SOBRE LOS ESTUDIOS DE PECES EN LAS LAGUNAS COSTERAS: NOTA CIENTÍFICA
L. A. YÁÑEZ-ARANCIBIA
Universidad Nacional Autónoma de
México, Centro de Ciencias del Mar y Limnología, Laboratorio de
Ictiología.
Se destaca la importancia de las lagunas costeras en
México y por las características altamente productivas del
ambiente lagunar estuarino, se recomienda enfatizar en los estudios
ictiológicos desde un punto de vista sistemático,
multidisciplinario e integral del ecosistema. Se adjunta una lista de
referencias básicas para este tipo de estudios.
The importance of coastal lagoons in Mexico is
emphasized and because of the highly productive characteristics of this estuary
environment, it is recomended that ichtiological studies be carried out from
the sistematic and multidiciplinary point of view of the ecosystem as a whole.
A supplementary chek list of basic references for these studies, is
annexed.
Es un hecho reconocido desde mucho tiempo, y en diferentes países, que las lagunas costeras o litorales representan en su mayoría un potencial de recursos pesqueros de considerable magnitud (Gunther, 1967 y 1969; Hildebrand, 1969; McHugh, 1967; Stuardo et al., 1974; Vannucci, 1969; Yáñez y Nugent, 1975). Los peces de estos ecosistemas desarrollan uno de los papeles más importantes en el balance energético de esos sistemas biológicos, y en la progresión natural del ambiente (Darnell, 1958 y 1961; J. H. Day, 1967; J. W. Day et al., 1972 a y b y 1973; Qasin, 1970). Esto determina que la ictiología lagunar sea uno de los aspectos más importantes y tal vez uno de los de mayor proyección dentro de los estudios ecológicos y biológico-pesqueros que pretendan evaluar y proponer una correcta administración de los recursos bióticos de un área que presenta características ambientales, en gran medida, predominantemente estuarinas (J. W. Day et al., 1973; Hester y Copeland, 1975; Hildebrand, 1957; Kjelson y Colby,1975; McHugh, 1966 y 1975; Reid, 1955a y 1955b; Springer y Woodburn, 1960; Stuardo et al., 1974; Tabb et al., 1962). Sin embargo -considerando estos y otros antecedentes como la comprensión de que la explotación y/o cultivo de organismos marinos y/o estuarinos, así como también que la comprensión de la dinámica de un ambiente natural, implica un conocimiento taxonómico, biológico y ecológico acabado de las especies a explotarse-, los estudios ictiológicos en ambientes lagunares no han recibido la atención necesaria ni la orientación debida, fundamentalmente por diversas razones, entre las cuales las principales son: 1) el desconocimiento absoluto de los múltiples y complejos problemas biocenóticos de estos ecosistemas y desde un punto de vista integral, 2) la orientación parcial de trabajo que tienen algunas instituciones que podrían realizar estas actividades, y 3) la falta de personal especializado e idóneamente entrenado que emprenda este tipo de investigaciones, en una escala grande de tiempo y con una visión bio-ecológica integral como lo requiere la complejidad de los fenómenos bióticos y abióticos de esas áreas; (Hildebrand, 1969; Parker y Blanton, 1970; Trent, 1970). En realidad, las investigaciones que tienen relación con la fauna ictiológica de las costas de México no son pocos. Sin embargo, por la disparidad de objetivos, no es mucha la relación existente entre ellos. Algunos estudios hacen referencia parcial a la costa mexicana, los menos estudian colecciones importantes de peces o hacen descripciones aisladas de especies, y otros analizan más o menos exhaustivamente áreas en particular. No obstante, un análisis de esta importante literatura existente en nuestros centros de investigaciones, permite precisar que sólo unos cuantos trabajos se refieren estrictamente a sistemas lagunares en particular, teniendo la mayor parte de ellos un enfoque casi estrictamente taxonómico y de consideraciones ecológicas relativamente vagas. Esto es más crítico en la costa del Golfo que en el Pacífico, donde los estudios llevan al tenor de los resultados actuales, un relativo grado de avance. Se sabe que México posee alrededor de 12,555 km2 de superficie de lagunas costeras (Cárdenas, 1969), real y/o potencialmente productivas, muchas de ellas en estados precarios de explotación, otras irracionalmente explotadas , pero todas en un estado potencial de contaminación futura por los impactos del hombre en el ambiente natural (Bechtel y Copeland, 1970; Foyn, 1969). MEDIOAMBIENTE LAGUNAR ESTUARINOEstos ambientes son ecosistemas críticos para algunos organismos pero al mismo tiempo ideales para otros. En términos generales, son cuerpos de aguas someras de volúmenes variables dependiendo de los periodos de secas y de lluvia, con temperaturas elevadas, salinidades muy variables, fondos predominantemente fangosos, y características de topografía y superficie muy irregulares. Sin embargo, existen características que no son compartidas por la mayoría. Las más significativas son: 1) algunas de ellas presentan un ciclo regular anual de entrada periódica de agua de mar por la abertura de sus barras de acuerdo a un aumento de volumen de agua interna y a la consiguiente formación de una cabeza hidrostática que presiona a la barra, y el posterior cierre de la misma por fenómenos hidrodinámicos de geología costera y circulación litoral, 2) otras presentan una barra permanentemente abierta y por consiguiente una influencia marina constante dependiendo su intensidad por las condiciones oceanográficas y/o meteorológicas, y 3) otras por el contrario permanecen cerradas por muchos años. La dinámica de estos fenómenos determinan rangos desde el agua dulce hasta ambientes hipersalinos, dependiendo además de las tasas de precipitación, evaporación y escurrimiento. Todas estas variables han dificultado mucho una definición precisa de "laguna costera" o litoral. No obstante, todos los investigadores que han abordado con mayor a menor éxito este tema, ya sea desde el punto de vista biológico o geológico, o hidrográfico, o energético, han coincidido en considerar a las lagunas costeras como un ambiente ecológico de cambio, inestable; donde parece poco apropiado hacer predicciones o pronósticos biológicos a largo plazo. Se acepta que el origen y la distribución de la fauna de estuario deriva parcialmente de la fauna dulceacuícola y parcialmente de la fauna marina, reconociéndose por consiguiente diversos componentes faunísticos (Gunther, 1956; Hedgpeth, 1957; McHugh, 1967). El problema ictiológico en las lagunas costeras debe ser abordado a nivel de ecosistema (Dahlberg y Odum, 1970; J. H. Day, 1967; J. W. Day et al., 1973; Hester y Copeland, 1975; McHugh, 1966; Nixon y Oviatt, 1973; Parker y Blanton, 1970; Springer y Woodburn, 1960; Stuardo et al., 1974; Tabb et al., 1962; Thomas et al., 1971; Trent 1970). Los seres vivos y su ambiente están tan íntimamente relacionados que muchas veces es dificultuoso, sino imposible, separar o delimitar sus interacciones. En general cualesquiera unidad que incluya a la totalidad de los organismos de un área determinada (comunidad) que actúan en interacciones con el medio de manera que un flujo de energía conduzca a una estructura trófica, a una diversidad biótica, y a ciclos energéticos dentro de un patrón metabólico definido en el sistema, es un sistema ecológico, o ecosistema, con diferentes componentes a nivel estructural teniendo en cuenta producción y consumo. Se reconoce además que funcionalmente el ecosistema puede interpretarse adecuadamente en términos de los circuitos de energía, de las cadenas de los alimentos, de los tipos de diversidad en el tiempo y el espacio, de los ciclos biogeoquímicos, del desarrollo y la evolución, y el control (E. P. Odum, 1972). EL ÉNFASIS DE LAS INVESTIGACIONESConsideraciones como las anteriormente expuestas, hacen de la ecología lagunar estuarina un extenso y multidisciplinario tópico que no es fácil de entender en términos ordinarios. Los ejemplos en los cuales se apoyan algunos de los principios mencionados son a menudo difíciles de describir cuantitativamente y con frecuencia son sólo locales en su aplicación. No obstante, y en términos generales, el estudio de los peces de las lagunas litorales puede ser enfocado, con relativo éxito, de acuerdo a varios aspectos y considerando el complejo ecológico en el sentido más amplio. En la figura 1 se han esquematizado los principales tópicos de los estudios que deben abordarse sobre los peces de manera que se tenga una buena comprensión del ecosistema en cuestión. La numeración no refleja necesariamente una, secuencia