ANALES DEL INSTITUTO DE CIENCIAS DEL MAR Y LIMNOLOGÍA


ANÁLISIS DE LAS POSIBILIDADES DE CULTIVAR LANGOSTAS (CRUSTACEA, PALINURIDAE) EN MÉXICO

Trabajo presentado parcialmente en el 2do. Simposio de la Asociación Latinoamericana de Acuicultura. México, D. F. 13-17 de noviembre de 1978. Recibido el 24 de abril de 1980 y aceptado para su publicación el 18 de agosto de 1980.

ENRIQUE LOZANO ÁLVAREZ,

Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Ciencias del Mar y Limnología.

PATRICIA BRIONES FOURZÁN

Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Ciencias del Mar y Limnología

CRAIG B. KENSLER

Experto de la UNESCO en Biología Marina. Contribución 221 del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, UNAM.

RESUMEN

Se hace un análisis de las probabilidades reales que existen en la actualidad para realizar cultivos o semicultivos de langostas en México, con base en una serie de criterios propuestos por varios autores, así como en las características biológicas que presenta esta familia, resaltando el hecho de que hasta el momento no se ha logrado su cultivo o semicultivo con miras hacia la comercialización en ningún país. Con base en este análisis se concluye que la probabilidad de llevar a efecto, en el presente, este tipo de experiencias en nuestro país es nula.

Sin embargo, existen en México muchas otras especies dulceaculícolas o estuarinas susceptibles de ser cultivadas, hacia las cuales deberían encaminarse los esfuerzos por hacer acuacultura.

Además, tomando en consideración el escaso desarrollo de la pesquería de algunas especies de langosta existentes en México, se concluye que, por ahora, ocupa una mayor prioridad el estudio biológico-pesquero de las mismas para alcanzar un adecuado manejo de este recurso.


ABSTRACT

The actual feasibility that is counted with, at present, in the culture or semiculture of spiny lobsters in Mexico is analysed, based on criteria proposed by several authors, as well as on the biological characteristics found in this family, emphasizing the fact that, up to now, no commercial success has been met with in their cultívation or semicultivation in any country of the world. Based on this analysis, it is contended that there is no hope, at present, to perform this kind of experiences in Mexico.

Nevertheless, there are many other freshwater and estuarine species in this country that can be cultivated, and efforts should be directed towards them in the field of aquaculture.

Moreover, taking into account the small degree of development found in the fisheries of various spiny lobster specíes that occur in Mexico, the conclusion has been reached that, for now, it is of greater importance to go into the study of the fisheries biology of each one of the different species to obtain adequate management of this resource.


INTRODUCCIÓN

En las últimas décadas, la acuacultura ha tenido un enorme impulso en todo el mundo. La posibilidad de cultivar diversos organismos acuáticos ha acaparado el interés de muchos investigadores, e incluso de instituciones enteras, en un gran número de países de los cinco continentes. México no podía ser la excepción. Y es que, en realidad, el cultivo de vegetales y animales acuáticos podría llegar a ser una actividad que por sí sola fuera capaz de solucionar problemas de alimentación en algunos lugares del mundo, sobre todo en amplias, zonas marginadas de los países subdesarrollados (Bardach et al.., 1972; Uchida, 1972), o bien de generar considerables divisas por concepto de exportación. Sin embargo, se deben seleccionar cuidadosamente las especies factibles de ser cultivadas, pues aún cuando algunas resulten muy atractivas por razones de tipo económico u organoléptico, persentan problemas de diversa índole que, de no ser tomados en cuenta, podrían hacer fracasar cualquier intento por cultivarlas. Esto es especialmente verdadero en el caso de ciertas especies marinas que se pretenden, o se han pretendido, cultivar en México.

El objetivo de este trabajo es analizar las perpectivas reales que existen para cultivar o semicultivar langostas espinosas en México, ya que en este país se distribuyen cinco especies del género Panulirus y siendo la langosta un crustáceo de elevado valor comercial y con una gran demanda en el mercado nacional e internacional, figura entre las especies que más interés para cultivo ha suscitado entre las instituciones gubernamentales encargadas de hacer acuacultura.

