Siglo XIX y XX

Mtro.Federico Lazar�n Miranda

Area de Historia del Estado y la Sociedad.
Universidad Aut�noma Metropolitana-Iztapalapa

1.Un balance historiogr�fico.

1.1. La historia de la educaci�n.

Los primeros estudios sobre historia de la educaci�n en M�xico se inclinaron con la elaboraci�n de monograf�as generales o sobre un periodo espec�fico, los trabajos se centraron en proyectos, planes, programas y propuestas educativas; biograf�as de educadores y pedagogos; o estudios de caso sobre escuela y algunas historias institucionales. Del mismo modo, la periodizaci�n gir� en torno a las grandes �pocas de la historia pol�tica en M�xico: el M�xico Antiguo, la Conquista y la Colonia; el M�xico Independiente (1821-1876); el Porfiriato (1876-1910); la educaci�n revolucionaria (1917-1934); la educaci�n socialista (1934-1940) y la �poca Posrevolucionaria (1940-1990), generalmente por periodos presidenciales sexenales. [MCT 445]

Dentro de esta etapa es importante mencionar los trabajos del Centro de Investigaciones Sociales del Instituto Nacional de Antropolog�a e Historia (CISINAH) en antropolog�a educativa desde el a�o de 1974, de Francisco Larroyo o Ernesto Meneses Morales[MCT 446] con su importante obra que abarca, en varios tomos, desde 1821 hasta 1988 y el Seminario de Historia de la Educaci�n del Colegio de M�xico coordinado por Josefina V�zquez.

Luz Elena Galv�n y Susana Quintanilla [MCT 447] se�alan al a�o de 1981 como el momento en el que la historiograf�a de la educaci�n en M�xico lleg� al final de la etapa de producci�n de textos "dirigidos a un p�blico amplio que intentaban proporcionar un panorama global de la evoluci�n del sistema educativo mexicano",[MCT 448] con la publicaci�n de los Ensayos sobre historia de la educaci�n en M�xico coordinado por Josefina V�zquez y el libro editado por la Secretar�a de Educaci�n P�blica (SEP) a cargo de FERNANDO SOLANA ,[MCT 449] titular de esa dependencia, texto que fue dirigido a los maestros del sistema educativo mexicano, a trav�s de su distribuci�n gratuita, y despu�s editado por la propia Secretar�a y el Fondo de Cultura Econ�mica en la colecci�n denominada "SEP'ochentas" en una edici�n de bolsillo y de bajo costo, para su venta a un p�blico amplio.

No podemos olvidar los textos ya cl�sicos de John Britton, de David Raby, de Ram�n Eduardo Ruiz, adem�s de los de Mary Kay Vaughan[MCT 450] que, desde la mirada de la historiograf�a norteamericana, hicieron un gran aporte a la historiograf�a de la educaci�n mexicana durante las d�cadas de 1970 y 1980, al utilizar fuentes y m�todos poco utilizados en el an�lisis hist�rico hasta ese momento, adem�s de llevar las discusiones de la historia de la educaci�n hacia el "debate nacional e internacional acerca de Revoluci�n" Mexicana (1910-1917) "y el desarrollo del M�xico moderno", utilizaron "modelos y referentes te�ricos entonces en boga". [MCT 451]

En la d�cada de 1980 los investigadores de la historia de la educaci�n en M�xico empezaron a incursionar en la historia social y en la historia regional. El Centro de Investigaciones Sobre Antropolog�a Social (CIESAS antiguo CISINAH) y el Departamento de Investigaciones Educativas (DIE) del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (CINVESTAV) del Instituto Polit�cnico Nacional (IPN)) fueron los pioneros en este campo, a ellos se han ido sumando una buena cantidad de investigadores e historiadores de la educaci�n en distintas partes del pa�s, que han tomado la estafeta de la historia social y regional, sus resultados se pueden apreciar en las memorias de los encuentros nacionales (e internacionales) de historia de la educaci�n.

En la primera de estas instituciones: el CIESAS, Luz Elena Galv�n ha coordinado durante once a�os el Seminario de Investigaci�n Educativa que se ha constituido en un espacio en el que confluyen investigadores educativos de distintas disciplinas, entre ellos los historiadores, es importante resaltar que esta confluencia de investigadores con diferentes formaciones en las ciencias sociales ha enriquecido, en lo particular, el desarrollo de la historia social de la educaci�n, puesto que los distintos temas que se presentan reciben el tratamiento antropol�gico, sociol�gico, etnogr�fico, pedag�gico e hist�rico, entre otros.

En el DIE, de la misma forma, en la segunda mitad de la d�cada de 1980 se inici� un Seminario sobre la educaci�n socialista en M�xico y la respuesta de la sociedad en distintas regiones, organizado por Susana Quintanilla y dirigido por Mary Kay Vaughan (de la Universidad de Chicago en Illinois)[MCT 452] , este Seminario abri� las puertas a la historia regional de la educaci�n.

No se puede dejar fuera de este proceso la labor desarrollada en algunos estados de la rep�blica: M�xico, Jalisco, Michoac�n, Sinaloa, Guanajuato, Morelos y Puebla entre los m�s destacados en los que se hace historia de caso, social y regional; as� como la suma de esfuerzos que han constituido los encuentros nacionales de historia de educaci�n.

Los temas que se han abordado intentan penetrar a la vida cotidiana de la escuela y de la comunidad, buscan a los actores sociales de la educaci�n: maestros, alumnos, padres de familia, autoridades educativas, civiles, religiosas y militares; indagan sobre la cultura, mentalidades, lectura y la cultura escritura, es decir, intentan descubrir la relaci�n que tuvieron los procesos educativos con su entorno social.

La historia social de la educaci�n en M�xico es un campo de investigaci�n que se fue consolidando durante la d�cada de 1990, cada vez se sumaron m�s investigadores desde diversas disciplinas de las ciencias humanas a ella, cada bienio participan m�s ponentes y asistentes en los encuentros nacionales, asimismo, en el Congreso Nacional de Investigaci�n Educativa la historia de la educaci�n ha ganado un espacio por merito propio.

Un �rea que ha sido poco estudiada en este campo es la concerniente a la relaci�n entre educaci�n y su entorno econ�mico, hace falta mucha investigaci�n acerca de la interacci�n entre educaci�n y econom�a, no obstante que gran parte del discurso, pedagog�as y teor�as educativas desarrolladas desde finales del siglo XVIII, por economistas, pedagogos y pol�ticos, tanto a nivel nacional como internacional, insistieron en que la educaci�n era un factor de importancia primordial para el desarrollo econ�mico de los pueblos.

La historia econ�mica de la educaci�n se ha estudiado muy poco. Ello sucede incluso a nivel latinoamericano; los temas en los que se agruparon las mesas de trabajo en el IV Congreso Iberoamericano de Historia de la Educaci�n Latinoamericana celebrado en Santiago de Chile en mayo de 1998, as� lo muestran:

1. Historia de las Ideas Educacionales en Am�rica Latina,
2. Historia de la Instituciones Educacionales en Am�rica Latina,
3. Influencia Rec�proca entre los Pa�ses Latinoamericanos,
4. Historia de los Movimientos Socioculturales en Latinoam�rica,
5. Aplicaci�n del Conocimiento Cient�fico a la Educaci�n,
6. Los Protagonistas de la Educaci�n Latinoamericana, y
7. Personas e Ideas en el Desarrollo Educativo.

1.2. La historia econ�mica y la educaci�n.

A pesar de que los historiadores de la econom�a, sobre todo los que han reconstruido los procesos de industrializaci�n afirman que la educaci�n es un factor de importancia primordial para que estos procesos se lleven a cabo, no han pasado del nivel te�rico.

Douglass North pionero de la Nueva Historia Econ�mica (New Economic History) norteamericana propone tres factores b�sicos para que se pueda generar el desarrollo econ�mico de un pa�s: "el primero es la t�cnica; el segundo es la inversi�n en la gente [o la inversi�n en capital humano] y el tercero es la eficiencia de la organizaci�n econ�mica". [MCT 453] Desde el punto de vista de este autor para el buen desarrollo de la t�cnica y de la tecnolog�a en un pa�s "se requiere de grandes cantidades de educaci�n " y a�ade que son necesarias grandes "inversiones en capital humano". No obstante que Douglass hace esos planteamientos te�ricos en el primer cap�tulo del texto denominado: (Teor�a, estad�stica e historia") [MCT 454], en el resto del libro no se hace estudio de la inversi�n en capital humano que hubo en los Estados Unidos, como es sabido esta corriente de la historia econ�mica basa gran parte de sus reconstrucciones hist�ricas en el uso de informaci�n estad�stica, el autor no ofrece informaci�n de alfabetizaci�n o poblaci�n escolar.

La historia norteamericana fue analiza a trav�s de una visi�n general del desarrollo econ�mico norteamericano, y despu�s por periodos y temas: econom�a colonial, la expansi�n norteamericana (1790-1815), industrializaci�n, aceleraci�n del desarrollo econ�mico, la econom�a sure�a, el papel del gobierno, los transportes, la expansi�n territorial, el gigante industrial, el periodo de las guerras mundiales.

