ANALES DEL CENTRO DE CIENCIAS DEL MAR Y LIMNOLOGÍA


OBSERVACIONES SOBRE LA BIOLOGIA Y PESCA DEL CAMARÓN BLANCO (PENAEUS SPP) EN EL PACÍFICO DE PANAMÁ

Trabajo recibido el 2 de junio de 1978 y aceptado para su publicación el 6 de septiembre de 1978.

LUIS D'CROZ

Laboratorio de Biología Marina, Facultad de Ciencias Naturales y Farmacia, Universidad de Panamá.

FREDY CHÉRIGO

Agromarina, S. A., Panamá.

NURIA ESQUIVEL

Museo de Ciencias Naturales, Instituto Nacional de Cultura, Panamá.

RESUMEN

Se presenta un análisis de la biología y pesca del camarón blanco (Penaeus occidenlis. P. stylirostris y P. vannamei) en las costas del Pacífico de Panamá.

Resultados sobre algunas observaciones del ciclo de vida de estos camarones son expuestos: temporadas de desove, reclutamiento, vida en los estuarios, tasa de crecimiento y mortalidad anual.

Por otro lado, se hace un análisis de la actividad pesquera sobre estas poblaciones, determinándose el esfuerzo pesquero capturas por unidad de esfuerzo, variación en la captura mensual y anual y el rendimíento máximo sostenible de la pesquería.


ABSTRACT

This paper presents an analysis of the biology and fishing of the white shrimp (Penaeus occidentalis, P. sty1irostris and P. vannamei) on the Pacific coast of Panama.

Observation on certain aspects of the life cicle of these shrimp are exposed: spawning seasons, recruitment, estuarine life, growth rate and annual mortality.

Also, an analysis is made of the fishing activity on these populations: fishing effort, capture per unit effort, variations of monthly and annual captures and maximum sustainable yield of the fishery.


INTRODUCCIÓN

La pesca del camarón es una de las principales actividades económicas de la República de Panamá. En el año de 1976, las exportaciones de camarones dejaron divisas del orden de los 33 millones de balboas.

La pesca del camarón se inició en las costas del Pacífico de Panamá en 1950, cuando 8 pequeños barcos camaroneros comenzaron operaciones. Desde entonces, la flota ha crecido hasta los 281 barcos mayores de 20 toneladas, que constituyen en la actualidad el principal esfuerzo pesquero en las costas panameñas.

Desde 1956, ya se empezaba a sentir el efecto de una disminución de la captura por unidad de esfuerzo (CPUE) y en especial del camarón blanco (Penaeus occidentalis, P. stylirostris y P. vannamei), debido al incremento del esfuerzo pesquero, tendencia que ha continuado hasta la actualidad.

Después de una cierta estabilización en el es fuerzo pesquero del camarón (entre 1968-1970), no sólo la CPUE siguió disminuyendo, sino también las capturas totales, hecho que ha preocupado al gobierno panameño y en especial a la agencia que administra el recurso.

Insistentemente se ha atribuido como causa del bajo rendimiento pesquero a la sobrepesca, sin embargo dentro de las variaciones de las capturas del camarón es necesario diferenciar aquellas que ocurren por causas naturales, de las que efectivamente pueden y deben atribuirse a la sobrepesca. La única forma de lograr este objetivo es mediante el estudio de los factores ambientales que pueden afectar el recurso, así como el análisis de las características biológico-pesqueras que determinan la dinámica de estas poblaciones.

Esfuerzo en el sentido del efecto del ambiente fue realizado recientemente (Kwiecinski, 1976) y sobre los aspectos de la dinámica de las poblaciones, algunos trabajos han sido realizados, entre ellos Obarrio (1959), Masters (1956) y Boerema (1961) en lo que podríamos llamar la primera etapa de investigaciones bio- del camarón y más recientemente por D'Croz, Martínez y Del Rosario (1976) y González (1977) en una segunda etapa.

Este estudio pretende aportar información sobre la dinámica de la población del camarón Wanco, que es el que mayor descenso en la captura demuestra y en conjunto con la información anteriormente adquirida, tratar de establecer el estado actual de la pesca, su problemática y las posibles alternativas.


