GEOMORFOLOGÍA Y SEDIMENTOS RECIENTES DEL SISTEMA LAGUNAR ATASTA-POM, CAMPECHE, MÉXICO

Trabajo recibido el 9 de diciembre de 1980 y aceptado para su publicación el 4 de mayo de 1981.

RESUMEN

INTRODUCCIÓN

En la llanura costera del Golfo de México, comprendida entre el Río Tonalá y la Laguna de Términos, hay un amplio complejo sedimentario constituido por deltas de ríos y caracterizado por varios sistemas de lagunas litorales.

El sistema lagunar Atasta-Pom, situado en el flanco oriental de ese complejo, forma parte de un grupo de cuerpos de agua costeros que tienen comunicación con el Golfo de México a través de la Laguna de Términos, vía la boca de El Carmen.

Las investigaciones geológicas en el sistema lagunar Atasta-Pom, incluyeron a las lagunas Las Coloradas, Muerta y Palancares, de acuerdo a un programa de la Universidad Nacional Autónoma de México, cuya finalidad es la de conocer los caracteres geológico-marinos de las lagunas litorales de la República Mexicana.

Esta investigación fue auspiciada por la ex-Secretaría de Recursos Hidráulicos para determinar las características geomorfológicas y sedimentológicas del sistema lagunar Atasta-Pom y de la Laguna Sabancuy, en el Estado de Campeche, México.

Para cumplir con lo anterior, se elaboró, un programa de estudio que se realizó en los meses de agosto, septiembre y noviembre de 1971. Durante el desarrollo de las actividades de campo y de gabinete se hizo uso de las instalaciones y de las facilidades del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Las investigaciones realizadas en la Laguna Sabancuy, Campeche, serán publicadas por separado.

El sistema lagunar Atasta-Pom dista 30 km hacia el 0 de Ciudad del Carmen, Campeche y se localiza entre las coordenadas 18°33', 18°38' de latitud norte y 92°01', 92°14' de longitud oeste (Fig. 1); esta posición geográfica corresponde, de acuerdo con Álvarez, Jr. (1961), con, la provincia fisiográfica denominada Llanura Costera del Golfo.

Esta llanura costera se ha incrementado, durante el Cuaternario, por los procesos sedimentarios fluvio-deltáicos de los ríos Grijalva y Usumacinta; de acuerdo con Psuty (1965), cubre un área de 13,300 millas cuadradas (aproximadamente 34,500 km²).

La temperatura media anual es de 27.2°C, la precipitación pluvial es de 1,500 mm/año y los meses lluviosos son septiembre y octubre. Los vientos dominantes proceden del NE y del SE, con intensidad promedio de 1.4 m/seg (Servicio Meteorológico Nacional, 1970). En los meses invernales, el desplazamiento hacia el S de masas de aire frío genera fuertes vientos denominados "nortes". La intensidad y la dirección del viento, registradas durante las investigaciones de campo, se indican en la figura 2.

Fig. 1. Localización del sistema lagunar Atasta-Pom, en la Laguna de Términos, Campeche.

Durante el desarrollo de la llanura deltáica del Río Usumacinta, han sido rellenados algunos cuerpos lagunares y abandonados varios cauces fluviales. Vestigios de es tos rasgos morfológicos pueden ser observados hacia el S del sistema lagunar (Fig. 3).

Fig. 2. Vientos en el sur del Golfo de México durante el estudio.

Las condiciones hidrodinámicas de las lagunas Pom y Atasta, se determinaron en las estaciones indicadas en la figura 3. El nivel del agua lagunar es variable, las fluctuaciones fueron atribuidas a la marea y al viento y presentaron una amplitud máxima de 9 cm frente a la Isla del Cura (estación I) y en la Boca del Pom (estación III). En la estación IV (centro de la Laguna Pom), se registraron movimientos verticales de hasta 4 cm; en la estación V, el movimiento vertical del agua lagunar fue irregular, debido a la descarga del arroyo y de la laguneta Las Coloradas. En la boca del arroyo, las variaciones del nivel, de hasta 4 cm, se relacionaron con la acumulación de agua en la ribera suroeste de la Laguna Pom durante el flujo eólico.