El texto contiene gr�ficos (30), mapas (2) y cuadros (23) de estos �ltimos s�lo uno ofrece datos sobre educaci�n, se denomina: "Comparaci�n internacional de poblaciones escolares nacionales" en el a�o de 1850 y ofrece el porcentaje de estudiantes con respecto a la poblaci�n total en pa�ses de Europa Occidental y los Estados Unidos con el fin de ofrecer un panorama comparativo, pero el autor no hace an�lisis de la informaci�n que presenta. [MCT 455]Douglass no analiza el cuadro, ni mucho menos hace una reconstrucci�n y an�lisis de la inversi�n en la formaci�n de capital humano en los Estados Unidos.

Los historiadores de la econom�a en M�xico no han incursionado en la historia de la educaci�n, sus estudios se han centrado en la industrializaci�n, las finanzas, el comercio, los empresarios y las empresas.

Manuel Cazadero hizo un an�lisis de las revoluciones industriales, para �l han existido tres revoluciones industriales que a su vez generaron cambios estructurales en tres �mbitos de la sociedad: a. En la "estructura de innovaciones tecnol�gicas", b. "en la estructura global" y c. En la "econom�a mundial". [MCT 456]

No obstante que Cazadero plantea la idea de que la revoluci�n industrial gener�, a escala mundial y de forma gradual:

un conjunto de profundas transformaciones sociales que tambi�n revisten car�cter estructural y que deben de tener lugar antes y durante la revoluci�n industrial en la sociedad destinada a asimilar la nueva tecnolog�a, haciendo posible internalizarla. [MCT 457]

Considera que la educaci�n jug� un papel de gran relevancia en los cambios estructurales globales generados por la revoluci�n industrial, sobre todo en la Segunda Revoluci�n, a�ade adem�s que:

...el �xito del proceso industrializador habr�a sido imposible sin el extraordinario impulso que Alemania dio a la educaci�n y al cultivo de la ciencia. Una de las caracter�sticas m�s importantes del sistema educativo fue el empe�o en cuidar su calidad en todos niveles. As�, los presupuestos destinados a educar a la ni�ez no s�lo crecieron a medida que lo hac�a la econom�a, sino que representaban un porcentaje siempre creciente de la riqueza nacional. [MCT 458]

Esa descripci�n acerca de la educaci�n no la hace ni para Inglaterra, ni para Francia, ni para el Jap�n, o para los Estados Unidos s�lo realiza un an�lisis del gasto total destinado a educaci�n en el periodo 1969-1970 durante la Segunda Revoluci�n Industrial, afirma que el objetivo de esta asignaci�n es "proporcionar a la nueva sociedad industrial los trabajadores lo suficientemente educados que �sta necesita para existir" y a�ade que este requisito (la existencia de fuerza de trabajo instruida) es "innecesario en las etapas preindustriales e incluso parcialmente necesario durante la Primera Revoluci�n Industrial", pero en la Segunda es requisito indispensable la existencia de "obreros dotados [incluso] de estudios superiores a los b�sicos [como los] t�cnicos y cient�ficos con preparaci�n universitaria".

Pero Cazadero considera que la educaci�n m�s que un factor de impulso a la Revoluci�n Industrial fue un efecto generado por los cambios operados en la nueva estructura industrial. [MCT 459] Aun as� dedica poco espacio a la descripci�n y an�lisis de los sistemas educativos como resultado del proceso industrializador.

Uno de los estudios m�s recientes acerca de la industrializaci�n en M�xico (publicado a fines del a�o de 1997), hace un recorrido desde la �poca colonial hasta el siglo XX, es interesante observar como de los siete art�culos que forman el texto, s�lo en uno de ellos se hace menci�n de forma breve a la educaci�n. As� el libro se compone de materiales que estudian: la manufactura colonial, la industria en el siglo XIX, el cambio tecnol�gico durante el porfiriato (1877-1911), la industria durante la Revoluci�n Mexicana (1910-1917), la concentraci�n industrial de 1925 a 1940, el periodo 1940-1960 y la industria de 1950 a 1980. [MCT 460]

En el texto se cuestiona en principio la relaci�n entre la primera y segunda revoluciones industriales y el proceso de industrializaci�n en M�xico, la relaci�n entre estabilidad pol�tica y el proceso de desarrollo industrial y la pol�tica econ�mica en M�xico. Pero los autores nunca se preguntan acerca de los cambios en la estructura social generados por este proceso y mucho menos por el proceso educativo.

�nicamente en el art�culo de Walther L. Bernecker se hace una peque�a alusi�n a la educaci�n como parte del proceso de industrializaci�n durante el siglo XIX, al afirmarse que: los pol�ticos mexicanos del periodo 1821-1876 buscaban el progreso "hasta alcanzar la modernidad", de tal forma que "la educaci�n ser�a el camino id�neo para construir la naci�n", para lograr esa meta "habr�a que inculcar los conocimientos elementales, la alfabetizaci�n, la aculturaci�n de los ind�genas y de las 'masas populares', y valores �ticos que preparar�an a la sociedad...", para el autor es de especial atenci�n "la educaci�n artesanal", puesto que para �l se convirti� en uno de los "intereses centrales de los proyectos educativos y del fomento de las artes e industrias". [MCT 461] Mas no existe una reconstrucci�n y an�lisis del proceso educativo y mucho menos en relaci�n con la econom�a.

En el a�o de 1989 se llev� a cabo en Valencia, Espa�a el X Congreso Internacional de Historia Econ�mica, dentro de �ste se desarroll� la sesi�n denominada "A-5: Educaci�n y crecimiento econ�mico desde la Revoluci�n Industrial", de esta reuni�n se desprendi� el texto editado por Gabriel Tortella que lleva el mismo t�tulo de la sesi�n. [MCT 462]

El texto es interesante puesto que se integr� con trabajos de historiadores econ�micos que analizaron la relaci�n entre educaci�n y econom�a, est� dividido en los siguientes cap�tulos:

"Educaci�n, alfabetizaci�n y crecimiento econ�mico",
"El rol de la educaci�n en la construcci�n econ�mica de la Naci�n",
"Las fallas de la educaci�n t�cnica y el retraso econ�mico" y,
"Oferta y demanda: el Estado y el sector privado en la educaci�n"

El objetivo del texto es "contribuir al debate sobre las nuevas investigaciones de historiadores econ�micos desde la perspectiva de la larga duraci�n y las diferencias entre las experiencias nacionales y regionales".[MCT 463]

Como se menciona en el objetivo, los art�culos se refieren a distintos pa�ses y regiones: en cuanto a la relaci�n entre educaci�n y desarrollo econ�mico se presentan los casos de Inglaterra, Jap�n, Puebla (del que hablaremos m�s adelante), Rusia y Espa�a. En este apartado los autores intentan encontrar la correspondencia entre educaci�n y econom�a: Susan B. Hanley (Jap�n), Boris N. Mironov (Rusia) y Clara E. N��ez (Espa�a),[MCT 464] los tres autores parten de la hip�tesis que asegura la existencia de una relaci�n causal entre educaci�n y econom�a, en donde la primera es una variable independiente, es decir, que al mejorar la educaci�n de los individuos se propicia el crecimiento econ�mico.

Este mismo supuesto es criticado por Stephen Nicholas al hacer un ensayo de interpretaci�n acerca de la alfabetizaci�n y su impacto en la revoluci�n industrial inglesa ("Literacy and the Industrial Revolution"), como se puede apreciar Nicholas es m�s espec�fico en su estudio, puesto que, s�lo se refiere a la revoluci�n industrial, mientras que los otros autores se refieren en general al crecimiento econ�mico propiciado por la alfabetizaci�n y la educaci�n en los pa�ses que estudian.

Nicholas parte de la cr�tica a la teor�a del capital humano: la alfabetizaci�n de la poblaci�n como una inversi�n en la formaci�n de mano de obra para la industria, este autor asegura que en Breta�a al momento de su industrializaci�n, no se debe de tomar a la alfabetizaci�n de la mano de obra como una inversi�n, tal y como lo planteaba Adam Smith en "La Riqueza de las Naciones", qui�n comparaba a "un hombre educado con una m�quina de alto costo que reintegra su costo inicial",[MCT 465] pero los resultados de la investigaci�n hist�rica hacen suponer a Nicholas que la educaci�n m�s bien fue un bien de consumo, en t�rminos econ�micos una "sociedad desarrollada, puede tener 'mucha educaci�n' o del mismo modo puede tener 'poca educaci�n', [concluye afirmando que] m�s educaci�n formal no siempre es mejor", refiri�ndose a que no s�lo la cantidad de educaci�n es importante sino tambi�n la calidad". A�ade que no se debe de olvidar que la educaci�n es s�lo un factor en la creaci�n de la fuerza de trabajo, puesto que "aparentemente la capacitaci�n en el trabajo y 'aprender haciendo' son m�todos alternativos para la adquisici�n de habilidades por los trabajadores". [MCT 466]

Nicholas analiza la informaci�n cuantitativa existente acerca de la alfabetizaci�n en Gran Breta�a: el perfil de la alfabetizaci�n, los patrones regionales de alfabetizaci�n, la alfabetizaci�n y la movilidad regional, los inmigrantes irlandeses y los niveles de alfabetizaci�n en Inglaterra, alfabetizaci�n y habilidades. [MCT 467]

Acerca del rol de la educaci�n en la construcci�n econ�mica de la Naci�n se presentan materiales sobre Finlandia (Timo Myllyntaus), Hungr�a (Ivand Berend), India (Priyatosh Maitra) y Suecia (Anders Nilsson y Lars Pettersson). [MCT 468]

Myllyntaus analiza la forma como Finlandia se transform� de una sociedad campesina tradicional en una econom�a moderna e industrializada, a trav�s de la implantaci�n, a partir de la segunda mitad del siglo XIX de un sistema educativo que contemplaba la alfabetizaci�n/, la educaci�n primaria, la educaci�n secundaria y la educaci�n superior. Para concluir, este autor, afirma que la alfabetizaci�n es una "condici�n necesaria para una industrializaci�n exitosa", pero a�ade que "por s� sola no es condici�n suficiente", para que se d� el crecimiento econ�mico es necesaria la existencia de un contexto cultural y socio-pol�tico significativos, suficientes en cantidad y calidad para que propicien el surgimiento de una sociedad industrial moderna. [MCT 469]

Berend describe c�mo durante los siglos XIX y XX se forj� en Hungr�a un sistema educativo en todos sus niveles con el que el pa�s fue integrando los elementos de la modernidad e industrializaci�n alcanzada en la segunda mitad del siglo XX.

