ANALES DEL CENTRO DE CIENCIAS DEL MAR Y LIMNOLOGÍA


AMBIENTES SEDIMENTARIOS RECIENTES DE LA LLANURA COSTERA SUR DEL ISTMO DE TEHUANTEPEC

Trabajo presentado parcialmente en el VI Congreso Nacional de de Oceanografía, Ensenada B. California, México, 10 al 13 de abril, 1978. Recibido el 20 de febrero de 1979 y aceptado para su publicación el 21 de febrero de 1980.

ARTURO CARRANZA-EDWARDS

Universidad Nacional Autónoma de México, Centro de Ciencias del Mar y Limnología. Contribución 113 del Centro de Ciencias del Mar y Limnología, UNAM.

RESUMEN

Se estudiaron sedimentos superficiales en ambientes fluvial, lagunar deltáico, lagunar, de duna y de playa-barrera, dentro de la llanura costera sur del Istmo de Tehuantepec.

Para determinar los atributos sedimentológicos que pueden caracterizar a un ambiente dado se obtuvieron los siguientes parámetros: color del sedimento in situ, composición mineralógica, distribución porcentual de tamaños, carácter modal, tamaño gráfico promedio, coeficiente de clasificación, grado de asimetría, curtosis, madurez textural y estructuras sedimentarias primarias.

En el área de estudio frecuentemente los sedimentos correspondientes a diferentes ambientes de depósito presentan atributos sedimentarios que se traslapan y por lo tanto se dificulta la caracterización ambiental. Sin embargo, por medio de las relaciones tamaño gráfico promedio, coeficiente de clasificación y grado de asimetría, se pueden obtener mejores agrupaciones que usando otro tipo de combinaciones de parámetros texturales.

Las características mineralógicas y texturales reflejan un cuadro tectónico de deformación horizontal moderada, lo cual coincide con el modelo dinámico conceptuado por otros métodos, tales como sismicidad y rasgos geomorfológicos.

Las implicaciones económicas se obtuvieron mediante separaciones magnéticas y de minerales pesados en la fracción de arena fina, indicando que los ambientes de playabarrera y fluvial son los de mayor interés potencial, ya que es en éstos donde se presentan las mejores concentraciones, dada su alta energía.


ABSTRACT

Superficial sediments of fluviatile, lagoonal-deltaic, lagoonal, dune and barrier-beach environments were studied on the south coastal plain of the Isthums of Tehuantepec. The following parameters were determined in orden to obtain sedimentological atributes that could define a specific environment: colourin situ sediments, mineralological composition, percentual size distribution, modal character, mean graphic size, classification coeficiente, skewness, kurtosis, textural maturity and primary sedimentary structures.

An environmental separation is difficult to make using the sedimentary characteristics of each environment given that frequently the sedimentological parameters overlap as is observed in the study area. However the correlation of mean graphic size classification and skewness gave best group correlations that using other textural parameters. The textural and mineralogical characteristics reflect a tectoniic setting of moderated horizontal deformation. This agree with the dynamic method estimated by others means such as seismicity and geomorphologic features.

The association and concentration of minerals was measured by magnetic separation and heavy minerals method on fine sand fractions. The higher concentration was obtained on the barrier-beach and fluviatile environments which have the highest energy. This makes these environments the most important from a potencial economic point of view.


INTRODUCCIÓN

OBJETIVOS

Los objetivos de este trabajo son: 1) Describir y analizar los sedimentos superficiales de la llanura costera del Istmo de Tehuantepec, en su porción meridional, donde se presentan diferentes ambientes sedimentarios resultantes de una interrelación entre procesos continentales y marinos. Este objetivo se refiere a la necesidad de conocer diferentes atributos sedimentológicos que pueden caracterizar un ambiente determinado actual, lo cual en cierta medida podría servir para interpretar ambientes sedimentarios análogos antiguos. 2) Analizar la interacción entre los sedimentos y el marco tectónico que los afecta. En particular la zona de estudio se encuentra dentro de una región de actividad tectónica actual que se destaca por su sismicidad, y 3) Investigar las implicaciones económicas de los sedimentos, a través de su composición mineralógica, depositados en diferentes ambientes de sedimentación.


LOCALIZACIÓN Y VÍAS DE COMUNICACIÓN

El área de estudio se encuentra en el sureste del país, dentro de los paralelos 16°04'30'' y 16°52'3'', de latitud norte y los meridianos 94°15'00'' y 95°24'30'' de longitud este (Fig.l).

El centro de población más importante es Juchitan de Zaragoza el cual está Comunicado con el resto de la República Mexicana por la carretera Panamericana y por la Transísmica, así como por el Ferrocarril Coatzacoalcos-Salinas Cruz (Transísmico). Además, Juchitán se comunica por una carretera de 20 km de longitud con Ixtepec, donde existe un aeropuerto de corto alcance. Por vía marítima se puede llegar al Puerto de Salina-Cruz, el cual se comunica con Juchitán por la carretera Transísmica.


CLIMA

De acuerdo con el sistema de clasificación climática de Köppen, modificado por García (1970), en la zona costera sur del Istmo de Tehuantepec (Fig. 2) se presentan los siguientes subtipos de climas cálidos y semicálidos:

Awo(w)ig: Calido húmedo (temperatura media del mes más frío mayor de 18°C), el más seco de los cálidos subhúmedos con lluvias de verano, con un cociente P/T (precipitación total anual en mm sobre temperatura media anual en °C) menor de 43.2, un porcentaje de lluvial invernal menor de 5 de la anual, isotermal (en cuanto a la oscilación anual de las temperaturas medias mensuales), oscilación menor de 5°C con el mes más caliente antes de junio.

Aw1(w)(i')g: Intermedio en cuanto a grado de humedad entre el más seco de los cálidos subhúmedos, un porcentaje de lluvia invernal menor de 5 de la anual, con poca oscilación(entre 5° y 7°C) en cuanto a la oscilación anual de las temperaturas medias mensuales, pero en partes esta zona es isotermal, con el mes más caliente antes de junio.

Aw2(w)ig: El más húmedo de los cálidos subhúmedos, con lluvias en verano, cociente P/T mayor de 55.3, un porcentaje de lluvia invernal menor de 5 de la anual, isotermal, con el mes más caliente antes de junio.

(A)C(w2)(w)ig: Semicálido, el más cálido de los templados húmedos, con temperatura media anual mayor de 18°C y la del mes más frío menor de 18°C, porcentaje de lluvia invernal menor de 5 de la anual, con verano fresco largo, temperatura media del mes más caliente entre 6.5°C y 22°C, isotermal, con el mes mas caliente antes de junio.

(A)C(fm)(i')g: Semicálido, el más cálido de los templados humedos, con temperatura media anual mayor de 18°C y la del mes más frío menor de 18°C, con lluvias todo el año, por ciento de lluvia invernal con respecto a la anual menor de 18, con poca oscilación anual de las temperaturas medias mensuales, entre 5° y 7°C, con el mes más caliente antes de junio.





Fig. 1. Plano de localización.









Fig. 2. Clima.





Las máximas temperaturas medias mensuales (Fig. 3), se han registrado en las estaciones climatológicas Las Cuevas y Ostuta y las mínimas en las estaciones Chivela y Hacienda de Santo Domingo. La precipitación media mensual más alta se ha registrado en la Hacienda de Santo Domingo y la mínima (cero mm) también en la Hacienda Santo Domingo y en Ostuta (García, 1970).

En el Golfo de México existe una presión barométrica mayor que en el Golfo de Tehuantepec (Tamayo, 1970), lo que genera vientos del norte al sur que se encañonan en el Portillo Istmico y alcanzan ocasionalmente en la llanura costera velocidades hasta de 12 m/s (Cromwell, 1975) y que afectan el crecimiento de algunos árboles en forma permanente (Lám. 6b).

En el área de estudio la Secretaría de Recursos Hidráulicos (1970) ha registrado la máxima evaporación anual media en Salina Cruz (3880 mm) y la mínima en Ostuta (2150 mm).


FISIOGRAFÍA Y EDAFOLOGÍA

En el extremo oriental de la zona de estudio (Fig. 4) aparecen las estribaciones de la Sierra Cristalina que es una subprovincia de la Provincia de Sierras de Chiapas (Álvarez, 1961) y es paralela a la costa del Océano Pacífico y orientada de noroeste a sureste siendo una continuación del macizo montañoso de América Central. En su extremo noroeste el relieve es abrupto (Álvarez, 1961), alcanzando alturas de 2 400 m en el Cerro Picacho Prieto (Fig. 4). El parteaguas de la Sierra Cristalina, llamado por Ordóñez (1946) "Grupo de Montañas y Sierras Costeras" tienen fuertes pendientes hacia el Pacífico y pendientes moderadas que descienden gradualmente hacia la llanura costera norte del Istmo. Los suelos en las partes bajas son oxisoles o lateríticos principalmente, y en las partes más altas litosoles y regosoles. Hacia la porción occidental del área de estudio afloran al norte las estribaciones occidentales de la Sierra de Mixes y al Sur las de la Sierra Madre del Sur (conocida en esa porción como Sierra de Miahuatlán) y presentan generalmente perfiles sub-redondeados con fuerte relieve y alturas hasta de 1 200 m. En esta región los suelos son lateríticos (oxisoles) (Garcia y Falcón, 1977).

La Sierra Atravesada o Portillo Istmico (Tamayo, 1970) tiene una altura media de 500 m y un puerto cerca de la Estación Chivela (244 m de altura), tiene un desarrollo de 100 km en dirección este-oeste y su suave relieve está cubierto por suelos de rendzinas negras, rendzinas rojas, litosoles y regosoles según los Grandes Grupos de Suelo de Aguilera-Herrera (García y Falcón, 1977).





