Lugar
común, la historia de la educación. Su estudio nos ha
permitido la reconstrucción de diversos espacios. Uno de ellos
es el de la época colonial, otro más el del México
independiente y, finalmente, el del México contemporáneo.
Todos estos espacios se desarrollan en diversos tiempos.
La riqueza, tanto documental como gráfica que encierran nuestros
archivos, nos permite realizar un ejercicio muy importante, que es
el de imaginar y crear. De aquí que en este Diccionario, se
encierre una gran creatividad, gracias a los artículos de 32
colegas quienes, desinteresadamente, colaboraron en la creación
de este disco compacto.
La historia de la educación nos permite acercarnos a los lugares
de infancia como dice Michel de Certeau.
Considero que estos lugares de infancia, a su vez nos
remiten a la familia, a los juegos, al igual que al aula escolar,
a los libros en donde se estudiaba y a los maestros que impartían
las lecciones. Asimismo, nos remite a otros lugares que yo llamaría
lugares de adolescencia y de juventud, como la escuela
secundaria y la universidad.
De aquí la importancia de acercarnos a todos estos lugares,
tanto de infancia, como de adolescencia y juventud que se descubren
a través del estudio de la historia de la educación
en nuestro país.
Antecedentes.
El Diccionario de Historia de la Educación en México,
tiene su antecedente en el año de 1993 cuando, durante el Segundo
Congreso Nacional de Investigación Educativa, se nos solicitó
que realizáramos un estado de conocimiento sobre la historiografía
de la educación en nuestro país.
Con
base en ese estudio, nos dimos cuenta de que existe una gran producción
relacionada con este campo desde la década de 1940. Libros
y artículos escritos por diversos investigadores, empezaron
a aparecer ante nosotros. Entre otros podemos mencionar el de Max
Miñano (1945); el de Francisco Larroyo (1947); el de Paula
Alegría (1963); el de José Luis Becerra (1963); el de
Josefina Vázquez (1970), el de Guadalupe Monroy (1975) y el
de Guillermo de las Peña y Luz Elena Galván (1978),
entre muchos otros.
Esta gran riqueza temática en torno a la historiografía
de la educación se fue ampliando cada vez más, hasta
llegar a la década de los noventas.
Los
resultados se presentaron en el Segundo Congreso y, a partir de este
primer análisis, muchos colegas se entusiasmaron con la idea
de formar un Comité Académico Interinstitucional para
el Fomento y Desarrollo de la Historia de la Educación, el
cual empezó a funcionar en enero de 1994.
Hasta
ahora los miembros de este Comité hemos organizados cuatro
Encuentros Internacionales de Historia de la Educación, que
se han considerado como una continuación de otros cuatro Encuentros
Nacionales realizados entre 1987 y 1991. Fue así como el quinto
encuentro se realizó en Puebla en noviembre de 1994, el sexto
en Guadalajara en noviembre de 1997, el séptimo en Toluca en
julio de 1999, y el octavo en Morelia en septiembre del 2001.
Nacimiento del Diccionario.
Los miembros del Comité Académico, en nuestro afán
por continuar trabajando en torno a la historia de la educación,
decidimos presentar el proyecto del Diccionario al CONACYT, el cual
se desarrolló en dos años (1999 y 2000). Investigadores
de diversas instituciones como: UAM-Iztapalapa., IPN, CESU-UNAM, UIA,
DGENAM, ISCEEM, Escuela Normal de Toluca, Universidad Autónoma
de Morelos, Universidad Autónoma de Puebla, ISIDM, el Colegio
de San Luis, y CIESAS, formamos un equipo interinstitucional de trabajo.
Durante todo este proceso, también hemos contado con la ayuda
de cuatro becarios de la carrera de historia de la UAM-Iztapalapa,
cuya colaboración ha sido muy importante para el desarrollo
de este Diccionario.
Uno de los objetivos, ha sido la formación de una base de datos
en historia de la educación en México, la cual contiene
artículos, términos, biografías de diversos personajes
(pedagogos e historiadores de la educación siglos XIX y XX),
una bibliografía comentada y acercamientos a la lectura de
fotografías. Todos estos elementos nos permitieron la elaboración
del Diccionario de Historia de la Educación en México
que ofrecemos a los lectores.
Ahora bien, debido a que otro de nuestros objetivos ha sido el de
llegar, con este Diccionario, a las Escuelas Normales en todo el país,
pensamos en elaborar un CD ROM, que contenga estas cinco partes en
que se divide el Diccionario, además de diversas imágenes.