En el tema de la educaci�n t�cnica se abordan los siguientes pa�ses: Gran Breta�a e Inglaterra [MCT 470] (Derek H. Aldcroft y Michael Sanderson) estos dos autores analizan el proceso educativo de esas regiones durante el siglo XX con mayor �nfasis en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial (1945 hasta la d�cada de 1980) y concluyen que gran parte de los problemas econ�micos que sufrieron la Gran Breta�a e Inglaterra durante este periodo se deben, entre otras, a las deficiencias en el sistema educativo y, sobre todo, en la educaci�n t�cnica, que llev� al pa�s al atraso tecnol�gico. [MCT 471] Los otros pa�ses de los que se habla de la educaci�n t�cnica en relaci�n con la econom�a son: Polonia (J�zef Orczyk) y Rusia/URSS (Harley Blazer). [MCT 472]

Finalmente el tema acerca de la oferta y la demanda educativa en los sectores estatal y privado se tratan los casos de Buenos Aires, Argentina, Francia y Corea. [MCT 473]

2. La relaci�n entre educaci�n y econom�a

2.1. Educaci�n y proceso econ�mico.

Los textos citados anteriormente nos permiten observar la posible relaci�n entre la educaci�n y la econom�a, fen�meno que al parecer, tom� mayor importancia a partir de la Revoluci�n Industrial, la econom�a de mercado y el triunfo del liberalismo como ideolog�a predominante en el llamado mundo occidental, estos procesos generaron una aparente necesidad de poblaci�n abierta a aceptar m�s r�pidamente los cambios tecnol�gicos, las transformaciones en las relaciones de producci�n y en la cultura que en las sociedades anteriores al siglo XVIII.

Por ejemplo: el proceso de alfabetizaci�n se llev� en Espa�a casi un siglo, a decir de Clara Eugenia N��ez, de tal forma, que se logr� pasar del umbral a la alfabetizaci�n universal de 1860 a 1930, pero, todav�a, en el a�o de 1901 el sistema educativo espa�ol distaba mucho de tener las caracter�sticas estructurales que le permitieran abarcar a la mayor�a de la poblaci�n. No exist�a un organismo del Estado que se encargara de ella, de tal manera que "la gravedad del problema escolar variaba entre unas regiones y otras debido [...] a la distinta capacidad de financiaci�n de los municipios locales", la soluci�n consisti� en la creaci�n del Ministerio de Instrucci�n P�blica y Bellas Artes en 1901 que tendr�a asignados fondos generales del Estado para su distribuci�n a las distintas regiones y provincias del pa�s. [MCT 474] Curiosamente en la creaci�n de la Secretar�a de Educaci�n P�blica mexicana en 1921 se argument� una situaci�n similar.

Las investigaciones de N��ez para Espa�a, la llevaron a encontrar la existencia de una fuerte regionalizaci�n en las tasas de alfabetizaci�n, que coincid�an con los procesos de desarrollo econ�mico de las provincias y regiones de ese pa�s. En primer lugar las pautas de alfabetizaci�n entre la poblaci�n rural y urbana se encuentran a favor de la segunda gracias a la mayor concentraci�n "en los n�cleos urbanos" de actividades que requieren de comunicaciones escritas, como el "comercio o la administraci�n". [MCT 475]

Dentro de ello, se dan una serie de "pautas regionales y provinciales", puesto que la transici�n hacia la alfabetizaci�n universal no "fue uniforme en toda la pen�nsula",[MCT 476] la "submeseta" norte se alfabetiz� m�s r�pido que la sur y, en apariencia, esos niveles de alfabetizaci�n diferenciada poseen una fuerte relaci�n con la actividad econ�mica. En la submeseta norte se encuentran las regiones m�s industrializadas de Espa�a como Vizcaya y Barcelona; algunas que se hab�an distinguido como centros comerciales: C�diz, la propia Barcelona, Madrid y Santander. "La relaci�n entre atraso econ�mico y analfabetismo parece a�n m�s evidente, como pone de manifiesto la escas�sima alfabetizaci�n del sureste peninsular". [MCT 477]

N��ez encontr� que esta relaci�n se dio en otros pa�ses europeos como Italia en donde el norte "m�s adelantado econ�micamente, con una industria y agricultura", ten�a a la mayor�a de su poblaci�n alfabetizada, mientras que en el sur el atraso econ�mico era ancestral y "lo era tambi�n por su baja alfabetizaci�n". [MCT 478]

A la par con la regionalizaci�n de la alfabetizaci�n y su relaci�n con el desarrollo econ�mico N��ez encontr� que se deben de estudiar las diferencias existentes entre la alfabetizaci�n masculina y la femenina. La masculina se ajust� a pautas m�s regionales que la femenina, "aparentemente los hombres sab�an leer y escribir en mayor n�mero en aquellas zonas que hab�an experimentado una cierta prosperidad econ�mica", como en Castilla la Vieja o el puerto de Santander. Y en las regiones en donde se estaba efectuando el proceso de industrializaci�n (Catalu�a y el Pa�s Vasco) "la difusi�n de la alfabetizaci�n entre la poblaci�n masculina fue m�s r�pida". [MCT 479]

La menor alfabetizaci�n de la mujer pudo generar en Espa�a un conflicto entre dos sistemas culturales distintos, "el tradicional" que descansaba en una poblaci�n mayoritariamente analfabeta y "anclada en un pasado est�tico": la femenina". En el otro extremo estaba el "moderno" representado por una poblaci�n masculina que ten�a mayores facilidades de acceso a la alfabetizaci�n. Este conflicto aparentemente se reflej� en el proceso de desarrollo econ�mico. [MCT 480]

Jorge Padua analiz� los resultados de la educaci�n en Am�rica latina desde otro punto de vista. [MCT 481] Este autor tom� el analfabetismo en esa regi�n del Continente como piedra angular de su estudio, poniendo en el tablero de la discusi�n la existencia de otros factores que est�n presentes en los procesos de alfabetizaci�n de la poblaci�n, as� como el impacto que ello tiene en la econom�a. Dichos factores corresponden a la estructura socio-econ�mica, los elementos culturales y los sistemas de producci�n imperantes en un pa�s o regi�n.

El estudio de Padua va de lo general a lo particular: inicia con un "diagn�stico general" del �rea (Latinoam�rica) que le permite observar tendencias y establecer modelos de comportamiento en cuanto a la escolarizaci�n, el alfabetismo, el analfabetismo y la diferenciaci�n por sexo de estos dos �ltimos rubros. Para tomar despu�s tres casos y compararlos entre ellos: Argentina, Per� y M�xico.

De manera tal, que pone de manifiesto que los procesos de escolarizaci�n y alfabetizaci�n en Am�rica latina han estado directamente relacionados con fen�menos demogr�ficos, econ�micos, sociales y culturales. En tanto la distinci�n social, es importante resaltar las diferentes oportunidades de acceso al sistema escolarizado que se tienen dependiendo de la clase social a la que se pertenezca, as�:

Varios pa�ses han mantenido sus tasas [de escolarizaci�n] relativamente estacionarias, particularmente Nicaragua, Hait�, Honduras, Guatemala, Bolivia y El Salvador. Es decir, la situaci�n educacional en cuanto a la penetraci�n al sistema parece no haber cambiado sustantivamente para las distintas generaciones lo que hace pensar que la escolarizaci�n es fuertemente dependiente de la estructura de clases, de factores ecol�gicos y de la producci�n. En otros t�rminos, perecer�a que la asistencia a la escuela es un fen�meno de las clases altas y medias altas urbanas. [MCT 482]

Aunado a la pertenencia a la clase social est� la distribuci�n espacial de la poblaci�n y la distinci�n �tnica, elemento este �ltimo que no ha estado presente en los estudios sobre el analfabetismo en Europa, pero en Latinoam�rica es de suma importancia tomarlo en cuenta como una limitante para tener acceso al sistema educativo, por lo que, la poblaci�n urbana se ve m�s beneficiada que la rural, no obstante, es importante a�adir que en las ciudades tambi�n existen sectores sociales marginados de todo acceso a la educaci�n:

De los actores sociales, son quiz� las clases medias urbanas y las clases altas tradicionales las que ejercen mayor presi�n sobre el sistema educacional. Las primeras [...] por su influencia como grupo de presi�n por su predominio entre los que manejan el sistema (maestros, planificadores, funcionarios); las segundas por la gran resistencia abierta o solapada, consciente o inconsciente, organizada o espont�nea, contra las tendencias e innovaciones. [MCT 483]

En tanto las clases campesinas y los distintos grupos �tnicos no pueden ejercer presi�n sobre las autoridades pol�ticas y educativas, por lo que, "la oferta educacional cuando existe es m�nima y de muy baja calidad. De ah� su marginaci�n y las altas tasas de analfabetismo". [MCT 484]

El tercer factor que incide sobre la alfabetizaci�n y la escolarizaci�n en Am�rica latina son los sistemas de producci�n altamente desiguales en esta regi�n. Latinoam�rica conoce las grandes urbes con una infraestructura de servicios, comercial e industrial impresionante, con sus grandes contrastes en la distribuci�n de la riqueza en donde se impone la necesidad de contar con elementos educativos en todos los niveles, desde el primario hasta el superior.