Fig. 3. Gráficas de temperatura y precipitación.









Fig. 4. Relieve.





A partir de Salina Cruz la llanura se hace amplia, alcanzando hasta unos 45 Km de anchura para estrecharse hacia el este en el limite de los estados de Oaxaca y Chiapas. Esta es una fértil llanura costera de bajo relieve limitada al W, N y E por las sierras mencionadas y al S por el litoral del Golfo de Tehuantepec. Los principales suelos de esta llanura están constituidos por aluvión (hidromórficos y halomórficos) con vegetación de selva baja caducifolia, mientras que en las partes montañosas hay bosques de pino y encino (García y Falcón, 1977).


HIDROGRAFÍA

El drenaje en el area, es principalmente de tipo dentrífico (Lobeck, 1939) en el área y sólo muy localmente se aprecia drenaje rectangular en algunas porciones del sector oriental (Fig. 5).

Los ríos más importantes de W a E, son los siguientes: Tehuantepec, Juchitán o de los Perros, Chicapa, Niltepec y Ostuta. Como accidentes hidrográficos notables se mencionan las lagunas Superior, Inferior, Mar Tileme y Oriental, siendo la más profunda la primera con profundidades hasta de 6 m.

El Río Tehuantepec arrojaba al Océano Pacífico cerca de cinco millones de m³ de azolve anual antes de que la Secretaría de Recursos Hidráulicos (1970) construyera la Presa Benito Juárez, la cual comenzó a almacenar las aguas del Río Tehuantepec a partir de junio de 1961, con fines de riego. Desde entonces el volumen de azolve descendió en la estación hidrométrica Las Cuevas (Fig. 6, Tabla 1) a cerca de 1500 m³ al año.

El Río de los Perros nace a una altura de 1400 m en el parteaguas de la Sierra Mixe y tiene un curso SE hasta su desembocadura en la Laguna Superior en la cual también vierte sus aguas el Río Chicapa que nace en el extremo occidental de la Sierra Madre de Chiapas a una altura de 2 200 m.

Las aguas del Río Niltepec inician su curso al este del Cerro Ocotillo a una altura de 1400 m llegando a la Laguna Inferior. El Río Ostuta nace en el parteaguas de la Sierra Madre de Chiapas a una altura de 2 600 m en el Cerro Piccaho Prieto y desagua en el extremo noreste de la Laguna Oriental.





Fig. 5. Drenaje.









Fig. 6. Volumen anual de azolve en m³ de las corrientes principales.









TABLA 1 CARACTERÍSTICAS DE LOS RÍOS DEL ÁREA





Datos tomados de la Secretaría de Recursos Hidráulicos (1970).

El volumen de azolve total anual en el complejo lagunar de la llanura costera es próximo a los cien mil m³, según determinaciones efectuadas por la Secretaría de Recursos Hidráulicos (1970).

Las rocas metamórficas del Paleozoico exhiben un intenso plegamiento regional con dirección N 70°W y las sedimentarias del Mesozoico se ven afectadas por un importante tren de fallas con rumbo NW, en tanto que en el Terciario se presenta un control de fallas normales asociadas con actividad volcánica (United Nations Development Programe, 1969).


GEOLOGÍA REGIONAL

Las rocas más antiguas en el área consisten de esquistos y gneisses precámbricos que subyacen discordantemente a esquistos paleozoicos, los que presentan varias etapas de metamorfismo, y subyacen a su vez, a sedimentos marinos y continentales del Triásico-Jurásico (United Nations Development Programe, 1969). La secuencia Mesozoica consiste de lutitas, calizas y sedimentos arcillo-calcáreos y arcillo-margosos. Durante el Paleozoico y el Mesozoico se presentaron rocas intrusivas constituidas principalmente por granitos (López- Ramos, 1974).

En el terciario la actividad volcánica se destaca por lavas de naturaleza predominantemente andesítica que varía ocasionalmente a riolítica y dacítica. En la porción noroeste del área afloran depósitos clásticos del Terciario (Fig. 7). El Pelistoceno y Reciente están representados principalmente por suelos y depósitos de aluvión y lacustres cubriendo una gran extensión de la llanura costera.


TRABAJOS PREVIOS

Entre los primeros trabajos geológicos regionales del Istmo de Tehuantepec se pueden mencionar los de Barroso (1887) y Baker (1930). Böse (1905) postula que el Golfo de México y el Océano Pacífico han estado incomunicados desde el Cenozoico, lo cual es reafirmado por Durham, Arellano y Peck (1955).

Existen algunos trabajos de geología regional (Salas, 1949; Webber y Ojeda, 1956), tectónica (Mulleried, 1949; de Cserna, 1967) y geología económica (Webber y Ojeda, 1957; de Cserna 1958; United Nations, 1969) entre otros.

En el área se han realizado escasas investigaciones sedimentológicas del Reciente: Sánchez Barreda (1972) hace un estudio sobre la transportación de sedimentos en la barra externa y en la barra interna que separa la Laguna Superior de la Laguna Inferior. Cromwell (1975) estudia la historia de desarrollo de la Laguna Superior a través de la evolución de las barreras externa e interna del complejo lagunar.



MÉTODOS DE TRABAJO

Para realizar el presente trabajo se efectuaron dos viajes al campo en los meses de enero y septiembre de 1977, colectándose en total 90 muestras de sedimentos superficiales en ríos, deltas lagunares, lagunas, dunas y playas de barrer (Figs. 7, 8 y 11, Tabla 5). Con el objeto de determinar las estructuras sedimentarias primarias se excavaron trincheras de aproximadamente 0.7 m de ancho por 1.0 m de profundidad. Con fotografías aéreas verticales (escala 1:20 000) se delimitaron los ambientes de depósito y se ubicaron las zonas de muestreo.

En laboratorio se utilizaron las técnicas sugeridas por Folk (1974) para el estudio de los sedimentos, utilizando tamices para tamaños de partícula mayores de 1/ 16 de mm y el método de pipeta para tamaños menores. Los parámetros estadísticos se obtuvieron de acuerdo con las fórmulas de la tabla 2. La nomenclatura granulométrica de los sedimentos se obtuvo a partir de los datos de la tabla 5 y de las figuras 9 y 10 y la caracterización de las distribuciones de frecuencia (Folk, 19744) usando las tablas 2, 3, 4 y 5. Se cuartearon las muestras y una parte se lavó de finos, se estimaron los polos cuarzo-feldespato-fragmentos de roca, utilizando un microscopio binocular marca Swift con 20 aumentos. Para ello se usaron cuadros comparativos de porcentajes y se hicieron cinco observaciones por muestra promediándose los resultados. Con los datos obtenidos (Tablas 4, 6, 7a, 7b y Fig. 12) se elaboró la nomenclatura de los sedimentos colectados (Tabla 8).





Fig. 7. Plano geológico sintetizado y sitios de muestreo.









TABLA 2 PARÁMETROS ESTADÍSTICOS, FÓRMULAS Y LÍMITES UTILIZADOS





Se utilizó un separador magnético (Isodinámico Frantz Modelo L-1) con caída vertical y con un amperaje de 0.05 amp, para determina el porcentaje de magnetita en una serie de muestras cuarteadas (Tabla 10). También se utilizó una fracción de arena fina y se separaron de minerales ligeros y pesados con bromoformo (Tabla 9).

Finalmente con el mismo separador magnótico, en arena fina, se aislaron fracciones cada 0.1 Amp con pendiente longitudinal de 200 y transversal de 100.

Para el pesado de los sedimentos se usó una balanza de precisión marca Mettler Modelo P 163 con divisiones de un mg.


AMBIENTES SEDIMENTARIOS

AMBIENTE FLUVIAL

Entre los diferentes ambientes sedimentarios estudiados (Fig. 11) el fluvial presenta una composición minera lógica que en la mayor parte de los sedimentos (Tabla 7a, Fig. 12) varía entre litarenitas y litarenitas feldespáticas, siendo estas últimas las más abundantes en el Río Tehuantepec.

Se hace notar que en el arroyo La Blanca (Fig. 8) en una distancia de 100 m el sedimento del cauce varía de litarenita aguas arriba del cruce con la carretera Panamericana a litarenita feldespática aguas abajo del mismo cruce.

Los sedimentos rudáceos tornados en este ambiente están constituidos principalmente por cuarzo-ruditas polimícticas con excepción de la muestra 70, cuya composición la ubica corno pegma-rudita.





TABLA 3 PORCENTILES





La muestra más fina de este ambiente es un limo sublitarenítico (muestra 23) en la cual se incrementa el contenido de cuarzo por una disminución de tamaño de grano.

Las litarenitas feldespáticas exhiben esencialmente un color gris verdoso oscuro, en tanto que el color de los sedimentos de otra composición varía de gris a café en tonos claros y oscuros.





TABLA 4 PARÁMETROS ESTADÍSTICOS.









TABLA 4 (Continuación) PARÁMETROS ESTADÍSTICOS.









TABLA 5 DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DE TAMAÑOS









TABLA 5 (Continuación )









TABLA 5 (Continuación).









TABLA 6 MADUREZ TEXTURAL Y AMBIENTES DE LOS SEDIMENTOS









TABLA 6 (Continuación)









TABLA 7a COMPOSICIÓN Y CLAN MINERALÓGICO DE LOS SEDIMENTOS (CLASIFICACIÓN DE ARENITAS)









TABLA 7a (Continuación)









TABLA 7b COMPOSICIÓN Y CLAN MINERALÓGICO DE LOS SEDIMENTOS (CLASIFICACIÓN DE RUDITAS)





Los sedimentos varían desde muy mal clasificados (muestra 17) hasta moderadamente bien clasificados (muestras 24, 25 y 68), presentando en general una fuerte tendencia a una mala clasificación.