MATERIAL Y MÉTODOS

OBTENCIÓN DE DATOS

Los datos obtenidos para la realización de este estudio fueron tomados de los registros originales, que reposan en la Dirección General de Recursos Marinos, Departamento de Estadísticas y el Laboratorio de Biología de esta misma Dirección y fueron clasificados para su análisis en la siguiente forma:

Número de barcos en operación

Captura diaria por barco

Captura mensual por barco

Tonelaje de cada barco

Longitud de cada barco

Caballaje (H.P) de cada barco

Areas de Pesca

Esfuerzo pesquero

Composición de la captura

Número de individuos machos y hembras.

Todos estos datos fueron obtenidos y analizados para los años 1972-1975.


ANÁLISIS DE LOS DATOS

Barco Estándar

Como el rendimiento pesquero de cada barco depende de sus características, para poder hacer inferencias cuantitativas adecuadas sobre los resultados pesqueros es indispensable estandarizar los componentes de la flota pesquera. En primera instancia, para obtener un criterio sobre la unidad de esfuerzo pesquero se hizo un análisis estadístico que comprendió la longitud, tonelaje y caballaje (C.F.) de la flota camaronera y posteriormente, se correlacionó con la captura promedio diaria de cada barco. A los coeficientes de correlación obtenidos, se les hizo la prueba de "t" de Student, para comprobar si los valores de bajas magnitudes eran o no significativos. De esta prueba se obtuvo que la correlación entre el caballaje y la captura promedio diario era altamente significativa estandarizándose, por consiguiente, todos los barcos con respecto a su caballaje.

Para determinar el tipo de barco elegido como estándar, se recurrió a la tendencia modal en la distribución de los caballajes de los barcos en operación entre 1972-1975. De este análisis se obtuvo como barco estándar el de 220 caballos de fuerza, estandarizándose toda la flota camaronera en base a esto.


Esfuerzo de Pesca

El esfuerzo de pesca es el número total de días de operación del conjunto de la flota, en los lugares de pesca. El cálculo de este dato fue obtenido directamente de los registros del Departamento de Estadística Pesquera.


Estimación del esfuerzo de pesca no conocido

Entre los datos recopilados en el Departamento de Estadísticas Pesqueras, existen datos de capturas, pero sin el esfuerzo de pesca y para poder utilizar estos datos., se procedió a calcular el esfuerzo de esa captura, según lo establecido por Ricker (1975).


Captura por unidad de esfuerzo

La captura por unidad de esfuerzo es la captura promedio diario realizada por un barco estándar. Se obtuvo la captura por unidad de esfuerzo, dividiendo la captura total del conjunto de la flota por el esfuerzo de pesca estándar.


Cálculo del coeficiente de mortalidad

Según Ricker (1975), si los camarones se encuentran distribuidos de manera regular en una zona, la captura diaria por barco estándar (captura por unidad de esfuerzo) es proporcional a la población. Cuando en la composición de las poblaciones existen cambios debidos a mortalidad, reclutamiento o migraciones, los mismos cambios se encuentran en la captura diaria por barco estándar. Basándose en estos cambios de la captura diaria se puede calcular datos sobre la mortalidad.

Para realizar este cálculo se determinó el número de camarones de las especies estudiadas (Penaeus occidentalis, P. stylirostris y P. vannamei ) capturadas por mes en los años 1972-1975, de los datos recopilados del departamento de Estadística. También se utilizó el número de días de pesca por barco estándar. Utilizando estos datos, es posible obtener alguna estimación de la mortalidad.

