Nació
en México, D.F., en 1909. Murió el 7 de mayo de 1990 a los
79 años de edad. Estudió en la Academia de San Carlos y
en la Escuela de Escultura y Talla Directa. Parte de su juventud la dedicó
a la enseñanza del arte en los medios rurales y en la capital.
Integró, junto con Pablo O'Higgins, Leopoldo Méndez y Alfredo
Zalce, el grupo de pintores que realizó, trabajando colectivamente
(1935-1936), los murales en el antiguo edificio de Talleres Gráficos
de la Nación; presidió la Liga de Escritores y Artistas
Revolucionarios y dirigió la revista Frente a Frente (1936-1937).
A partir de entonces se dedicó a la museografía, de la que
fue creador en México y uno de los especialistas de ese género
más notables del mundo. La primera gran exposición que organizó
para el extranjero, "Un siglo del grabado político mexicano",
se presentó en Valencia, Madrid y Barcelona en 1937, en plena guerra
civil española, y en París al año siguiente. En 1939
y 1940 fue ejecutor de la política mexicana de asilo a los republicanos
españoles; cumpliendo indicaciones del presidente Cárdenas
y del ministro Bassols, organizó el transporte de millares de refugiados
hacia Veracruz en los barcos Sinaia, Ipanema, Mexique y DeGrasse, y el
de un grupo de intelectuales, encabezado por José Bergamín.
De regreso a México, en 1941, fue director de la Galería
Nacional del Palacio de Bellas Artes. Hasta 1945 organizó una serie
de exposiciones de artistas del siglo XIX, incluyendo las escuelas provinciales
de Jalisco, Puebla, Guanajuato y Veracruz. En esa época hizo crítica
de arte en la revista Tiempo. En 1944 presentó en el Art Institute
of Chicago la obra completa de José Guadalupe Posada. El original
trabajo museográfico le valió un gran prestigio en los museos
norteamericanos. Gracias a ello, trajo a México la "Obra grabada
completa de Henri Toulouse-Lautrec", exposición que estableció
las bases de la política de intercambio artístico. En 1945,
bajo el patrocinio de la Sociedad de Arte Moderno, instaló una
muestra de arte prehispánico que fijó las reglas de la moderna
museografía mexicana. Un año antes había creado la
carrera en esa materia en la Escuela Nacional de Antropología.
Dirigió también la instalación de las salas del Museo
Nacional de Historia, en el Castillo de Chapultepec, que fueron abiertas
al público en septiembre de 1944; y modernizó el Museo Nacional
de Antropología -entonces en Moneda núm. 13- y algunas instituciones
regionales de esa índole. En 1947 organizó y dirigió
el Museo Nacional de Artes Plásticas, dependiente del Instituto
Nacional de Bellas Artes (INBA), y fue subdirector general de éste
hasta principios de 1953.
Durante su gestión en el INBA enriqueció las colecciones,
difundió el arte en las escuelas, fundó galerías
populares -colonias Peralvillo, Guerrero y Doctores-, estableció
el Salón de la Plástica Mexicana -o Galería de Ventas
Libres-, creó en Guadalajara el Museo-Taller José Clemente
Orozco, con la generosa ayuda de la familia del pintor; firmó convenios
de cooperación con los gobiernos de los estados, instauró
el registro de colecciones nacionales y celebró múltiples
exposiciones, en especial la de "50 años de labor artística
de Diego Rivera". Definió entonces la política cultural
del estado: "Impartir enseñanza, estimular la creación,
conservar y divulgar los grandes valores, consolidar los inmediatos y
abrir el campo, enérgica y confiadamente, a las nuevas generaciones
de pintores, escultores y grabadores". En 1948, en ocasión
de la Conferencia Panamericana de Cancilleres celebrada en Bogotá,
Gamboa fue actor de un dramático episodio: salvó de modo
personal, en medio del sangriento zafarrancho que había estallado
en la capital colombiana, el tesoro de arte mexicano que estaba expuesto
en el Palacio de Comunicaciones, presa de las llamas. El hecho conmovió
a la opinión mundial y en México se exaltó esa acción
como un ejemplo de heroísmo civil. En 1950, siendo comisario del
Pabellón de México en la XXV Bienal de Venecia, provocó
lo que los europeos llamaron "la revelación de la pintura
mexicana", al presentar 80 obras de Orozco, Rivera, Siqueiros y Tamayo.
En 1952 presentó en la propia Bienal a los grabadores mexicanos.
Pero fue en 1952-1953 cuando Gamboa, en representación del INBA,
obtuvo en Europa el triunfo más sobresaliente: la exposición
"Obras maestras del arte mexicano desde los tiempos precolombinos
hasta nuestros días"---- sucesivamente en Musée National
d'Art Moderne de París, la Liljevalchs Konsthall de Estocolmo y
la Tate Gallery de Londres. Esa misma muestra se llevó a Tokio
en 1954.
De 1959 a 1963, por encargo del presidente López Mateos, Gamboa
viajó con otra exposición, más grande aún
que la anterior, por Suiza, donde inauguró el Kunsthaus de Zurich,
el museo más moderno de aquel país; Alemania (Colonia y
Berlín Occidental), Holanda (La Haya), Austria (Viena), la URSS
(Moscú y Leningrado), Polonia (Varsovia), Francia (París,
esta vez en el Petit Palais), Italia (Roma), Dinamarca (Copenhague) y
Estados Unidos (Nueva York). En el curso de esta gira se editaron cientos
de miles de catálogos en diversos idiomas, se colmaron los archivos
fotográficos europeos y se publicaron, aparte los artículos
periodísticos, un centenar de libros sobre arte y arqueología
mexicanos.
A partir de 1964 viajó por el extranjero, bajo la dirección
del propio Gamboa y con el patrocinio de la Secretaría de Relaciones
Exteriores, la exposición titulada "Retrato de México".
Se inició en Filipinas (Manila) y siguió a India (Calcuta,
Madrás, Nueva Delhi y Bombay), Egipto (El Cairo), Líbano
(Beirut), Turquía (Ankara y Estambul), Israel (Tel Aviv), Yugoslavia
(Belgrado), Checoslovaquia (Praga), Polonia (Varsovia y Wrocalw), Austria
(Viena), Bélgica (Bruselas), Francia (Lille, Rouen y Toulouse),
Noruega (Oslo y Bergen) y Australia (Adelaide, Melbourne, Hobart, Brisbane
y Perth). Gamboa montó y dirigió, además, los pabellones
mexicanos en las exposiciones universales e internacionales de Bruselas
(1958), Montreal (1967) y Osaka (1970), en la Feria Mundial de Nueva York
(1965) y en la Hemisferia de San Antonio, Texas (1968), los cuales fueron
visitados por millones de personas.
De 1972 a 1981, Gamboa fue director del Museo de Arte Moderno. En 1974
organizó el Museo de Arte Prehispánico de México
Rufino Tamayo, en la ciudad de Oaxaca. Desde 1983 y hasta el momento de
su muerte fue director de Fomento Cultural de Banamex; además fue
Director General de Museos del Consejo Nacional para la Cultura y las
Artes.
Durante sus 50 años de quehacer museográfico estuvieron
en manos de Fernando Gamboa más de 7 mil piezas y organizó
más de 600 exposiciones de artistas mexicanos en el extranjero
y cinco museos. Su labor mereció distinciones de toda índole,
que le otorgaron países tan diversos como Francia, Bélgica,
Venezuela, Brasil, Dinamarca, Polonia, Yugoslavia, Holanda, Inglaterra,
Suecia y México.
|
Fuente
Secundaria: CD Enciclopedia de México, 1998.
|