Consideramos que un CD ROM será más práctico
que un libro, el cual es muy costoso y, en muchas ocasiones, no llega
a todos los maestros. Hoy en día, la mayoría de las
Escuelas Normales cuentan con computadoras, en donde los normalistas
podrán acercarse a estos materiales. Lo que deseamos, es que
el contenido de este Diccionario se difunda lo más posible
y no se quede encerrado en una bodega.
Para su elaboración no se utilizó una metodología
específica, debido a que se trata básicamente de la
formación de una base de datos. Para ello, desarrollamos tareas
de búsqueda de la información en archivos históricos,
bibliotecas y centros de documentación.
Apartados que forman el Diccionario:
a).-Los artículos.
El Diccionario se estructura con base en diversos artículos.
La mayoría se centran en los siglos XIX y XX, sin embargo no
hay que olvidar que en varias ocasiones, los procesos educativos tuvieron
sus orígenes en la época colonial, por lo que también
se incluyen algunos que se sitúan en ese periodo histórico.
Diversos temas se reflejan a través de su lectura, como aquéllos
que se relacionan con la cultura escrita, en donde se puede mencionar
la imprenta, la prensa pedagógica y los libros de texto; con
las instituciones que forman al sistema educativo, como el preescolar,
la escuela primaria y secundaria, la educación superior, las
escuelas normales, la educación técnica o bien la educación
privada; con diversos procesos, como el de la vida escolar, el de
la relación entre la educación y la economía,
el de la legislación educativa, el de la educación socialista
y el de la descentralización del sistema educativo; finalmente,
también podemos referirnos a algunos de sus actores, como las
mujeres, los padres de familia y los indígenas.
Todos los artículos se acompañan de diversas imágenes,
en donde se encuentran tanto pinturas como fotografías. Sin
embargo, las imágenes no ilustran el texto, lo prolongan
y nos invitan a estudiar otros temas y problemas en la historia de
la educación... [diversos] rostros, rastros y huellas de un
inmenso trabajo por hacer, como bien apunta Jesús Márquez
Carrillo.
Los coordinadores
del Diccionario nos dimos a la tarea de invitar a diversos colegas,
quienes se han especializado en ciertos temas y en determinadas épocas.
Su excelente respuesta nos permite ofrecer al lector una amplia gama
de artículos, los cuales son responsabilidad de cada uno de
sus autores.
Es así cómo, este Diccionario se ha ido tejiendo con
hilos de colores, los cuales permiten ver un nuevo entramado dentro
de la historia de la educación, ya que los artículos
han sido elaborados desde diversas miradas, en donde la historia,
la pedagogía, la antropología, la sociología
y la lingüística, se han dado la mano
b) Los Términos.
En este Diccionario los términos, en su mayoría, se
trabajaron con base en los artículos. Esta es la parte que
distingue a un diccionario de una enciclopedia. En ningún momento
se trata de una serie de palabras que cubran todo el espectro del
sistema educativo, sino que cada autor escogió, con base en
su propia investigación, aquéllos términos que
definiría.
Lo anterior nos ha acercado a una forma diferente de concebir un Diccionario,
el cual se basa más en la estructura analítica de los
artículos que lo conforman, que en la de los términos.
De hecho, existen varios diccionarios de ciencias de la educación,
cuya finalidad ha sido la de servir de enciclopedias para los estudiantes.
Este no es el caso del presente Diccionario, como se comprobará
conforme se avance en su lectura. De hecho, la explicación
detallada de los términos seleccionados, no se encuentra dentro
de los mismos artículos, sino en la sección que corresponde
a los propios términos.
Se trata de una búsqueda muy laboriosa, que nos ha llevado
a rastrear las definiciones en diversas obras relacionadas con la
historia de la educación en nuestro país.
c).- Biografías de diversos pedagogos.
Las biografías nos abren un mundo nuevo, ya que nos permiten
conocer de manera más cercana, a las personas que forjaron
el sistema educativo mexicano. La biografía, de hecho, puede
ser también un pretexto para realizar una investigación,
ya que cada maestra y maestro vivió en un tiempo y en un espacio
determinado. Sus historias de vida, al contextualizarse en el siglo
XIX o en el XX, nos acercan a la política educativa del momento
en que se desarrollaron. Toda esta riqueza se encuentra en esta sección.