Figura 8





FIG. 9. Triángulo de Nomenclatura granulométrica (grava, arena y lodo).









TABLA 8 NOMENCLATURA DE LOS SEDIMIENTOS









TABLA 8 (Continuación)









TABLA 8 (Continuación)









TABLA 8 (Continuación)





La asimetría puede tener cualquier rango, pero con predominancia a ser negativa. En muestras muy próximas (24 y 25, 27 y 28, 29 y 30) se pueden encontrar valores de asimetría que caen dentro de diferentes rangos. Hay una incidencia mayor de asimetría hacia tamaños gruesos en el sector oriental próximo a la zona montañosa, mientras que en la porción intermedia (Lám. 1a) y baja de la llanura costera, hay una predominancia de asimetría hacia tamaños, finos. En las muestras del Río Tehuantepec la asimetría va desde casi simétrica hasta muy asimétrica hacia los tamaños gruesos.

En el Río Tehuantepec los sedimentos colectados tienen valores de curtosis entre leptocúrticos y muy leptocúrticos. En los demás sedimentos analizados no se aprecia ninguna distribución preferencial en la curtosis la cual además varía desde muy platicúrtica hasta muy leptocúrtica. El tamaño gráfico promedio se concentra especialmente en los rangos de arena media y grueso y en segundo términos en el de gránulos y en menor proporción arena muy gruesa, arena fina y limo grueso, estando ausente el tamaño de arena muy fina en los sedimentos colectados.





TABLA 9 PORCENTAJE EN PESO DE MINERALES LIGEROS (L) Y PESADOS (P) DE LA FRACCIÓN DE ARENA FINA









TABLA 10 PORCENTAJE EN PESO DE MAGNETITA (MUESTRA SIN LODO)









Fig. 10. Triángulo de nomenclatura granulométrica (arena, limo y arcilla).









TABLA 11 PORCENTAJE DE ALUVIÓN Y DE ROCAS EXPUESTAS EN LAS CUENCAS.









Fig. 11 Ambientes de depósito





A= Aluvión s= Rocas Sedimentarias I= Rocas Instrusivas E= Rocas Extrusivas M = Rocas Metamórficas

*Valores deducidos a partir de la tabla 1, resulta de dividir el volumen de azolve entre el Area drenada.

En cuanto a la moda textural se encontró un carácter preferentemente unimodal y en grado decreciente bimodal y trimodal sin distribución preferencial. Todas las muestras resultaron ser submaduras con excepción de las muestras 17 y 23 las cuales son inmaduras.

Se observó que las estructuras sedimentarias primarias son masivas desde el punto de vista de ordenamiento interno, y estructura de la estratificación, excepción en el sitio en que se colectó la muestra 17, en el Rio Juchitán, que presentó laminación horizontal.


AMBIENTE LAGUNAR DELTAICO

Los sedimentos de ambos deltas presentan una predominancia de tonos oscuros en color gris principalmente. El delta del Río Juchitán o de los Perros está constituído por litarenitas, mientras que el delta del Río Chicapa está constituído por litarenitas feldespáticas (muestras 20 y 21) y por sublitarenitas en el material más fino (muestras 18 y 19) con un mayor enriquecimiento en cuarzo.

En ambos deltas, en la desembocadura de los ríos dentro del cauce, las muestras varían desde muy mal clasificadas hasta moderadamente bien clasificadas y el grado de clasificación tiende a ser más bajo a medida que los sitios de muestreo se encuentran más lejos de la influencia fluvial y están sujetos a la influencia del ambiente lagunar.





Fig. 12. Composición mineralógica de los sedimentos (clasificación de arenitas).





En este ambiente se nota, una fuerte tendencia de asimetría hacia los tamaños finos, presentando valores de asimetría hacia los gruesos en las muestras 19 y 20.

La curtosis varía principalmente entre mesocúrtico y leptocórtico. El Tamaño gráfico promedio, corresponde con arena gruesa y media en igual abundancia, predominando sobre arena fina y muy fina también en igual proporción.

De las muestras colectadas el 63%, es unimodal y el 37% restante bimodal.

Las muestras 15, 18 y 19 son inmaduras, encontrándose más influenciadas por el ambiente lagunar y las restantes, que se relacionan más con el ambiente fluvial son submaduras.

Se aprecian estructuras masivas y de laminación horizontal; estas últimas Se encontraron en el sitio en donde se colectaron las muestras, 14, 15 y 18 y microdunas desarrolladas a partir de pequeñas conchas en la parte emergida del delta del Río Juchitán (lám. 3ª).


AMBIENTE LAGUNAR

Desde el canal de la Boca de Santa Teresa hasta la Boca de San Francisco los sedimentos colectados son de composición litarenítica, mientras que las muestras restantes presentan composición variable entre sublitarenitas y subfeldsarenitas principalmente.

En las muestras 80 y 81 de la Laguna Quirio y en las muestras 86 y 87 de la Laguna Inferior, se observa un cambio en la composición en solo 20 cm de distancia vertical, pasando en el primer caso, de la superficie hacia abajo de limo sublitarenítico a sublitarenita y en el segundo, también en el mismo sentido, se pasa de sublitarenita a litarenita. No se aprecia ninguna relación entre la composición y el color del sedimento y solamente se aprecia un color negro o gris cuando se va de la orilla de las lagunas hacia adentro y café o café verdosa de la orilla hacia afuera.

El sedimento de la boca Santa Teresa es de muy mal clasificado a extremadamente mal clasificado, y en el canal que comunica a la Laguna Inferior con la Laguna Oriental, el sedimento es muy mal clasificado, mientras que en la boca San Francisco, que comunica el complejo lagunar con el mar, el sedimento es moderadamente bien clasificado; ésto se puede explicar como debido a niveles de energía más altos en la boca de San Francisco, lo cual permite una mejor clasificación de tamaños. Cuando los sedimentos lagunares están muy próximos a la influencia de ambientes de dunas, se llega a presentar una mejor clasificación siempre y cuando el oleaje es importante, como en el caso de la porción sur de la Laguna Superior (Lám. 3b) y en el sureste de la Laguna Inferior.

Las muestras de la porción norte de la barra externa en la orilla de la Laguna Mar Tileme presentan una buena clasificación posiblemente porque ha desaparecido el efecto de protección contra el viento, que ofrece la barra interna, aunado a la influencia de sedimentos arenosos de la barra externa.

Los sedimentos lagunares no afectados por acción de oleaje o viento (muestras 80 y 81 en la Laguna Quirio y 31, 32 y 36 y 37 en la Laguna Inferior) presentan valores de clasificación variables entre mal clasificados y muy mal clasificados.

En general los sedimentos tienen una mayor tendencia a ser asimétricos hacia tamaños finos que hacia tamaños gruesos, encontrándose abundantes sedimentos que son casi simétricos. No se observa ninguna relación entre la clasificación y la asimetría, ya que por ejemplo, los sedimentos de la boca San Francisco son casi simétricos y están moderadamente bien clasificados, en tanto que la muestra 3, que está muy mal clasificada, también corresponde con un sedimento casi simétrico. Tampoco se aprecia una distribución geográfica preferencial de los valores de asimetría. Esto se puede deber a que localmente es muy fácil tener variaciones fuertes en cuanto al grado de contaminación de sedimentos finos y de sedimentos gruesos, y de esta forma es difícil pensar que el parámetro de asimetría sea sensible al ambiente lagunar. Es notoria la predominancia de sedimentos leptocúrticos y muy leptocúrticos, a pesar de encontrarse todo tipo de rangos de curtosis. Al igual que con la asimetría, el ambiente lagunar ofrece una gran variabilidad en cuanto a la curtosis, sin un patrón preferencial respecto a su distribución geográfica.

Las muestras 3, 8, 86 y 87 de la Laguna Inferior son bimodales, lo cual puede reflejar cierta influencia cercana al ambiente de duna presente en la barra que separa dicha laguna de la Oriental.

Al sur de Santa María Xadani, en la Laguna Superior, la muestra 10 exhibe bimodalidad que puede deberse a la influencia deltáica del Río Juchitán. Las muestras 53 y 57 son bimodal y trimodal respectivamente, posiblemente por descarga de finos en el medio acuoso. La muestra 37 es polimodal, en tanto que las demás muestras cercanas a ella, en el ambiente lagunar, son unimodales al igual que la gran mayoría de los sedimentos contenidos en este ambiente. Quizá esa polimodalidad provenga de una influencia múltiple de las aguas de las lagunas Superior, Mar Tileme, Inferior y del Golfo de Tehuantepec. En la misma forma la muestra 89, que es trimodal, puede ser explicada también por la influencia del intercambio de aguas entre la Laguna Inferior y la Laguna Oriental, además de la acción del viento que en esa área proviene del NW (Lám 1b).

Los sedimentos de este ambiente se destacan por ser submaduros e inmaduros con excepción de un bajo porcentaje que cae dentro de maduros y supermaduros. Los sedimentos maduros corresponden a las muestras 1, 49 y 86 asociadas en cierta forma a barras internas y a un oleaje más o menos intenso, mientras que las muestras supermaduras (46 y 47) se pueden explicar principalmente por su fuerte influencia de material que constituye la barra externa.

A pesar de encontrarse diversas estructuras sedimentarias primarias, el ordenamiento interno comúnmente observado corresponde a una gradación textural normal por incremento o decremento en el contenido de conchas y variación de tamaño de los granos (Láms 2a, 2b). Los sedimentos de la orilla sur de la Laguna Mar Tileme están laminados horizontalmente, debido a la influencia previa de estructuras en ambientes de playa-barrera, esto es, la interacción del ambiente lagunar con la orilla norte de la barra externa. En igual forma la muestra 8 de,la orilla sureste de la Laguna Inferior parece estar reflejando la cercanía del ambiente de dunas estabilizadas al presentar laminación cruzada.