El flujo de marca ingresa muy amortiguado a las lagunas Atasta y Pom vía el Río Torno Largo, estero tortuoso que comunica al sistema lagunar con la Laguna de Términos a través de la Boca de Atasta. Frente a la Isla del Cura, el flujo de marea mostró un retardo aproximado de dos horas, respecto a Ciudad del Carmen. El viento del NE originó oleaje suave y persistente que, posiblemente, causó la acumulación de agua sobre la costa de Atasta próxima a la Punta Pom. Al O de la Laguna Atasta, el nivel del agua tiende a elevarse debido a que la angosta intercomunicación lagunar impide su libre flujo hacia la Laguna Pom.

La velocidad de las corrientes lagunares fluctuó entre cero y 5.0 cm/seg; las velocidades mayores 2.5-3.0 cm/seg, fueron registradas en la Laguna de Atasta (estación I y II). En la boca del Pom, la velocidad es menor y las aguas fluyen preferentemente sobre la margen sur; este flujo es favorecido por el canal artificial y por los vientos procedentes del NE. En la Laguna Pom, la velocidad varió entre 0 y 2.00 cm/seg; en esta laguna, la influencia de la marea no es significativa y si lo es la de los vientos del noreste.

En la porción occidental del estado de Campeche, las características geomorfológicas de la Llanura Costera del Golfo de México, se relaciona con el desarrollo de las llanuras aluviales de los ríos Grijalva y Usumacinta y han estado influenciadas por las variaciones glacioeustáticas pleistocénicas del nivel del mar. El origen del grupo de las lagunas, del que forma parte el sistema lagunar Atasta-Pom, se debe al aporte de sedimentos terrígenos, a los movimientos laterales de los ríos Usumacinta y San Pedro San Pablo y a la formación de una barrera litoral constituida por varias series de cordones de playa acrecentados con sedimentos terrígenos aportados al Golfo de México por el Río Usumacinta, distribuidos por el oleaje y por las corrientes de litoral. El extremo oriental de estos antiguos cordones de playa ha sido estudiado por Phleger y Ayala-Castañares (1971), en relación a los procesos y a la historia de la Laguna de Términos, Campeche y por Yáñez (1971) al considerar los procesos costeros de la plataforma continental al S de la Bahía de Campeche.

Según la clasificación genética propuesta por Lankford (1977), para las lagunas costeras de la República Mexicana, el sistema lagunar Atasta-Pom puede ser considerado como dispuesto en una depresión de la plataforma continental interna y separado del Golfo de México por una barrera arenosa, con desarrollo de pantanos de manglar.

El depósito de los materiales clásticos continentales aportados hacia la llanura costera, desde el Terciario, ha dado lugar a la acreción de amplios sistemas deltáicos, situados en una costa que, genética y morfológicamente, es de tipo primario y tectónicamente, puede ser considerada como de mares marginales (Carranzaet al., 1975).

El sistema lagunar Atasta-Pom, es el remanente de un cuerpo de agua costero, alargado y casi paralelo a la actual línea de costa, que ha sido segmentado y rellenado con sedimentos terrígenos por los procesos sedimentarios debidos a la evolución de las llanuras deltáicas y de la barrera litoral.

Vestigios de ese cuerpo original se localizan hacia el NE, S y SO de las lagunas Atasta y Pora y son las lagunas Las Coloradas, Río Muerto y Palancares, la laguneta San Ignacio y los esteros Arroyo San Ignacio y Río Torno Largo (Fig. 4).