Nash (1974), Hansen (1974) y Webber y Riordan (1976), establecen una serie de criterios biológicos y económicos para seleccionar especies marinas o dulceaculcolas factibles de ser cultivadas, con base en los cuales citan una serie de posibles candidatos. Los crustáceos, en general, figuran tan sólo entre los candidatos potenciales debido a que sus características biológicas no se prestan mucho a las tecnologías actualmente desarrolladas para cultivos. De entre los crustáceos, además, las diferentes familias de langosta son, quizá, las menos adecuadas para estos fines.

Existen varios trabajos que señalan las dificultades que presentan las langostas de la familia Palinuridae para su cultivo (Chittleborough, 1968; Ingle y Witham, 1968; Sorensen, 1969; Uchida, 1972; Bardach et al.,1972; Ting, 1973; Boschi, 1974). Actualmente se encuentran en marcha investigaciones en muchas partes del mundo con el objeto de estudiar y tratar de comprender los múltiples problemas, principalmente los biológicos, que presentan estos organismos y que no permiten pensar aún en la posibilidad de realizar cultivos a escala comercial.

Con base en algunos aspectos tratados en los trabajos de Nash (1974) y Webber y Riordan (1976), así como en una revisión de trabajos realizados en langostas de la familia Palinuridae, y en una exposición de la problemática de la pesquería de langosta en México, se ha hecho el siguiente análisis sobre los citados problemas.


CRITERIOS DE MERCADEO

Son los criterios de este tipo los que hacen más deseables los cultivos de langostas. La aceptación del producto por parte del consumidor es un punto importante que podría garantizar la compra a gran escala del producto cultivado. En este sentido, la langosta no presenta problemas, pues es un crustáceo muy apreciado en casi todo el mundo (Nowak, 1970).

Con respecto a la eficiencia de manufactura, un factor que afecta la economía de un sistema de cultivo es el porcentaje de aprovechamiento del organismo cultivado. En el caso de la langosta este porcentaje es bajo, pues en general sólo se consume la carne del abdomen, misma que representa, según la especie de que se trate y el tamaño del ejemplar, alrededor de 30 o 40% del peso total del animal (Lindberg, 1955; Backus, 1960; Loesch y López, 1966; Van Zalinge y Holguín, 1973). A pesar de esto, la langosta es un animal relativamente sencillo de manipular, pues no pierde fácilmente sus cualidades, siempre y cuando su procesamiento sea rápido y su congelamiento inmediato.

Por último, el comportamiento de la langosta en el mercado se mantiene permanentemente de manera satisfactoria, lo que podría garantizar, a priori, la compra de toda la producción por cultivo, ya que siempre persenta un alto precio y una gran demanda, sobre todo -como se mencionó anteriormente- en el extranjero, lo cual sería el principal incentivo para posibles inversiones.

De hecho, si se tomasen en consideración solamente los criterios de mercadeo para implantar un cultivo, como desgraciadamente sucede a menudo, sin lugar a dudas la langosta sería uno de los más adecuados. Sin embargo, sus características biológicas y los criterios económicos que requieren ser tomados en cuenta para lograr cultivos exitosos limitan enormemente esta posibilidad.


CARACTERISTICAS BIOLÓGICAS

Los conocimientos que se tienen hasta el presente sobre la ecología, fisiología, etología y dinámica de poblaciones de las especies de langosta existentes en México son muy escasos. Aún así, con base en los pocos estudios hechos en nuestro país y en otros países donde estas especies se distribuyen, así como en lo que se conoce de otras especies cercanas, es posible puntualizar varios aspectos biológicos de importancia capital para su cultivo.

EFICIENCIA TRÓFICA

La langosta es un animal básicamente carnivoro y carroñero, lo cual la coloca en un nivel muy elevado de la escala trófica, con la consecuente necesidad de consumir grandes cantidades de energía a lo largo de toda la cadena alimenticia.