Con los datos obtenidos sobre el número de camarones capturados por unidad de esfuerzo, se calcularon los coeficientes de mortalidad instantánea Z, de mortalidad anual A y de sobrevivencia anual según la siguiente relación:

Nt ÷ No =e-Zt

No = C.P.U.E. al inicio del año

Nt = C.P.U.E al instante t

Z = Coeficiente de mortalidad instantánea

La sobrevivencia y mortalidad anual (S y A respectivamente) se obtienen de:

S = 1 - A

Loge(1 -a) = - Z




RESULTADOS Y DISCUSION

BIOLOGÍA DEL CAMARÓN BLANCO

Lo que se conoce como camarón blanco en la industria pesquera panameña, se refiere a tres especies de Peneidos: Penaeus occidentalis, P. sty1irostris y P. vannamei. De estas tres especies, P. occidentalis es la más abundante, constituyendo el 64% al 97% de la población de camarones blancos; P. stylirostris representa del 1% al 29% y P. vannamei, que es la especie más escasa, se encuentra entre menos del 1 % y el 17 %.

Las mayores cantidades de Penaeus sty1irostris y P. vannamei se observan entre noviembre y marzo, cuando llegan a representar hasta el 29%, y 17% respectivamente, de la población de camarones blancos (Figs. 2a y 2b).

Inversamente, durante este periodo, la abundancia de P. occidentalis declina, hasta llegar a comprender entre el 60% y 70%.

Los camarones blancos integran del 38-45%, de la captura total anual de camarones en las costas del Pacífico de Panamá, siendo así el camarón comercial de mayor valor en estas pesquerías, no sólo por su abundancia sino también por su buen tamaño y excelente calidad.

Como la información sobre la distribución anual de los tamaños en las tres especies no estuvo disponible, en su ausencia se utilizó el cociente del número de individuos capturados por mes y la captura total en libras. El resultado en individuos (colas) /lb, lógicamente, tiene una relación inversa con el tamaño de los camarones (Fig. 3). Como los datos disponibles se refieren a camarón blanco, sin diferenciar la especie, se entiende que estos resultados se acercan más a las fluctuaciones de tamaño de Penaeus occidentalis, que es la especie dominante, asumiéndose que la inclusión de las dos especies restantes dentro de esta estimación no debe dificultar la interpretación de los resultados, por ser la fracción correspondiente relativamente pequeña.





Fig. 1. Distribución del camarón blanco.





Del análisis de la distribución de las colas/bb desde 1970 hasta 1975 (Fig. 3), se aprecia que la tendencia a los mayores tamaños ocurre entre septiembre y noviembre. Aunque se sabe que Penaeus occidentalis desova a lo largo de todo el año, un pico en la intensidad de desove, ocurre entre finales e inicio del año (Obarrio, 1959; Master, 1956), justamente después de que los camarones adquieren su mayor tamaño. Después que eclosionan los huevos, las larvas inician su viaje hacia los estuarios, encontrándose las mayores densidades de juveniles en los estuarios, durante la primera mitad del año y en especial entre marzo y mayo (D'Croz, Martínez y Del Rosario, 1976). Estos camarones regresan a las poblaciones costeras, generalmente en los meses de abril a julio, que es cuando el número de colas/lb aumenta notablemente, como resultado del reclutamiento de nuevos individuos. Esta época de reclutamiento tiene cierto margen de variación, que puede corresponder a dos o tres meses de desfasamiento, con respecto al periodo normal. Tal es el caso observado durante 1970, cuando la máxima de reclutamiento ocurrió en enero. No obstante, hay que considerar que este reclutamiento se desarrolla en mayor o menor intensidad durante todo el año, toda vez que el desove y la presencia de juveniles en los estuarios es permanente.





Fig. 2a. Composición por especie de la captura del camarón blanco (1972 y 1973).









Fig. 2b. Composición por especie de la captura del camarón blanco (1974 y 1975).





La mayor abundancia de Penaeus occidentalis generalmente ocurre entre mayo y octubre, cuando constituyen aproximadamente entre el 80-95% de la población de camarones blancos. Durante los meses de noviembre a marzo, la proporción de esta especie disminuye debido a que la población cumple un ciclo generacional e inicia otro, por lo tanto se encuentra una generación abatida por la mortalidad natural y por pesca, por un lado, y por el otro los nuevos individuos resultado. del desove de la generación anterior, se encuentran como juveniles en los estuarios.

Para Penaeus stylirostris y P. vannamei, la información sobre las variaciones en tamaño de las poblaciones adultas resulta aún más escasa, sin embargo a partir de la información obtenida con los juveniles en los estuarios se puede, con cierto margen de error, reconstruir la historia natural de estas especies.