La barrera litoral, de 10 km. de anchura media y formada desde el Río San Pedro San Pablo hasta la Punta Zacatal, límite oeste de la Laguna Términos, está constituida por al menos, dos series de antiguos cordones de playa formados durante periodos de abundante aporte de sedimentos fluviales y de plataforma. La primera serie de cordones de playa, la más antigua, está situada en la porción interna de la barrera; los antiguos cordones de playa están orientados sensiblemente hacia el NE 60° SO y se les observa hacia el NO de la Laguna Atasta y al NNO de la Laguna Pom (Fig. 3). El ancho aproximado de la serie es de 4.0 km. en el área de la Punta Pom y se incrementa hacia el 0 donde supera los 8.0 km. No fue posible conocer la anchura máxima de esta serie dado que el desarrollo hacia el SO de los antiguos cordones de playa está erosionado y, en parte, ocupado por la Laguna Pom. En la porción mejor conservada de esta serie hay 32 antiguos cordones de playa fácilmente distinguibles en los pantanos de manglar, que los cubren, y por las inflexiones que causan a las riberas norte y oeste de las lagunas, en especial en las costas Atasta, Carrizal y Pom. Es muy probable que la posición del estero Las Coloradas esté normada por los antiguos cordones de playa. La amplitud entre las crestas de estos rasgos morfológicos disminuye hacia el NE y varía de 20 a 100 m, por lo que define a un amplio abanico dispuesto al 0, hacia la zona de flujo del actual Río San Pedro San Pablo.

El límite norte de esta serie está en discordancia angular con la serie más reciente de antiguos cordones de playa. Esta serie, la segunda, está formada por, al menos, 60 antiguos cordones de playa orientados hacia el E-O y semi paralelos a la actual línea de costa. Se aprecian discordancias interiores que modifican la orientación general de la serie hacia el NO-SE, en las cercanías de la desembocadura del Río San Pedro San Pablo.

Hasta el inicio de la formación de la segunda serie de antiguos cordones de playa, el Arroyo de la Sierra (Fig. 3) fue un canal activo que comunicaba a la Laguna Atasta con el Golfo de México; en la boca de ese canal, la sedimentación costera motivó la progradación de la costa con desarrollo de cordones de playa, orientados hacia el interior de la laguna, y de ganchos a ambos lados del canal.

Se considera que los cambios en la tendencia general en la orientación de los antiguos cordones de playa, fueron motivados por las modificaciones de las tasas de erosión o depósito y de las condiciones meteorológicas y oceanográficas. El relieve de estos antiguos cordones de playa sugiere que no ha habido cambios importantes en el nivel del mar, desde el tiempo de su formación hasta la actualidad y que únicamente han experimentado modificaciones leves en la altitud debido a los procesos de compactación.

Las lagunas Atasta y Pom, típicas de litoral, cubren un área aproximada de 80 km2, sin considerar a las lagunas pequeñas y a las lagunetas, de los cuales 50 km2 corresponden a la Laguna Pom, que es la de mayores dimensiones (Fig. 3).

La profundidad media de estas lagunas es de 1.5 m referidos al nivel medio del mar, con valores máximos de 3.90 in en la desembocadura del estero Las Coloradas (Fig. 4). El fondo lagunar es casi llano y presenta: 1) varios remanentes de antiguos cordones de playa que se proyectan hacia la Laguna Pom, donde configuran al fondo y a la ribera norte; 2) tres canales artificiales localizados el primero en la Laguna Atasta (Isla del Cura-Atasta-Bocana), y el segundo (Bocana-Palma Sola), en la Laguna Pom, ambos en proceso de asolvamiento y, el tercero, en la desembocadura del estero Las Coloradas y 3) los bancos de almeja y ostión que comprenden amplias áreas del piso lagunar.

Las lagunas Atasta y Pom están comunicadas entre sí por un canal angosto conocido como Boca del Pom. Este canal es el remanente de la porción central del cuerpo lagunar que, por los procesos hidrodinámicos y de sedimentación ha experimentado un pronunciado angostamiento, con acreción de pantanos de manglar.

La forma alargada de la Laguna Atasta, orientada hacia el NE-SO está controlada al N y NO, por la segunda serie de antiguos cordones de playa de la barrera litoral y por los densos pantanos de manglar, que caracterizan a la Costa del Estauchal, y que han favorecido el desarrollo de los esteros denominados Río Palancares, Río Torno Largo y, hacia el N, al Arroyo de la Sierra.

La Laguna Pom, de forma elipsoidal, está limitada, hacia el N, por la primera serie de antiguos cordones de playa cubiertos por pantanos de manglar. Este tipo de pantano circunda a la laguna y su distribución es interrumpida por varios esteros y por el canal que comunica a esta laguna con la Laguna Atasta, conocido como Boca del Pom.