CICLO DE VIDA

Hasta ahora, el factor más limitante en el cultivo completo de la langosta ha sido la imposibilidad de mantener larvas en condiciones artificiales (Kensler, 1967a; Chittleborough, 1968; Provenzano, 1968; Ingle y Witham, 1968; Bardach et al., 1972; Ting, 1973; Boschi, 1974; Phillips, 1977). Las larvas filosomas son físicamente muy delicadas y pasan por once diferentes estadios planctónicos, tomando para ello entre cinco y once meses dependiendo de la especie (Johnson, 1956; Johnson y Knight, 1966; Chittleborough, 1968; Buesa, 1969; Phillips, 1977). En ese tiempo, las larvas pueden alejarse mucho de la costa arrastradas por las corrientes, y podría inferirse de ello que requieren de condiciones netamente oceánicas para su buen desarrollo. Además, se desconoce de qué se alimentan las larvas en sus diferentes estadios, y algunos experimentos para alimentarlas natural y artificialmente han fracasado (Provenzano, 1968; Silberbauer, 1970; Bardach et al., 1972; Dexter, 1972). Por si esto fuera poco, en los escasos experimentos en los que se ha logrado mantener larvas vivas hasta el cuarto o quinto estadio, éstas son notoriamente más pequeñas que las correspondientes al mismo estadio obtenidas en rastreos de plancton (Dexter, 1972). Evidentemente, la nula posibilidad de desarrollar la larvicultura en estas especies, impide también la realización de experimentos de mejoramiento genético y de selección artificial.


EL SEMICULTIVO COMO ALTERNATIVA

Debido a los múltiples problemas que presenta la larvicultura de la langosta, se ha sugerido el semicultivo de la misma a partir de la postlarva puerulo o del juvenil, que ya poseen hábitos bentónicos (Ingle y Witham, 1968). El primer paso para hacer un semicultivo sería localizar áreas naturales de concentración de puerulos y/o juveniles para colectarlos masivamente, e incluso se han diseñado colectores especiales para puerulos (Withamet al., 1968; Phillips, 1972; Phililps y Rimmer, 1975). Sin embargo, la colecta masiva de estos estadios generalmente ha resultado difícil (Serfling y Ford, 1975; Martínez et al., 1976).

Por otro lado, Buesa (1969) calculó que de aproximadamente un millón de huevecillos que puede producir una hembra en un desove, sólo veinte individuos alcanzan el estadio juvenil, y de éstos, únicamente seis llegan al estado adulto, debido al alto índice de mortalidad que sufren durante su ciclo de vida tan largo y complejo. En este sentido, se desconoce qué repercusión tendrían en el reclutamiento a la población pescable las colectas masivas de puerulos y juveniles.


TASA DE CRECIMIENTO

La tasa de crecimiento de la langosta es baja, requiriendo ésta de dos a ocho años, según la especie, para alcanzar la madurez sexual (Lindberg, 1955; Anónimo, 1968; Sorensen, 1969; Pollock, 1972; Chittleborough, 1974) aún cuando su eficiencia en la conversión de alimentos es bastante buena, habiéndose calculado entre 4 y 6 partes de alimento ingerido por una parte de tejido de langosta producido (Bardachet al., 1972; Chittleborough, 1975). Las especies tropicales crecen más rápidamente, pero no alcanzan las grandes tallas que son comunes en las especies de aguas subtropicales y templadas (Morgan, 1977).