A diferencia de Penaeus occidentalis, P. stylirostris se encuentra en altas densidades en los estuarios, principalmente entre agosto y septiembre, aunque una población abundante se encuentra hasta diciembre (D'Croz et al., 1976). Por lo que es de esperarse que el desove ocurra en los primeros meses del año, posiblemente de febrero a abril.

Una estimación del crecimiento de esta especie en sus estados juveniles, ha sido obtenida a partir del análisis de las clases modales de las colectas realizadas por el Laboratorio de Biología Marina de la Universidad de Panamá, encontrándose que entre los 25-45 mm. de longitud total, la tasa promedio de crecimiento mensual es de 6.63 mm. En base a esto y considerando que P. stylirostris sale de los estuarios con tamaños de alrededor de 45-50 mm. de longitud total, es de esperarse que esta especie pase aproximadamente de 4-5 meses en los estuarios.





Fig. 3. Variación de las colas/libra de 1970 a 1975.





Teniendo en cuenta estos 4-5 meses a partir de agosto-septiembre, el reclutamiento de los nuevos individuos a las poblaciones adultas debe ocurrir con mayor intensidad entre diciembre y febrero. Esto, efectivamente, concuerda muy aceptablemente con los resultados presentados en las figuras 2a y 2b, donde el aumento de la población de esta especie, es el resultado de un fuerte reclutamiento.

Penaeus vannamei también se encuentra en altas densidades en los estuarios entre septiembre y diciembre, aunque juveniles de esta especie, al igual que con las anteriores, se encuentran durante todo el año. El ciclo parece ser paralelo al de P. stylirostris, aunque la tasa de crecimiento de los juveniles es más alta que en P. stylirostris. Se encontró que la tasa promedio es de 11.0 mm/mes, entre los 35-65 mm. de longitud total. En base a esto y considerando que la especie llega a salir de los estuarios con longitud total entre los 65 y 75 mm., es de esperarse que el tiempo de residencia en los estuarios sea también de 4-5 meses, para reclutarse a las poblaciones adultas entre diciembre y febrero.

La tasa de crecimiento de P. occidentalis no se pudo obtener, debido a que la invasión de nuevos individuos a los estuarios ocurre fuertemente durante todo el año, lo que no permite observar un desplazamiento en las clases modales.

En referencia a la composición sexual de las poblaciones de camarones blancos (Figs. 4a y 4b), tanto en Penaeus stylirostris, como en P. vannamei la relación de macho y hembra está alrededor de 1: 1. En P. occidentalis la proporción de hembras supera en cierta medida a los machos, llegando a ser en ocasiones hasta más del 20% de diferencia sobre el total de camarones blancos. La mayor abundancia de hembras de P. Occidentalis ocurre por lo general, entre los últimos y primeros meses del año (octubre-enero), coincidiendo con el periodo máximo de desove.





Fig. 4a. Composición sexual del camarón blanco (1972 y 1973).









Fig. 4b. Composición sexual (%) del camarón blanco (1974 y 1975).





Al respecto de la distribución geográfica de estas especies, tanto en aguas costeras como en los estuarios, se ha observado una predilección dePenaeus occidentalis por la región oriental de las costas panameñas, mientras que P. stilyrostris y P. vannamei se incrementan en proporción en la región occidental. Es interesante notar que desde México, donde P. stylirostris y P. vannamei constituyen con predominancia las poblaciones de camarones de los estuarios (Chapa y Sóto, 1969), va ocurriendo una gradual inversión de esta proporción, conforme disminuye la latitud, de manera que en base a los datos obtenidos por Loesch y Avila (1966) y Loesch y Cobo (1966) en el Ecuador, además de los aquí presentados, se puede establecer que a partir del Golfo de Panamá hasta el Ecuador la predominancia de P. occidentalis es evidente.