obligada pero si una progresión de complejidad. El reconocimiento aéreo y terrestre de la zona en cuestión es primordial para la planeación de los muestreos conducientes a una prospección preliminar de la ictiofauna, básicamente en los periodos de seca y de lluvia. En muchas áreas, las comunidades ictiológicas varían estacionalmente dependiendo de esas variables estacionales y determinado esencialmente por los requerimientos ecológicos y la variación de los parámetros ambientales. Un muestreo bien planeado y exitosamente logrado permite evaluar estimativamente el potencial ictiológico de las lagunas de acuerdo a las artes de pesca empleadas y a una cierta unidad de esfuerzo de pesca desarrollado con los instrumentos que utilizan los pescadores locales. No existen métodos desarrollados para estudios cuantitativos de las comunidades ictiofaunísticas lagunares. La distribución, la diversidad, la frecuencia y la abundancia relativa de las especies, son aspectos básicos en la comprensión del ecosistema y están determinados básicamente por ciertos patrones ambientales como: 1) tipo de sustrato predominante, 2) presencia o ausencia de vegetación acuática o semiacuática, 3) disponibilidad de alimento, 4) características fisicoquímicas del agua, 5) competencia, 6) predación, etcétera, además de las diferentes capacidades fisiológicas euritérmicas y eurihalinas de las especies. Es más, estas características de las comunidades ictiofaunísticas, además de otras, varían significativamente en el espacio y en el tiempo (Dahlberg y Odum, 1970; De Silva et al., 1962; Fox y Mock, 1968; Gunther, 1938; Hester y Copeland, 1975; Kjelson y Colby, 1975; McErlean et al., 1973; Trent, 1970; Turner y Johnson, 1973; Wagner, 1973). El análisis anterior permite determinar los diferentes componentes ictiofaunísticos de la laguna, lo que además refleja, en parte, la dinámica ecológica del ambiente: 1) peces dulceacuícolas que ocasionalmente penetran en las aguas salobres, 2) peces verdaderamente estuarinos, los cuales permanecen toda su vida en el estuario, 3) peces anadromos y catadromos, 4) peces marinos que efectúan visitas al estuario, generalmente como adultos y para alimentarse, 5) peces marinos que utilizan el estuario como áreas de crianza, o para desovar, pero pasan la mayor parte de su vida en el mar, regresando al estuario estacionalmente, 6) visitantes marinos ocasionales que irregularmente penetran al estuario por diferentes razones; no son muy importantes en las comunidades nectónicas estuarinas pero su presencia no puede pasar desapercibida (Gunther, 1956; Hedgpeth, 1957; McHugh, 1967). El estuario y las lagunas costeras presentan una gran diversidad de habitats determinados por la presencia de: 1) fondos arenosos en las bocas, 2) fondos fangosos hacia el interior, 3) manglares, 4) pastos acuáticos, 5) haloclina o variación drástica de la salinidad- en el sentido vertical, etcétera. Es muy importante caracterizar el ambiente ictiológico en cuestión en relación a estas variables y a la presencia de peces típicos: 1) pelágicos litorales, 2) bentónicos del litoral superior, 3) estuarinos, y 4) de manglares. La relación de estos ambientes es muy estrecha en la laguna litoral y muchas veces es difícil precisar a las comunidades ictiofaunísticas en relación a esos ambientes que normalmente se superponen y/o comparten muchas de las características físicas y químicas del ecosistema global (Cervigón, 1967; J. H. Day, 1967). El estudio de la alimentación y los hábitos alimenticios de los peces, principalmente de importancia económica, que forman parte de las comunidades ictiofaunísticas, es importante por diversas razones: 1) por una parte nos indica las relaciones tróficas de las diferentes especies e indirectamente un aspecto del flujo de la energía, en las comunidades lagunares, 2) por otra, nos indica las relaciones entre predador-presa productor-consumidor, lo que es especialmente valioso cuando existen en el ambiente otros grupos que también revisten importancia económica (p. ej., camarón, mejillón, ostión, vegetación sumergida, y otros peces) , y finalmente 3) nos indica las relaciones ecológicas de los organismos, lo que sirve para interpretar mejor la dinámica general de las lagunas estudiadas y efectuar