Creyendo que el conflicto estudiantil iniciado en los comienzos
del mes de mayo, obedecía no tanto a las razones fútiles
y de poca importancia con que se inició, sino a causas más
profundas relacionadas, por una parte, con el ansia de la Juventud para
tener una injerencia más directa y determinante en los asuntos
de su propia educación, y por otra, con la necesidad de reformas
en la Universidad más trascendentales de las que se habían
ya implantado y, por otra parte, deseando aprovechar la situación
negativa creada por el conflicto estudiantil, para iniciar una reforma
positiva, que a la vez que resolviese el conflicto cumpliese con uno
de los ideales de la intelectualidad revolucionaria, solicité
y obtuve facultades extraordinarias para expedir la Ley de la Universidad
Autónoma.
EMILIO PORTES GIL
AGN, Archivo Fotográfico Díaz, Delgado y García, caja 30/7.
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