TABLA 1A. COMPOSICIÓN POR ESPECIE DEL CAMARÓN BLANCO, NÚMERO DE INDIVIDUOS CAPTURADOS









TABLA 1b. COMPOSICIÓN PORCENTUAL DEL CAMARÓN BLANCO POR MES (1972 -1975)









TABLA 2a. CAPTURA TOTAL DE LA FLOTA ESTANDARIZADA, ESFUERZO PESQUERO Y C.P.U.E.









TABLA 2b. CAPTURA DE LA FLOTA ESTANDARIZADA, ESFUERZO PESQUERO Y C.P.U.E.





Aunque no es el propósito de este trabajo discutir el efecto de los parámetros hid romete sobre las poblaciones de Peneidos en Panamá, debido a que amplia discusión de esto ha sido planteada anteriormente (Forsbergh, 1969 y Kwiecinski, 1976), si se establecerá que en base a estos estudios, se ha logrado encontrar una correlación estadística significativa entre la intensidad del afloramiento en el Golfo de Panamá y las poblaciones de camarones. Esta relación se hace evidente con 3 meses de desfasamiento entre las poblaciones y el nivel del mar en las costas, la temperatura del agua y la precipitación .Es interesante hacer notar que las zonas más amplias de captura del camarón blanco (Fig. 1) coinciden con las regiones que mayor drenaje continental aportan al golfo (centro y oriente del Golfo de Panamá). Es de esperarse que esto se, relacione con la mayor área de estuarios que resulta de este hecho y que favorece a las poblaciones de camarones y en especial de P. occidentalis.

Un intento se ha realizado para conocer el coeficiente anual de mortalidad instantánea (Z) para el camarón blanco, así como los porcentajes de supervivencia y mortalidad anual (S y A respectivamente). Para ello se estimó el número de individuos capturados por unidad de esfuerzo pesquero. Estos cálculos se han hecho a partir de los datos del número de individuos capturados por mes y el esfuerzo pesquero correspondiente, que aparecen en las tablas la, lb, 2a y 2b.

Para Penaeus occidentalis el coeficiente de mortalidad instantánea anual (Z), estimado entre 1972 y 1974 es de 2.31, al que corresponde una supervivencia anual (S) del 9.93% y una mortalidad anual de 90.07%.

Para Penaues stylirostris el coeficiente anual (Z) estimado entre 1973 y 1974 es de 3.49, corres- un valor anual de A = 98.0%.

No fue posible estimar la Z para penaeus vannamei, debido al número reducido de la captura.



PESCA DEL CAMARON BLANCO

ZONAS DE PESCA

El camarón blanco se captura entre los 7 y 22 metros de profundidad (442 brazas) en las costas del Pacífico de Panamá (Fig. l).

La Plataforma Continental es de aproximadamente 19,000 k m2, extendiéndose desde el oriente (77o56´W) en el límite de Panamá-Colombia, hasta la zona fronteriza occidental entre Panamá y Costa Rica (83o53'W). Según Vidal y Rosetti (1971), tres regiones naturales se destacan de esta plataforma y son: la plataforma de la Isla de Coiba (5,474 Km2) el Golfo de Panamá (12,880 k M2) y el borde de la Península de Azuero (644 km2.).

De estas tres zonas, el Golfo de Panamá es el de mayor rendimiento pesquero y de este es que se tiene la mayor parte de la información sobre investigaciones pesqueras o relacionadas con pesca.

La excelente pesca en el Golfo de Panamá, se atribuye a la alta productividad primaria por efecto del afloramiento costanero, que ocurre en los primeros meses del año y a la abundancia de estuarios y lagunas costeras que forman una amplia área de crianza de juveniles, sobre todo en la región oriental del Golfo.


EFECTO DE LA PESCA SOBRE LAS POBLACIONES DE CAMARONES BLANCOS

Para el análisis de los rendimientos pesqueros, dos tendencias paralelas se han llevado a cabo:

1. El análisis de los últimos 10 años de pesca (1966-1975), considerándose tan sólo el número de barcos en operaciones y la captura total.

2. El análisis más pormenorizado de los últimos 4 años de pesca, con la estandarización de la flota y la obtención de capturas por unidad de esfuerzo estándar, que permiten reconocer en forma más objetiva la tendencia de la pesquería.