El sitio en donde se colectó la muestra 10 de la Laguna Superior, presenta estructura masiva por su cercanía con el ambiente deltáico lagunar del Río Juchitán.


DUNAS

Es notable que la composición mineralógica de las dunas presenten una agrupación alta en los sectores de sublitarenita y subfeldsarenita sumando más del 80% del total del cuadro composicional.

Las dunas emplazadas en la barrera que separa a la Laguna Inferior de la Laguna Oriental son más ricas en feldespatos cuando no están muy afectadas por vegetación, no así aquellas dunas estabilizadas por vegetación (Láms. 5a, 5b y 8b) que se empobrecen en su contenido de feldespatos, quedando constituídas por sublitarenitas, ésto se debe posiblemente por una salida de nutrientes de vegetales a partir de minerales ricos en feldespatos, mediante intemperismo bioquímico.

En el caso de las dunas activas soportadas por la barrera externa. (Lám. 6a) y por la barrera interna hay una variabilidad en composicion (sublitarenita a subfeldsarenita) que podría explicarse por la fuerte acción del viento creando contaminación en la composición mineralógica de las dunas. Se observa una anomalía en una duna longitudinal estabilizada (muestras 83, 84 y 85), ya que en sus partes alta y baja se tienen sublitarenitas, en tanto que hacia la mitad de la duna el sedimento superficial está compuesto por cuarzo rudita. En este ambiente se aprecia una fuerte relación entre la composición y el color del sedimento, que en la totalidad de las muestras fue café en tonos claros principalmente.

En cuanto al grado de clasificación se encontró que los sedimentos que forman las dunas son en orden de abundancia, mal clasificados, moderadamente clasificados, bien clasificados y moderadamente bien clasificados. Estos valores presentan una distribución heterogénea y solamente las muestras 50, 51 y 52 están bien clasificadas, posiblemente debido a que está protegida contra el viento por los arbustos y chaparrales presentes en este sitio de muestreo. Por otro lado en pocos metros la clasificación puede variar bastante, siendo, mejor clasificadas localmente las dunas (muestras 73, Lám. 7b, y muestra 75) que las antidunas (muestras 74 y 76).

Las dunas muestreadas exhiben una mayor tendencia a ser asimétricas hacia los tamaños gruesos que hacia los finos (Tabla 4) y gran número de ellas son casi simétricas. No obstante se encontró que algunos sedimentos de duna con asimetría hacia los tamaños gruesos (muestras 5, 6, 56, 73, 84, y 88) exhiben asimetría negativa por la presencia de conchas; ésto es, resulta importante eliminar del estudio granulométrico de los sedimentos las conchas que no están fragmentadas y que no constituyen parte del sedimento.

Las dunas presentan sedimentos preferentemente mesocúrticos y en segundo término, leptocúrticos. En una menor proporción se encuentran sedimentos platicúrticos y muy platicúrticos. El valor de curtosis no refleja ningún patrón característico en particular.

Por otro lado, la distribución porcentual de tamaños presenta casi exclusivamente tamaños del rango de arenas, debido a que este ambiente es buen seleccionador de sedimentos por tamaño en un rango estrecho.

El tamaño gráfico promedio se concentra preferentemente en las clases de arena media y arena gruesa, presentando valores menos abundantes en arena fina y arena muy gruesa, con una tendencia a presentar tamaños relativamente más grande en las interdunas y en las dunas estabilizadas y más finos en dunas activas y la parte alta de las dunas, ya que en estos últimos casos el viento presenta una mayor capacidad de transporte de partículas finas.

En las dunas el carácter modal varía desde trimodal (muestra 47) hasta unimodal, siendo más abundante este último. La moda no parece ser un atributo importante, probablemente porque el área se ve afectada por fuertes vientos que en un momento dado pueden incluso contaminar con sedimentos finos a las dunas estabilizadas.

En contraste, la madurez textural constituye un parámetro de menor variabilidad, distinguiéndose como muy abundantes los sedimentos subaduros y sólo las muestras 50, 51 y 52 resultan ser supermaduras quizá por estar localizadas en dunas protegidas por arbustos que funcionan como una barrera contra la acción del viento.

Las estructuras son principalmente laminadas, así como cruzadas y aún horizontales y sólo la duna longitudinal estabilizada representada por las muestras 83, 84 y 85 exhibe una estratificación gradual posiblemente por una destrucción de la estructura por procesos edáficos, ya que las raíces de los vegetales producen mezcla del sedimento. En la superficie de algunas dunas activas se desarrollan rizaduras por viento (Láms. 8a y 10b). En mayor escala, se ofrece un buen afloramiento de estratificación entrecruzada (Lám 7a) en un corte longitudinal en la zona de dunas activas al norte de San Mateo de Mar.


PLAYA-BARRERA

En orden decreciente de abundancia los sedimentos de este ambiente están constituídos por sublitarenitas, litarenitas feldespáticas, litarenitas y feldsarenitas líticas

En las cercanías de Salina Cruz (Láms. 9b, 11a, 11b) y en la Bahía La Ventosa (muestras 11, 65, 71 y 72) se encuentran sublitarenitas, mientras que en las inmediaciones de la desembocadura del Río Tehuantepec, represada por transporte litoral de sedimentos, la composición varía notablemente a litarenitas, litarenitas feldespáticas y sublitarenitas, reflejando que el aporte de sedimentos es por medios fluviales. Unos 40 km al este de la desembocadura del Río Tehuantepec los sedimentos de la línea de playa son nuevamente sublitarenitas, haciendo, suponer un transporte litoral más importante en dirección oeste-teste, lo cual es apoyado por Cromwell (1975), así como por el ángulo de refracción de olas como se puede apreciar en fotografías aéreas. En esta región la zona de tormentas presenta una disminución relativa en el contenido de cuarzo y feldespatos y no hay una correspondencia particular entre la composición del sedimento v el color, siendo éste principalmente café y gris y en menor abundancia gris verdoso, café verdoso verde y gris amarillento.

La clasificación de los sedimentos es en conjunto buena, variando, específicamente y en orden decreciente de abundancia de moderadamente bien clasificado hasta muy bien clasificado.

La muestra 63 está mal clasificada, debido a la influencia del Río Tehuantepec, al igual que la muestra 64 que al ser muy bien clasificada se sale del patrón de las demás muestras que se encuentran muy próximas a la línea de playa, las cuales son moderadamente bien clasificadas.

A pesar de existir sedimentos que en mayor o menor grado tienen asimetría hacia tamaños gruesos y finos, es notable la preferencia que muestran por ser casi simétricos.

La muestra 43 es asimétrica hacia los gruesos y la 44 muy asimétrica hacia los gruesos, probablemente debido a la fuerte pendiente que tiene la anteplaya, lo que permite el lavado de material fino. También la muestra 63 es muy asimétrica hacia tamaños gruesos, lo cual en este caso se puede explicar por la influencia del material del Río Tehuantepec.

Los sedimentos que se encuentran en la línea de playa son casi simétricos con excepción de la muestra 43 ya discutida.

Los sedimentos son principalmente mesocúrticos y en menor grado leptocúrticos. Sólo la muestra 62 es platicúrtica a pesar de ser casi simétrica y moderadamente bien clasificada, lo que permite considerar que este parámetro carece de importancia en el análisis sedimentológico, ya que además no refleja una distribución regional particular.

La casi totalidad de los sedimentos está constituída de acuerdo con la Distribución porcentual de tamaños por arenas, con tamaños gráficos promedio dentro del rango de arena gruesa, media y fina.

En cuanto a la moda, los sedimentos exhiben un carácter esencialmente unimodal, con excepción de la muestra 73, que siendo bimodal permite suponer la influencia del Río Tehuantepec. El hecho de encontrar que los sedimentos sean unimodales refleja que el ambiente de playa-barrera es bastante efectivo según esta característica.

La gran mayoría de los sedimentos son texturalmente submaduros y sólo algunos son supermaduros y están asociados con la boca de San Francisco (Fig. 8) donde existe localmente un retrabajo más acelerado de las partículas que constituyen el sedimento. El hecho de encontrar una madurez textural relativamente pobre en este ambiente, hace suponer que la zona capta un suministro alto de material.

En las trincheras excavadas se encontraron especialmente estructuras laminadas horizontales (Lám. 4b) formadas por una alternancia de transporte, creando este tipo de laminaciones. El hecho de encontrar estructura masiva en el área de las muestras 59, 60, 63 y 64, tal vez corresponda a una afectación notable del ambiente fluvial inherente al Río Tehuantepec.

Finalmente, en la postplaya de Santa María del Mar (Láms. 10a y 10b) se aprecian rizaduras paralelas a la línea de costa como un reflejo de la acción del viento.



ANÁLISIS COMPARATIVO DE LOS AMBIENTES SEDIMENTARIOS

POR COMPOSICIÓN

La composición de los sedimentos refleja el tipo de roca de la cual provienen (Folk, 1974; Pettijohn, 1977) y a la vez son sensibles al ambiente de depósito y por ello se hace una comparación entre ellos con los diferentes ambientes que los contienen.

El ambiente fluvial y el lagunar deltáico, presentan un contenido de cuarzo menor al 75%, lo que se puede explicar por lo inmaduro de los sedimentos debido principalmente a que la alteración de feldespatos es relativamente lenta, y además a una incipiente disgregación mecánica de los fragmentos de roca. Los sedimentos contenidos en estos dos ambientes se traslapan en los sectores de litarenita. y litarenita feldespática (Fig. 12) siendo este úlltimo más abundante en el fluvial que en el lagunar deltáico, lo cual se puede explicar por una mayor descomposición de feldespatos en este último ambiente.

