El texto
escolar constituye para el historiador que se interesa en el estudio de
la educación, en el desarrollo de las ciencias, en el de la cultura
o en el de las mentalidades, una fuente privilegiada sobre todo cuando
consideramos que durante mucho tiempo el libro de texto constituyó
la base principal de la práctica cotidiana de los profesores.
Los libros de textos se prestan al estudio serial donde el historiador
de la educación puede seguir, en la larga duración, los
títulos o las ediciones de un mismo libro, la aparición
y la evolución de una noción científica, de un método
pedagógico, de una técnica de impresión o el tratamiento
de un acontecimiento histórico o literario (1).
Durante el siglo XIX, el término libro (del latín liber,
libri) se refería a la reunión de muchas hojas de papel
vitela, ordinariamente impresas, cosidas o encuadernadas con cubierta
de papel, cartón, pergamino u otra piel, que formaba un volumen.
Las obras técnicas se clasificaban en libros de texto casi siempre
elementales y libros de consulta mas o menos extensos y dedicados a una
especialidad dentro de cualquier rama de conocimiento científico.
El libro de texto se definió exclusivamente como aquel que era
usado en las aulas para que en él estudiaran los escolares (2).
A pesar de su uso corriente en el aula, el libro de texto no siempre gozó
de la aceptación de aquellos que intervenían en el proceso
escolar. A finales del siglo XIX, Carlos A. Carrillo, consideraba que
los maestros frecuentemente empleaban los libros de texto usando los antiguos
métodos, creyendo de buena fe que su uso era "compatible con
los procedimientos pedagógicos modernos"(3) . Por ello invitaba
a los maestros a servirse de la naturaleza y no de los libros con el fin
de imprimir a sus lecciones ese sello personal que se reflejaba en las
palabras de cada uno, con el fin de que el niño, que ya conocía
a sus maestros los entendiera y los comprendiera.
Enrique C. Rébsamen señalaba la importancia de contar con
un método de enseñanza mas saludable que acabara con la
antigua concepción de la educación: un libro, un maestro,
un discípulo. Sugería imponer el arte de las preguntas y
las respuestas, para el maestro propiciara el análisis profundo
y sagaz. En su opinión la verdadera concepción de la educación
era poner en contacto un pensamiento vivo con otro igual (4).
Esta posición se mantuvo hasta los debates pedagógicos de
1920, en los que se intentaba "enseñar para la vida"
como se muestra en el ejemplo del Estado de Tlaxcala, cuando el primer
Director de Educación reiteraba a sus maestros la consigna de no
leer directamente a los niños sino de transmitir y explicar el
conocimiento de manera oral (5).
A pesar de estas opiniones, el libro de texto logró imponerse.
Sin perder su espíritu éste ha conservado su definición
inicial aunque ha sufrido ciertas evoluciones (6). Actualmente se le considera
como una literatura compleja colocada y compilada por varias partes interesadas
(especialistas, autores, editores, autoridades) con la intención
de servir a un grupos de usuarios (maestros, estudiantes/alumnos), padres
de familia, etcétera (7).
El libro de texto forma parte de lo que hoy se denomina material didáctico
pues en la actualidad no representa el único instrumento al que
el profesor puede recurrir sino que forma parte de una serie con la que
puede ejercer su función docente -textos manuscritos, textos impresos,
textos periódicos, documentos audiovisuales, educativos, etc.
Los libros escolares son empleados en la enseñanza pero no están
ligados a una secuencia didáctica como los libros de textos que
son elaborados ex profeso para la enseñanza y de acuerdo con los
procesos didácticos específicos según la asignatura
(8).
