Rivera Mancilla, J. Concepción | |
Originario de Villa de Alvarez, Colima, nació el 8 de diciembre de 1868; murió el 10 de febrero de 1945, en la ciudad de México. Hijo de J. Santos Rivera y Estéfana Mancilla. Hizo sus estudios primarios en la escuela municipal de Villa de Alvarez y continuó sus estudios en la ciudad de Colima en el Liceo de Varones, dirigido en ese tiempo por Miguel Díaz, haciendo los niveles correspondientes a la secundaria, preparatoria y profesional, titulándose como preceptor de primer orden de instrucción primaria. Inició su servicio profesional en el pueblo de Pihuamo, Jalisco, en donde permaneció menos de un año, regresando a Colima como director de la escuela "Morelos" en su poblado natal en Villa de Alvarez, en la cual permaneció durante tres años. Posteriormente fue llamado para hacerse cargo de la escuela oficial del municipio de Zapotitlán, Jal. en donde los pobladores y el ayuntamiento de la localidad le reconocieron su labor dando su nombre a una de las calles. Nuevamente en Colima se desempeñó como profesor teniendo entre sus discípulos a Basolio Vadillo; años después se hizo cargo de la escuela superior "Porfirio Díaz". Posteriormente fue designado inspector escolar y luego director general de educación, cargo por el que se hizo acreedor a diplomas y medalla de oro. El profesor Rivera se distinguió por la ayuda que prestó con sus propios recursos a alumnos sin posibilidades económicas pero con capacidad para el estudio. Debido a su capacidad fue invitado por la federación a fundar y organizar la Escuela Federal Tipo en la ciudad de Colima. Ya jubilado fundó y organizó la Sociedad Cooperativa de Salineros de Cuyutllán y la Sociedad Cooperativa de Salineros Progreso. Fungió como Senador de su estado natal y al término de esta representación nuevamente se dedicó a las actividades agrícolas y ganaderas que había iniciado desde su jubilación. Por motivos de salud se desplazó a la ciudad de México donde murió. |
Fuente Secundaria: Hernández Espinosa, Francisco, Historia de la Educación de Colima, pp. 129 - 132. |