En el ambiente lagunar la composición mineralógica de los sedimentos es la más variable (Fig. 16), y los sectores cubiertos por este ambiente se traslapan notablemente con los de los demás ambientes estudiados. Por esta razón no se cree que la composición mineralógica de los sedimentos pueda considerarse como indicativo del ambiente lagunar, a no ser en el sentido de que en dicho ambiente es posible cualquier tipo de composición, dado el gran número de clases mineralógicas encontradas.

Si se compara el ambiente de duna con los demás, se ve que presenta la mayor restricción en cuanto a composición, con la mayor incidencia (Fig. 12) en los sectores correspondientes a sublitarenitas y subfeldsarenitas. Esto hace suponer que la composición puede ser un atributo útil en la interpretación de este ambiente, ya que el agente eólico no permite el transporte de fragmentos de roca al grado de ser constituyentes importantes.

El ambiente de playa-barrera en cierta forma se puede comparar con el lagunar, por lo que a la diversidad de clases corresponde pero no en cuanto al rango de variación, ya que existe una restricción mayor en el de playa-barrera, que al estar afectado por el oleaje presenta una mejor selección mineralógica. El color del sedimento se relaciona con la composición mineralógica (Pettijohn, 1977). El uso de este parametro es útil sólo en el caso de sedimentos recientes, ya que el color puede sufrir fuertes variaciones por procesos diagenéticos (Selley, 1976). En los ambientes estudiados sólo el de dunas presenta color café en todas las muestras, lo que se relaciona con la presencia de feldespatos que le imparten dicho color. Solamente se encontraron sedimentos negros en el ambiente lagunar, que además presenta una mayor variación en la coloración.

Las probabilidades de encontrar el color como un índice ambiental son bajas y solamente se puede suponer que los sedimentos negros tienen una mayor probabilidad de corresponder con ambientes lagunares, debido a la reducción de la materia orgánica.


POR TEXTURA

Los parámetros texturales han sido ampliamente utilizados en el reconocimiento de ambientes sedimentarios (Visher, 1969; Friedmann, 1961; Pettijohn, 1977, entre otros). Con el objeto de ver si algún atributo es sensible a un ambiente en particular se comparan aquí los diferentes ambientes estudiados.

En la figura 16 se muestra la distribución porcentual de tamaños en la que se aprecia a primera vista la tendencia elevada que tienen las dunas y las playas-barrera a concentrar tamaños de arena, en contraste con los ambientes restantes. El fluvial, por ser un medio en el que predomina la tracción y la saltación, es abundante en arenas y gravas; en tanto que el lagunar deltáico y el lagunar son similares entre sí, reflejando principalmente arenas y fracciones más finas, seguramente por ser factores importantes, los procesos de saltación y de suspensión (Visher, 1969).

El carácter modal del tamaño de los sedimentos se ilustra en la figura 13, en donde se aprecia la preferencia de los sedimentos de playa-barrera a ser unimodales en contraste con los demás ambientes, donde es frecuente observar más de una clase modal. El hecho de tener más de una moda, además de complicar el análisis de los parámetros estadísticos puede deberse a la combinación de transporte por suspensión y por arrastre o a la ausencia de ciertos tamaños de granos en algunos materiales de aporte. La moda está controlada, en parte, por la competencia promedio del medio de depósito (Pettijohn, Potter y Siever, 1972), lo cual explica la unimodalidad de los sedimentos de playa-barrera que están afectados por la alta competencia derivada de la energía del oleaje (Láms. l0a y llb).

El tamaño gráfico promedio es la mejor medida de la tendencia central de los tamaños (Folk, 1969). En los ambientes estudiados se aprecia (Tabla 4, Fig. 16) que las dunas y las playas-barrera son muy similares en su tamaño gráfico promedio, siendo el de arena media el dominante, mientras que en los demás ambientes existe un mayor rango de variación de tamaños, siendo semejantes entre sí los sedimentos lagunares deltáicos y lagunares. Los sedimentos de río presentan similitud con los lagunares deltáicos en la distribución correspondiente al rango de arena gruesa y arena media, pero se distinguen por presentar tamaños más gruesos. El tamaño gráfico promedio como atributo, se comporta parecido a la distribución porcentual de tamaños (Fig. 16) y puede, en igual forma, ser índice de la efectividad de selección por tamaños en cada ambiente, lo cual está en relación con la uniformidad de la energía presente y en parte también a la interacción entre ambientes sedimentarios.

La desviación estandard gráfica inclusiva (Folk y Ward,1957), es una medida de la clasificación del sedimento y representa la dispersión, la cual depende principalmente de las fluctuaciones de velocidad en el ambiente de depósito, del arribo de partículas que tienen más de una moda y del muestreo en más de una moda y del muestreo en más de una unidad de sedimentación (Pettijohn, Potter y Siever, 1972). Las muestras mejor clasificadas son las de playa-barrera, disminuyendo su clasificación las demás en el siguiente orden: dunas, fluviales, lagunares deltáicas y lagunares. Las lagunares son las más mal clasificadas en lo general, lo que se explica por ser un ambiente donde hay una gran influencia con los demás medios. Este atributo parece ser bastante sensible al ambiente de depósito.

La asimetría se ha utilizado como indicador del ambiente de depósito (Awasthi, 1970; Valia y Camerón, 1977; Amaral y Pryor, 1977, entre otros) aunque Mason y Folk (1958) encuentran que en la Isla Mustang, en Texas, los sedimentos de duna son de asimetría positiva, mientras que en la zona de estudio se aprecia que las dunas son simétricas o de asimetría negativa (Fig. 16) y sólo en pocas muestras son de asimetría positiva. En el ambiente de playa-barrera la tendencia principal es hacia la simetría, no obstante se pueden encontrar materiales con exceso de finos y de gruesos. Posiblemente el factor de asimetría sea útil en la interpretación de influencia de ambientes entre sí, como es el caso del lagunar deltáico, que presenta asimetría hacia gruesos (influencia fluvial) y entre todos los ambientes, es el único que tiene sedimentos simétricos ausentes. Los valores de asimetría son parecidos entre lagunar y lagunar deltáico; esto es, exhiben una mayor asimetría hacia finos, en tanto que los fluviales son más asimétricos hacia gruesos, posiblemente por su abundancia en fragmentos de roca y menor contaminación de finos, los cuales se encuentran principalmente en tránsito.

La curtosis como atributo sedimentológico es quizá de poca utilidad (Pettijohn, 1975). Esto parece cumplirse para las muestras estudiadas, cuyos valores de curtosis son poco sensibles, excepto los de playa-barrera, que muestran poca variación y una notoria tendencia a ser mesocúrticos, aproximándose a una distribución normal de tamaños, lo cual en cierta medida se puede correlacionar con su clasificación, que es moderadamente bien clasificada principalmente. De los demás ambientes conviene resaltar al lagunar, que presenta cualquier tipo de posibilidad en cuanto a curtosis (Fig. 16). Se sugiere (Moiola y Weiser, 1968; Folk, 1969) la correlación de parámetros texturales, con objeto de evaluar su sensibilidad hacia los ambientes sedimentarios de depósito. Para ello se ilustran gráficamente todas las posibilidades de comparación entre tamaño gráfico promedio, clasificación (desviación estandard gráfica inclusiva) , asimetría y curtosis (Figs. 14a, 14b, l4c, 14d, l4e y 14f). Del análisis de estas gráficas se desprende que los ambientes se discriminan cuando se considera, en uno de los ejes, el tamaño gráfico promedio (Figs. 14a, 14b y l4c) y en el otro, en orden decreciente la clasificación, la simetría y la curtosis. En definitiva, se logran las mejores discriminaciones utilizando como parámetros el tamaño, la clasificación y la asimetría. Aplicando el diagrama circular utilizado por Aguayo et al. (1978), se vertieron en la figura 15, dichos parámetros. De esta forma se tiene una idea rápida del comportamiento de los sedimentos colectados en los diferentes ambientes, de acuerdo con los tres parámetros estadísticos que parecen ser los más indicativos. Analizando esta figura se desprende que el ambiente más errático es el lagunar, por recibir la influencia de los demás ambientes y por presentar menor homogeneidad en los procesos que ahí se llevan a cabo. Los sedimentos lagunares contrastan fuertemente con los de playa-barrera que están más próximos al eje de las ordenadas y además tienden a ser paralelos al mismo, lo cual hace resaltar su preferencia hacia una buena clasificación y hacia una baja asimetría. Esto es razonable porque el oleaje imprime con su energía y persistencia, una buena selección al sedimento. A pesar de ello se observa que las muestras 43, 44 y 63 se salen del patrón general; ésto se explica porque la muestra 63 sufre una fuerte influencia del Río Tehuantepec y las 43 y 44 son afectadas por fuertes variaciones del canal lagunar al cual se pueden asociar.

El ambiente de dunas litorales se localiza en una franja angosta paralela al eje de las abscisas, reflejando, al igual que el ambiente de playa-barrera, una buena selección por tamaños, solo en que en este caso se destaca rápidamente una selección un tanto menor.

No obstante que en el ambiente lagunar deltáico se tomaron únicamente 8 muestras, son suficientes para decir que sus sedimentos se dispersan mucho en cuanto a los parámetros se refiere, siendo explicable por tratarse de una zona donde se mezcla notablemente la influencia lagunar y la fluvial.

En cuanto a las muestras de río, es notorio que los sedimentos 17 y 23 se separan texturalmente de las restantes ésto se debe a que fueron las únicas del ambiente fluvial tomadas en las paredes del cauce, en tanto que las restantes se colectaron en el lecho del cauce, siendo entonces de tamaños más gruesos que en los demás ambientes. Por lo demás este ambiente presenta gran variación en los valores de asimetría y de clasificación textutral.