En contra parte, el campo latinoamericano, en gran medida, est� sumergido en una agricultura de subsistencia, que no requiere de grandes conocimientos, ni t�cnicas innovadoras por lo que, la demanda educacional disminuye. Padua encontr� que en la Argentina:

Las zonas de alta alfabetizaci�n, correspondientes a Buenos Aires, Capital Federal, C�rdoba, Santa Fe, Santa Cruz y Tierra del Fuego, representan tanto a la zona rica en tierras h�medas de la pampa central-este, trigueras y ganaderas de alto rendimiento y de alta concentraci�n industrial, cuando al extremo sur, de escasa poblaci�n, con distribuci�n de la tierra predominantemente en latifundios, con n�cleos proporcionalmente importantes de poblaci�n de origen alem�n e ingl�s, y mano de obra migrante temporaria de origen chileno: en este sector, no s�lo la poblaci�n ind�gena est� m�s aislada, sino adem�s en un proceso de franca extinci�n (el analfabetismo es m�s alto). [MCT 485]

Esto significa que puede existir alguna relaci�n entre econom�a y educaci�n, puesto que los sistemas educativos evolucionan a la par del desarrollo econ�mico alcanzado por un pa�s o regi�n, en este caso la educaci�n ser�a un "efecto de la econom�a", as� esto explicar�a porque las naciones pobres no pueden salir de su condici�n s�lo con un r�pido e intenso desarrollo de sus sistemas educativos. [MCT 486] Latap� encontr� una correspondencia entre el Producto Nacional Bruto (PNB) y el gasto en educaci�n: los "pa�ses m�s ricos gastan una mayor proporci�n de su PNB en educaci�n que pa�ses menos ricos", en 1966 los Estados Unidos gastaban el 10% de su PNB contra el 3% o menos que dedicaban los latinoamericanos. [MCT 487]

En el mismo sentido, la educaci�n condicionar�a a la econom�a, existen m�ltiples factores de la educaci�n que inciden sobre la econom�a, por lo menos, en tres de los elementos de la producci�n: capital, trabajo y tecnolog�a. El capital no es un bien que se genere por s� mismo, para ser producido necesita de la acci�n del hombre. La fuerza de trabajo entre mejor calificada y especializada est�, su actuaci�n en el mercado de trabajo ser� m�s provechosa, las econom�as modernas necesitan echar mano de una fuerza de trabajo "diversificada y diferenciada por sectores y ramas econ�micas", as� vemos transformarse a los oficios, ocupaciones y profesiones, del mismo modo que vemos desaparecer a los que no se pueden adaptar a los cambios que imponen los procesos de innovaci�n cient�fica y tecnol�gica. [MCT 488]

La tecnolog�a: el progreso tecnol�gico se sirve desde el siglo XIX en gran medida de los avances y descubrimientos en la investigaci�n cient�fica y en la ense�anza superior. [MCT 489] De tal forma que los tres factores (capital, trabajo y tecnolog�a) dependen en un alto grado de una poblaci�n con distintos grados educativos que van desde la instrucci�n elemental hasta la educaci�n superior.

Analizar la relaci�n existente entre educaci�n y econom�a conlleva algunas dificultades, hasta ahora podemos estar de acuerdo en que son dos variables que est�n intensamente relacionadas en los procesos sociales, pero dilucidar "cual es dependiente y cual independiente" es el problema que esta en el fondo de la discusi�n. Esto se debe, como vimos en los planteamientos de Latap�, a que la educaci�n es un factor ambivalente, es decir, que es un "bien de inversi�n y un bien de consumo" a un mismo tiempo:

Como bien de inversi�n, la educaci�n se convierte en una variable independiente, o explicativa, en el proceso de modernizaci�n econ�mica. No cabr�a distinguirla, en este caso, de las inversiones en capital f�sico porque se pretende mejorar la calidad productiva del ser humano, y no, por ejemplo, la de una finca agr�cola. Como bien de consumo, sin embargo, la educaci�n es funci�n, entre otros del nivel de desarrollo alcanzado. En t�rminos generales, cuanto mayor sea el nivel de renta de una determinada sociedad, mayor ser� su consumo en educaci�n. [MCT 490]

Para Clara E. N��ez la educaci�n es claramente una variable independiente, puesto que en las sociedades en donde existe una menor alfabetizaci�n de la poblaci�n es "menor el componente de consumo que el de inversi�n", por lo que, la educaci�n como tal se comporta en mayor medida como una "variable independiente" que como una variable dependiente y, por consiguiente, en una variable "explicativa". [MCT 491]

Esta historiadora piensa que la educaci�n permite mejorar las habilidades y capacidades productivas del ser humano y, por ende, su repercusi�n en los sectores productivos y de servicios se dejar�n sentir ampliamente.

Es de todos nosotros conocida la destrucci�n de centros urbanos, plantas industriales, infraestructura de comunicaciones y transportes, as� como, las incalculables p�rdidas humanas causadas por la acci�n devastadora de los distintos ej�rcitos, durante la Segunda Guerra Mundial, a grado tal, que la recuperaci�n tan acelerada no se puede explicar �nicamente por las inyecciones de capital del Plan Marshall norteamericano, sino que, a decir de Gabriel Tortella, en gran parte se debi� gracias al excedente de poblaci�n alfabetizada con que se contaba[MCT 492] -habr�a que preguntarse si para el Jap�n se una situaci�n similar.

A esa acumulaci�n de poblaci�n alfabetizada se le ha denominado capital humano: capital porque es un recurso sobre el cual se invierte para generar mejores satisfactores a futuro y humano porque precisamente son los seres humanos quien reciben la educaci�n, as� esta �ltima, se convierte en la "forma m�s frecuente de inversi�n en capital humano".[MCT 493]

En apariencia, entonces, la educaci�n y la alfabetizaci�n, es decir, la formaci�n de capital humano facilitan la adopci�n de "avances tecnol�gicos en la agricultura y en la industria", as� como la modernizaci�n de los "sectores comercial y financiero" de una sociedad. [MCT 494] La necesidad que tienen los sectores productivos y de servicios de mano de obra educada es generada por el "incremento de las bases cient�ficas para realizar los avances tecnol�gicos" a partir del siglo XIX. Recordemos que las innovaciones tecnol�gicas en las primeras fases de la Revoluci�n Industrial se realizaron sobre la marcha, esto es, sin m�s conocimiento que el que daba la observaci�n y la pr�ctica cotidiana en el uso de la maquinaria.[MCT 495]

No obstante lo anterior, no se debe de ver a la habilidad de leer y escribir de la fuerza de trabajo como un elemento "m�gico" que inicie el desarrollo econ�mico en cualquier sociedad, est� claro que la "alfabetizaci�n es una condici�n necesaria para la industrializaci�n, pero no es la �nica", se deben de conjuntar con ella una serie de elementos sociales, pol�ticos y culturales que propicien el tan ansiado desarrollo econ�mico. [MCT 496] Hasta ahora, parecen confundirse dos procesos sobre los que la educaci�n repercute favorablemente, ellos son: el desarrollo econ�mico y la Revoluci�n Industrial.

En cuanto al primer elemento: la generaci�n del desarrollo econ�mico, se supone que la alfabetizaci�n de la poblaci�n permite generar los cambios estructurales necesarios para que el crecimiento econ�mico acelerado pueda convertirse en desarrollo, al incidir en la aceptaci�n y adopci�n de innovaciones t�cnicas, de nuevas formas de organizaci�n del trabajo y facilitar la formaci�n de sistemas bancarios y financieros modernos. Durante el siglo diecinueve la poblaci�n analfabeta europea era m�s renuente a utilizar documentos fiduciarios como el "papel moneda, los dep�sitos bancarios, o las letras de cambio", del mismo modo que, la poblaci�n alfabetizada mostraba "mayores habilidades empresariales, comerciales, de mercadotecnia y mayor adaptabilidad a la movilidad geogr�fica y social". [MCT 497]

En tanto, la Revoluci�n Industrial depende de la cantidad y calidad de la fuerza de trabajo, que, adem�s, est� aglutinada en �reas espec�ficas a trav�s de los procesos de urbanizaci�n; de la calidad educativa depender�n las habilidades que la mano de obra tenga para desarrollar distintos trabajos. [MCT 498] Los viejos oficios desaparecieron paulatinamente para dar paso a la formaci�n de "un proletariado diferenciado", conocedor de nuevos oficios y nuevas profesiones como la ingenier�a, incluso se form� una "elite de trabajadores alfabetizados: capataces, oficiales y mec�nicos", surgi�, tambi�n, un sector de operarios "subalfabetizados" para el manejo de algunos equipos e, incluso, hubo algunas ocupaciones para las que no fue "esencial la alfabetizaci�n". [MCT 499]

Las evidencias hist�ricas muestran la posible existencia de una correlaci�n entre econom�a y educaci�n, es decir, que son dos procesos -el econ�mico y el educativo- dependientes el uno del otro y se ha llegado a pensar que la variable independiente podr�a ser la educaci�n, por lo que cabr�a esperar que una alfabetizaci�n alta de la poblaci�n ser�a un elemento causal de un crecimiento econ�mico fuerte o, incluso, motivar el desarrollo econ�mico. Pero la educaci�n es un factor fundamental para la econom�a, mas no el �nico.