En 1976, el principal esfuerzo pesquero sobre las poblaciones de camarones fue realizado por 281 barcos en operación, mayores de 20 toneladas de desplazamiento. En la mayoría de los casos estos barcos se dedicaron principalmente a la pesca del camarón blanco. No más de una decena de barcos están operando sobre los recursos camaroneros de aguas más profundas (Heterocarpus vicarius, Solenocera florea y S. agassizi) y este número eventualmente se incrementa ligeramente, cuando hay escases del camarón blanco.

Entre 1972 y 1975, el esfuerzo pesquero aumentó de 36,718 a 51,073 días de operación de barco estándar y esto representó un aumento en un 72% ('Tablas 2a y 2b).

Paralelamente a este incremento en el esfuerzo pesquero, del análisis de los últimos diez años en la pesca del camarón, se observa (Fig. 5) que las capturas totales han mantenido una tendencia general en descenso.

Los dos extremos de este periodo indican que en 1975 se capturaron 3.712,579 Lbs., como resultado de la operación de 281 barcos y en 1967 el rendimiento pesquero fue de 5.436,46 Lbs., con un esfuerzo de 161 barcos. En ningún año dentro de este periodo (1966-1967), las capturas totales del camarón blanco han superado los rendimientos pesqueros de 1967. Resulta obvio entonces, que la actividad pesquera del camarón blanco se va haciendo menos ventajosa económicamente, toda vez que por un lado de capturas resultan menores y por el otro, la inversión en mantenimiento y operación de una flota mucho mayor resulta exhorbitante.





Fig. 5





El estudio de los rendimientos por unidad pesquera no resulta más alentador. Del análisis de la flota estandarizada se observa que desde 1972 a 1975 (Fig. 6; tablas 2a y 2b), las tendencias en la C.P.U.E. en 1975 fue de 67.73 Lbs, mientras que en 1972 era de 93.32 Lbs. Esto indica que el rendimiento por unidad de esfuerzo pesquero en 1975 es del orden del 72% del obtenido en 1972.

En 1975 se hizo un esfuerzo de aplicar con el mayor rigor el decreto ley que establece la veda en la pesca del camarón blanco, entre otros, para los meses de febrero y marzo. Por esta razón se observan en la figura 6, rendimientos casi nulos para estos meses. La tendencia general es que la mayor C.P.U.E. se logra entre abril y julio, para luego estabilizarse a niveles más bajos entre septiembre y enero. En aquellos años en los cuales se ha observado la veda, la C.P.U.E. es elevada en el mes siguiente a la terminación de la veda (abril), después de lo cual baja rápidamente a niveles inferiores, en los que se mantiene.





Fig. 6. Capturas por unidad de esfuerzo (1972 a 1975)





Esto se puede explicar por dos razones: por una parte las poblaciones han sufrido un fuerte reclutamiento de nuevos individuos que provienen de los sitios de cría de juveniles y por otro lado, al terminar la veda se concentra un gran esfuerzo en el mes siguiente, que produce altos rendimientos que se sostienen por poco tiempo.

El rendimiento máximo sostenible por una pesquería es el producto del esfuerzo pesquero por el promedio de la C.P.U.E. En este caso, como no siempre se pudo obtener la informa- de toda la flota camaronera, la captura total de la flota estandarizada se refiere a los rendimientos. pesqueros de aquella fracción cuyos datos estuvieron disponibles. En algunos casos este valor puede ser cercano al valor de la captura total de la flota real, en otros no.

Según este proceder, el rendimiento máximo sosteniendo de camarones blancos fue de: 3.426,528 Lbs. (1972), 2.666,511 Lbs. (1973), 2.504,902 Lbs. (1974) y 3.459,211 Lbs. (1975).





Fig 7. Captura total, esfuerzo pesquero y captura por unidad de esfuerzo en la pesquería del camarón blanco.





En todos los casos el rendimiento máximo sostenible es muy similar al valor total de las capturas de la flota estandarizada (Tablas 2a y 2b). Para 1975, que es el año en el cual el valor de captura total de la flota real y la captura total de la flota estandarizada son cercanos, se aprecia que esta pesquería se encuentra prácticamente en su rendimiento máximo.

