El lobo mexicano...su futuro incierto.
 
 
 
 
METODOLOGÍA 

Como parte del programa cooperativo para la conservación de la fauna silvestre entre México y Estados Unidos, se realizaron estudios de la población de lobos en 1977.  En ese entonces se estimaba que no existían mas de 50 ejemplares adultos, distribuidos en Durango y Chihuahua.  (McBride, 1980).  También en ese año, se inició el programa de reproducción en cautiverio como un esfuerzo conjunto para salvar al lobo de la extinción.  Cinco ejemplares se capturaron para iniciar el proyecto (4 machos y 1 hembra preñada) y para 1983 eran 18.  De esta única hembra en el programa, se han producido a la fecha 139 individuos que se encuentran distribuidos en 12 zoológicos en Estados Unidos y 3 en México.  En este año del 93,  30 crías se produjeron de las cuales  25 sobrevivían hasta Mayo. 

   Los programas cooperativos pretenden en un futuro reestablecer poblaciones viables de lobos en lugares de distribución histórica, tanto en México como en Estados Unidos.  La mecánica de como se manejarán estas poblaciones, su protección y conservación, su manejo y  control, aún no han sido del todo definidas.  Mientras que en Estados Unidos se cuenta con áreas protegidas que comprenden algunas de las áreas antiguas de distribución, en Chihuahua las áreas protegidas con que contamos son muy pequeñas y algunas están indefinidas en su localización geográfica. 

   Actualmente, estamos realizando evaluaciones y levantando datos de población en el Estado de Chihuahua.  Estamos recorriendo aquellas áreas en las que todavía existen reportes de lobos vistos, huellas o ataques al ganado.  El suscrito observó hace dos años huellas frescas, excretas y becerros mordidos en dos parajes de la Sierra del Nido.  Tenemos reportes recientes de animales mordidos, lobos vistos y aullidos escuchados en la región de Madera. 

   Para apoyar los programas de reproducción en cautiverio sugerimos se contruyan las jaulas en áreas en donde son hábitat histórico del lobo.  En Chihuahua podemos contar con la participación desinteresada de varios ganaderos que poseen ranchos en las inmediaciones de la Sierra del Nido.  Algunos de estos predios, se localizan a escasos kilómetros de la Carretera Panamericana, y ahí se pueden construir dichas jaulas.  La ventaja de ello es la facilidad con la que se cuenta, agua, electricidad, vigilancia y protección continua por los dueños.  Sugerimos se hagan convenios de cooperación.  El hábitat es de vegetación de pino-encino con agrupamiento arbolado en pequeñas áreas.  Estas podrían proporcionar la cobertura adecuada para que los lobos se sientan cómodos.  Sugerimos que la jaula fuese de alrededor de una hectárea, con una división con puertas, una área de alimentación pequeña, un estanque, una zona de cuarentena y un montículo de la tierra simulando una pequeña loma.  (Figura No. 1).  Sugerimos se instale una torre de observación que pueda utilizarse sin disturbar a los lobos, a fin de conocer diversos aspectos de su comportamiento durante el año.  La alimentación será en base a comida balanceada y se les proporcionaría animales silvestres vivos para que continúen cazando como si estuvieran libres. Sugerimos que una vez que se preñen, paran y críen a los cachorros y cuando la loba los destete, sean liberados en ese mismo lugar, manteniendo a los productores cuando menos otros 3 ó 4 ciclos. Después serán liberados, no sin antes asegurarse de los nuevos reproductores que los suplirán. 

 

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