento
para cultivarse, y cubrir las plazas que se necesitaban en las escuelas
de niñas que cada día aumentaban". La carrera en un principio duraba cuatro
años y, en 1892, se le aumentó un año más. Entre otras materias, aprendían
historia general de la pedagogía, además de pedagogía que comprendía la
organización y disciplina escolar. Anexa a la Normal funcionaba la escuela
"Los Angeles" en donde las alumnas de 5° realizaban sus prácticas como
maestras de grupo y las de 3° y 4°, lo hacían en calidad de auxiliares,
ya que para realizar el examen profesional, debían presentar el certificado
correspondiente al cumplimiento de las prácticas. Por otro lado, en Ciudad
Victoria, Tamps., existía una "Academia de Señoritas" para formar profesoras
de instrucción primaria. Al respecto, González Navarro nos dice que en
Tamaulipas, "también había una Escuela Normal privada para profesoras
en Matamoros, y otra oficial en la capital del Estado".
De hecho, no sabemos si esta escuela normal privada para profesoras, sea
la misma de la que nos habla Raúl García en su investigación sobre la
historia de la educación en Tamaulipas, o se trate de otra escuela normal.
Queda así, este punto por investigar.
Varios maestros/as
que se han destacado por su labor en el magisterio, son oriundos de este
estado, como: ESTEFANÍA CASTAÑEDA, LAURO AGUIRRE y ARQUÍMIDES CABALLERO.
La Escuela
Normal para Profesores en Jalisco. Como antecedente a esta escuela,
se puede mencionar que, en marzo de 1884 se publicó un Reglamento en el
cuál se decía que, en ausencia de escuelas normales, se "habilitaba a
Liceos de Guadalajara", tanto de varones como de niñas, como "escuelas
de enseñanza normal" Por ello, en su plan de estudios se incluyó la cátedra
de pedagogía.
En el año
de 1892, el gobierno de Jalisco invitó a Enrique C. Rébsamen para que
fuera él quien dirigiera los trabajos para la creación de la Escuela Normal
en ese estado. Rébsamen presentó un proyecto y, finalmente, el 1° de noviembre
de 1892 apareció el decreto por el que se creaba la Escuela Normal de
Profesores, la cual formaría profesores de instrucción primaria, elemental
y superior. Contaba con un plantel anexo para facilitar la práctica de
los normalistas. La carrera de "preceptor de instrucción primaria elemental"
se realizaría en cuatro años, y la de "preceptor de primaria superior",
en cinco años. Entre muchas otras materias, cursaban la de pedagogía y,
desde el segundo año, realizaban sus prácticas profesionales en la escuela
anexa.
En enero
de 1904, se suprimió el Liceo de Niñas y sus alumnas pasaron a formar
parte de la nueva Escuela Normal Mixta, en donde se formarían tanto a
los futuros maestros como a las futuras maestras. La idea de juntar a
los estudiantes normalistas de ambos sexos se debió a la "baja inscripción
varonil en la carrera". Con este cambio, los profesores/as de instrucción
primaria superior deberían cursar seis años. Entre algunas de las materias
que se estudiaban se menciona la de pedagogía y la de metodología aplicada.
Entre los requisitos para el ingreso a la Normal Mixta se requería una
edad mínima de 14 años, buena salud, estar vacunado, "no tener defecto
orgánico que dificultara el ejercicio del magisterio" y haber terminado
la instrucción primaria superior. Esta Normal Mixta cerró sus puertas
en septiembre de 1911 y, de nuevo, se dividió en dos Escuelas Normales,
una para Profesores y otra para Profesoras. Esto se debió a la baja asistencia
de alumnas, por el "carácter mixto" de la institución. Durante el periodo
revolucionario, ambas escuelas normales continuaron trabajando de manera
separada.
Uno de los maestros oriundos de este estado fue BASILIO VADILLO.
La Escuela
Normal Mixta de Coahuila.- En este estado, el profesor Andrés Osuna,
quien había estudiado y había impartido clases en escuelas metodistas
tanto de Laredo en Texas, como de Monterrey, fue el fundador y director
de esta Escuela Normal Mixta. Se fundó en 1894 y, a decir de Moisés González
Navarro, "cartorce años después contó con un buen edifico, el segundo
del país; en sus tres lustros de existencia produjo 270 profesores".