FACTORES AMBIENTALES

Es evidente que algunos factores del medio ambiente pueden acelerar o retrasar la tasa de crecimiento (Chittleborough, 1975). Entre estos factores se encuentra la temperatura del agua. Muchos experimentos se han llevado a cabo para determinar la temperatura óptima necesaria para obtener la mayor tasa de crecimiento en diversas especies de langostas (Witham, 1973; Chittleborough, 1974, 1975; Serfling y Ford, 1975; Phillips et al., 1977). La falta de control en éste y otros factores en el medio de cultivo (alimentación, oxigenación, espacio, etc.) pueden detener el proceso de crecimiento (Marshall, 1948), e incluso llegar a provocar un "stress" tal que disminuyan su tamaño y/o su peso en algunas mudas (Martínez et al., 1976; Weinborn, 1977; Boschi, comunicación personal).

Un factor cuyo control es quizá el más importante para poder mantener un cierto stock en cultivo, es la contaminación del agua. La sensibilidad de la langosta a la descomposición de materia orgánica (restos de alimentos, etc.) es muy elevada, y cualquier descuido en este aspecto puede provocar mortalidades masivas en los estanques de cultivo (Kensler, 1967a). También la presencia de toxinas desprendidas de ciertos plásticos de uso común en la fabricación de estanques afecta sensiblemente a los ejemplares mantenidos en cautiverio (Serfling y Ford, 1975).


CONDICIONES DE HACINAMIENTO

Existen opiniones diversas sobre los hábitos gregarios de los juveniles; algunos autores afirman que son altamente gregarios (Heydorn, 1969; Hindley, 1977), mientras que otros señalan la ausencia de estos hábitos en los estadios juveniles (Pollock, 1972). Probablemente esto sea un carácter específico. De cualquier manera, cuando algún individuo se prepara para mudar, suele aislarse de los demás y buscar un refugio lo suficientemente seguro como para ofrecerle protección efectiva durante el tiempo en que su nuevo caparazón permanece blando (Lindberg 1955; Phillips, 1976).

Se ha podido observar que el comportamiento agresivo se incrementa en los ejemplares sometidos a condiciones de hacinamiento en estanques de diversos tamaños, llegando a registrarse una alta incidencia de ataques mortales e incluso de canibalismo (Paterson, 1969; Bardach et al., 1972; Chittleborough, 1975; Hindley, 1977). Se sugirió que estos ataques podrían deberse a escasez de alimento y a la falta de refugios adecuados, además de que el hacinamiento parecería acelerar la frecuencia de muda, siendo los individuos mudados los que más frecuentemente son atacados por los demás (Kensler, 1967a; Chittleborough, 1975). La alimentación en cantidades adecuadas, el ofrecimiento de suficientes refugios y, más aún, el mantenimiento de los juveniles en compartimientos individuales reduce considerablemente el peligro de ataques intraespecíficos pero eleva, también en forma considerable, los gastos por mantenimiento.


REPRODUCCIÓN EN CAUTIVERIO

La fecundidad en la familia Palinuridae es muy elevada (Paiva y Silva, 1962; Buesa, 1965, 1969: Kensler, 1967b, 1968; Mota-Alves y Bezerra, 1968; Chitty, 1973; Pineda et al., 1976; Morgan, 1977; Gracia, 1979), lo que viene siendo parte de la mejor estrategia reproductiva para especies que tienen una alta tasa de mortalidad en sus fases larvarias (Gracia, 1979). En condiciones naturales, una hembra es capaz de producir varios millones de huevecillos a lo largo de su vida reproductiva. Sin embargo, aún cuando las hembras y los machos pueden tener una gametogénesis completa en condiciones de cautiverio, e incluso se han constatado (aunque no observado) apareamientos (Paterson, 1969; Chittleborough, 1974), tal parece que las hembras difícilmente desovan en dichas condiciones (Paterson, 1969; Bardach et al., 1972; Martínez et al., 1976). Este hecho haría imposible la producción de "semilla", así como el control de la inseminación y fertilización por medios artificiales.


MANTENIMIENTO DE EJEMPLARES DE TALLAS SUBLEGALES EN CAUTIVERIO

Una tercera posibilidad que ha sido planteada en México para el aprovechamiento y/o protección de las langostas (Ramos, 1976; Weinborn, 1917) es el mantenimiento de ejemplares de tallas sublegales y de hembras ovígeras que fueran atrapados en las artes utilizadas para la pesca de este crustáceo, en estanques o en "viveros" en los que permanecieran hasta que alcanzaran la talla comercial o eclosionaran los huevecillos.