Su búsqueda, nos llevó a la colección de personal
sobresaliente del Archivo Histórico de la Secretaría
de Educación Pública, en donde se encontró información
de maestros, pedagogos y funcionarios educativos del periodo que comprende
de 1878 a 1980.
Para cada biografía, se rastreó la fecha y lugar de
nacimiento, ascendencia paterna o materna y ocupación de los
padres (este dato no siempre lo hemos encontrado), los lugares en
donde desarrollaron sus estudios desde la primaria hasta la normal
o la universidad, los lugares en donde trabajaron y los cargos que
desempeñaron, el tipo de establecimientos, si fueron autores
o coautores de alguna obra pedagógica, y sus aportaciones al
campo de la educación.
También hurgamos en los acervos de algunas Escuelas Normales,
sin embargo este trabajo está incompleto, ya que es necesario
que en los propios estados se formen equipos de trabajo que investiguen
en los archivos de las instituciones que han formado al magisterio
desde el siglo XIX. Otras fuentes, como la historia oral, diccionarios
biográficos y algunas enciclopedias, fueron de mucha utilidad
en este rubro.
Consideramos que se trata de un trabajo que se está iniciando
ya que, estos personajes se encuentran diseminados por toda la República
Mexicana. De hecho, para la búsqueda de datos biográficos
en el estado de Tabasco, contamos con la valiosa ayuda de un equipo
de trabajo formado por: Modesto Lujano Castillo, Pablo Gómez
Jiménez, José Antonio Acosta Marín y Ninfa Asunción
Méndez Pérez.
Queda esta investigación como una pequeña muestra de
la gran labor que todavía hay que realizar, sobre todo a partir
de la búsqueda en acervos y bibliotecas que se ubican en cada
uno de los diferentes estados que forman nuestra nación.
d).- Bibliografía comentada.
La vasta bibliografía comentada nos habla de la gran producción
que existe en este campo, y de cómo han variado los objetos
de estudio.
Nuevas líneas de investigación se dibujan en derredor
de una variedad de temas relacionados con la cultura escrita, las
imágenes y representaciones, la educación privada, las
profesiones y los oficios, las elites, la educación técnica,
la educación rural, la historia de la alfabetización,
la educación superior y la enseñanza de la historia,
entre otros más.
Esta amplia gama de temas permite afirmar que nos encontramos en una
nueva etapa de la historia de la educación, en donde han aparecido
nuevos actores que se mueven en diversos espacios y tiempos y que,
hasta hace algunos años habían quedado marginados. Entre
algunos de estos actores se pueden mencionar a las niñas y
los niños, a las mujeres, a los padres de familia, a los pobres,
a los indígenas, a los campesinos, a los adultos, a los contadores
y a los médicos, al lado de viejos actores como las maestras,
los maestros y los inspectores escolares.
Muchos de estos actores se mueven e interactúan en diversos
espacios. Uno de estos espacios que, desde hace varios años
ha tenido una gran aceptación es el que se refiere a la historia
regional de la educación. Es aquí en donde podemos encontrar,
con mayor claridad a muchos de los actores que acabamos de mencionar
y que han participado, de diversas formas, dentro del sistema educativo
mexicano.
Estos espacios se abren, ya no sólo se incursiona en el espacio
público de la escuela oficial, sino que nos encontramos también
con actores que se mueven al interior de espacios privados que, anteriormente,
habían sido olvidados por los historiadores de la educación.
Nos referimos a las familias y su vida cotidiana, a las prácticas
de lectura, a la enseñanza formal y a las escuelas privadas,
en donde los investigadores se han encontrado con un mundo en el que
no sólo aparece el estado, sino que la Iglesia juega un papel
muy importante. La educación informal, como un espacio privado
al cual los historiadores se han empezado a acercar, permite descubrir
la vida íntima de algunos actores, como los niños, las
niñas y sus padres.
Para la realización de esta bibliografía comentada,
en donde además de los libros se incluyen artículos
y algunas tesis de grado, se contó con el apoyo tanto de la
becaria Ivonne Chávez, como de Yolopatli Rosas y Yadira Lezama,
quienes con gran paciencia recorrieron diversas bibliotecas como la
del Centro de Estudios Educativos, la del Colegio de México,
la de la Universidad Pedagógica Nacional, la de la Escuela
Nacional de Maestros, la de la Escuela Normal Superior, la del Departamento
de Investigaciones Educativas del CINVESTAV, entre otras. También
se revisaron los estados de conocimiento realizados en años
anteriores.