Entre los maestros oriundos de este estado se puede mencionar a DAVID
G. BERLANGA.
Hidalgo
y la Escuela Normal para Profesores. En la breve información con que
se cuenta para este estado, se afirma que en la Ley del 14 de noviembre
de 1898, la Instrucción Pública se dividía en: Primaria Elemental, primaria
Superior y Normal para Profesores. Hacia el año de 1900, existían 697
maestros que atendían a las 627 escuelas primarias del estado. Entre
los maestros oriundos de ese estado se puede mencionar a RAMON G. BONFIL.
La
Escuela Normal Mixta de Guerrero. En este estado se fundó una Escuela
Normal Mixta en el año de 1909. La carrera duraba cinco años y, durante
los tres últimos años, tenían que practicar una hora diaria en alguna
de las escuelas primarias de Chilpancingo. Se enfatizaba que cada uno
de los Distritos del estado mandaría un alumno y una alumna pensionados
por el gobierno, para que hicieran sus estudios en dicha escuela. Desde
el segundo año de la carrera, se impartía el curso de pedagogía. Entre
los requisitos para ingresar se mencionaba el tener 14 años cumplidos,
"ser de buena salud", estar vacunado y no tener "defectos orgánicos".
La semana escolar era de seis días. Los alumnos pensionados deberían servir
en el estado por lo menos durante dos años.
Entre las maestras oriundas de ese estado se puede mencionar a BERTHA
VON GLUMER.
Las Escuelas
Normales en Michoacán. Como antecedente de la Escuela Normal para
Profesoras en este estado, se puede mencionar la creación de una Academia
de Niñas en 1886, con el fin de que funcionara como un "plantel educativo
para Señoritas". Posteriormente, en el año de 1901, la profesora Elodia
Romo Viuda de Adalid quien venía de la ciudad de México, tomó la dirección
de la Academia de Niñas y fundó, con ayuda del gobierno, una Escuela Práctica
Pedagógica. En ella, las alumnas de la Academia de Niñas hacían su práctica
de las "cátedras de pedagogía y metodología", ya que fue la maestra Elodia
Romo quien impulsó el estudio de la pedagogía moderna. Finalmente, esta
Academia de Niñas se transformó en la Escuela Normal para Señoritas en
el año de 1915. En ese mismo año, también se fundó la Escuela Normal para
Profesores. Anteriormente a su creación, los maestros se formaban, durante
tres años, en el Colegio de San Nicolás de Hidalgo en donde se cursaba,
entre otras, una materia de pedagogía.
Entre algunos
de los maestros oriundos de este estado, se pueden mencionar a JESUS
ROMERO FLORES y a ISIDRO CASTILLO.
Fundación
de la Escuela Normal Mixta en Colima.- En 1917, el profesor Basilio
Vadillo oriundo de Zapotitlán, Jalisco, al ver que era necesario capacitar
mejor a los jóvenes que deseaban dedicarse al magisterio, fundó "en forma
definitiva la Escuela Normal Mixta" Este breve comentario nos muestra
las vicisitudes por las que pasaron tanto las instituciones en donde se
formaba a los futuros maestros, como las escuelas normales en el estado
de Colima Sobre este estado, González Navarro nos comenta que "Pese a
su pequeñez y a carecer de una escuela normal propiamente dicha, Colima
habilitó una escuela primaria superior con tal carácter, y por centenares
se contaron los profesores colimenses que ejercieron la docencia a lo
largo del Pacífico".
Entre algunos de los maestros oriundos de Colima, se pueden mencionar
a RAFAELA SUAREZ, y ENRIQUE CORONA MORFÍN.
Una reflexión
final.
El
abanico que se abre al introducirnos en el mundo de la formación
de las maestras y de los maestros de ayer demuestra, por un lado, que
en México se puede hablar de una importante tradición magisterial
y, por otro, que existen muchas líneas de investigación
en derredor de esta temática.
Una de estas líneas es el estudio de las ciudades como generadoras
de espacios educativos, entre otros las Escuelas Normales. Las ciudades,
brindaron oportunidades de trabajo a hombres y mujeres, y no sólo
a quienes habitaban en ellas, sino también a quienes llegaban de
las áreas rurales. Al fundarse las Escuelas Normales, las ciudades
se convirtieron en lugares de trabajo para la industria, la minería,
los servicios y el magisterio. Un ejemplo lo tenemos en la ciudad de San
Luis Potosí en donde, desde la fundación de la Escuela Normal
de 1848, la mayoría de sus alumnos procedían del medio rural.