La comunicación entre el sistema lagunar Atasta-Pom y el Golfo de México, se realiza a través del Río Torno Largo, estero meándrico y somero, con profundidad máxima de 2.0 m (E. Chávez, comunicación personal), que une, entre otras, a las lagunas El Corte, Puerto Rico y Términos.

La forma y las dimensiones de las lagunas están siendo modificadas por la tasa de sedimentación, que se estima alta, por la acreción de los pantanos de manglar y por el desarrollo de los bancos de ostión y de almeja. El oleaje de viento y las corrientes lagunares, de energía moderada, tienden a conformar el piso y a las riberas. El aporte de sedimentos finos procedentes de la llanura deltáica es considerable, en especial durante la época lluviosa. El oleaje lagunar, de periodo corto, causa la remoción de las arenas que forman a los antiguos cordones de playa; estas partículas son depositadas en el fondo lagunar cercano de las riberas norte y causan inversiones texturales en los sedimentos lagunares.

Los sedimentos fueron colectados con dragas tipo Van Veen y analizados en cuanto a su textura y composición. Las estaciones de muestreo se indican en la figura 3.

En la preparación y en el análisis mecánico de las muestras se procedió de acuerdo a los criterio de Folk (1965), Emery (1938) y Krumbein (1932).

Los sedimentos se clasificaron en base a los métodos de Inman y Chamberlain (1955), Folk (1965) y Shepard (1954). Esta información se utilizó para conocer la distribución regional de los sedimentos y averiguar las normas que la rigen. Se determinaron grupos texturales según los métodos desarrollados por Inman (1952), al correlacionar el diámetro medio de las partículas con la desviación estandard gráfica y el coeficiente de asimetría del sedimento (Fig. 5) y por Shepard (1954) al conocer la posición de los sedimentos en un diagrama ternario según los porcentajes de arena, limo y arcilla (Fig. 6).

Los sedimentos lagunares son predominantemente areno-limosos con cambios laterales a limo-arenosos; están formados por granos de arena fina y de limo grueso a fino que varían de moderadamente bien a mal clasificados.

Las gravas y arenas constituyen una fracción menor de los sedimentos (2 y 7%, respectivamente); son clastos aportados por los bancos de almeja u ostión y por los antiguos cordones de playa. Las gravas finas (matatenas) son conchas fracturadas y líticos calizos de diámetro medio comprendido entre -4.0 y 2.0 Ø(16 y 4 mm). Hacia el NO de la Laguna Atasta hay un lente alargado formado por matatenas muy finas (4.5 mm), muy mal clasificadas (SkØ: 2.60 Ø) y con bajo porcentaje de partículas finas (14% de granos arenosos muy gruesos). En la Laguna Pom, frente a la desembocadura del Arroyo San Ignacio (Fig. 6), hay otro lente de grava formado por matatenas gruesas mal clasificadas (SkØ: 1.25). Estos depósitos han sido formados por la destrucción de los bancos de almeja.

Las arenas se tienen en la porción central y en la ribera norte de la Laguna Atasta; las primeras, están mal clasificadas, son de distribución moderada y forman un "parche" a profundidades de 2.00 m, aproximadamente; las de la ribera están moderadamente bien clasificadas y provienen de los remanentes de los antiguos cordones de playa que limitan a la laguna y en gran medida determinan su morfología (Fig. 4); las arenas finas de la Laguna Pom, están moderadamente bien clasificadas y proceden de los antiguos cordones de playa. Las arenas de la barrera litoral, al estar siendo erosionadas por la lluvia, por el oleaje de viento y por las fluctuaciones del nivel del agua lagunar, contribuyen al relleno de las lagunas.