El mantenimiento de langostas adultas en cautiverio es factible, de hecho se lleva a cabo en otros países, pero no como una medida de protección, sino con el objeto de surtir de langosta viva a comerciantes y restauranteros. En este caso, los animales permanecen en cautiverio solamente unos cuantos días o semanas.

Para poder llevar a efecto esta tercera posibilidad, se requeriría realizar previamente estudios con las especies mexicanas para determinar su tasa de mortalidad en cautiverio por un lado, y por el otro, el efecto que podría ejercer sobre las poblaciones naturales la extracción de ejemplares jóvenes que representan, en general, un porcentaje considerable de reproductores funcionales, sobre todo en el caso de las hembras.



CRITERIOS ECONÓMICOS

Aún cuando no se han hecho cálculos en cifras, se estima (dadas las circunstancias que dificultan la producción de langosta por medio del cultivo) que la inversión inicial para infraestructura y para obtención de un número adecuado de postlarvas y juveniles necesariamente tendría que ser elevada, transcurriendo un tiempo indeterminado, pero que se puede decir con cierta seguridad que sería largo, sin recuperación de capital, y desconociéndose si su rentabilidad sería a largo plazo suficiente como para generar ganancias, debido a los elevados costos que representarían la mano de obra, la adquisición de equipo suplementario, el mantenimiento de los ejemplares y del equipo, etcétera.

A pesar de todos los avances que se han obtenido en los cultivos experimentales de este crustáceo, el índice de mortalidad exhibido en todos los casos es muy elevado, por lo que aún se está lejos de poder obtener resultados satisfactorios que permitieran pensar en cultivar o semicultivar la langosta a nivel comercial. Sin embargo, es necesario hacer notar la importancia que tienen estos experimentos para el conocimiento de algunas características biológicas y de algunas variables óptimas del medio que tengan importancia en su control y mejoramiento (Kensler, 1967a; Chittleborough, 1975, Martínez et al., 1976; Weinborn, 1977).

¿POR QUÉ LA LANGOSTA?

A nivel mundial es sabido que las especies más susceptibles de ser cultivadas o semicultivadas son las de organismos de crecimiento rápido, ciclo de vida poco complejo, alta eficiencia trófica y amplios rangos de tolerancia a cambios ambientales. En el mundo entero existen cultivos masivos de moluscos tales como ostiones, mejillones y almejas, de peces excepcionalmente adaptables como tilapias y carpas y el famoso "milkfish" (Chanos chanos), y de langostinos de la familia Palaemonidae, que reúnen los "requisitos" señalados. En México existen representantes de todas esas especies, que están ahí para explotarlos racionalmente y, paralelamente, cultivarlos y/o semicultivarlos si esto se justificara. En este sentido, la acuacultura en México no tiene problemas. Tiene, por supuesto, otro tipo de problemas, más o menos graves, que se deben subsanar, como la preparación de personal especializado altamente calificado en cultivos estuarinos y dulceacuícolas, y la canalización adecuada tanto de las inversiones para la tecnología e infraestructura necesaria, como de las ganancias producidas por estas actividades (ya sean para consumo popular o para exportación), de manera que salgan beneficiados directamente aquellos sectores de la población que tradicionalmente han subsistido de la explotación de tales recursos.