recomendaciones para la administración adecuada de sus recursos pesqueros (Darnell, 1968 y 1961; J. H. Day, 1967; J. W. Day et al., 1972a y b y 1973; Heald, et al., 1974; Hiatt, 1974; W. E. Odum, 1971; W. E. Odum y Heald, 1972; W. E. Odum et al., 1973; Thomas et al., 1971; Yáñez, 1975a y b) . Los estudios de dinámica de poblaciones, en comunidades ictiológicas oceánicas presentan innumerables dificultades, las cuales argumentan en los sistemas lagunares evidentemente menos estables que aquéllos. Sin embargo, estudios, con objetivos muy precisos pueden tener éxito en las lagunas costeras centrados sobre aspectos de madurez sexual, migraciones y crecimiento. La utilidad inmediata radica en detectar la época de ciertas migraciones, y fundamentalmente madurez gonádica y crecimiento que permita precisar las tallas mínimas de capturas y las épocas, de reproducción de las especies de importancia económica (Cushing, 1970; Hester y Copeland, 1975). El análisis profundo y detallado de la información anterior permite determinar, en cierta medida, el rol ecológico de los peces de acuerdo a: 1) los niveles tróficos, 2) el "food web" o trama ictiotrófica, 3) a la tendencia del flujo energético, y 4) a la biología de las especies en el ecosistema lagunar. El papel de las comunidades ictiofaunísticas en la progresión continuada del ecosistema, es de primordial importancia. y parece ser que en las lagunas costeras determinan en gran medida el balance energético del ambiente (J. H. Day, 1967; J. W. Day et al., 1972a y b y 1973; Nixon y Oviatt, 1973; Qasim, 1970; Reid, 1955b; Springer y Woodburn, 1960; Stuardo et al., 1974; McErlean et al., 1973; Tabb et al., 1962; Thomas et al., 1971; Yáñez, 1975a y b; Yáñez y Nugent, 1975). La comprensión ecológica global del sistema estuarino puede conducir a dos caminos importantes: 1) estudios biológico-pesqueros con perspectivas de cultivos de las especies indígenas de importancia económica, y 2) estudios biológico-pesqueros con perspectiva de administración racional de las especies de importancia económica, tanto indígena como las que visitan cíclicamente el estuario (D' Ancona, 1954; Gunther, 1967; Hellier, 1962; McHugh, 1966; Pillay, 1962; Stuardo et al., 1974; Vannucci, 1969; Wiley et al., 1973; Yáñez, 1975b) . Desde luego, todas las consideraciones expuestas deben seguir una estrecha relación con: 1)perspectivas de administración racional de los recursos biológicos y pesqueros, y 2) necesidades de desarrollo socio-económico de la región estudiada. Todo este complejo proceso ecológico biocenótico y la dificultad de su comprensión en términos muy amplios, representan sin duda el principal factor que ha llevado a un estado de postergación en la planificación y la ejecución de los estudios sistemáticos de la fauna ictiológica en las lagunas costeras de México. Sin embargo, existe el buen criterio científico de entender que una explotación racional conduce a ocupar un sitio de relativa importancia en la dinámica de las comunidades y aprovechar de manera óptima el recurso renovable que la naturaleza ofrece y que representa precisamente la biomasa del eslabón trófico donde se ubican las especies de mayor atractivo comercial para el hombre. Es más, esto determina que las capturas del recurso no provoquen una alteración drástica en el reciclamiento energético ya sea por sobrepesca de adultos en estados de reproducción y/o pesca errónea de juveniles, lo que impediría a las especies y poblaciones la oportunidad de restablecer el equilibrio natural de sus biocenosis. ![]() Fig. 1. Progresión de complejidad en el énfasis de las investigaciones ictiológicas lagunares. Nota del autorEste trabajo representa una síntesis de ideas en relación al énfasis que deben tener las investigaciones ictiológicas futuras. Reflejan la tendencia de la literatura básica existente, la experiencia personal del autor; y de acuerdo al estado actual de las investigaciones ictiológicas lagunares en México. AgradecimientosA José Stuardo y Richard Nugent, Investigadores Asesores de OEA y UNESCO, respectivamente, en el Centro de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, por su apoyo y la discusión crítica de estos puntos en diversas oportunidades. 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