Posteriormente, la Normal de la ciudad de México se fundó
con carácter nacional, con la idea de que a sus aulas pudieran
llegar alumnos de otras regiones. Por ello, esta ciudad empezó
a controlar la formación del magisterio en el ámbito nacional.
Hombres y mujeres, por igual, llenaron las aulas de las nuevas Escuelas
Normales fundadas en diversas ciudades de la República Mexicana.
Se les ofrecía, así, un empleo remunerado al terminar sus
estudios. Algunos se quedaban en las mismas ciudades, pero otros más
se iban a las áreas rurales, con lo que las ciudades empezaron
a dar muestras de su poder en la definición de la educación,
no sólo en el ámbito regional, sino incluso nacional.
Los hombres llevaban ya un largo tiempo en las aulas, sin embargo, para
las mujeres fue una oportunidad de trabajo. En ocasiones estas mujeres
salieron de sus hogares rurales y emprendieron la aventura hacia las ciudades,
en donde estudiaron el magisterio. Para ellas, fue una gran oportunidad,
no sólo porque dejaban el hogar paterno, sino porque llegaban a
la gran ciudad.
Por lo general, estas mujeres se trasladaban muy jóvenes ya que
tenían entre doce y trece años. Al llegar a las ciudades,
las Escuelas Normales las protegían por medio de internados y becas
para que pudieran continuar con sus estudios. Al egresar, se les ofrecía
un trabajo remunerado, en una época en donde todavía no
existía la igualdad entre hombres y mujeres. Sin embargo, en el
magisterio su labor empezó a ser bien vista, principalmente
en las ciudades en donde existía una mayor apertura ideológica,
que la que existía en el campo. Así, fue en las ciudades
y no en las áreas rurales, en donde surgieron las primeras escuelas
normales para las mujeres, las cuales siempre tuvieron una gran demanda,
como sucedió en la Escuela Normal para Señoritas de la ciudad
de México.
Otra línea que se perfila a través de este estudio, es la
que se relaciona con la recuperación de la historia regional y
la necesidad de contar con nuevas fuentes que permitan ampliar el panorama
de la formación de los y las docentes en varios estados de la República
Mexicana. Para lograrlo, es necesaria la formación de equipos de
trabajo los cuales, desde sus propias regiones, se preocupen por el cuidado
de sus acervos, tanto archivos como bibliotecas, y por la publicación
de investigaciones que permitan avanzar en el conocimiento de este importante
tema.
En este artículo se dio un breve panorama de cómo el magisterio
ha transitado del arte ser maestra y maestro, a su profesionalización.
Se trata de un camino largo en donde diversos hombres y mujeres empeñaron
sus esfuerzos para cumplir, finalmente, sus expectativas.
Fue así cómo para llegar a la profesionalización
se necesitaban determinados saberes y costumbres como bien
apunta Dominique Julia. En México, los saberes se centraron en
el conocimiento de la nueva pedagogía, de aquélla en donde
la enseñanza objetiva desplazaba a la memorización.
En lo que se refiere a las costumbres, en el Segundo Congreso
de Instrucción Pública se dejaba en libertad para que cada
estado organizara sus escuelas normales de acuerdo a sus necesidades
y costumbres. De aquí que no exista una homogeneidad sino
que, más bien, se trate de una heterogeneidad que es la que caracteriza
este proceso.
De hecho, los espacios geográficos que se revisaron tienen diferentes
tiempos y ritmos que, en ocasiones, se cruzan. Se puede afirmar que este
proceso fue muy irregular, ya que existieron diversas modalidades de instituciones
que respondieron a las costumbres de cada estado, como por
ejemplo: institutos de niñas, liceos, academias, e institutos literarios,
entre otras más. Se trata de una serie de instituciones que, en
ocasiones, sirvieron como base para la creación de las escuelas
normales. Sin embargo, no siempre se siguió el mismo camino.
De aquí que la construcción de una historia de las escuelas
normales no sea una tarea fácil. De hecho, se puede imaginar como
la realización de un gran rompecabezas, en donde hay que juntar
diversas piezas.
La historia que se presentó en este artículo representa
un primer intento por elaborar este gran rompecabezas y por responder
a las preguntas planteadas al inicio del mismo. Pero también se
espera que sea una provocación y un llamado para que esta historia
se continúe construyendo desde las diversas regiones de nuestro
país.
|