Desde
la teoría económica se considera a la educación como
un bien de consumo, puesto que la sociedad "consume" educación,
es decir, las sociedades a partir de la segunda mitad del siglo XVIII experimentaron
la necesidad de recurrir a la educación como elemento que impulsará
el progreso económico y social, pero la educación no sólo
es un bien de consumo, pero esa necesidad que tiene la sociedad de educación
para generar la producción, reproducción y desarrollo de su
sistema económico-social, convierte a la educación en un bien
de inversión, de tal forma que el capital destinado al fomento educativo
no se considera como un gasto sino como una inversión. Como concepto
de análisis en la historia económica de la educación
la educación como bien de consumo o como inversión son muy
importantes, pues, se ha encontrado que en las sociedades con niveles mínimos
de alfabetización es menor el componente de consumo educativo que
el inversión y viceversa. |
Cfr.,
Pablo Latapí, "Educación y desarrollo económico",
en IV Congreso de Relaciones Industriales, 1966; y Clara E. Núñez,
La fuente de la riqueza. Educación y desarrollo económico
en la España contemporánea, Madrid, Alianza Universidad, 1992. |