A todos estos registros, se añadió una bibliografía
del año de 1978, coordinada por el Dr. Guillermo de la Peña.
En ese momento, se llevó a cabo una búsqueda de lo que
se había producido hasta el año de 1975, de aquí
la necesidad de actualizarla. Durante varios años se pensó
en hacer ese trabajo, sin embargo no había sido posible. Por
ello, ahora se incluye en esta sección, al lado de libros y
artículos publicados hasta el año 2000.
e)
Acercamientos a la lectura de fotografías.
En la sección relacionada con los artículos, se
pueden admirar diversas pinturas y fotografías que, como
decíamos, acompañan al texto. Esto se
debe a que estamos convencidos de que la historia de la educación,
al igual que otras disciplinas, requiere de imágenes.Ahora
bien, en esta sección, lo que deseábamos los coordinadores
del Diccionario, era pasar de esta función de la imagen como
acompañamiento de un texto, a su posible lectura.
Con esta intención, invitamos a Teresa Carbó, colega
que también trabaja en el Centro de Investigaciones y Estudios
Superiores en Antropología Social, desde hace ya varios años.
Su artículo, nos muestra la forma en que una profesional
de la lingüística se acerca a la lectura de una fotografía
relacionada con la historia de la educación.De hecho, algunas
de las fotografías que forman el corpus de trabajo
de Teresa Carbó, son las mismas que acompañan
de manera silenciosa, a varios de los artículos que se editaron
en este Diccionario; otras en cambio, aparecen por primera vez en
esta publicación. El material fotográfico, lo escogimos
los coordinadores con la idea de que cubrieran un arco temporal
significativo, y entregamos 54 fotografías a la autora
del texto. Sin embargo, nuestra profesión de historiadores
nos traicionó y, finalmente, resultó que el 50% de
ellas pertenecen al siglo XIX. Lo anterior nos lleva a la realización
de un recorrido histórico en el que prevalece el pasado
más lejano de nosotros, tal como apunta Teresa Carbó.A
pesar de esta desviación temporal en el corpus
fotográfico, creemos que la finalidad de esta sección
se cumplió más allá de lo que nos habíamos
imaginado. De hecho, dejamos a la autora en total libertad para
que ella pudiera realizar su propia lectura. Este ejercicio resultó
muy interesante, como se podrá comprobar al abrir
y leer este disco compacto. Cada lector que se acerque
al Diccionario, realizará su propia lectura de las fotografías
que en él se presentan. Sin embargo, en esta sección
se propone una lectura, aquélla que realizara
Teresa Carbó, ya que cada quien parte de su propio patrimonio
cultural..>Alumnas y alumnos en su vida cotidiana al interior de
diversos planteles quienes se mueven en distintos tiempos y espacios,
mobiliario escolar, maestras, maestros y secretarios de educación
pública, son algunas de las imágenes que desfilarán
ante los ojos del lector que se acerque a este Diccionario. Su búsqueda
nos llevó a diversos archivos, como al de la Secretaría
de Educación Pública, al Archivo Histórico
del Instituto Politécnico Nacional, y al de CONACULTA/INAH/SINAFO/Fototeca
Nacional”. Una fuente muy importante, fue el archivo
particular de Federico Casasola, nieto de Agustín Víctor
Casasola.También
se consultaron diversos libros que contienen fotografías
relacionadas con la educación de ayer, y que se obtuvieron
del Archivo Histórico del CESU en la UNAM, del Archivo Histórico
de San Luis Potosí, de la Fototeca del INAH, de la Fototeca
del INI, y del Archivo Histórico de la Editorial Clío,
principalmente. Algunas imágenes que se presentan en el Diccionario,
nos hablan de un mundo diferente al que se describe en la documentación;
otras por el contrario, complementan nuestra imaginación.
De aquí que nuestra propuesta se relacione con la posibilidad
de que las imágenes ayuden a realizar otra narración
de la memoria.En pocas palabras se trata de una propuesta, o de
una provocación más, que encierra el presente Diccionario
en nuestro afán por recordarles a ustedes, los lectores,
que el reto que se nos presenta hoy día a los investigadores
es el de imaginar y crear.
Dra. Luz Elena Galván Lafarga.
Investigadora
del CIESAS.
México, D.F., Febrero del 2002.
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