La teor�a indica que la educaci�n propicia un entorno cultural favorable a la adopci�n de la tecnolog�a y los cambios en los sistemas productivos favoreciendo el crecimiento econ�mico, es decir, que "la ignorancia o el atraso educativo de la poblaci�n es un poderoso obst�culo al desarrollo econ�mico de un determinado pa�s al dificultar su especializaci�n". [MCT 500] Por lo que, algunos estudiosos de la econom�a han empezado a considerar no s�lo al capital f�sico, sino tambi�n al capital humano como un elemento que contribuye al crecimiento econ�mico. Educar a la poblaci�n supone mejorar sus habilidades y capacidades de trabajo, por lo tanto supone tambi�n una mejora en la productividad individual y colectiva.

Para Clara Eugenia N��ez la educaci�n:

...contribuye no s�lo a mejorar el grado de especializaci�n de la mano de obra y, por tanto, su productividad, sino tambi�n a hacerla m�s receptiva a las necesidades de una econom�a en continua evoluci�n y m�s proclive a desarrollar y adoptar las ideas, t�cnicas y productos que contribuyen a la modernizaci�n econ�mica. [MCT 501]

De acuerdo con esas teor�as, para N��ez, existen tres formas de analizar la relaci�n entre educaci�n y crecimiento econ�mico, a saber:

a. Tasa de alfabetizaci�n
b. Relaci�n entre alfabetizaci�n y renta
c. Diferencial sexual de la alfabetizaci�n

Esta autora afirma que la tasa de alfabetizaci�n es un indicador adecuado del nivel educativo de la poblaci�n porque es el producto mismo del proceso educativo y es, tambi�n, un indicador de la formaci�n del capital humano. [MCT 502]

La relaci�n entre la alfabetizaci�n y la renta representan la interacci�n que se efect�a entre el "stock educativo y nivel de desarrollo", y el diferencial sexual de la alfabetizaci�n "permite concluir que una distribuci�n equilibrada del stock educativo en ambos sexos es clave para el proceso de desarrollo econ�mico". [MCT 503] Puesto que la alfabetizaci�n de la mujer mejora la calidad de la familia al tener un impacto en "las tasas de fertilidad, mortalidad infantil e incluso sobre la escolarizaci�n de los ni�os y su nivel de rendimiento en la escuela". [MCT 504]

Kaser [MCT 505] realiz� series temporales, con informaci�n a partir de 1850, entre el Producto Nacional Bruto (PNB, tambi�n conocido como PIB) y cinco indicadores educativos: Tasas de escolarizaci�n; relaci�n entre estudiantes de primaria, secundaria y educaci�n superior. Relaci�n alumno / profesor; gasto total por alumno en los tres niveles educativos (primario, secundario y superior), y sueldo de los profesores como porcentaje del PNB per capita, para algunos pa�ses industrializados. [MCT 506] Kaser tom� en cuenta el desfase temporal entre la edad escolar y la "edad modal de entrada en la fuerza laboral" y lleg� a la conclusi�n de que a "niveles similares de PNB, per capita, cuanto mayor sea el n�mero de ni�os actualmente en la escuela, mayor ser� la tasa de crecimiento del PNB durante el decenio siguiente". [MCT 507]

El desfase temporal permite obtener un coeficiente de determinaci�n seguro al correlacionar alfabetizaci�n y renta. El "mejor ajuste" fue el encontrado por N��ez "con un desfase de 35 a�os [...] aproximadamente" equivalente "a la vida activa de un trabajador adulto". [MCT 508] Por ello es que los pa�ses subdesarrollados que han tenido crecimiento econ�mico se han visto "presionados a mejorar sus niveles de educaci�n" buscando erradicar el analfabetismo lo m�s pronto posible.

La distribuci�n regional y el diferencial sexual de la tasa de alfabetizaci�n permiten obtener un grado de representatividad mayor de los impactos de la alfabetizaci�n en la econom�a, as� por ejemplo: en la Espa�a del siglo XIX "la sustituci�n del modelo familiar tradicional al moderno pudo verse entorpecida por el bajo nivel de alfabetizaci�n de la mujer". [MCT 509] Desde este punto de vista, la "alfabetizaci�n de la mujer" tiene impacto en el desarrollo econ�mico al mejorar la calidad de la poblaci�n, reduce el tama�o de la familia y ampl�a los niveles de salud e higiene en el hogar. [MCT 510]

N��ez pudo apreciar una fuerte "consistencia" en los resultados que obtuvo al "correlacionar renta y alfabetizaci�n" cuando tom� en cuenta el diferencial sexual que afecta a la segunda variable y con la aplicaci�n del desfase temporal que oscila entre los 15 y 35 a�os para que una "determinada acumulaci�n de capital humano tenga efectos sobre la econom�a del pa�s en cuesti�n". [MCT 511]

3. Educaci�n y econom�a en la historia mexicana.

Como hemos visto a lo largo del presente ensayo los objetivos de la educaci�n han variado en el transcurso del tiempo, durante la �poca medieval la tarea de educar se centraba en la ense�anza del culto religioso y la catequizaci�n de la poblaci�n, b�sicamente se dirig�a a los hijos de la nobleza y de los gobernantes. Por lo que, no se ve�a una relaci�n directa entre educaci�n y econom�a, la alfabetizaci�n de la poblaci�n era restringida, hasta principios del siglo XVIII, pocas sociedades pod�an presumir de tener m�s del 30% de su poblaci�n alfabetizada, ello no era necesario a los ojos de los gobernantes de los distintos imperios y reinos. En algunos casos los ni�os y j�venes eran enviados a los talleres de oficios como aprendices, se firmaba un contrato en el que se especificaban las condiciones de trabajo y pago del ni�o o joven, adem�s, de recibir instrucci�n en el oficio hasta alcanzar el rango de oficial y, en ocasiones, tambi�n se le ense�aba a leer y escribir. [MCT 512]

No obstante, en la Europa occidental los sistemas educativos se empezaron a desarrollar desde el siglo XVI, "aproximadamente entre 1550 y 1650 se hab�a producido en Inglaterra, incluso antes de la Revoluci�n Industrial, una aut�ntica revoluci�n educativa, alrededor de 1660 cerca de la mitad de los j�venes de ese pa�s sab�an leer y escribir". [MCT 513]

A partir de entonces, los reyes y soberanos impulsaron la creaci�n de sistemas educativos, encontramos que a lo largo del siglo XVIII: Francia, Austria, Suecia, la Rusia Zarista y, como se vio, Inglaterra fueron los pa�ses que m�s fuertemente impulsaron la creaci�n de sistemas educativos. En los reci�n independizados Estados Unidos de Norteam�rica (1776) sus pol�ticos m�s prominentes como Jefferson y Lincoln estimaban necesaria la educaci�n de la poblaci�n.

Para el siglo XIX, la corriente se extendi� hacia los pa�ses de Europa del este, a las nuevas rep�blicas latinoamericanas y hasta el Jap�n, pero la situaci�n era muy distinta durante este siglo, mientras que, para los nuevos pa�ses de Am�rica y los europeos orientales la cuesti�n era iniciar los sistemas educativos, tratar de abatir los altos niveles de analfabetismo y lograr poner los sistemas educativos al servicio de la econom�a; las potencias de Europa occidental y los Estados Unidos trabajaban en el fomento de la ciencia y la tecnolog�a a trav�s de sus sistemas de educaci�n superior.

Como se mencion� l�neas atr�s en M�xico casi no existen investigaciones hist�ricas que relacionen a la educaci�n con la econom�a, podemos citar a Jorge Padua, Mary Kay Vaughan, Mar�a de los Angeles Rodr�guez y Dorothy Tank. [MCT 514]Desde la teor�a econ�mica Ignacio Llamas desarroll� una investigaci�n en la que evalu� la relaci�n entre la educaci�n y el mercado de trabajo en M�xico. [MCT 515]

Padua propone seis l�neas de investigaci�n alrededor del problema educaci�n-industrializaci�n-cambio tecnol�gico:

1. Los incrementos en la producci�n y en la productividad est�n estrechamente asociados a la din�mica de la tecnolog�a y de los cambios tecnol�gicos que ocurren en el interior del aparato productivo.

2. Las estrategias de maximizaci�n de rendimientos y eficiencia generalizada en la explotaci�n de recursos y en la organizaci�n del trabajo, requieren del uso efectivo de habilidades t�cnicas a todos los niveles del sistema de producci�n.