En relación a la madurez textural, definida por Folk (1951) como el grado con el cual la arena está libre de arcilla intersticial y está bien clasificada y bien redondeada, se supone que está controlada por el ambiente (Pettijohn, Potter y Siever, 1972). En los ambientes estudiados se observa que en todos, la preferencia es hacia una fase submadura (Fig. 16). Únicamente en algunos sedimentos de playa-barrera, dunas y lagunas, se alcanza la fase supermadura y solamente en los ambientes fluvial, lagunar deltáico y lagunar, se detecta la fase inmadura. En un plano comparativo y más específico, se puede establecer de acuerdo con este atributo, que en un momento dado los sedimentos de duna y de playa-barrera pueden alcanzar intensa abrasión y clasificación, mientras que eventualmente los ríos, deltas lagunares y lagunas, están afectados por un depósito rápido o por corrientes débiles, dispersando su energía una vez que el sedimento ha sido depositado.


POR ESTRUCTURAS

La clasificación de las estructuras sedimentarias primarias propuesta por Pettijohn y Potter (1964) es apropiada, porque además de ser un esquema simple, la mayoría de las estructuras se pueden ubicar dentro de sus cuatro grupos principales: 1) formas externas de la estratificación, 2) ordenamiento interno y estructura de la estratificación, 3) marcas e irregularidades en los planos de estratificación y 4) deformaciones y parturbaciones en la estratificación. Las estructuras observadas en la zona de estudio se localizan principalmente en el segundo grupo. No obstante, se apreciaron algunas estructuras que se ubican en el tercer grupo.

En la figura 16, se señalan únicamente las estructuras que están dentro del segundo grupo, las cuales se detectaron mediante la excavación de trincheras. Los sedimentos fluviales y lagunares deltáicos son similares al presentar un ordenamiento masivo y en menor grado laminaciones horizontales. Estas últimas están presentes cuando los sedimentos no están afectados por corrientes fuertes y pueden indicar una interrupción del flujo (Selley, 1976). Las laminaciones horizontales se pueden encontrar en diferentes ambientes (Reineck y Singh, 1975) como sucede en la zona de estudio. Parece que existe cierta correlación entre el ordenamiento masivo u homogéneo y la clasificación baja de tectada en los sedimentos fluviales y lagunares deltáicos; no obstante, también se puede deber a una sedimentación rápida.

Resalta claramente en la figura 16 que los sedimentos lagunares pueden presentar en la estructura, varios tipos de ordenamiento interno, encontrándose más abundante la estratificación gradual como producto de depósito a partir de una suspensión, en la cual se llevan diferentes tamaños que se sedimentan a diferentes velocidades (Reineck y Singh, 1975).

Entre todos los ambientes estudiados el de dunas sobresale por presentar laminación cruzada formada durante el depósito y con ángulos de reposo que sobrepasan dos 30º (Lám. 4a.). Dunas con ángulos de reposo tan fuertes han sido descritas por Bigarella (1972). Sin embargo se puede alterar bastante la laminación cruzada generada por raíces, preciándose difícilmente su carácter laminar, e incluso se transforma en pequeña escala, en estratificación gradual, como en el caso de dunas estabilizadas por vegetales. En las interdunas, también a pequeña escala, se puede perder el carácter de laminación cruzada, comportándose aparentemente como laminación horizontal.

Por último, los sedimentos colectados en playa-barrera se distinguen principalmente por su laminación horizontal, lo cual es común en este ambiente (Reineck y Singh, 1975; Clfiton, 1976); y se debe principalmente a depósitos cíclicos por tracción, reflejando variaciones en la energía del oleaje, las cuales pueden ser estacionales o por tormentas (Owens. 1977). El encontrar algunas estructuras masivas en este ambiente es explicable cuando se tiene una interacción heterogénea con otro, ambiente, tal es el caso del Río Tehuantepec en su desembocadura.



IMPLICACIONES TECTÓNICAS

Se han publicado trabajos tradicionales en relación al control que la tectónica ejerce sobre la sedimentación (Bertrand, 1897; Krynine, 1941; Pettijohn, 1943 y Folk, 1969, entre otros), siendo posiblemente Shvetsov (In Folk, 1974) el primero en indicar que las areniscas de cuarzo representan áreas estables o cratónicas, en tanto que las areniscas ricas en feldespatos o fragmentos de roca suponen áreas de actividad tectónica compleja. Por otro lado, Krynine (1941) considera tres fases tectónicas ligadas al tipo de sedimento: 1) fase de quietud, que origina ortocuarcitas (cuarzo arenitas de Folk, 1974), 2) fase de deformación moderada o fase geosinclinal, productora de"grauvacas"filarenitas o litarenitas con fragmentos de rocas metamórficas de acuerdo con Folk (1974), y 3) fase de deformación violenta o fase post-geosinclinal generadora de"arkosas" (feldsarenitas de Folk, 1974).

El concepto de tectónica de placas ha dado lugar a un nuevo enfoque de la relación entre la tectónica y la sedimentación (Schwab, 1971; Wang, 1972; Moore y Curray, 1974; Dickinson, 1974 y Bissel, 1974, entre otros) y Folk (1974) integra los conceptos de la tectónica sedimentaria clásica con la nueva tectónica global.

En la zona de estudio el marco tectónico actual es resultado de la interacción entre la Placa Americana y la Placa de Cocos (Morgan, 1968), esta última pudo originarse hace unos 25 millones de años (Hey, 1977) y penetra bajo la Placa Americana con dirección NNE y con una velocidad de 8 cm/año (Larson y Chase, 1970) produciendo numerosos sismos (Fig. 17) cuya profundidad focal es frecuentemente menor de 60 km (Figueroa-Abarca, 1975). Grivel-Piña y Arce-Ugarte (1971) han detectado levantamientos de la corteza, mediante observaciones mareográficas, de 14 cm en Puerto Ángel, Oax. y de 23 cm en Acapulco, Gro. Dichos levantamientos se asocian con la ocurrencia de sismos.

En el sitio de colecta de la muestra 88 (Fig. 7), se encuentra un horizonte que contiene el pelecípodo Fellaniella sericata identificado por A. García Cubas y A. Toledano Granados (comunicación personal), fechada en 1170 ± 44 años (J. Stipp, comunicación personal) el cual se halla 7 metros arriba del nivel actual de la Laguna Inferior. Esto puede explicarse por levantamientos de la corteza continental, ya que se supone que la curva del nivel eustático (Belknap y Kraft, 1977 era para esa fecha muy cercana al nivel actual del mar.

La región es de gran complejidad estructural como se aprecia en la figura 17, donde aparecen los lineamientos tomados de la interpretación de la tectónica mexicana de Guerra-Peña (1976), los cuales en parte sirvieron de apoyo para unir sismos que podrían definir zonas de fallas. Este ensayo se presenta squemáticamente en la figura 17, presentándose un patrón conforme con el propuesto por Dewey (1977).

Es posible que el marco tectónico influya directamente en el curso de los ríos que desembocan en la planicie costera (Fig. 5), cuya dirección varía de NW-SE a NE-SW, desde el Río Tehuantepec hasta el Río Ostuta. Esto podría relacionarse con variaciones en el echado de la Placa de Cocos el cual se incrementa hacia el este (Fig. 18), como se deduce fisiográficamente a partir de la batimetría elaborada por Fisher (1961).

La Cordillera de Tehuantepec representa el límite noroeste de la cuenca de Guatemala y es una cordillera de actividad sísmica ocasional (Molnar y Sykes, 1969) lo que podría explicar un comportamiento diferencial de la Placa de Cocos a partir de esa cordillera, ligándose entonces con una plataforma y una llanura costera más amplia al este de Puerto Ángel, Oax. que hacia el oeste. Shoret al. (1973) encuentran un vector de alta velocidad al oeste de la Cordillera de Tehuantepec con rumbo 029° mientras que en la cuenca de Guatemala es de 053°.




Figura 13



Figura 14



Figura 15



Figura 16





Fig. 17. Esquema tectónico regional.









Fig. 18. Choque entre la Placa de Cocos y la Placa Americana.





Por otro lado el vulcanismo terciario es principalmente de tipo andesítico y está manifestado en cadenas volcánicas continentales marginales, desarrolladas en la placa continental como resultado de su choque con una placa oceánica.

De acuerdo con Folk (1974) los movimientos de placas producen rocas en superficie de distintos tipos (metamórficas, granitos, andesitas, etc.), las cuales generarán también diferentes tipos de areniscas modificadas por intemperismo, relieve, velocidad de erosión, abrasión o intemperismo durante el transporte y depósito en distintos ambientes. El mismo autor postula una intensa deformación horizontal casi contínua cuando una placa continental choca con una oceánica, siendo común encontrar filarenitas o arenitas volcánicas en los sedimentos.

En el área de estudio las litarenitas encontradas son en general de tipo filarenítico, esto es, predominan los fragmentos de roca metamórfica sobre los fragmentos de rocas sedimentarias o volcánicas, aunque éstos últimos casionalmente son abundantes.

La exposición de rocas metamórficas en las cuencas (Tabla 1, Fig. 19) es relativamente baja pero los fragmentos de rocas metamórficas son regionalmente los más abundantes, debido a la facilidad con que éstas son tomadas por los agentes de transporte, principalmente el fluvial, incrementado entonces su concentración en relación a los fragmentos de rocas volcánicas y sedimentarias. Estas últimas al disgregarse de su fuente de procedencia llegan a fragmentarse, confundiéndose sus minerales con los de depósitos recientes provenientes de otras fuentes.

