Mtra.
Mireya Lamoneda Huerta
.Investigadora del CIESAS y
Mtra.
Marcela Arce.
Investigadora de la UPN
Replanteamiento
y renovación de la enseñanza de la Historia en México.
México vive
actualmente un proceso de renovación de la educación que rompe con una
inmovilidad arraigada que lo ha caracterizado por varios años. La innovación
abarca la enseñanza de la historia, situación que no puede quedar fuera
del interés del historiador y de la historiografía actual.
El
18 de mayo de 1992, la Secretaría de Educación Pública
suscribió el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica.
El documento cuenta con un diagnóstico de la situación educativa de los
ciclos que integran la educación básica y propone diversos programas y
medidas para asegurar la calidad de los servicios educativos.
La estrategia
del Acuerdo Nacional responde a tres líneas principales: la reorganización
del propio sistema, la reformulación de los contenidos y materiales educativos
y la revalorización social de la función magisterial.Aunque
las tres líneas deben ser abordadas en conjunto, este trabajo sólo se
refiere a la reformulación de los contenidos y materiales educativos en
relación con la historia.
Con base
en el Acuerdo para la modernización de la educación la SEP aplicó de manera
inmediata los denominados Programas Emergentes, en el curso escolar 1992-1993,
con el objetivo específico, para la historia, de restablecer su estudio
sistemático en lugar del área de ciencias sociales que contaba con programas,
que al igual que en las otras áreas, estuvieron en vigor por más de 20
años.
En términos
generales los diagnósticos sobre la educación básica han demostrado que
su calidad es deficiente y que no proporciona el conjunto adecuado de
conocimientos, habilidades, capacidades y destrezas, actitudes y valores
necesarios para contribuir al desarrollo de la sociedad.
Según el
Censo General de Población y Vivienda, correspondientes al año de 1990,
existe en el país un 12% de personas mayor de 15 años que son analfabetas.
El promedio nacional de eficiencia terminal escercano al 60%. El porcentaje
de alumnos que concluyen la educación primaria e ingresan a la secundaria
apenas es de 82%, del cual unicamente el 73% termina la secundaria.
En concreto,
en lo que se refiere a la historia, se observan una serie de dificultades
en una gran cantidad de alumnos para, por ejemplo, identificar en una
escala cronológica el momento histórico en el que se dieron la conquista
o la independencia, la Reforma o la Revolución o bien para ubicar en un
mapa el espacio geográfico en el que se desarrollaron procesos o acontecimientos
de importancia, como la Revolución Francesa.
Como dice
Pozo, "...los alumnos poseen una muy limitada estructuración temporal...
y los libros de texto rebosan de conceptos que resultan incomprensibles
para la mayor parte de los estudiantes".
El enfoque
con que tradicionalmente ha sido abordada la enseñanza de la historia
ha demostrado ser insuficiente, limitante y carente de articulación entre
la enseñanza de la historia en primaria y secundaria.
Parte del
proceso del Plan Emergente del año pasado consistió en sustituir los libros
de texto oficiales vigentes hasta ese momento y, aunque no fue posible
sustituirlos todos, se consideró conveniente impartir cursos de Historia
de México en los últimos tres grados del nivel primaria, por lo que se
prepararon y distribuyeron dos nuevos libros oficiales de Historia Nacional.
Estos textos fueron realizados por un grupo de historiadores de reconocido
prestigio nacional e internacional pero que, sin embargo, cuentan con
escasa o nula experiencia en la enseñanza de la Historia en los niveles
de primaria y secundaria.
La aparición
de los nuevos libros de texto de historia como parte del programa emergente
cuentan, por un lado, con una serie de aciertos como son el abordar la
historia reciente, dejar de lado una visión maniqueísta de la historia,
y eliminar algunos mitos dentro de la historia oficial, aunque por otro
lado, también cuentan con ciertas deficiencias como son errores de información,
ausencia de recursos para que el alumno participe en la construcción del
conocimiento, serias omisiones, etc., errores que provocaron una polémica
de grande dimensiones dentro de la sociedad nacional; innumerables artículos
fueron publicados en la prensa y se organizaron debates en diferentes
organismos o instituciones con la participación de historiadores, maestros,
padres de familia, partidos políticos y sindicatos, entre otros. Las discusiones,
no obstante, se caracterizaron esencialmente por su fuerte carga política,
aunque intervinieron en ellas elementos de análisis pedagógico y académico.
Nadie cuestionó
la importancia de la enseñanza de la Historia, sino el tipo de Historia
que se enseña. En ese sentido destacó, a nivel general, la importancia
que Clío tiene para conocer nuestras raíces; para comprender el desarrollo
de diversas culturas y lo que es común a ellas; conocer la interrelación
entre el cambio y la continuidad; desarrollar la empatía histórica, es
decir ver los hechos y temas del pasado como fueron vividos por las personas
de entonces; para reconocer la diferencia entre un hecho y una hipótesis,
entre la realidad y la ficción, entre la evidencia y la afirmación, con
objeto de desarrollar el pensamiento crítico en los ciudadanos del mañana.