El libro de texto, considerado como un elemento de comunicación
y de transmisión, es portador de una serie de representaciones
sociales encaminadas a modelar comportamientos y a orientar conductas
(9). Concebido como un instrumento de poder, el Estado se ha visto forzado
a lo largo de su historia a controlarlo hasta poder orientar en su provecho
su concepción y su uso. México, al igual que países
como Algeria, China, Egipto, Irán, Marruecos, Siria, Túnez,
la Unión de Myanmar (exBirmania), Vietnam y otros, han adoptado
la edición de Estado y han ejercido un monopolio sobre su concepción,
su redacción, su edición, su impresión y su difusión
(10). En pleno siglo XXI, el contenido de los libros de texto de historia
han vuelto a causar polémica pues los historiadores han reclamado
la inclusión de temas que han revolucionado al país como
el movimiento estudiantil del 68, el cambio del 2 de julio, el levantamiento
zapatista y otros, que los escolares sólo conocer a través
de la televisión, dado que el contenido de los libros de texto
gratuitos se detiene en los años cuarenta. Por otra parte, la Cámara
de la Industria Editorial también se ha manifestado en contra de
la política de exclusividad del Estado mexicano, aunque no resulta
claro el costo que esto representaría a las familias ya que cada
ejemplar tiene actualmente un precio de 9 pesos debido al gran volumen
de producción, a saber, 3 millones de ejemplares por cada título
(11).
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(1) Choppin Alain.
Les Manuels scolaires. Histoire et actualité. Paris:Hachette. 1992
(2) Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano de Literatura,
Ciencias y Artes. Barcelona: Montaner y Simón Editores. 1892. T.II.
pp.880-882
(3) Carlos A.Carrillo, Artículos Pedagógicos. Antología.
México: Instituto de Capacitación para el magisterio. 1964
citado en Leticia Gutiérrez Moreno, "Aritmética para
niños" en V Congreso De Investigación Educativa. Memoria
Electrónica. Aguascalientes 1999.
(4) Revista Pedagógica México Intelectual. Director Enrique
C.Rebsamen. México, 29 de febrero de 1904
(5) Citado en Elsie Rockwell, "La historia de la lectura y los textos
escolares" en V Congreso De Investigación Educativa. Memoria
Electrónica. Aguascalientes 1999.
(6) "...el termino libro en su acepción común se define
como la reunión de muchas hojas de papel, ordinariamente impresas
que se han cosido o encuadernado juntas con cubierta de papel, cartón,
pergamino, etc. y que forma un volumen. Por otra parte el libro de texto
es aquel por el cual debe estudiarse una asignatura por estar oficialmente
señalado para ello ".Enciclopedia Universal Ilustrada. Vol.30
pp.563-564
(7) Johnsen Egil Borre, Libros de texto en el caleidoscopio. Estudio crítico
de la literatura y la investigación sobre los textos escolares.
Barcelona: Ediciones Pomares-Corredor.1996.p.24 citado en Graciela Guzmán
Batalla, El libro de texto: propuesta para un análisis histórico"
en Congreso de Historia de la Educación.. Memoria Electrónica.
Toluca 1999.
(8) En Johnsen Egil Borre .Op.cit., (1996) pp.25-26 citado en Leticia
Moreno Gutiérrez, "El Libro escolar como fuente histórica"
en Congreso de Historia de la Educación. Memoria Electrónica.
Toluca 1999.
(9) Lorenza
Villar Lever, "Los libros de texto y sus representaciones sobre la
sociedad" en Galván Luz Elena, Lamoneda Mireya, Vargas María
Eugenia y Calvo Beatriz (Coords) Memorias del Primer Simposio de Educación.
México, CIESAS. 1994, p.140
(10) Alain Choppin, "Las políticas de libros escolares en
el mundo: perspectiva comparativa e histórica" en Javier Pérez
Siller y Verena Radkau García (Coords.) Identidad en el imaginario
nacional.Reescritura y enseñanza de la historia. México,
Instituto de Ciencias Socieales y Humanidades, BUAP Puebla, El Colegio
de San Luis, A.C. Instituto Georg-Rckert. 1998, pp.169-180
(11) Periódico Reforma. Sección Cultura, lunes 26 de marzo
de 2001.
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