3. Las fases de desarrollo asociadas al crecimiento y al fortalecimiento de actividades productivas a gran escala, requieren tanto de reacomodamientos en la estructura de la econom�a, como de una fuerza de trabajo con calificaciones y habilidades t�cnicas especificas.

4. La educaci�n formal e informal es un agente clave e imposible de evadir en el logro de los procesos de transformaci�n.

5. Las estrategias de industrializaci�n, ya sea en sectores intensivos en mano de obra, intensivos en capital, o intensivos en tecnolog�a y mano de obra con altos grados de calificaci�n, requieren de estrategias educativas distintas, en un plano general y no simplemente a niveles de diversificaci�n de la oferta.

6. La din�mica global de estos procesos requiere de marcos institucionales que haga de la utilizaci�n de estas nuevas estrategias algo con sentido y beneficio tangibles a los principales agentes involucrados en el proceso global de transformaci�n." [MCT 516]

Estas propuestas se constituyeron en la gu�a de investigaci�n de Padua, que lo llevaron a iniciar con una visi�n general del proceso educativo mexicano para despu�s tomar el caso particular de Las Truchas.

El texto inicia con un el planteamiento acerca de la educaci�n y desarrollo, las teor�as del desarrollo y el papel de la educaci�n en el progreso, para desembocar en el sistema educacional mexicano. Despu�s da la ubicaci�n geogr�fica de la zona conurbada de la desembocadura del R�o Balsas: el desarrollo industrial, la estructura y din�mica de la poblaci�n, el sistema de educaci�n formal y la micro regi�n de L�zaro C�rdenas.

Por su parte, Mary Kay Vaughan hizo una investigaci�n para el caso poblano durante el porfiriato, tratando de relacionar el crecimiento econ�mico con la alfabetizaci�n[MCT 517].Vaughan encontr� un estancamiento en la alfabetizaci�n masculina de ese estado entre 1895 y 1910, pas� del 17 al 22%, fen�meno para el que encuentra explicaci�n por los "bajos niveles de demanda de mano de obra alfabetizada en la agricultura y la industria", [MCT 518] postura que se acentu� por un "estancamiento en la producci�n de granos y textiles, despu�s de 1900, con la pobreza de las villas agrarias. Estos factores fortalecieron la resistencia socio-cultural a la adquisici�n de la alfabetizaci�n". [MCT 519] Otro fen�meno que percibi�, esta autora, fue una alfabetizaci�n femenina mayor que la masculina en gran parte del estado, debido, a la apertura de escuelas para mujeres, a la penetraci�n mercantil y a cambios culturales en la percepci�n del papel de la mujer en la familia y la sociedad. [MCT 520]

Para encontrar la relaci�n entre alfabetizaci�n, escolarizaci�n y crecimiento econ�mico entre 1895 y 1910 dividi� al estado en cuatro regiones que "reflejan su geograf�a, comercio y producci�n utilizando los censos nacionales de 1895, 1900 y 1910. De los cuales tom� la informaci�n sobre alfabetizaci�n y escolaridad (inscripci�n, escuelas y gasto), as� como los indicadores econ�micos (propiedad, poblaci�n econ�micamente activa en agricultura, porcentaje de enganchados como peones acacillados, crecimiento poblacional, inmigraci�n e ingresos municipales. [MCT 521]

Estas cuatro regiones son: El Corredor Central; la Regi�n de las Haciendas; la Frontera Norte y la Frontera Sur. El Corredor Central de Puebla [MCT 522] fue la regi�n que tuvo m�s penetraci�n comercial, no obstante, experimento una "declinaci�n en la escolarizaci�n y alfabetizaci�n masculina" que se emparenta con "la ca�da de la producci�n textil", un proceso inflacionario y "el empobrecimiento de las comunidades agrarias", mientras la alfabetizaci�n masculina descendi�, la femenina aument� entre 1895 y 1910. La relaci�n entre econom�a y educaci�n se acent�a en esta regi�n, por ejemplo, Huejotzingo era el distrito de la Regi�n Central m�s alfabetizado, tambi�n, era uno de los m�s ricos gracias a su alta producci�n en haciendas graneleras, pulqueras y en la industria textil. En el periodo de 1895 a 1900, la alfabetizaci�n se increment�, pero de 1900 a 1910 la tendencia se revirti�, debido al empobrecimiento de los peque�os agricultores, el estancamiento en la industria textil y la inmigraci�n de poblaci�n analfabeta, abatiendo las tasas de alfabetizaci�n y escolarizaci�n. [MCT 523]

En la Regi�n de Central de las Haciendas [MCT 524] se dio una "lenta declinaci�n de la alfabetizaci�n", que fue m�s grave entre la poblaci�n femenina, al mismo tiempo, la regi�n se caracteriz� por su "alta pobreza" y estancamiento productivo. Por ejemplo, la escolaridad bajo y la pobreza gener� "desurbanizaci�n, fractura de la estructura ocupacional, decrecimiento poblacional y ca�da de los salarios agr�colas", as� la poblaci�n con mayor escolarizaci�n emigr� hacia otras regiones del estado. [MCT 525]

En las Fronteras Norte y Sur, al contrario de lo sucedido en las regiones centrales, se experiment� un incremento "sustancial" de la alfabetizaci�n, tanto masculina, como femenina, incremento para el que Vaughan encontr� correlaci�n con el crecimiento econ�mico de las regiones, pero, al relacionar la alfabetizaci�n con la "diversificaci�n ocupacional" encontr� un "impacto negativo" en los enclaves industriales, puesto que permitieron la inmigraci�n de poblaci�n analfabeta y el empobrecimiento de los pueblos que opon�an una resistencia cultural a la alfabetizaci�n. [MCT 526]

Los ingenios azucareros en los distritos de Acatl�n, Chiautla, Tehuac�n y Matamoros (productores de ca�a y ron) necesitaban de grandes cantidades de fuerza de trabajo y motivaban el incremento de la alfabetizaci�n a trav�s de urbanizaci�n, comercializaci�n y diversificaci�n ocupacional. En Acatl�n el ingenio no hab�a "modernizado sus procesos industriales", por lo que las tasas de alfabetizaci�n se mantuvieron estables en ese distrito. [MCT 527]

Vaughan concluye que en el estado de Puebla la alfabetizaci�n de 1895 es un buen indicador del ingreso de 1910. Pero no es un buen indicador del crecimiento de la propiedad, la poblaci�n, la inmigraci�n, la ca�da de la producci�n agr�cola y la disminuci�n de los trabajadores agr�colas.

Entre 1895 y 1910, el corredor central y los distritos de haciendas, las regiones m�s alfabetizadas en 1895, sufrieron un retraso econ�mico. Mientras que en las regiones fronterizas, con poca alfabetizaci�n en 1895, su crecimiento fue acompa�ado por un ascenso de la alfabetizaci�n en funci�n de la escolaridad, inmigraci�n de poblaci�n alfabeta y la diversificaci�n de las ocupaciones. [MCT 528]

Finaliza argumentando que el caso de Puebla "puede servir para ilustrar" ciertas teor�as acerca de las dificultades de industrializarse en pa�ses con baja alfabetizaci�n: "la dependencia tecnol�gica en la modernizaci�n de los enclaves industriales, as� como las limitaciones impuestas por el desarrollo de un mercado nacional vulnerable" a los vaivenes externos "y el estado de la agricultura impidieron sustancialmente el crecimiento econ�mico de M�xico".[MCT 529] La baja alfabetizaci�n se debi� a un mezcla de "condiciones sociales, pol�ticas, culturales e institucionales". [MCT 530]

En el estudio m�s reciente de Dorothy Tank de Estrada[MCT 531] analiza el establecimiento de escuelas, el gasto y la educaci�n en los "pueblos de indios" durante la el periodo 1750-1821, es interesante observar como la fuente utilizada llev�, a esta autora, hacia un estudio sobre el financiamiento de las escuelas y de la educaci�n por los propios pueblos, a trav�s de la "caja de comunidad", "sus libros de cuentas, reglamentos de bienes de comunidad, recibos y encuestas".

Tank muestra como las "cajas de comunidad", que era el espacio en donde se guardaban los excedentes de pueblo para beneficio com�n sirvieron para el establecimiento de escuelas y el pago de los salarios de los mentores de las mismas, en aproximadamente 4,000 pueblos de la Nueva Espa�a, el estudio es interesante, puesto que explora una veta, muy poco desarrollada en la historia de la educaci�n, que es precisamente el financiamiento educativo, puesto que generalmente se ha dado como un hecho que dicho financiamiento s�lo ha reca�do en el Estado.