La situación
anterior provocó que la SEP considerara los libros de texto de historia
editados con carácter provisional y acordó abrir foros públicos de discusión
sobre los mismos. A principios de este año salió una convocatoria, a nivel
nacional, para que los miembros de la comunidad, en especial los maestros
e historiadores participaran, de manera individual en un concurso para
la elaboración del libro de texto de historia que para 3o., 4o., 5o. y
6o. grados de primaria llevarán los estudiantes a partir del curso 1993-1994.
Paralelo
a este proceso de los textos, y en congruencia con el mismo, la SEP invitó
a distintos especialistas para renovar las guías didácticas que acompañarán
los nuevos libros de texto, para profesores de primaria (elemental) y
del nivel de secundaria.
Los cambios
que nosotras proponemos para elaborar esos nuevos materiales son: que
el nuevo libro para el maestro se conciba de manera distinta, por primera
vez; a diferencia de los aún vigentes, que no presente un listado muy
detallado de contenidos y un enunciado muy limitado de actividades, sino
que exprese con la mayor claridad posible el propósito concreto de esos
contenidos, el carácter que tienen y, sobre todo, que ofrezca una gran
cantidad de propuestas didácticas flexibles para que el maestro las seleccione
y adapte según las condiciones particulares de su trabajo. Con el mismo
enfoque y la misma definición se deben deelaborar los programas de historia
de primaria y de secundaria, los libros de texto y los libros y guías
para el maestro.
De manera
general, podríamos decir que optamos por elegir una enseñanza de la historia
que Alberto Sánchez define muy bien: un tipo de historia que sugiriera
no acontecimientos sino procesos; no hechos sino mutaciones; no descripciones
sino conceptos que definan relaciones de la vida social; por una Historia,
que enriquecida con el diálogo mantenido con las demás ciencias sociales,
seaampliamente interdisciplinar. Una Historia que deje ser corpus de doctrina
para ser la ciencia que desde el pasado explique el presente y proyecte
el futuro. Una historia que, respetuosa de la personalidad y el desarrollo
cognitivo del niño y del joven, ofrezca los conceptos históricos fundamentales
que permitan construir sobre ellos conocimientos más complejos a medida
que avanza la escolaridad. Una historia plural que enseña a mujeres y
hombres de todas las condiciones sociales a pensarse históricamente, que
dé explicaciones multicausales y no azarosas o providenciales.
En esta
tónica, la guía didáctica de historia para el nivel secundaria propone,
con el fin de promover un mejor aprendizaje de esta disciplina, tener
siempre presentes algunas líneas generales que incluyan conceptos y nociones
para estudiar y enseñar la asignatura, y permitan al alumno percibir el
devenir histórico en toda su riqueza:
Fuentes
del pasado. Para conocer la historia se debe recurrir a las huellas
que ésta ha dejado a su paso: las fuentes. Se pueden considerar como fuentes
de la historia desde las grandes construcciones del pasado hasta las cartas
íntimas de una cortesana del siglo XVII.
Casualidad.
Si se parte de la idea de que la historia es un proceso en el que los
acontecimientos se encadenan en formas diversas, resulta de vital importancia
que el alumno se explique los hechos históricos como parte de esta cadena,
al tiempo que reconoce las causas que los provocaron y las consecuencias
que promovieron.
Cuando se
estudia sobre personas, acontecimientos y procesos del pasado, normalmente
se presentan diversas interrogantes, tales como: ¿Qué ocurrió?, ¿Por qué
ocurrió?. Intentar descubrir las respuestas adecuadas para esas preguntas,
es una de las cuestiones más apasionantes de la historia y es algo que
puede hacer más motivante su estudio y comprensión.
Continuidad
y Cambio. La historia es cambio constante, sin embargo, se debe mostrar
que algunos cambios se dan en forma tan lenta que pareciera que existe
una continuidad.
Asimismo,
es conveniente que al hablar del cambio se muestre que éste se da de tal
forma que en ciertos momentos coexisten elementos antiguos y nuevos. La
historia no se desarrolla por estancos que inician y acaban en un momento
determinado, sino que es un proceso continuo.
Empatia.
Este concepto puede entenderse como "ver con los ojos del pasado". Al
enseñar historia, se debe promover, a través de actividades diversas,
la disposición y capacidad del joven para entender las acciones de los
hombres en el pasado desde la perspectiva de ese mismo pasado.Lo
anterior, pone al joven en contacto con otros puntos de vista diferentes
al suyo y le permite comprenderlos y respetarlos desarrollando una actitud
de tolerancia.