Los sedimentos areno-limosos, típicamente deltáicos, son el grupo textural de mayor distribución en las lagunas Atastas y Pom y en los esteros Torno Largo, Palancares y La Sierra (Fig. 6). La distribución regional y las características texturales de estos sedimentos han sido modificadas por los escurrimientos superficiales y por las corrientes lagunares. Estas corrientes favorecen la mezcla y la selección de los sedimentos y motivan cambios en la textura original de los sedimentos. Los sedimentos limo-arenosos, muy mal clasificados, están formados por limos de grano grueso a medio y arenas finas y muy finas, se distribuyen en franjas angostas y en el abanico acrecentado frente a la desembocadura del estero Las Coloradas (Fig. 6).

El 7% de los materiales lagunares está representado por limos moderadamente mal y muy mal clasificados; las arcillas son escasas y siempre están asociadas a los limos, ricos en materia orgánica vegetal aportada por los pantanos de manglar.

La vegetación de pantano (bosques tropicales de mangle) y la vegetación sumergida (praderas y ceibadales), son verdaderas trampas para las partículas finas en suspensión e incrementan la tasa de sedimentación en el fondo y en las riberas de las lagunas; los bancos de almeja y de ostión también han contribuido al relleno del fondo lagunar por el aporte de fragmentos orgánicos carbonatados, de textura gruesa (matatenas).

La composición mineralógica de la fracción inorgánica con diámetro medio mayor de 4 0 es cuarzo-feldespática, con porcentajes bajos de circón, minerales micáceos, minerales ferromagnesianos y fragmentos líticos. La fracción orgánica está representada por conchas, foraminíferos, estrácodos, diatómeas, espículas y fibras vegetales.

La composición mineralógica de la fracción ligera en las arenas de los grupos texturales II y III A (Fig. 5), varía de ortocuarcítica a subarcósica, con porcentajes de cuarzo comprendidos entre 70 y 100% y de feldespatos, principalmente potásicos, de 0 a 80%; la madurez de los sedimentos, determinada según la relación feldespatos/cuarzo, varía de 0.03 a 0.04 para las arenas ortocuarcíticas y de 0.06 a 0.097 para las subarcósicas, según los límites sugeridos por Hsu (1960). El remanente está formado por circón, 0 a 5%; minerales micáceos, 0 a 6%; minerales ferromagnesianos, 0 a 8%; y fragmentos líticos, 0 a 4%. Los granos de cuarzo son transparentes o translúcidos y se presentan sub-redondeados, con índices de redondeamiento comprendidos entre 0.25 y 0.50 según los límites de clase propuestos por Pettijohn (1957); ocasionalmente puede reconocerse la forma geométrica original del grano y es frecuente que las caras originales estén destruidas. Los granos de feldespato, albita u ortoclasa, son redondeados o bien redondeados y los límites de clase varían de 0.40 a 1.00. La forma de estos cristales tiende a ser alargada o equidimensional.

Los cristales de circón están sub-redondeados, de forma ligeramente alargada; los minerales ferromagnesianos (hornblenda, principalmente) están sub-redondeados y son equidimensionales; los minerales micáceos (muscovita y biotita) presentan aristas redondeadas.

En la fracción orgánica se identificaron ostrácodos, 5 a 20%; foraminíferos, 2 a 8%; espículas 20 a 60%, conchas 5 a 80%; fibras vegetales, 10 a 28%; y diatómeas, 10 a 15%.

La concentración de sólidos en suspensión varió de cero a poco menos de 2.0 gr/lt, las concentraciones mayores se determinaron cerca del fondo lagunar, cuando el viento del NE había generado oleaje; el contenido de placton alcanzó valores constantes de 6.0 gr/lt, aproximadamente, en superficie y en el fondo. Los sedimentos inorgánicos transportados en suspensión son limos, con escasa cantidad de arcillas y de arenas muy finas.

El contenido porcentual de carbonato de calcio en los sedimentos lagunares se determinó aplicando el método propuesto por Harvey (1969). El rango de variación fue de 3.00 a 82.50% (Fig. 7); los valores máximos se tienen, principalmente, en los sedimentos de los bancos de almeja o de ostión de la Laguna Atasta y, en general, corresponden con el grupo textural III (Fig. 5); los valores menores se indican en los sedimentos de las riberas lagunares, de los esteros y de los pantanos de manglar.