La educaci�n para el trabajo en el siglo XIX mexicano fue la preocupaci�n que gui� a Mar�a Estela Eguiarte Sakar [MCT 532] al estudiar la instrucci�n t�cnica en ese siglo, en su estudio Eguiarte muestra la relaci�n que pudo existir entre educaci�n y necesidades econ�micas, se centra en la ciudad de M�xico y presenta informaci�n cualitativa y cuantitativa de oficios en esta ciudad, su n�mero, sus distintas modalidades y sus caracter�sticas, as� permite descubrir porque las antiguas escuelas de artes y oficios (pioneras de la ense�anza t�cnica en M�xico) tomaron ese nombre, de tal forma, que nos acerca a la relaci�n que se pudo dar entre educaci�n y mercado de trabajo, las escuelas de artes y oficios parecen ser una respuesta a las necesidades de mano de obra para el trabajo manufacturero. El ideal decimon�nico en esta materia fue "preparar al artesano en el trabajo manufacturero". [MCT 533]

Eguiarte no muestra que aun antes de la creaci�n de las escuelas t�cnicas, ya se planteaba la necesidad de establecer escuelas que desarrollaran "las habilidades manuales" de los individuos para el trabajo industrial. Es interesante observar como tanto los pensadores calificados por la historiograf�a tradicional como liberales, como los denominados conservadores, conflu�an en la idea de que la modernidad "pensada como un mejor desarrollo del trabajo y de la obtenci�n de manufacturas de m�s alta calidad, hizo de la educaci�n artesanal uno de los intentos centrales de los proyectos educativos y del fomento de las artes e industrias durante el siglo XIX". [MCT 534]

[Mar�a de los �ngeles Rodr�guez] ha planteado la relaci�n entre econom�a, urbanizaci�n y educaci�n t�cnica, en sus estudios sobre el Instituto Polit�cnico Nacional (IPN), la Escuela Superior de Comercio y Administraci�n (ESCA), y el Sistema de Institutos Tecnol�gicos en M�xico.[MCT 535] En estos trabajos M. A. Rodr�guez mostr� c�mo la evoluci�n de la econom�a en la Cd. de M�xico (para los casos del IPN y la ESCA), as� como, del pa�s en general y por regiones con su estudio sobre los Institutos Tecnol�gicos, gener� la necesidad de la creaci�n de este tipo de escuelas, pues el crecimiento y la diversificaci�n econ�mica hicieron surgir la necesidad de mano de obra especializada y cuadros directivos para la industria, el comercio y los servicios, fuerza de trabajo calificada que se tendr�a que formar en escuelas t�cnicas. Esa fue la relaci�n que la autora mostr� en sus trabajos sobre la educaci�n t�cnica superior en M�xico desde la segunda mitad del siglo XIX y durante el siglo XX.

Para la autora el sistema de institutos tecnol�gicos tuvo un impacto favorable, tanto en lo econ�mico como en lo social, puesto que "pocas instituciones sociales tienen la repercusi�n de que una educativa, y en educaci�n tecnol�gica �sta era una novedad dentro de un pa�s que hasta hace apenas medio siglo ha sido de producci�n agr�cola". [MCT 536]

A lo largo del texto la autora muestra como el sistema fue tomando forma, desde los primeros proyectos de Institutos tecnol�gicos en cuatro ciudades del pa�s, sin olvidar la rica historia que se forj�, por lo menos desde el siglo XIX cuando surgieron aquellas escuelas de artes y oficios. Supo navegar entre los directivos y autoridades de los institutos para realizar una historia que festejara cincuenta a�os de la educaci�n t�cnica llevada a distintas regiones del pa�s, evadiendo naufragar en la historia anecd�tica, coyuntural y enaltecedora de los grandes personajes, para mostrar que la historia de un sistema educativo, tiene distintos tiempos y distintos actores sociales. [MCT 537]

Es interesante observar que M. A. Rodr�guez y su equipo percibieron a esta ense�anza como un producto social: "puede apreciarse que la educaci�n tecnol�gica es un reflejo de la situaci�n econ�mica y social en lo general, en particular de los procesos de producci�n de bienes y servicios", que en el pa�s gener� el proceso de industrializaci�n iniciado en la d�cada de 1890. De tal forma, que mostr� la relaci�n existente entre la educaci�n y la econom�a desde una perspectiva hist�rica. Una pregunta fue la gu�a metodol�gica del texto: "�Qu� necesidades genera el proceso de industrializaci�n en la sociedad, en la econom�a y en la educaci�n?"

As�, entre las necesidades y problemas propios de la industrializaci�n se destacan, los siguientes:

La necesidad de mejorar los m�todos y sistemas de producci�n, con miras a aumentar la productividad.

Aprovechar al m�ximo los recursos naturales.
Ampliar las redes de comunicaci�n.

Mejorar e incrementar la infraestructura de las ciudades. [MCT 538]

Por lo que, para la autora la creaci�n de numerosos institutos regionales en distintas ciudades del pa�s y una mayor participaci�n de las universidades en diversos renglones de la educaci�n tecnol�gica son consecuencia de ese crecimiento y diversificaci�n econ�micas que hubo en el pa�s.

Para describir y analizar la relaci�n entre educaci�n y econom�a el libro se divide en seis cap�tulos y un anexo:

1. Proceso de formaci�n de la ense�anza t�cnica.
2. Los primeros tecnol�gicos, 1948-1958.
3. Estructura acad�mica.

4. Investigaci�n y posgrado.

5. Efecto social.

6. Vida institucional.

Podemos observar entonces como los estudios hist�ricos sobre la educaci�n t�cnica en M�xico han visto de una manera natural la relaci�n entre educaci�n y econom�a, pues es claro que la intenci�n de establecer este tipo de proyectos educativos siempre busc� tener un impacto favorable en la "modernizaci�n y desarrollo del econ�micos del pa�s", la intenci�n de establecer las escuelas t�cnicas fue la de formar mano de obra, como muestran M. A. Rodr�guez y M. E. Eguiarte, para las distintas ramas industriales, para el comercio y para los servicios.

Entre los a�os de 1992 a 1996 realic� una investigaci�n en la que buscaba relacionar a la educaci�n con la econom�a de M�xico en el periodo 1890-1980[MCT 539], por lo que tom� datos sobre educaci�n y econom�a, en ese estudio relacion� series temporales sobre alfabetizaci�n, poblaci�n y producto interno bruto para intentar mostrar el impact� de la educaci�n sobre el crecimiento econ�mico de M�xico en el periodo antes citado.

En este trabajo apliqu� t�cnicas y m�todos de la historia serial y cuantitativa que no se hab�an utilizado en investigaciones sobre historia de la educaci�n, correlacion� la alfabetizaci�n con el Producto Interno Bruto (PIB) en distintos rubros alfabetizaci�n total y por sexo, contra PIB total, per capita, por poblaci�n econ�micamente activa y por sector econ�mico (primario, secundario y terciario).

No obstante, pude descubrir que los indicadores macroecon�micos y macroeducativos no eran suficientes para analizar el impacto de la educaci�n en la econom�a mexicana, por lo que decid� tomar dos casos particulares en los que se segu� de cerca la distribuci�n por regiones de la alfabetizaci�n, as� como las caracter�sticas de las econom�as locales, tales ejemplos fueron los estados de Hidalgo y Nuevo Le�n.

La elecci�n de los casos fue sesgada, puesto que el proceso de alfabetizaci�n en Nuevo Le�n aparentaba ser m�s exitoso, para el a�o de 1980 ten�a una alfabetizaci�n total, masculina y femenina muy cercana al cien por ciento de la poblaci�n mayor de 10 a�os, en contraste, Hidalgo apenas superaba el 70% en la total y masculina, mientras que la femenina estaba por debajo de esa cifra.

La situaci�n parec�a obvia: Nuevo Le�n era un estado industrializado, de tal manera que parec�a normal que tuviera una mayor alfabetizaci�n, adem�s de que el proceso de alfabetizaci�n fue m�s acelerado, en 1895 contaba con el 38.87 % de poblaci�n alfabetizada con el 20.88 % de hombres y el 17.99 % de mujeres. Mientras que en el estado de Hidalgo ese proceso fue lento en ese mismo a�o ten�a el 10.46 % de poblaci�n alfabetizada de los cuales el 6.93 % de poblaci�n masculina y el 3.5. % de la femenina.

Como se puede apreciar, a fines del siglo XIX, el estado de Nuevo Le�n estaba dejando el "Umbral de la alfabetizaci�n", mientras que Hidalgo lo hizo hasta el la d�cada de 1960. Asimismo, Nuevo Le�n conoci� la fase de"Transici�n a la alfabetizaci�n" entre el periodo que transcurri� entre 1910 y 1960, por su parte Hidalgo dej� alcanz� la Transici�n hasta 1980. Finalmente Nuevo Le�n lleg� a la "Alfabetizaci�n universal" a partir de la d�cada de 1960, mientras que Hidalgo no la alcanz� en nuestro periodo de estudio.

Tambi�n, se puede observar que el diferencial sexual fue m�s grande en Hidalgo a lo largo del periodo, s�lo en el a�o de 1960 la alfabetizaci�n femenina estuvo m�s cercana a la masculina, pero en las otras d�cadas la situaci�n siempre fue contraria. En Nuevo Le�n, por su parte, el diferencial sexual fue menos pronunciado, hasta llegar al final del periodo (1980) estar en igualdad de circunstancias.