SITUACIÓN ACTUAL DE LA PESQUERÍA DE LANGOSTAS EN MÉXICO

De las cinco especies del géneroPanulirus que existen en México, sólo dos soportan el grueso de la pesquería de este crustáceo en nuestro país: P. interruptus en Baja California y P. argus en el Caribe mexicano. Es probable que esto se deba, en parte, a que estas dos especies presentan densidades de población mayores que las otra tres (P. inflatus, P. gracilis yP. penicillatus) cosa que no se conoce con certeza, pero probablemente también mucho de ello se deba a que son las únicas especies de langosta que tienen una pesquería bien establecida y un gran apoyo en lo referente a procesamiento y comercialización (Chapa, 1964; Ramos, 1976; Gracia y Kensler, 1980). En los últimos años, la producción de langosta en Baja California se ha estabilizado mientras que la del Caribe ha mostrado fluctuaciones, aunque tiende a aumentar (Fig. 1).





Fig. 1. Producción de langosta en México (Datos tomados de: Anuarios estadísticos, Depto. de Pesca. Dir. Gral. Informática y Estadística).





Dos de las tres especies poco explotadas se encuentran a lo largo del litoral del Pacífico mexicano, P. inflatusyP. gracilis. Los índices de explotación de ambas son muy variables en cada uno de los estados donde se pescan y las fluctuaciones de producción son enormes de un año a otro (Weinborn, 1977). En estos lugares, los métodos de pesca son inadecuados y no existe infraestructura para conservar y procesar el producto, ni canales de comercialización efectivos (Kensler et al., 1974; Weinborn, 1977; Briones y Lozano, 1977; Gracia y Kensler, 1980). En este sentido, México posee una gran capacidad potencial de producir langosta por pesca. Para desarrollar esa capacidad es necesario realizar estudios biológico-pesqueros de cada especie que incluyan la evaluación del recurso y su dinámica de poblaciones, así como la determinación de las artes y métodos más eficientes para su captura. En otro renglón, se requeriría mejorar las condiciones del procesado y garantizar la buena comercialización del producto, con mejores ganancias para el pescador.

En lo que respecta al destino de la producción de langosta en nuestro país, la mayor parte se exporta a los Estados Unidos de Norteamérica (Anónimo, 1976) (Fig. 2). En cuanto al consumo de langosta en México, éste es muy bajo y se hace casi siempre en las localidades de pesca por turistas y los propios pescadores, o en las grandes ciudades a través de restaurantes y hoteles principalmente.





Fig. 2. Exportación de langostas de México. Excepto en 1973, toda la exportación fue para los Estados Unidos de Norteamérica (Datos tomados de: Anuarios estadísticos, Depto. de Pesca. Dir. Gral. Informática y Estadística).






Conclusiones

Con base en el análisis que se ha presentado, es muy recomendable señalar la importancia que reviste el analizar y estudiar profundamente las implicaciones que tiene el intentar llevar a efecto el cultivo o semicultivo en nuestro país de ciertas especies, sobre todo las marinas, que aún no se prestan para ello. En el caso de la langosta es evidente que existen muy serias limitaciones al respecto, que podrían resumirse en los siguientes puntos:

-Ciclo de vida extremadamente complejo.

-Desconocimiento casi total en aspectos biológicos fundamentales para el cultivo, como la alimentación de las larvas.

-Tasa de crecimiento relativamente baja.

-Alta vulnerabilidad en el periodo de muda.

-Comportamiento intraespecífico agresivo en condiciones de hacinamiento.

-Posible incapacidad de reproducirse en cautiverio.

-Alta sensibilidad a contaminación del agua por desechos orgánicos.

Por tanto, las perspectivas de hacer cultivos o semicultivos a escala comercial de langostas en México son nulas.

En todo caso, si se considera que en la actualidad una parte del sector pesquero nacional vive prácticamente de la pesca de la langosta, aún cuando la producción sea casi en su totalidad exportada, y que una gran parte del recurso langostero en este país está aparentemente subexplotado, ocuparía una mayor prioridad el estudio biológico-pesquero de las especies que posee México, para manejar adecuadamente este recurso, beneficiando en primer lugar a la población pescadora que depende económicamente de su captura.


Agradecimientos

Los autores desean manifestar sus agradecimientos a Adolfo Gracia Gasca y Eric Jordán Dahlgren, por la revisión crítica del manuscrito y sus atinadas sugerencias.


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