En la porción oriental de la Laguna Atasta, la distribución del carbonato de calcio refleja el movimiento de las aguas procedentes del estero Río Torno Largo y determina dos zonas de alta concentración situadas frente al poblado Atasta y hacia el S de la laguna. La primera zona, con valores de hasta 73%; yace a profundidades de 2.0 a 2.5 m donde el fondo lagunar tiene suaves inflexiones motivadas por los bancos orgánicos calcáreos; la segunda, con valor máximo de 82.50%, se sitúa a 2.0 m de profundidad en un fondo llano formado por bancos orgánicos carbonatados parcialmente cubiertos por sedimentos arenosos areno-limosos o limo-arenosos.

En los sedimentos de las riberas lagunares o cercanos a ellas, el contenido de carbonato de calcio es muy variable. En la costa de El Estauchal, al S de la Laguna Atasta, el porcentaje de carbonato de calcio en las arenas limosas y en los limos arenosos es de 28.80 a 67.12%. Hacía el N, el contenido de carbonato de calcio disminuye hasta 5.0-11.0% en las arenas de los antiguos cordones de playa; hacia el O, las arenas limosas y las gravas de la Costa de Atasta tienen de 36.70 a 44.30% de carbonato de calcio.

En la Laguna Pom, la distribución del carbonato de calcio determina, en la porción centro oriental de la laguna, dos zonas donde la concentración de carbonato de calcio es considerable, 40 a 60%. El desarrollo de las isolinas (Fig. 7), indica el movimiento general de las masas de agua procedentes de la Laguna Atasta y del estero Las Coloradas.

El porcentaje de carbonato de calcio varía de 30 a 40% en las gravas depositadas en la desembocadura del Arroyo San Ignacio, en los limos-arenosos del delta interior formado frente al estero Los Coloradas y en las arenas de los remanentes de las antiguas líneas de playa de la Costa del Pom.

El contenido de carbón orgánico en los sedimentos se determinó de acuerdo al criterio propuesto por Schollemberg (1927). El rango de variación fue de 0.35 a 17.08%; los porcentajes mayores se tienen en la ribera norte de la Boca del Pom (Fig. 8).

El patrón de distribución del contenido orgánico da idea de la cantidad de detritus vegetales que los pantanos de manglar aportan a los sedimentos de las lagunas. La disposición de, las isolíneas, inflexionadas hacia la Costa de Atasta, indica el movimiento, hacia el O y a expensas del viento de las masas de agua. La circulación del agua es, preferentemente, sobre la ribera sur de la Boca del Pom por lo que los detritus vegetales son depositados en la ribera opuesta, cerca de la fuente de procedencia.

La Costa El Carrizal, hacia el NE de la Laguna Pom, es una área somera de baja energía que está protegida de los vientos dominantes y de los de tormenta por el extremo norte de la Boca del Pom; por la escasa profundidad de esa zona, el oleaje refractado en la Bocana Norte es amortiguado. Por las características anteriores, la Costa El Carrizal es una zona de sombra donde la tasa de sedimentación orgánica vegetal es acentuada.

En la porción restante de las lagunas el contenido de carbón orgánico en los sedimentos fluctúa entre 0.35 y 4.0%; los valores superiores se tienen en la Punta Gorda y en la ribera norte de la Laguna Pom (Fig. 8). El desarrollo de las isolíneas no concuerda con la batimetría y si parece tener relación con el flujo, hacia la Laguna Atasta, del agua de los esteros Las Coloradas, San Ignacio y Río Torno Largo, que fluye hacia la laguna cuando los vientos del NE cesan o disminuyen de intensidad.

El sistema lagunar Atasta-Pom, está situado hacia el E de la zona aluvial que Psuty (1965) considera como el área de más amplia sedimentación en el Golfo de México, durante el Reciente e incluye a las llanuras de inundación y a las llanuras costeras de los ríos Grijalva y Usumacinta.

Este sistema, típicamente costero, es el remanente de un cuerpo lagunar más extenso, segmentado y rellenado por procesos de sedimentación terrígena y por la acreción de barreras orgánicas. El sistema lagunar está aislado del Golfo de México por una barrera arenosa formada por dos series de antiguos cordones de playa acrecentados a partir de la estabilización del mar en su actual nivel, hace unos 2,000-2,500 años (Thom, 1967; Phleger y Ayala-Castañares, 1971).