PROCESO DE ALFABETIZACIÓN. HIDALGO Y NUEVO LEÓN. 1895-1980.
AÑO
ESTADO
ALFABETIZACIÓN PORCENTAJES
FASE DEL PROCESO DE ALFABETIZACIÓN
TOTAL
MASC
FEM
1895 1895
HIDALGO
NUEVO LEÓN
10.46

38.87
6.93
20.88
3.40
17.99
UMBRAL
TRANSICIÓN
1900
HIDAGO
12.90
8.03
4.82
UMBRAL
1900
NUEVO LEÓN
30.66
17.97
12.69
UMBRAL
1910
HIDALGO
16.13
9.65
6.57
UMBRAL
1910
NUEVO LEÓN
42.04
22.77
19.27
TRANSICIÓN
1921
HIDALGO
23.83
13.59
10.23
UMBRAL
1921
NUEVO LEÓN
57.18
28.92
28.25
TRANSICIÓN
1930
HIDALGO
26.51
15.73
10.78
UMBRAL
1930
NUEVO LEÓN
70.57
36.85
33.73
UNIVERSAL
1940
HIDALGO
27.18
15.12
11.98
UMBRAL
1940
NUEVO LEÓN
67.07
34.29
32.79
TRANSICIÓN
1950
HIDALGO
31.49
17.82
13.59
UMBRAL
1950
NUEVO LEÓN
73.81
37.13
36.68
UNIVERSAL
1960
HIDALGO
34.44
17.90
14.67
TRANSICIÓN
1960
NUEVO LEÓN
79.80
29.78
29.44
UNIVERSAL
1970
HIDALGO
65.79
33.75
28.55
TRANSICIÓN
1970
NUEVO LEÓN
96.39
48.66
47.67
UNIVERSAL
1980
HIDALGO
69.81
37.57
32.12
TRANSICIÓN
1980
NUEVO LEÓN
98.03
50.80
50.84
UNIVERSAL

FUENTE: Lazarín. 1996. Anexos estadísticos.

Despu�s de analizar los datos generales de esos dos estados fue muy importante estudiar su composici�n regional, en donde pude apreciar la existencia de grandes diferencias educativas y econ�micas en las regiones que conforman a los estados en estudio.

Por ejemplo en Nuevo Le�n el gran avance de su proceso alfabetizador se dio en la regi�n central de Monterrey y los municipios conurbados que fueron absorbidos por el proceso industrializador de la ciudad regiomontana, pero las regiones al norte y sur de esa entidad basados en una econom�a agr�cola de explotaci�n del ixtle y de subsistencia ten�an una pobreza impresionante y estaban por debajo del 70% de la alfabetizaci�n de su poblaci�n.

En el estado de Hidalgo se dio una situaci�n similar: las regiones de Tula y Cd. Sahag�n presentaban alfabetizaci�n superior al 70%, mientras que en regiones como la Huasteca, Pachuca o El Mezquital la situaci�n era muy precaria.

La regi�n de Tula experiment� un gran crecimiento econ�mico gracias a la creaci�n de una refiner�a petrolera y a un complejo de la Comisi�n Federal de Electricidad a partir de los a�os sesentas y la zona conurabada a Cd. Sahag�n, Apam, en donde se estableci�, en esa misma d�cada, un complejo constructor de autom�viles (Diesel Nacional DINA -camiones- y Renault -autom�viles y camionetas) y de la Constructora Nacional de Carros de Ferrocarril (CONCARRIL), fueron factores que presionaron para que no s�lo hubiese poblaci�n alfabetizada sino para que hubiese distintos niveles de educaci�n, sobre todo t�cnica.

En la regi�n de Apam ese "boom" econ�mico se vino abajo en los a�os ochentas cuando la CONCARRIL fue trasladada a Aguascalientes y Renautl quebr�, de tal forma que ya no existi� presi�n por mayores niveles educativos, puesto que la actividad econ�mica predominante volvi� a ser la agricultura.

A este respecto Jean J. Schensul [MCT 540] hizo un estudio interesante en el que mostraba como a la llegada de esas empresas sus primeros obreros fueron campesinos, los hijos de �stos ya eran obreros y despu�s esos obreros calificados tuvieron que emigrar o regresar al trabajo campesino que hab�an abandonado sus abuelos.

En la regi�n de la Huasteca y El Mezquital con una econom�a agr�cola de subsistencia y mayor�a de poblaci�n no hablante del espa�ol, al parecer la presi�n por la escolarizaci�n fue m�nima y, mucho menos, la hubo por mayores grados educativos.

Reflexiones finales

�Qu� significa la historia econ�mica de la educaci�n?

Es dif�cil ofrecer una definici�n de diccionario del concepto historia econ�mica de la educaci�n, de hecho no existe tal, podemos tomar como ejemplo los estudios que se han mencionado a lo largo de este ensayo que nos dan algunas pistas acerca de c�mo reconstruir una historia econ�mica de la educaci�n, es claro que la teor�a econ�mica y la teor�a social ofrecen muchas ideas, pero no podemos olvidar a las fuentes hist�ricas, podemos plantear teor�as y m�todos de explicaci�n muy sofisticados, pero mientras no los confrontemos con la informaci�n hist�rica cualitativa y cuantitativa y que, adem�s, nos muestra la existencia de la relaci�n entre econom�a y educaci�n, no podremos asegurar que se est� construyendo una historia econ�mica de la educaci�n.

Como hemos podido observar a lo largo del presente ensayo, existen dos tendencias claras alrededor de la relaci�n hist�rica educaci�n-econom�a que, de alguna forma, se contraponen: una percibe a la educaci�n como variable independiente de la econom�a, es decir, como elemento impulsor de la econom�a, �sta es una visi�n claramente liberal; la otra es planteada en el sentido opuesto, esto es, que la econom�a es la variable independiente y presiona al Estado y particulares por la construcci�n de un sistema educativo, entre m�s compleja es la econom�a genera m�s presi�n por el incremento de la educaci�n en calidad, cantidad y niveles de ense�aza. Una tercer opci�n la present� Llamas Huitr�n al analizar la relaci�n entre oferta de mano de obra educada, sus ingresos, su productividad, y por tanto, el impacto en la econom�a.

Se podr�a pensar tambi�n que se trata de procesos de sociales que ocurren de manera simult�nea, por lo que resulta dif�cil establecer cual es la variable independiente, de tal forma, que la historia econ�mica de la educaci�n se debe empezar a construir es un campo poco explorado que al desarrollarse ofrecer� nuevas respuestas e interrogantes a la historia de la educaci�n.

En el presente ensayo, tambi�n se puede percibir que hacen falta estudios desde la historia econ�mica de la educaci�n que nos permitan evaluar las teor�as e hip�tesis que se plantean desde la econom�a. Ubicar las distintas etapas del proceso econ�mico de un pa�s o regi�n y analizar el correspondiente sistema educativo, tambi�n, en sus distintas etapas del proceso.

Es decir, abordar desde la historia el an�lisis de la relaci�n educaci�n-econom�a, nos permitir� sopesar con informaci�n f�ctica esas teor�as e hip�tesis, puesto que es muy importante diferenciar las distintas �pocas de una sociedad en las que funcion� un sistema educativo.

Otro factor de gran importancia que no se debe de perder de vista es la cuesti�n regional, es claro que un mismo pa�s, la alfabetizaci�n, la alfabetizaci�n y la econom�a se sufren evoluciones desiguales. En las investigaciones que he realizado he podido constatar esa situaci�n. Adem�s de que la alfabetizaci�n se debe de observar como un proceso que esta sujeto a los distintos factores sociales, pol�ticos y culturales que est�n presentes en un pa�s o regi�n, as� como, los fen�menos de ruptura y continuidad.

No se puede ofrecer un recetario para la elaboraci�n de la historia econ�mica de la educaci�n, como se muestra a lo largo de este ensayo, las teor�as econ�micas y algunos trabajos de investigaci�n hist�rica muestran dicha relaci�n, pero aun no se esta en posibilidad de ofrecer explicaciones generales, ni existe una metodolog�a espec�fica.

La educaci�n es proceso que depende de otros factores sociales para que su impacto se pueda observar en la econom�a, por ejemplo: se puede buscar su relaci�n con las fuentes de trabajo, con los fen�menos de la demograf�a crecimiento poblacional, la distribuci�n por edades, por sexo, por grupo �tnico y geogr�fica, as� como, la econom�a familiar y la distribuci�n de la riqueza.

De tal forma, que la asistencia a la escuela, la escolarizaci�n, la presi�n por m�s y mejores niveles educativo se ve influido por la diferenciaci�n de clases y sectores econ�micos, recordemos que Padua afirma que los sectores y altos y medios tienen m�s posibilidades de asistir a la escuela que los grupos marginados en la ciudad y el campo.

Por lo que, parece existir una fuerte influencia del sistema econ�mico sobre la demanda educativa, sobre su cantidad y su calidad, no s�lo es importante que llegue a los rincones m�s remotos de un pa�s o regi�n, podemos observar gran cantidad de ejemplos hist�ricos que muestran que las escuelas no son iguales, aun siendo del mismo nivel educativo, en el Porfiriato las escuelas primarias estaban clasificadas como escuelas de primera, de segunda y de tercera. Las primeras estaban en las comunidades m�s peque�as y las ultimas, generalmente, estaban en las ciudades o en las cabeceras de Distrito (un Distrito pod�a estar formado por varios municipios) y eran las �nicas de organizaci�n completa, es decir, que ten�an del primero al sexto a�os de estudios.

En definitiva, la educaci�n debe de analizarse como u proceso social ambivalente, en ocasiones puede funcionar como variable independiente de la econom�a, en otras situaciones puede ser un elemento dependiente de ella. As� deben de realizar m�s estudios para buscar las modalidades y caracter�sticas de la relaci�n entre la educaci�n y la econom�a que deben de ser analizados como procesos hist�ricos din�micos, cambiantes y no est�ticos.

 

 


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