A partir de los datos de la captura total, esfuerzo pesquero estandarizado y C.P.U.E. desde 1972-1975, se puede obtener una imagen de la tendencia de esta pesquería (Fig. 7). Para mantener un rendimiento de alrededor de 3.5 millones de libras, el esfuerzo pesquero no debe ser mayor de 43,000 a 44,000 días de pesca de barco estándar. Kwiecinski (1976), presenta un gráfico, resultado de la comunicación personal de J. L. Obarrio de la Dirección General de Recursos Marinos, según el cual un rendimiento máximo, de alrededor de los 4 millones de libras puede ser obtenido con una flota no mayor de 200 barcos mayores de 20 toneladas. En este caso la relación se ha hecho con datos no estándarizados.

Existe una gama de alternativas que podrían implementarse en esta pesquería, con el fin de lograr terminar con la sobrepesca. Indudablemente algunas de éstas tendrían mayor impacto socio-político que otras, por lo que tan sólo se considerarán aquí aquellas que a nuestro juicio parecen ser las más adecuadas para la situación.

Después de lo presentado en este trabajo y algunos de los anteriores Kwiecinski (1976) y González (1977) no hay dudas sobre el exceso del esfuerzo pesquero que en la actualidad se ejerce sobre las poblaciones de camarones blancos en Panamá. Para regular esto y llevar a los niveles adecuados y razonables este esfuerzo habría que reducir la flota dedicada a la pesca del camarón blanco, a través de la diversificación de la actividad pesquera hacia otros recursos. Algún mecanismo que haga más atractiva la pesca de las especies menos explotadas de las aguas profundas parece ser la alternativa más aceptable. A través de licencias de pesca exclusivas para estas especies, podría lograrse la reducción del esfuerzo pesquero sobre las poblaciones de camarones blancos.

Ellis (1969), planteó una sugerencia similar para las pesquerías del camarón blanco en El Salvador, estableciendo que una modificación en la estructura de los impuestos de exportación, podría alentar a los armadores a inclinarse hacia otro recurso.

El proyecto de desarrollo pesquero de la F.A.O. en Centro América (Vidal, 1971), encontró que en Panamá y otras naciones de Centro América, las poblaciones de camarones de profundidad constituyen un recurso amplio y con buenas posibilidades comerciales. Sin embargo, en 1976 las capturas de estos camarones constituyeron menos del 6% de los desembarques camaroneros. Encontrándonos así, con un recurso sobre explotado por una parte y por otra uno sub explotado. Al menos teóricamente la alternativa más razonable es llegar a un equilibrio en el aprovechamiento de ambos recursos.

El establecimiento de una época de veda, como garantía directa de mejores rendimientos pesqueros, podría ser inadecuada en el caso de especies con ciclo de vida corto, como lo son los camarones peneidos.

Según Miles (1968), la veda por uno o dos meses, pareciera ser en primeras instancias, una forma de reducir la presión pesquera anual. Sin embargo, esta puede ser la manera menos eficiente y económica de lograr este objetivo, no sólo por las pérdidas sufridas por la alta mortalidad natural de los camarones durante la veda, sino también porque la reducción del esfuerzo pesquero no es efectiva, puesto que la flota tiende a pescar más intensamente en las épocas no vedadas.

La consideración de vedas y restricciones en las aguas protegidas y estuarios debe ser tratada aparte, ya que conocida la dependencia de las especies de peneidos de esta pesquería con los estuarios (D'Croz, 1976), la administración adecuada del recurso tan sólo tendrá éxito, si los sitios de cría natural, de los juveniles de estos camarones son preservados, a través de la acción apropiada del gobierno.



Agradecimientos

Los autores dan las gracias a Edgar Gálvez, jefe del Departamento de Estadísticas, de la Dirección General de Recursos Marinos, así como a Rolando Bakes y Dalva Arosemena, del Laboratorio de Biología de esta Dirección, por su ayuda, facilidades y aporte de experiencias en forma desinteresada.


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