El desarrollo de estos antiguos cordones tratados por Psuty (1965), Yáñez (1971) y por Phleger y Ayala-Castañares (1971), ha estado condicionado a la migración lateral de los cauces fluviales, al aporte de sedimentos terrígenos hacia el litoral y a la energía de la costa.

Las lagunas Atasta y Pom, formadas por la sedimentación terrígena, pueden ser consideradas como de tipo orgánico y alojadas en depresiones de la plataforma continental interior. El desarrollo de estas lagunas refleja el balance dinámico entre la cantidad y la granulometría de los sedimentos fluvio-terrígenos y la energía de los procesos costeros. En la zona costera de Tabasco ese balance dinámico parece estar equilibrado a lo largo del margen deltáico del Río Grijalva. El estado evolutivo del sistema lagunar varía de intermedio en las lagunas Atasta y Pom a avanzado en las lagunas Las Coloradas Palancares, entre otras, y evidenciado por la escasa profundidad de estos cuerpos de agua y por la carencia de rasgos topográficos naturales dominantes en el piso lagunar, como resultado de: a) la tasa de sedimentación, que se considera apreciable; y b) de la moderada energía hidrodinámica lagunar, condicionada, principalmente, con los regímenes de viento y de lluvia.

El flujo de marea ingresa muy amortiguado por fricción a la Laguna Atasta. En esta laguna el flujo de marea es pulsante y tiende a difundirse en forma similar a la descrita por Phleger y Ayala-Castañares (1969), para las lagunas de Topolobampo, Sinaloa. Por lo somero de la laguna, los pulsos de la marca pronto disminuyen amplitud. La salinidad del agua en la Laguna Pom, 5% (E. Chávez, comunicación personal), indica que hacia el E de la Boca del Pom el flujo de marea no es significante.

El oleaje lagunar, originado por los vientos del NE, es de baja amplitud y capaz de remover a los sedimentos finos del piso lagunar y de causar la erosión de la ribera noroeste de la Laguna Pom, formada por los remanentes arenosos de los antiguos cordones de playa. Además, los vientos del NE causan acumulación de agua en la Boca del Pom, con lo que se establecen diferencias de nivel del agua en ambos lados de la Boca del Pom y se origina una corriente, que fluye hacia el O, cuya velocidad es función de la duración e intensidad del viento y de la diferencia en los niveles. Al cesar el viento la velocidad de las corrientes tiende a disminuir y su dirección se invierte; estas modificaciones en el patrón de circulación del agua lagunar, se manifiestan en la distribución de los sedimentos y da lugar a cambios de facies.

La evolución natural de las lagunas, caracterizada por el desarrollo de barreas de manglar y por la acumulación de sedimentos, ha causado la reducción de las dimensiones del cuerpo lagunas original, asolvándolo y segmentándolo.

Los sedimentos lagunares, clasificados en cinco grupos texturales, están comprendidos por gravas finas (matatenas), mal clasificadas, arenas finas bien clasificadas, arenas-limosas que varían de moderadamente bien a muy mal clasificadas y arcillas de grano grueso, muy mal clasificadas. El diámetro medio y el grado de clasificación de los sedimentos se relacionan con la procedencia de los sedimentos y con la energía del agente de transporte o del medio de depósito.

Las gravas y arenas gruesas son, principalmente, fragmentos de conchas de almeja u ostión. Las arenas proceden de los remanentes de los antiguos cordones de playa, erosionados por el oleaje lagunar. Los sedimentos areno-limosos, los de mayor distribución en las lagunas y esteros, son típicamente deltáicos y su depósito ha sido conformado por las corrientes lagunares.

La mezcla de partículas de alta energía (arenas o gravas de conchas) con las de baja energía (limos y arcillas), ha provocado inversiones texturales. Los bancos de almeja u ostión están en zonas lagunares de energía moderada y su fracturamiento es atribuido al ataque mecánico directo, ejercido por el hombre.