Se puede
preguntar: ¿Cómo trabajaba el hombre de manera cotidiana? ¿Cómo se divertía,
se alimentaba, se vestía, se transportaba? ¿qué festejaba? ¿qué anhelaba?
¿cómo eran sus casas, sus vestidos, sus juegos? ¿qué enfermedades lo acosaban?
etc.
Sujetos
de la Historia. Significa comprender como sujetos de la historia a
todos aquellos que vivieron en ella incluyendo mujeres, minorías, grupos
sociales, elites, gente común como todos nosotros, las grandes personalidades
que han sobresalido individualmente, y aún, en ocasiones no el individuo
sino las instituciones. Los individuos y las sociedades realizan diferentes
funciones de acuerdo a la situación y a las condiciones de un momento
determinado, por lo que es necesario identificar quién o qué realiza el
papel de protagonista y señalarlo para que el joven lo comprenda.
Relación
pasado-presente. Esta relación puede convertir el conocimiento en
algo significativo para los jóvenes que estudian Historia.
El pasado
explica el origen de muchas de las situaciones cotidianas actuales y está
presente en todas las acciones de la vida como son: los juegos, el lenguaje,
las tradiciones, la comida, el vestido, etc.
Temporalidad.
La comprensión del pasado se apoya, en gran parte, en el dominio de la
noción de tiempo histórico, que es diferente de la noción de tiempo que
tenemos en relación con nuestros acontecimientos personales.
El tiempo
histórico está relacionado con duraciones, sucesiones y cambios de hechos
sociales. El tiempo personal, el que domina primero el niño, es individual.
Es la sucesión de hechos significativos de su vida. Tanto el tiempo histórico
como el tiempo personal tienen presente, pasado y futuro, y lo que va
sucediendo produce cambios y transformaciones en ambos.
Espacilidad.
La historia se da en un espacio socialmente construido, es decir en el
escenario natural, transformado o inventado por el hombre. No hay hombres
ni pueblos que no estén inscritos en un espacio; incluso hay sociedades
cuya historia ha sido la lucha por su territorio.
Los
mapas, además de servir como medios de ubicación y localización del espacio,
son también recursos de investigación y explicación para la Historia.
Por ejemplo, a través de la ubicación de los hechos históricos en un espacio
geográfico determinado, puede entenderse la influencia del mismo en el
desarrollo de la política, la cultura, las ideas, las costumbres, la vida
cotidiana, etc., de una sociedad.
Interrelación
con otras disciplinas. La historia abarca a la sociedad en su totalidad,
por lo mismo está íntimamente relacionada con otras disciplinas que también
tratan de explicar el mundo. Es por eso que se sugiere que en la enseñanza
de la historia se tomen en cuenta conocimientos de otras ramas del saber,
por ejemplo la geografía, la biología, el civismo, la literatura, las
matemáticas, etc.
Además de
estas líneas generales, la guía didáctica para el profesor debe contener
una serie de recomendaciones didácticas que pretenden ayudar al estudiante
a manejar las nociones básicas del aprendizaje de la historia, a describir
y explicar cambios y causas históricas, a analizar características de
diferentes situaciones, a desarrollar habilidades para entender las interpretaciones
de la Historia así como para adquirir evidencia de las fuentes y formar
juicios acerca de confiabilidad y valor.
En la elaboración
de las diversas recomendaciones didácticas tomamos en cuenta los siguientes
aspectos:
las líneas generales que se desean subrayar en
el aprendizaje de la historia
el grado de desarrollo cognitivo y la edad del
estudiante a quien se dirige la enseñanza
las habilidades y destrezas que se pretenden desarrollar
y,
los contenidos temáticos de cada grado escolar.
Las recomendaciones
didácticas que se proponen abarcan rubros muy diversos tales como: líneas
del tiempo (mural e individual), mapas históricos, maquetas, fichas de
investigación, uso de biblioteca y hemeroteca, conferencia escolar, comentario
de textos, materiales audiovisuales, materiales gráficos, esquemas y diagramas,
elaboración de historietas, uso de la prensa escrita, periódico escolar,
uso de la televisión, uso del cine, trabajo en equipo, hacer historia
viva: visitas a lugares históricos y arqueológicos, a museos y juegos
de simulación.
Concluisones
Consideramos
que, como todo cambio, aporte o innovación, éste que vive en general la
educación en México en este momento, tendrá que ser probado, analizado,
revisado, etc., lo cual significará, a su vez, un adelanto en la manera
de abordar la educación en nuestro país para dejar de considerarla como
algo estático y acabado.
A reserva
de lo que el análisis y la práctica escolar de la misma puedan reportar
a futuro, creemos que el nuevo enfoque con que se presenta la Historia
y su enseñanza representa un cambio sustancial y significativo digno de
ser considerado por la sociedad a la que va dirigido.
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