La madurez textural de los sedimentos, regionalmente se caracteriza por presentar una fase submadura (Fig. 16), la que refleja inestabilidad tectónica (Folk, 1974). Si se consideran como índices tectónicos tanto a la composición mineralógica y a la madurez textural de los sedimentos, se tendrán principalmente filarenitas con madurez baja, lo cual correspondería al caso de una placa oceánica que choca con una placa continental, en nuestro caso la placa de Cocos y la Placa Americana (Fig. 18). Esto se puede interpretar según los conceptos antiguos como "grauvacas" que representan una zona geosinclinal afectada por inestabilidad tectónica.

Comparando un mismo ambiente, por ejemplo las playas de la zona de estudio con playas sinaloenses de la Bahía de Topolobampo (Phleger y Ayala-Castañares, 1969) se ve que estas últimas son en promedio muy bien clasificadas, mientras que las primeras son moderadamente bien clasificadas. Topolobampo se ubica dentro de una región moderadamente sísmica, penesísmica de acuerdo con Figueroa-Abarca (1970) de mayor estabilidad tectónica que la zona de estudio.

Otro ejemplo sería en las playas de Texas (Folk y Ward, 1975) cuyos sedimentos son de muy bien clasificados a bien clasificados y se encuentran en una zona estable tectónicamente (Inman y Nordstrom, 1971). Sería útil contar con una mayor información sobre mineralogía y madurez textural de sedimentos recientes en ambientes diversos con el objeto de realizar comparaciones dentro de la zona costera mexicana.




Figura 19

De todas las muestras colectadas solamente 7 se ubican mineralógicamente dentro de las subfeldsarenitas y corresponden con ambientes de duna o lagunar afectado eólicamente. Esto hace ver que localmente se presentan variaciones que pueden complicar la interpretación del tectonismo reflejado por los sedimentos, cuando el ambiente de depósito ejerce una influencia importante sobre el sedimento. De acuerdo con la experiencia obtenida en este trabajo se piensa que ciertos ambientes de depósitos son más sensitivos al tectonismo regional, por ejemplo: el fluvial, lagunar deltáico y playa-barrera, los cuales en mayor o menor grado contienen litarenitas, litarenitas fieldespáticas y sublitarenitas. Esto refleja, que a pesar que los ambientes en sí son maduradores, los factores de proveniencia, transporte y de sedimentación, resultan inmaduros debido a las condiciones tectónicas activas del área.




Figura 20


IMPLICACIONES ECONÓMICAS

El interés económico de los sedimentos recientes depende del enriquecimiento de minerales concentrados en un ambiente de depósito determinado. Los minerales que son más estables qumicamente se preservan durante el intemperismo y al disgregarse y entrar en transporte por lluvias, ríos, olas o vientos, se concentran en los sedimentos llegando a formar depósitos de placer (Park y MacDiarmid, 1964).

Entre los minerales pesados, con peso específico mayor de 2.85 (bromoformo líquido), se cuentan entre otros los depósitos de oro de la playa Nome, Alaska; concentraciones de monazita en placeres fluviales y marinos de Brasil (Lindgren, 1933); arenas de playa en la costa atlántica de África Sudoeste, de donde se extrae diamante y depósitos ricos en ilmenita, rutilo, circón y magnietita derivadas de complejos metamórficos en la Isla de Ceylán (Mero, 1973).

Como los minerales pesados tienden a concentrarse en las fracciones arenosas de menor tamaño (Folk, 1974) se hizo la separación de los mismos en el rango de arena fina (2 a 3&#966) utilizando bromoformo según la técnica descrita por Allman y Lawrence (1972).

En este trabajo únicamente se trata de mostrar el contenido de minerales pesados de los sedimentos de los distintos ambientes. No obstante, se pudo detectar la presencia de biotita, clorita, hornblenda, turmalina, magnetita, muscovita, monacita, circón, hiperstena, olivino, glaucófano, ilmenita y corindón entre otros.

Se observa que en el ambiente fluvial es más común encontrar porcentajes altos de pesados (Tabla 9) en las proximidades del pie de las sierras, encontrándose el valor más alto en el Río Chicapa (32.51%) mientras que en las paredes de cauce de los Río Juchitán y Chicapa son bajos. Las variaciones altas en el contenido de minerales pesados de un río a otro se puede explicar por provenir de diferentes provincias (Stow, 1939), por variaciones de la composición mineral durante el transporte, en asociación con variaciones en el tamaño de grano (Flores, 1967), e incluso por variaciones climáticas que afectan el intemperismo de los minerales que pueden provenir de una misma provincia (Friis, 1974). La variación en la concentración de pesados es ocasionalmente grande como sucede con las muestras 29 y 30 (32.51 % y 15.16%) tan próximas entre sí (Figs. 7 y 8). En el ambiente lagunar deltáico hay también fuerte variabilidad en el volumen de minerales pesados, encontrándose valores máximos de 23.94% (muestra 21) y mínimos de 1.22% (muestra 13). Este se debe especialmente a la interacción entre el ambiente fluvial y el lagunar, en este último las concentraciones son bajas (Tabla 9) y sólo se incrementan cuando el sedimento se ve influenciado por el ambiente de playa-barrera, como en el caso de la muestra 46, que contiene, siempre en la fracción de arena fina, un 14.53% de pesados, o, bien, cuando la energía del oleaje dentro de la laguna permite el lavado de minerales ligeros, creando un incremento relativo de minerales pesados, como sucede en la orilla sur de la Laguna Superior, donde se alcanza hasta un 17.39%.

Los sedimentos de duna se comportan en forma similar a los del ambiente lagunar, con un valor máximo de 7.45% en dunas de la barra interna (Lám. 3b) reflejando la baja preferencia del agente eólico para transportar minerales pesados, los cuales a pesar de su tendencia a concentrarse en fracciones más finas de tamaños que los ligeros, estos equivalen a un tamaño mayor, dificultándose por esto mismo su transporte (Rittenhouse, 1943).

En los sedimentos de playa-barrera se encontraron las máximas concentraciones de pesados, hasta 53.58% en la muestra 72 ubicada en la playa de Salina Cruz. No obstante también se presentan valores bajos en las muestras 40, 43 y 45 (Tabla 9) en el área del canal que comunica al complejo lagunar con el Golfo de Tehuantepec, posiblemente por disminución de la energía del oleaje por refracción debida a la corriente del canal (Bascom, 1954).

Del análisis de la distribución de minerales pesados se considera que los sedimentos de río y de playa-barrera son los que ofrecen en el área de estudio las mejores perspectivas desde el punto de vista de importancia económica potencial; ésta podría precisarse mediante un estudio específico. Esta consideración coincide con el hecho de que la mayoría de los depósitos de placer se ubican en ríos o en playas (Lindgren, 1933; Mero, 1965).

Por otro lado, con el objeto de conocer el porcentaje de magnetita de los sedimentos se lavaron muestras cuarteadas para eliminar los finos y después de secadas se pasaron a través del campo magnético de un separador isodinámico en caída vertical, con una intensidad magnética de 0.05 amperes. De esta forma se pudo separar la magnetita acompañada ocasionalmente por ilmenita y cuarzo con inclusiones de magnetita. Los datos obtenidos aparecen en la tabla 10, refiriéndose el porcentaje de magnetita al peso total de la muestra lavada.

Se aprecia que la magnetita por su tamaño se concentra en la fracción de arena muy fina, por ejemplo en la muestra 72 entre 3.0 y 3.5&#966 se encuentra un 100% de magnetita. De esta forma, los valores obtenidos son relativos, pues la abundancia de magnetita está en función de la abundancia que una muestra tenga en el tamaño de arena muy fina. Así en las muestras con 0% de magnetita, se encuentra nada o muy bajo porcentaje en peso de partículas con tamaño de arena muy fina (Fig. 12).

De cualquier forma, la importancia de esta determinación de concentración de magnetita es útil, pues en una forma muy rápida se puede detectar cuales son los sedimentos que presentan más posibilidades de almacenar arenas ferríferas de importancia económica (Mero, 1973).

A pesar de existir gran variación en los valores de magnetita (Tabla 10), se nota que el ambiente de playa-barrera es el que presenta sedimentos con mayor contenido de magnetita, a pesar de que el tamaño gráfico promedio de las muestras es superior al de arena muy fina. En contraste, algunos sedimentos lagunares tienen tamaño gráfico promedio de arena muy fina y no obstante, los valores de magnetita obtenidos son muy bajos debido a la descomposición química que actúa en este ambiente.

El tamaño promedio de los sedimentos de duna es muy parecido al que presentan los de playa-barrera (desde arena gruesa hasta arena fina) , pero sus valores son bajos, porque en aquél ambiente el agente cólico transporta más partículas ligeras que pasadas.

Los sedimentos de río y lagunares deltáicos son también bajos en magnetita, aún cuando son un poco mayores que los de lagunas y dunas, ya que los detritos no han sido fragmentados suficientemente para liberar la magnetita, o bien por la influencia descomposicional del ambiente lagunar.

De esta forma los sedimentos de playa-barrera son los más importantes para concentrar la magnetita, no obstante que en el área de estudio se hayan obtenido valores tan bajos, en comparación por ejemplo con los encontrados en la playa de la Bahía de Santiago, Colima, que alcanzan a ser superiores al 20% (Lancin y Carranza-Edwards, 1976). El tiempo de permanencia del sedimento, la energía del oleaje marino y las condiciones de oxidación en la zona de rompientes deben ser los factores fundamentales que elevan la concentración de magnetita en las playas.