La composición mineralógica, cuarzo-feldespática, de las arenas terrígenas es el resultado de la composición de las rocas que el río Usumacinta erosiona en su curso, de la energía del agente de transporte o del ambiente de depósito. En la llanura costera se tienen rocas sedimentarias del Terciario y sedimentos del Cuaternario y del Reciente, que han sido formados por partículas procedentes de rocas más antiguas. Por el transporte ejercido y por los diferentes ciclos de erosión, los granos de cuarzo se muestran sub-redondeados o redondeados.

En las lagunas Atasta y Pom, es considerable el aporte de sólidos vía: 1) los escurrimientos superficiales, sin cauce definido, que fluyen hacia las riberas norte y oeste; y 2) el remanente de un antiguo cauce fluvial correspondiente a un afluente del Río San Pedro San Pablo, que fluía en el extremo oeste de la Laguna Las Coloradas.

El aporte de partículas en suspensión por el flujo de marca es casi nulo debido a que la energía hidrodinámica en el canal de acceso es moderada, capaz de remover únicamente a los limos del fondo y a los limos y a las arcillas procedentes de los escurrimientos superficiales, que se encuentren en suspensión o floculados. Las praderas de Graciliaria confervoides y los ceibadales de Thalassia testudinum y Diplanthera wrightiiretienen a las partículas e inhiben su transporte. La energía hidrodinámica lagunar es, como ha quedado indicado, moderada o nula y condicionada principalmente a los vientos dominantes.

Los sedimentos clásticos calcáreos de los bancos de almeja y ostión, norman el contenido de carbonato de calcio de los sedimentos. En la Laguna Atasta hay sedimentos muy carbonatados, con porcentajes de hasta 82% y su distribución está influenciada por la descarga del Estero Río Torno Largo. Los mayores porcentajes de carbonatos se tienen en las arenas limosas de la Costa de El Estauchal, en las gravas de la Costa de Atasta y hacia el centro de la Laguna Pom, donde se relacionan con los bancos orgánicos.

Por el desarrollo generalizado de los bancos de almeja y ostión, por la escasa magnitud de la energía hidrodinámica lagunar y por el avanzado relleno de las lagunas, la distribución porcentual de carbonato en los sedimentos, no tiene relación con la morfología del fondo lagunar.

La principal fuente de procedencia de materia orgánica vegetal hacia los sedimentos lagunares son los pantanos de manglar, en especial los que forman a las costas Estauchal y Atasta (Fig. 9). El desplazamiento hacia el O de las masas de agua lagunar, a expensas de los vientos dominantes, ha favorecido la acumulación del material orgánico al N de las lagunas y, principalmente, en la ribera norte de la Boca del Pom.

En las condiciones actuales, las lagunas están siendo rellenadas rápidamente por sedimentos finos; se considera conveniente realizar obras de ingeniería que permitan ampliar la vida útil de estos cuerpos de agua litorales que, de acuerdo a su posición geográfica, y a su potencial económico, deben ser explotados racionalmente.

El sistema lagunar del que forman parte las lagunas Atasta y Pom, dispuesto desde el Río San Pedro San Pablo, hacia el O, hasta la Laguna de Términos, al E, es favorable para él desarrollo de un canal interior que, al estar protegido por las barreras litorales, permitiría la circulación de embarcaciones adecuadas, aún durante la época de perturbaciones meteorológicas.

Los autores agradecen a A. Ayala-Castañares, ex Coordinador de la Investigación Científica, a R. Cruz-Orozco, y A. García-Cubas, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, UNAM, las sugerencias y revisión del manuscrito; a D. Córdoba-Méndez, ex-Director del Instituto de Geología UNAM, por las facilidades proporcionadas durante el desarrollo de las investigaciones: a A. Castro del Río, A. Galavíz-Solis y A. Pérez-Rojas, quienes colaboraron durante el desarrollo de la investigación y a H. Muñoz Ferreira y a F. Santibañez, de la ex Secretaría de Recursos Hidráulicos, por las atenciones recibidas; a E. León por la elaboración final del manuscrito.

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