Se utilizó el separador magnético con pendiente longitudinal de 20° y transversal de 10° con el objeto de separar diferentes minerales con intensidades magnéticas cada 0. 1 amperes, una vez que se hubo eliminado la magnetita de las fracciones procesadas de arena fina. Para ello se usaron únicamente las muestras que tenían suficiente material en dicha fracción y después se graficaron los pesos retenidos contra amperaje, resultando las curvas de frecuencia de la figura 20.

Los minerales que se pudieron identificar como más frecuentes fueron: 0.1 amp: cuarzo con inclusiones de magnetita, biotita, ilmenita; 0.2 amp: cuarzo con inclusiones de magnetita, biotita y clorita; 0.3 amp: biotita, clorita, hornblenda y circón; 0.4 a 0.6 amp: biotita, clorita, hornblenda, circón y turmalina; 0.7 a 0.9 amp: circón, olivino, turmalina y monacita; 1.0 a 1.2 amp: corindón, turmalina, circón, monacita y feldespatos; 1.3 a 1.5 amp: turmalina, circón, monacita, feldespatos y corindón. Estas asociaciones son similares a las presentadas por Allman y Lawrence (1972).

Si se comparan entre sí las curvas de frecuencia obtenidas, se aprecia la tendencia a ser similares cuando corresponden a un mismo ambiente (fig. 20). Las curvas de sedimentos fluviales, lagunares deltáicos y de playa-barrera son leptocúrticas o mesocúrticas, mientras que las de sedimentos de lagunas y dunas tienen la tendencia a ser mesocúrticas o platicúrticas. Finalmente, se considera que el separador magnético, además de ser útil para la separación de minerales de acuerdo a su susceptibilidad magnética, podría representar un auxiliar más en la interpretación de ambientes sedimentarios recientes y antiguos, ya que la mineralogía es también un atributo sedimentario.


Conclusiones

1. Se concluye que al estudiar los ambientes sedimentarios recientes de la llanura costera sur del Istmo de Tehuantepec es necesario reunir información sobre el mayor número de características de los sedimentos, para así poder determinar ambientes sedimentarios análogos antiguos. Al analizar los sedimentos según composición, color in situ, distribución porcental de tamaños, carácter modal, tamaño gráfico promedio, coeficiente de clasificación, asimetría, curtosis. madurez textural y estructuras sedimentarias primarias, en ambientes fluvial, lagunar deltáico, lagunar, de duna y de playa-barrera, se encuentra que los sedimentos con frecuencia son similares en distintos ambientes. Por eso, para determinar un ambiente sedimentario antiguo se requiere contar con el mayor número de estudios similares en ambientes recientes, y en esa medida se aumentarán las posibilidades de acierto en dichas interpretaciones.

2. Las características texturales más útiles para discriminar ambientes de depósito fueron el grado de clasificación, la asimetría y el tamaño gráfico promedio, considerados en conjunto. No obstante, los parámetros texturales y estadísticos deben considerarse con mayor cautela al tratar de interpretar ambientes análogos antiguos, debido a que frecuentemente en los ambientes recientes estudiados se presentan traslapes entre dichos parámetros y en los antiguos actúan procesos de diagénesis que ocultan o destruyen las propiedades primarias de los sedimentos.

3. Resulta de utilidad el uso del diagrama circular, que incluye los parámetros de tamaño gráfico promedio, coeficiente de clasificación y asimetría, ya que permite visualizar la distribución de los sedimentos en los diferentes ambientes de depósito, por lo cual se recomienda este tipo de representación gráfica.

4. Separando magnéticamente la fracción de arena fina de los sedimentos colectados se obtuvieron diferentes asociaciones de minerales, de acuerdo con su susceptibilidad magnética. A partir de esta separación se construyeron curvas de frecuencia, en base al peso de minerales retenidos en distintos amperajes, de lo cual se concluye que las expresiones de las curvas permiten distinguir, en parte, a los diferentes ambientes estudiados, dado que para un mismo ambiente las curvas presentan cierta semejanza.

5. Al estudiar las implicaciones tectónicas de los sedimentos de la llanura costera se encontró que los ambientes fluviales, lagunar deltáico y de playa-barrera, son más sensitivos a la tectónica regional, reflejando una tectónica moderada por deformación horizontal principalmente. Se concluye esto considerando las características composicionales y texturales de los sedimentos en forma global, ya que, localmente se pueden presentar variaciones que no reflejan necesariamente el marco tectónico regional.

6. Entre los ambientes estudiados, los sedimentos de importancia económica son los de playa-barrera y los fluviales, por tener las concentraciones más altas de minerales pesados y por retener en rangos estrechos de amperaje, altas concentraciones de minerales asociados, debido a que estos ambientes representan una energía hidrodinámica más alta que en los demás ambientes. Por otro lado, aunque las concentraciones de magnetita fueron bajas en general, es en los sedimentos de playa-barrera, donde se encontraron las mejores perspectivas de contener magnetita.


Agradecimientos

Este trabajo fue financiado por el Centro de Ciencias del Mar y Limnología, siendo director del mismo Alfredo Laguarda Figueras quien en todo momento brindó el apoyo más decidido lo cual se agradece muy especialmente.

Que J. Eduardo Aguayo Camargo encuentre aquí mi más profundo agradecimiento por lo valioso de su dirección durante todas las etapas de desarrollo de este trabajo.

A las siguientes personas un reconocimiento muy especial por la revisión crítica del trabajo escrito: Agustín Ayala-Castañares, Gloria Alencaster de Félix, José Ignacio Lugo Hubp, Rafael Segura Vernis, Liberto De Pablo Galán y Francisco Fabregat Guinchard.

A Jerry Stipp se le agradecen las determinaciones de edad por radiocarbono y a Antonio García Cubas y a Arturo Toledano Granado se les agradece la identificación del pelecípodo mencionado en el texto.

Se aprecia mucho la colaboración de Víctor Manuel Díaz García en trabajos de laboratorio y de gabinete y de Gabriel Sánchez Lara, Alejandro Medina Xochiua y Tomás Gabriel Lemarroy Alarcón en diversas actividades de laboratorio.

Se reconoce por otro lado, la compañía de Alfredo Galavíz Solis durante el primer viaje de colecta de muestras.

Se agradece en forma especial la gran dedicación de Elena León Roa en la mecanografía de esta tesis y de Sergio Javier Osorio Betancourt en la elaboración de los dibujos.

Se aprecia el espíritu de colaboración de las autoridades del Instituto de Geología al permitir el uso eventual de las instalaciones del Laboratorio de Sedimentología de dicho Instituto.

A Leticia R. de Carranza se le agradecen los estímulos brindados durante el desarrollo de este trabajo.


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LAMINAS





Lám. 1a. Muestreo en el Río Ostuta, en las vecindades es de Ixhuatlán, en la porción intermedia de la llnura costera.









Lám. 1b. Vista del canal que comunica a la Laguna Orinetal con la Laguna Inferior. Se aprecia mangle en la margen del lado izquierdo.









Lám. 2a Trinchera excavada en la playa sureste de la Laguna Inferior. Se aprecian horizontes de conchas.









Lám. 2b Trinchera excavada en la orilla sur de la Laguna Superior. Se aprecia la estructura gradual por conchas.









Lám. 3a. Microdunas construídas en la barra del delta del Río Juchitán. Las conchas funcionan como elemento constructivo de las mismas.









Lám. 3b. Vista de la barra interna donde se aprecia vegetación que estabiliza ocasionalmente a las dunas. Se aprecia la zona de rompientes de la porción sur de la Laguna Superior.









Lám. 4a. Trinchera excavada en la zona de dunas activas a 7 km al oeste de San Mateo del Mar, donde se aprecian laminaciones con fuerte ángulo de echado.









Lám. 4b Vista de la pared oeste de la Trinchera excavada en la playa marina de Santa María del Mar.









Lám. 5a. Duna estabilizada donde se aprecian diferentes horizontes de conchas. El corte se encuentra en las vecindades del canal que comunica a la Laguna Inferior con la Laguna Oriental.









Lám. 5b. Corte y trinchera en duna próxima a la playa sureste de la Laguna Inferior. Las raíces afectan el ordenamiento interno de las estructuras sedimentarias primarias.









Lám. 6a. Dunas longitudinales activas a 3 km al oeste de San Mateo del Mar.









Lám. 6b. A 5 km al oeste de San Mateo del Mar se aprecia claramente la acción permanente del viento sobre la vegetación. A pesar de que el viento está en calma en el momento de la toma las ramas del árbol señalan hacia el Sur, que es la dirección predominante del viento.









Lám. 7a. Duna longitudinal cortada en las vecindades de San Mateo del Mar donde se aprecia una discordancia angular.









Lám. 7b. Sitio de colecta de la muestra 73 en la zona de dunas que cubren la barra externa. A 7 km al oeste de San Mateo del Mar.









Lám. 8a. El viento forma ocasionalmente rizaduras eólicas en dunas activas.









Lám. 8b. Corte en duna longitudinal estabilizada por pastos y que sobreyace a la barra interna que separa la Laguna Oriental de la Inferior, en las proximidades del canal que las comunica. Se aprecian algunos horizontes que contienen conchas.









Lám. 9a. Acercamiento de rizaduras eólicas en zona de dunas activas a 3 km al oeste de san Mateo del Mar









Lám. 9b. Trinchera excavada en la playa de Salina Cruz. La pared ve hacia el sur y es paralela a la línea de playa.









Lám 10a. Rizaduras en postplaya, a la altura de Santa María del Mar.









Lám. 10b. Acercamiento de las rizaduras de la postplaya de Santa María del Mar.









Lám. lla. Playa de Salina Cruz en las vecindades de la Escuela Tecnológica Pesquera. Al fondo se aprecia la costa acantilada ubicada al oeste de la barra externa.









Lám. 11b. Formación de cuspilitos en la playa de Salina Cruz.











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